Todo comenzó en un viaje de esos que las empresas organizan para capacitar a sus funcionarios y en donde separan a los hombres de las mujeres para evitar problemas durante el desarrollo del programa; tanto ella como yo trabajábamos en la misma empresa pero en diferentes ciudades; ella en la ciudad de Cartago y yo en la ciudad de Bogotá; habíamos hablado en varias oportunidades vía telefónica pero nunca nos habíamos visto.
El relato se inicia el día domingo en la mañana a nuestra llegada al hotel en donde nos alojaríamos, era algo increíble, un resort de cinco estrellas, algo paradisíaco y con uno de los mejores climas de Colombia.
Como no nos conocíamos alguien nos presento, ella es una mujer hermosísima, de contextura delgada, cadera perfecta, un culito redondito y muy hermoso, una cintura pequeña y unos senos perfectos y acordes con su delgadez y su estatura.
Durante el día trabajábamos duro y en las noches nos reuníamos alrededor de la piscina y realizábamos actividades de integración grupal hasta altas horas de la noche. El día miércoles decidieron los organizadores salir en la noche a conocer el centro de la ciudad en donde quedaba el hotel, allí caminamos y entramos a tomar una cerveza y a bailar un rato. Cuando regresábamos al hotel, pasada la media noche, ya veníamos algo entonados y algo calientes, no solo por el clima si no por las bebidas ingeridas, las miradas y sonrisas que se cruzaron durante la noche y por el roce de nuestros cuerpos cuando bailamos bien pegados.
Al llegar al hotel, y gracias al descuido del grupo, nos escapamos y nos metimos en un baño cerca de la piscina, el cual cerraron minutos después los de mantenimiento del hospedaje; allí, a nuestra excitación, se sumo la gran dosis de adrenalina que producía nuestro cuerpo por el miedo a ser encontrados por alguien, pero poco a poco nuestro calor fue tranquilizando nuestro nervios y cada ves la excitación aumentaba. Comenzamos a besarnos y muy apasionadamente, nuestras manos recorrían nuestros cuerpos de arriba a bajo, ella sudaba y su deliciosa fragancia se impregnaba en mi piel, y el movimiento de su cuerpo hacía que yo la deseara cada vez más.
De un momento a otro empecé a desvestirla, fui desabrochando uno a uno los botones de su vestidos, hasta dejar al descubierto su hermoso cuerpo, su abdomen, era firme y muy plano, se notaba que hacia ejercicios en gimnasio; retiré su sostén de encaje fino sin dejar de besarla y encontré unos senos perfectos, firmes y con pezones erguidos por el grado de calentura que teníamos. Seguí besándola, su cuello, sus orejas, le di la vuelta y le bese la espalda hasta el borde de sus pantaletas; mientras mis manos acariciaban su abdomen, y se deslizaban hacia su pelvis y se posaban sobre su vagina; le di nuevamente la vuelta y comencé a besarle sus senos… uff estaban duros y sus pezones querían reventarse por la excitación, continué bajando y rocé todo su vientre con mi lengua hasta llegar al ombligo en donde hice un pequeño alto metiendo mi lengua en su ombligo.
Mientras hacía eso, mis manos acariciaban suavemente sus nalgas, y quitaba sus pantaletas; introduje una de mis manos entre sus piernas abriéndolas suavemente y baje hasta su vulva la becé y con mas suavidad introduje mi lengua en su vagina buscando su clítoris, el cual estaba húmedo y muy erecto. Allí sentí que ella cogía mi cabeza con fuerza y me empujaba hacia ella, yo metía y sacaba mi lengua rozando su clítoris cada vez con más velocidad. La recosté sobre una banca de madera larga que había en el baño y me metí entre sus piernas y chupe por largo rato esos hermosos labios vaginales y ese erguido clítoris, introduciendo uno de mis dedos en su vagina al ritmo de mi lengua.
Al poco rato sentí un gemido fuerte y sus piernas se cerraban aprisionando mi cabeza… había llegado a un orgasmo, estaba muy mojada y no resistía mas lo que yo le hacía, al grado de quitar mi cabeza de entre sus piernas con sus manos. Se puso de pie, me abrazo y me beso con tanta pasión que mi pene se empezaba a recalentar; ella empezó a desvestirme, me retiró el pantalón y los calzoncillos, y acaricio con fuerza mi verga, luego la comenzó a besar y se la llevó a la boca mamándola mejor que la más experta de las putas del mundo. Eso me alborotó berracamente, la volví a recostar en la banca y empecé a penetrarla; mi polla entro con tanta suavidad que todo mi pene sintió la gran temperatura de esa vagina.
Se lo metía y sacaba suavemente mientras ella abrazaba mi espalda emitiendo suaves gemidos de excitación; me puse de pié y cambie de posición, la cogí por la espalda y mientras la penetraba por la vagina uno de mis dedos acariciaba su ano, estaba también húmedo, pues sus flujos vaginales habían llegada hasta el. Seguí penetrándola mientras mi dedo entraba en su ano con suavidad, los gemidos aumentaron rápidamente al igual que la fuerza de penetración, hasta cuando ella grito de la excitación y si tiro hacia delante dejándome por fuera. Había llegado nuevamente. Se giró, me miro y me dijo que llegara, se arrodillo frente a mi y volvió a chuparme el pene; primero la cabeza y luego el resto, besaba mis huevos y los acariciaba, me pidió que me recostara en el piso y se sentó sobre mi; su vagina continuaba húmeda y muy caliente, sentía que ella estaba muy sensible por que los musculosa de su vagina apretaban con mucha fuerza mi pene.
Ella continúo moviéndose cada vez con más y más fuerza hasta llevarme al cielo, me excitaba su movimiento, sus senos al aire y los flujos vaginales que rodaban sobre mi; de un momento a otro sentí que iba a explotar y me vine como nunca lo había hecho en mi vida y lo mejor de todo es que ella llegó nuevamente conmigo; se recostó sobre mi pecho y así quedamos por un largo rato.
Después de ese viaje, nos seguimos viendo, llevando más de un año y en las noches iniciamos nuestra faena que recuerdan nuestro primer encuentro y nos hace fantasear cada vez que lo hacemos.
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