De día con Marco y la noche con Gerardo

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Hola! Soy Marymar ¿Me recuerdan?. Hace un tiempo escribí un par de relatos, y como últimamente he andado más cachonda de lo habitual, he decidido escribirles para contarles esta aventurilla y de paso al recordar y terminar de escribirles masturbarme muy rico mmmh!… Todo empezó cuando conocí a Marco (con él fue mi primera vez, pero eso se los escribo otro día) y salíamos para cojer, esto sucedía en un departamento de su amigo Jorge. Ese día (hace exactamente 2 años) salí de mis clases y llevaba una falda larga, una playerita pegada y una chamarra de mezclilla con unas sandalias, no es por nada pero creo que me veía muy bien, pues la falda era algo delgada y se transparentaba un poco mi tanga, Marco me prendía demasiado y no porque fuera un tipo muy guapo, sino por su forma de pensar y de hablar, eso es muy seductor en un hombre, alguien interesante.

Pero bueno, regresando al tema, ese día a mí ya me urgía cojérmelo, pues desde la primera vez me encantó así que tomamos el metro y nos fuimos hasta cerca de la zona rosa. El departamento me encantaba, pues era algo oscuro y frió con una cama muy comoda y lo mejor nadie nos molestaba. Llegamos al departamento y nos pusimos a escuchar música y a platicar, para después acostarnos en el piso y empezar a besarnos y a fajarnos con ropa, él me acariciaba mis tetas por encima de la playerita, mientras yo le mordía sus labios carnositos mmmh! Que rico me estaba mojando! en eso estábamos, cuando decidí voltearme encima de él y sacar su verga morena, llena de pelos y metérmela a la boca para mamarla, mientras con mi mano le sobaba los huevos.

Estando unos 20 minutos en el piso le dije que mejor nos fuéramos desnudando para gozarnos más, así que nos subimos a la cama y me quitó la playera y la falda, quedándome únicamente en ropa interior y mientras él se desnudaba, yo me abrí de piernas y haciéndome la tanga a un lado me chupaba mi dedito y lo llevaba hacía mi clítoris, masajeándolo y empezaba a gemir, a él le prendió esa acción de mi parte y ya desnudo totalmente se puso de lado de la cama y me dio a mamar su verga que aun estaba bien dura, caliente y jugosa, y mientras hacia eso al mismo tiempo seguía deseándome la panocha rica y peludita que tengo, llena de juguito. Estando así un buen rato terminó en mi boca. Descansamos un rato, mientras seguíamos besándonos y platicando, hasta que nos quedamos dormidos, pasaron como dos horas cuando Marco me despertó apretando mis tetas y chupándolas, jalando y mordisqueando mi pezoncito, al mismo tiempo que me empezaba a desear mi panochita, ya cuando me sintió bien mojada metió su verga y empezó a darme muy fuerte y rápido, sentía como estaba a punto de terminar cuando la saco y me puso a cuatro patas, para meterla de nuevo y seguir en lo que estábamos, pero esta vez me agacho más para poder acariciar mi clítoris, estuvimos otro rato así cuando me vine primero, pero como él no terminaba siguió hasta que termino dándome su lechita en mis nalgas.

Eran como las 6 de la tarde, y nos tuvimos que ir, ya que él tenía un compromiso de la escuela. Pero no se imaginan lo caliente que quedé. Llegando a mi casa me habló Gerardo un amigo que conocí en mis clases de inglés, el chico siempre me gustó y más por aquellos colmillitos tan sensuales, que como me los imaginaba encajados en mi cuello, en mis tetas y en mis muslos.

Gerardo me contaba las penas que tenía con su novia y ese día para no variar me habló para lo mismo, solo que esta vez me quería ver para invitarme un café. Pues bueno no me quedaba de otra, así que nos quedamos de ver en una avenida cerca de mi casa, para así irnos por el dichoso café, estando yo sentadita en una banca esperándolo llegó y me saludó, algo cerca de la boca y bueno ahí empecé a ponerme caliente de nuevo, cuando me subí en su coche le dije que me empezará a contar y así se quedo estacionado y platicándome, ya cuando terminó de decirme le di un abrazo y él se recargó en mi pecho, después levantó su cara y me beso, que rico por fin probaba su boca! Después de unos besos muy tiernos, seguimos a los besos cachondos y ahí empecé de nuevo a mojarme, él me dijo que si quería ir a otro lugar y con mi mirada pícara le dije que sí, fuimos a un hotel y ya adentro en el elevador no aguantamos la calentura y empezábamos a fajarnos a mí el camino a la habitación se me hacia e-ter-no!.

Por fin llegamos y nos tumbamos en la cama a besarnos como locos me decía que siempre le había encantado mi cara de zorra y que como le gustaba mi boca, que quería comprobar si de verdad mamaba como él imaginaba; esas palabras me prendieron y a la vez siento que fue una especie de reto hacia mi persona, pues después de lo que había pasado con su novia estaba decidida a hacerlo gozar y verme y ser más perra que ella. Nos desnudamos y el quedando parado me hinque y empecé a sobarle la verga, aun la recuerdo de un tamaño mediano, bastante gruesa, con unos huevos medianos negros y sus pelos negros bien tupidos igual que su pecho, después de masajearla y jalársela me la metí a la boca, lamiendo la cabecita ensalivándola bien y al mismo tiempo acariciarle los huevos y alternando, metiendo mi lengua entre los huevos y acariciando su pito, mientras él me decía que rica zorra era, que era la chava más puta que había conocido. Cuando sentí su pito bien duro lo senté en una silla que estaba ahí en la habitación y me abrí de patas sentándome encima de él e iba introduciendo poco a poco su hermoso pito grueso y venudo, empezaba a cabalgarlo como loca quería comérmelo todo con mi panocha mojada, deseosa de verga; después me voltee, dándole la espalda y así seguí montándolo, mientras me apretaba las tetas y me mordía el cuello mmmh! por fin se me hacia sentir sus colmillos encajados en mi cuello, chupeteándome. Gerardo terminó adentro de mí, me gustó sentir su semen caliente, yo terminé también, pero ya me sentía un poco adolorida de las nalgas y algo rosada de mi panochita pues la fricción estuvo divina!.

Nos acostamos un rato y estábamos viendo un canal porno, al ver esas escenas y después de un descanso empezamos de nuevo a tocarnos y a besarnos, ésta vez hicimos un rico 69, sentía como entraba toda su lengua dentro de mi panocha y él se tomaba todos mis jugos, al mismo tiempo, le mamaba el pito, cuando le dije que me cogiera, le rogaba que me diera verga. Me puso también a cuatro patas y me metió el pito mmmh! Que rico sentía tenerlo adentro de mí calientito, mientras metía y sacaba Gerardo me daba unas nalgadas bien fuertes y me seguía diciendo “que rica zorra”, “eres más puta que mi novia”, “que sabrosa panocha tienes, comete mi pito”, en esas estábamos cuando los dos terminamos.

Él encanto se había acabado, pues ya era tarde y tenía que regresar a mi casa, nos vestimos y me llevo a mi casa. Nos despedimos con un rico beso y ese día dormí profundamente.

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