Crónicas de un cornudo consentido (1)

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Nunca pense que iba a fantasear con ver a mi mujer con otro, mucho menos con cuatro. Desde novios bromeabamos con esa idea de ser swingers, pero eso quedó ahí.

Una noche, cuando mi señora se estaba bañando, se me ocurrió mirar el celular de ella. Ahí me enteré que ella había conocido a un flaco dueño de un gimansio, que además trabaja en boliches nocturnos. Según supe, por espiar el celular de mi mujer, que ella se dispuso a chatear con él luego que este tipo le elogiara el cuerpo, en especial su lindo culo parado. En fin, chatearon de asuntos muy lujuriosos. Aparentemente le propuso a mi mujer de tener sexo grupal (y para mi que ya lo habían tenido), y que si quería podía ver como se la cogían cuando subiesen un vídeo al Internet. Ella le contestó que si, que la sola idea de que la.sodomizaran cuatro tipos la volvía loca. En cambio a mi, al principio me pareció una locura lo que estaba leyendo en esos chats, pero después me exitó de sobremanera aquella loca idea.

Por lo que mis ojos vieron aquella orgía fue en un gimansio o algo así, lo filmaron casi todo y vi en el celular de mi mujer (cuando obviamente se lo pude sacar), como cinco monos empezaron a acariciarla, le besaban sus manos y rostro como si se fueran a deborarla de a poco. La verdad que lejos de disgustarme, quise ver como se empernaban a mi esposa. Vi como ella le chupaba la verga a cada uno de ellos como una loca desaforada, a ella parecía encantarle. Atónito seguí mirando como Patricia, mi mujer, le seguía mamando sus pijas y los tipos le decían cochinadas y también de como yo era un reverendo cornudo, a pesar se que no sabían anda de mi.

Despúes de que les mamó la pija a cada uno de ellos, se puso en medio de la ronda y se lleno su boquita de esperma, los cuatro se mastrubaron sobre ella.

Los negros estaban deseperados por cogerse a Patricia, mientras ella les decía que tengan paciencia. Se las chupó un buen rato como cerda mientras ella jadeaba y los miraba con su mirada de lujuria, estando ellos en ronda y alrededor de ella disfrutaban los movimientos de su inquieta lengua y de su boca pintada de labial rosa.

Cuando uno de ellos la agarró por la cintura, dos de ellos la empezaron a penetrar de parados uno en cada agujero y ella más loca se ponía, parecía que se le desorbitabanlos ojos. Gemía como una verdadera zorra (cosa que conmigo rara vez hacía) mientras la tiraban al suelo arriba de un negro y con otros dos más sobre ella.

Tenía un mono pemetrandole la boca como taladro, otro penetrandola desde abajo en su concha y el otro por atrás penetrandole como un pistón su ano. Todas estas impiadosas manifestaciones de lujuria y sexo turbaron mi alma, pero debo confesar que me exitaron tanto que comecé a tocarme mientras miraba el vídeo ene l celular de mi señora. Finalmente la pusieron en el medio y masturbandose le acabaron todos en la cara y su boca, mientras gemían y algunos la puteaban diciendole que era una zorra muy puta. Su cara quedó llena de semen que ella saboreaba y relamía.

Despúes de todo lo que ví y me enteré de Patricia me quede mudó y no le dije nada. Después entendí que por algo ella llegaba a casa y chateaba mucho riendose. Todo esto de mis cuernos le parecía divertido. Cuando iba a vengarme, no lo sé.

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