El culito de mi cuñada penetrada por mi verga
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Mi cuñada en los paseos se asoleaba y se subía la tanguita para que escasamente el hilito dental le cubrira el culito y tenía la precaución de que yo la estuviera observando; en esa posición apretaba y soltaba sus nalguitas para que yo las disfrutara; cuando la penetré por su cuquita la primera vez; le había chupado su culito precioso, le había metido mi lengua, ese día me contó que su marido jamás le había besado sus genitales porque era demasiado escrupuloso y le decía que no podía soportar esos malos olores, no me explico como existen hombres que no conozcan las delicias de los olores sexuales de las mujeres, no saben lo que se pierden, las feromonas femeninas son lo que nos despierta a los hombres nuestra exitación sexual, igual que a los demás animales, pero nosotros aprovechando nuestra inteligencia podemos disfrutarlos exquisitamente.
Al día siguiente de uno de esos paseos, fui a visitarla a preguntarle por asuntos de su trabajo, me comentó que estaba sola y que su marido había viajado de nuevo, se me acercó y me dijo con una mirada muy pícara, que podíamos aprovechar para que la probara por su culito, pero que fuera muy delicado porque jamás la habían poseído por su huequito; la tomé por la cintura y la aproximé a mi pene que se paró de inmediato, deslicé mis manos a su cintura y le bajé el pantalón, dejándola con su tanguita sedocita, le quité su bluza y su brasier, le chupé sus pezoncitos hermosos, gozándomelos, besándola y chupándola bajé hasta su vagina, le metí mi lengua hasta el fondo, me regaló sus jugos y tuvo un orgasmo delicioso, gemía y me decía “te amo”, “te adoro y me enloquece ser tuya, tu hembra, tu amante”, eso me arrechó al máximo y pasé mi boca a su culito divino, se lo chupé, le metí mi lengua hasta el fondo, abrio su esfinter, tenía un frasquito con gel lubricante íntima y con mis dos dedos la lubriqué con mucho cuidado, le abrí su culito con mis dos dedos hasta que penetraban con facilidad, mi cuñada gemía de placer y me decía que le metiera mi pene en su culito, que me deseaba en ese huequito desde el día que se lo había chupado en nuestro primer encuentro.
Coloqué mi glande en la entrada de ese hermosísimo agujerito y fui empujando hasta que la penetré y mis pelotas tocaron sus nalgas, mi cuñada gemía de placer, me pedía que la embistiera más duro, “cómete mi culito” “es todo tuyo”, “es únicamente tuyo”, como los polvitos por el culo son diferentes a los que se tiene en la panochita, la penetraba y me salía, hasta que sintiendo que me venía la apreté contra mi y le dije que ya casi llegaba, eso la puso arrechísima y al momento en que estallé mi semen en su culito, pegó un grito y tuvo un orgasmo espectacular, cerró apretando su culito y me cogió mi pene ajustándolo y ordeñándome todo mi semen, tanto que me dejo adoloridos mis testículos, salí de ella, la besé, me vestí y me fui a mi casa, pensando en que había tenido uno de los mejores derrames de mi vida.