Casada desde hace 6 años sin hijos, fuimos novios con mi esposo por espacio de 5 años. Tengo actualmente 33 años de edad tengo una carrera universitaria terminada, lo que me da independencia económica aunque trabaje desde casa. No fue la excepción el año 2020 durante la emergencia sanitaria mundial. Decidí contar mi historia en lituae.ru.
El apartamento donde vivimos con mi esposo, tiene dos dormitorios, dos baños completos y todo lo demás para hacerlo cómodo y de buen tamaño. Posee un generoso jardín posterior donde decidimos hacer unas pérgolas justo detrás de los ventanales de la sala y del dormitorio principal. 😁
Para el efecto, mi esposo llamó a un contratista conocido que ya ha hecho otros trabajos para algunos familiares. Se llegó a un convenio económico y se contrató la construcción.
Llegado el día del inicio de la misma, se presentó el contratista con un sobrino de él, estudiante de arquitectura quien, por no haber clases por la mencionada emergencia sanitaria, se haría cargo de la hechura de la pérgola.
Muchacho de regular altura, culto y educado, bastante atractivo de unos 23 años. El tío, el contratista, nos presentó y le dio las indicaciones iniciales para empezar el trabajo. Así se hizo pero le mostré la habitación y baño secundarios para que los usara para cambiarse de ropa, ducharse y hacer sus necesidades fisiológicas. 😜
La puerta de esa habitación, está frente a la puerta de la habitación principal, y el baño, entre ambos dormitorios. En el dormitorio, que se le adjudicó, hay una cama para una persona, que lo tenemos para invitados, y un espejo grande que uso para ver la ropa cuando voy a salir.
Pasaron los días, y él al cambiarse de ropa y ducharse, cerraba la puerta de la habitación y del baño respectivamente. Por mi parte, algunas veces me acercaba a ver el trabajo que hacía. Regularmente con ropa muy cómoda como ya dije.
Alguna de ella, dejaba muy poco a la imaginación, sobre todo las blusas, que guardaban unas generosas tetas cuyos pezones se marcaban mucho. Al pobre chico se le iban los ojos y no sabía dónde poner la mirada. Yo me reía y lo dejaba inquieto. 😍
Uno de esos días, entró después de que yo le abriera la puerta y se dirigió a la habitación a cambiar de ropa. Pero no cerró la puerta. Desde mi habitación, quise ver algo pero no lo conseguí. Eso sí, él consiguió inyectarme curiosidad. Ese día salí a ver su trabajo, pero con un shortito muy chico y una blusa excesivamente escotada.
Casi se podían ver las tetas completas y mi conchita se marcaba muy bien en el short. El chico ya había puesto más avispado y ya sabía dónde poner sus ojos cuando yo me mostraba vestida de esa manera. Entré de nuevo y empecé a observarlo a través del ventanal de mi habitación. 😎
Por la tarde antes de irse y al momento de ducharse, no cerró la puerta del baño ni la de la habitación al vestirse. Me dejó aún con más curiosidad sobre sus atributos. Entonces en la noche ya tranquila, moví el espejo que había en la habitación asignada a él, para que yo pudiera ver desde mi habitación todo lo que él hacía en la de él, cuando se cambiara la ropa.
Como no era tonto, se dio cuenta inmediatamente de la nueva colocación del espejo. Tampoco cerró la puerta y procedió a desvestirse poniéndose de frente a donde reflejara el espejo. Eso significó que yo, estando en mi habitación, veía cómo se desprendía de la ropa. 😉
Por la tarde antes de irse, se duchó estando yo en mi habitación. Escuché cuando cerró la llave de la ducha y así sin más, salió sin secarse y con su verga dura. Entró a mi habitación y me dijo poco más o menos lo siguiente: aquí ahora hay dos caminos… o se queja y me despiden o disfrutamos los dos de algo que nos hace falta.
Quedé petrificada cuando puso mi mano en su instrumento
No atinaba a decir nada pero empecé a masajear su verga. Puse mi otra mano en ella también y la lamí lentamente. Su cabeza primero y a lo largo después. Cuidadosamente, agarré con mis manos sus pelotas y también las metí en mi boca. 😂
Él ya gemía de placer y me empezó a sacar la blusa, cayendo las tetas. Las tomó con sus manos y pellizcó los pezones que ya estaban duros. Yo seguía chupando aquella rica verga hasta que me recosté en la cama para más comodidad. Ninguno hablaba, solo gozábamos. Buscó mi rajita y allá se dirigió con labios y lengua. Sentía que estaba en el paraíso. Hacía tanto tiempo que no sentía algo así. Con mi esposo ya el sexo era insípido y distante.
Le pedí que se sentara en el ángulo de la cama y me senté sobre él obligando la penetración. Mis movimientos se volvieron violentos y fuertes pero no quería provocarle un rápido orgasmo. Quería disfrutar. Así pues, me tendí de espaldas en la cama y él sobre mí penetrándome ricamente. Subió mi pierna izquierda a su hombro y con acometió con violencia. Dando un gemido o suspiro fuerte, terminó dentro de mí.
Un rato estuvimos en la cama sin mucha conversación. Por fin se levantó, se duchó de nuevo y se marchó. 😜
Al siguiente día, llegó como siempre. Le ofrecí desayuno y me dijo que si quería desayuno. Pero no de comer. Desayuno sexual. Se me aproximó, me arrancó la blusa y me chupó las tetas ahí mismo. También arrancó mi short y metió sus dedos. Cargada, me llevó a la cama, me tiró en ella, se desvistió y me cogió con gran deseo… casi que aquello era una violación. Mientras me cogía, me dijo: zorra, están riquísima… eres mi zorra y sé que te está gustando… zorra.
En adelante, todos los días le tenía preparado su desayuno sexual por la mañana, y por la tarde antes de irse, le daba su refacción sexual. Me hacía alcanzar orgasmos increíbles cada vez que teníamos sexo.
Terminando el trabajo, quise revivir aquellos momentos y hacerlo con mi esposo. Imposible. Volví al sexo distante e insípido. Intenté localizar a aquel chico, pero no me fue posible. 😎
Espero tener ocasión de vivir de nuevo algo similar alguna vez en la vida.
By: Lunaclara
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