De compras con mi hermana
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Como siempre, cuando mi hermana me llama para pedirme un favor, intento complacerla, pues luego tendré mi recompensa.
Me recibió con unos leguins ajustados y una camiseta también ajustada.
La llevé a comprarse ropa para las vacaciones de verano. Pantalones cortos, camisetas de tirantas, bikinis, etc… Fuimos a una gran superficie donde había una tienda de tallas grandes, pues está un poco rellenita. Aun así, muy sexi, al menos para mí. Comenzó a mirar ropa y me iba dando lo que se iba a probar. Cuando tenía varias prendas, fuimos al probador. Ella entró en el primero que encontró vació y cerró la puerta, pero sin el pestillo. Cuando se probó el primer conjunto, salió del probador.
.- ¿Qué te parece?… Preguntó mi hermana, mientras daba un par de vueltas… ¿Me queda bien?
.- Yo te lo veo bien… Contesté, mientras miraba el canalillo de sus pechos por el escote de la camiseta… Tú eres la que te tienes que sentir bien.
.- ¿No te parece provocativo?… Me preguntó agachándose un poco y enseñándome las tetas por el escote, con un minúsculo sujetador.
.- Depende… Contesté… Para salir a la calle, un poco, pero para estar en casa o bajar a la playa está bien. Y los pantaloncitos, te realzan el culo.
Los dos reímos.
.- Tu como siempre… Rio picarona… No dejas de mirar mi culo.
Volvimos a reír. Entró de nuevo en el probador y salió con un vestido, que se le ajustaba un poco a su cuerpo.
.- Ayúdame con la cremallera… Dijo, volviéndose… Yo no llego.
Me acerqué y cogiendo la cremallera, que empezaba casi en su culo, se la comencé a subir. Cuando terminé se miró en el espejo.
.- ¿Te gusta?… Me preguntó
.- Un poco estrecho, creo… Contesté… Una talla más estaría mejor, pues te veo como embutida en el vestido.
La verdad es que estaba tan ajustado que tanto su culo como sus tetas parecía´que iban a hacerlo estallar.
.- Creo que tienes razón… Reflexionó… Bájame la cremallera.
Bajé la cremallera y entró en el probador, abrió la puerta y en ropa interior me dio el vestido para que le buscara otro una talla mayor. Mi polla se puso a cien, al verla así.
Fui a por el vestido en cuestión, y volví con uno más apropiado a su talla. Llamé al probador y volvió a salir en ropa interior para recoger el vestido.
.- Gracias, … Me comentó, con un guiño… Voy a probármelo.
Esta vez no cerró la puerta, pues estábamos solos en los probadores. Se enfundó el vestido y éste le quedaba menos ceñido.
.- Este me queda mejor… Comentó mirándose al espejo… Me lo quedo. Me he probado lo demás y me quedan bien, Ahora por la ropa de baño
Esta última frase me puso como una moto. Iba a ver a mi hermana en bikini o bañador, dependiendo lo que comprara. Fuimos a la sección de baño y buscó varios bikinis y bañadores y volvimos al probador. Yo cada vez estaba más caliente. Volvimos al probador, utilizando esta vez el último, al final del pasillo, en un rincón.
.- Dame la ropa… Me exclamó… Voy a probármelos.
Ese probador, por suerte para mí, tenía la cerradura rota y la puerta no cerraba, por lo que pude ver a mi hermana desnuda, con la puerta entre abierta, deleitándome con sus tetas, pues no se quitó las bragas. Mi polla iba a estallar en mi pantalón. Se probó el primer bikini y le quedaba genial. Tapaba lo suficiente de sus grandes tetas y la braguita casi se le metía entre las nalgas. Mi polla seguía queriendo salir. Cada bikini que se probaba me ponía más cachondo, hasta que no pude guantar más. Miré a mi alrededor y no había nadie en los probadores, por lo que entré cuando se estaba quitando el último bikini y agarrándola desde atrás le acaricié las tetas, mientras besaba su cuello y espalda. Me bajé los pantalones y el bóxer y mi polla saltó como un resorte. Mi hermana se agachó y colocándose de rodillas comenzó a mamármela. Antes de correrme le hice un gesto y solté toda mi lefa en sus tetas. La hice sentarse en el banco del probador y abriéndole sus piernas le comí el coño hasta que sus flujos inundaron mi boca.
Se vistió y recogimos la ropa que iba a comprar, pagamos y salimos de la tienda. Por el camino a casa, en el coche, le puse la mano en su entrepierna y comencé a masturbara por encima de su ropa, haciéndola gemir con un orgasmo.
.- Gira aquí… Comentó mi hermana.
Giré y entramos en un polígono industrial casi abandonado, pues la mayoría de naves estaban cerradas o abandonadas.
.- Por esa calle… Me indicó.
La calle no tenía salida.
.- Para aquí… Me indicó… Para el coche
Apagué el motor y acto seguido mi hermana agarró mi polla por encima de mi ropa. Me desabrochó el pantalón, y sacando mi polla la besó, lamió y se la metió en la boca. Sentía sus labios subir y bajar por mi polla.
.- Vamos al asiento de atrás… Le dije… Y ponte de perrito.
.- Si… Contestó.
Pasamos a la parte trasera del coche y nada más ponerse en la postura indicada, le bajé los leguins y las braguitas y se la inserté en el coño de una sola vez. Comenzó a gemir desde que se la metí. Después de un buen rato bombeando, la saqué y me corrí entre sus nalgas. Se limpió con un klinex que siempre llevo en el coche, nos recompusimos y seguimos camino a su casa.
Cuando llegamos, me senté en el sofá del salón y mi hermana fue a su habitación a dejar la ropa que había comprado. Después de un rato, salió con uno de los bikinis que no había visto que comprara. Era rojo, el sujetador a penas cubría las tetas y las braguitas eran tan ajustadas que se le metían entre sus nalgas como un tanga, y por delante se le señalaban los labios del coño.
.- Lo he comprado solo para tí, … Me dijo con un guiño… ¿Que te parece?
.- Se te ve genial… Contesté mientras le tendía mi mano para que se acercara… Muy sexi
Cuando estuvo cerca de mí, la atraje hacia mi y le di un beso en la entrepierna, agarrándola por las nalgas. Le quité las braguitas del bikini, saqué mi polla y se colocó a horcajadas sobre mí, insertandosela en el coño por segunda vez y comenzando a cabalgarme muy despacio. Yo le quité el sujetador y mientras me cabalgaba agarraba sus tetas y las besaba, lamia, chupaba y mamaba con pasión. Al poco, sentí como se estremecía con un orgasmo, notando sus flujos en mi polla que seguía en su interior. Al poco, le solté toda mi descarga en su coño, (Sin peligro, está operada), dejandonos caer en el sofá.
Nos recompusimos y después e unas cervezas, almorzamos juntos. Después de almorzar y recoger y fregar los enseres, me llevó a su habitación y despues de un delicioso 69 volvimos a follar, aunque esta vez me dejó darle polla en el culo, inundandolo con mi lefa. Nos quedamos dormidos y poco antes de que regresara mi cuñado, nos despertamos y duchamos juntos, con una nueva follada en la ducha, mientras el agua resbalaba por nuestros cuerpos.
Cuando llegó mi cuñado, estábamos en el sofá viendo le tele. Lo saludamos y me invitó a quedarme a cenar, lo cual no rechacé. Después de cenar y un par de cubatas, me quedé a dormir.
Esa noche volví a follar con mi hermana en el salón, mientras mi cuñado estaba dormido en su habitación.
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