Me gustaría contaros una experiencia que recientemente hemos tenido mi pareja y yo. Salimos un sábado al Local de Ambiente que normalmente vamos. Nosotros somos una pareja joven y que nos gusta mucho el morbos y cuando queremos intercambiar nos apetece que sean parejas como la nuestra.
Nada más llegar al pub vimos a la entrada a una pareja de buen aspecto que nos parecía muy interesante, pero desgraciadamente nos sentamos en una zona alejada pues no había muchos sitios libres. Al poco rato esta pareja fue a la barra del local, sentandose cerca de ella y enfrente de nosotros que estabamos sentados. Nos mirabamos los unos a los otros, pero es dificil dar el primer paso. En unos pocos minutos se nos acercó la relaciones del local para preguntarnos si estabamos interesados en contactar con alguna pareja pues había alguna interesada en charlar un rato. Le hablamos sobre la parejita de la barra y al poco rato nos la presentó.
Nos saludamos y lo cierto es que empezamos a charlar como si nos conociesemos desde toda la vida. Era una pareja de unos 30 años, muy simpáticos y bastante majos físicamente. Hablamos de nuestra experiencia en este campo, de lo que buscábamos y hasta dónde estabamos dispuestos a llegar.
Estos nuevos amigos nos comentaron que nunca habían estado en un cuarto oscuro y que les apetecería mucho pasar por esa experiencia. Después de tomarnos nuestras copas pasamos al cuarto oscuro.Logramos distinguir en la oscuridad a unas cuatro o cinco parejas más; algunas por libre y otras ya relacionadas. La verdad es que fue todo muy rápido y supermorboso, porque a los pocos minutos de entrar, el chico de la otra pareja empecó a acariciarme las piernas, y lentamente fue subiendo sus manos por mi cuerpo hasta acariciarme los pechos.Mi chico no se quedaba atrás y estaba acarienciado también a la otra chica. Lo cierto es que estábamos los cuatro juntos y teníamos las manos de todos sobre todos.
Al poco rato, mi «compañero» me besaba los pechos mientras que su pareja le hacía una felación.Ella me acariciaba entre las piernas yo acariciaba a mi marido y el a mi. Creo incluso que pusimos bastante a tono a otras parejas que allí se encontraban pues se oian muchos jadeos que no eran solo los nuestros. Continuamos con este tipo de juegos hasta que nos encontramos con ella apoyada sobre mi, yo sobre ella acariciandonos mutuamente y nuestros respectivos a nuestras espaldas con los pantalones a la altura de las rodillas.
Cuando acabamos he de reconocer que ni teníamos ningún rubor y que nuestra experiencia había sido altamente gratificante para todos, todos habíamos disfrutado mucho, pero lo más divertido era que antes de salir, al echar la última mirada al interior del cuarto oscuro estaban otras dos parejas de la misma forma que nosotros habíamos estado antes y es que… el morbo es el morbo.
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