Con 30 años, soltero, se me presento un excelente trabajo en la capital lo que me obligó a trasladarme de mi ciudad natal. Por el tema tiempo, distancia y dinero, no alcance a ver alguna pensión o departamento para arrendar, por lo que me alojaría los primeros días en el departamento de mi hermana hasta que encontrara algo de mi agrado.
Mi hermana, era separada hace años. Por la distancia entre nuestras ciudades, prácticamente no la veía nunca, a excepción de algún matrimonio o funeral de la familia. Solo manteníamos contacto telefónico y alguna tarjeta de cumpleaños o navidad.
Al llegar a la gran ciudad, la llame por teléfono y me dijo que ya estaba por salir de su trabajo, por lo que me tuve que quedar haciendo la hora hasta encontrarme con ella. Luego de los correspondientes abrazos, nos dirigimos a su departamento. Aprovecho de enseñarme que locomoción tenía que tomar y favorablemente mi trabajo quedaba muy cerca del suyo.
Comencé a trabajar y en mis ratos libres a buscar algo donde alojarme, pero los que me gustaron eran demasiado caros, o estaba muy alejados, en fin una noche después de cenar, mi hermana me propuso que viviera con ella el tiempo que yo estimara conveniente, a si, la ayudaría con los gastos del departamento y sería mas conveniente para ambos. La idea me pareció fabulosa, ya que su ubicación era perfecta y arrendar algo solo para mí, comprar muebles etc., sería una lata, además que no conocía a nadie en fin, todo era para mejor.
Así fue como comencé a vivir con ella, sin ningún problema. Ella muchas veces me comentó que se sentía más segura conmigo en la casa, que le servia de compañía.
Mi hermana era una mujer de pocos amigos. Casi nunca salía. A sus 41 años, morena, mujer normal, ni bonita ni fea, pero lo que si, era muy ancha de caderas, tampoco tenía novios. Una noche me comentó que había estado saliendo con un tipo, por mucho tiempo y después se enteró que era casado y de ahí no había vuelto a salir con nadie.
Una día sábado en la tarde, nos encontrábamos en casa viendo televisión, cuando comenzamos hablar que ambos no teníamos ningún panorama para la noche y a si surgió la idea que saliéramos a comer afuera, cada uno pagando su consumo. Nos duchamos y nos vestimos para salir. La verdad me sorprendió lo bien que se veía. Salimos a comer a un buen restauran y luego nos vino la loca idea de ir a bailar. Ella me llevo a un disco muy grande que estaba repletísima. Al entrar era tal el tumulto de gente, en su mayoría hombre. Preferí tomarla de la cintura, para evitar agarrones y la puse delante de mí para que ninguno se fuera a propasar con ella.
El atochamiento de gente en la entrada me obligo a apoyar mi verga contra su culo una y otra vez. La situación me puso un poco calentón y mi verga despertó con el roce. Al principio trate de evitar este roce, pero después me dejé llevar, total, era la situación que vivíamos y tampoco no creo que ella se diera cuenta de que había despertado a mi verga. Una vez adentro, nos acercamos a la barra y pedimos nuestros tragos. Nunca conseguimos alguna mesa donde colocarnos, por lo que nos tomamos rápidamente nuestros tragos y nos fuimos a bailar. La música estaba muy buena y ambos teníamos tiempo de no bailar, aunque nos gustaba mucho cuando éramos mas jóvenes, por lo que estuvimos mucho rato bailando, solo parando de vez en cuando a tomarnos alguna cerveza para aplacar la sed en la barra.
La noche transcurrió y ya la gente comenzó a abandonar el local. Nos acercábamos nuevamente a la barra cuando vimos un lugar desocupado. Mi hermana se sentó ahí para reservar el lugar, mientras yo compraba los tragos. Al volver un hombre estaba sentado a su lado, tratando de convérsenla que salieran a bailar. Al verme llegar me pidió disculpas ya que no sabía que ella estuviese acompañada. Le dije que por mi no había problema, ya que éramos hermanos. El se levantó y le pidió por última vez que fueran a bailar. Mi hermana me miró como pidiendo aprobación y yo la anime a que fuera.
Entraron a la pista y comenzaron a bailar. El se acercaba a su oído conversándole quizás que cosa, mientras mi hermana, alentada por los tragos quizás, bailaba muy sensualmente. Bailando la tomo de la cintura y siguieron bailando así. Yo no perdía detalle de lo que en la pista estaba pasando, cuando vi que el tipo trataba de besarla mientras ella corría su cara, pero no era un no rotundo. Distraje mi mirada un segundo y cuando vuelvo a verlos se estaban besando. No me gustó mucho el tipo, pero no hice nada, solo me quedé ahí, ya tomando el trago de mi hermana, ya que el mío se había acabado. El descarado en uno de los besos, bajo su mano hasta agarrarle con toda su mano el culo a mi hermana. Ella le tomo la mano y se la subió. Fue ahí donde yo me levante y me acerque a ella, llamándola seriamente. Ella dejo al tipo y volvió a donde estaba yo. La reté por lo que estaba haciendo, pero ella no le dio mucha importancia. Cundo se sentó y quiso tomarse su trago, se dio cuenta que yo ya había terminado casi con los dos, por lo que fue a la barra a pedir otro.
Estaba en la barra cuando se acerca nuevamente el tipo y le dice algo en el oído. Ella me señala y le dice algo, luego el tipo se va. Cuando vuelve a mi lado, con dos tragos, le pregunté que le había dicho el tipo y ella muy suelta de cuerpo me dice que la quería invitar a su departamento a tener sexo. Me dio un poco de celos, pero no dije nada, sin embargo al parecer ella se dio cuenta de mi molestia. Comenzó a abrazarme y a decirme que no me pusiera celoso. Me di cuenta que ella había bebido mas de la cuenta y por mi parte tampoco estaba con mis cinco sentidos. Ya tome el tema como broma y le dije que ya era hora que nos fuéramos. Ella me pidió la dejara tomar ese último trago y que luego nos iríamos. EN eso tocan un tema que a ella le encantaba y me toma de la mano y me obliga a salir a bailar.
En la pista ella comienza a bailarme muy sensualmente. Aun un poco molesto, comencé a ver como mi hermana bailaba para mí, moviendo sus pechos, dándose vuelta y apoyándome su generoso culo sobre mí. El baile comenzó a excitarme y comencé a ver a mi hermana con otros ojos. El tema terminó y volvimos a nuestra mesa, la que había sido ocupada. Tomamos nuestros tragos y nos sentamos en otro lugar, donde la luz casi no llegaba, mucho más intimo.
Al sentarnos vimos como una pareja de más allá se besaba muy apasionadamente. Nuevamente el tipo apareció y la invitó a bailar. Ella viendo mi cara de molestia, me abrazó y le dijo que no, que ya estaba con pareja. El tipo le siguió insistiendo y cuando yo me disponía a levantarme para correr al tipo, ella se acerca y me besa en los labios, metiendo su lengua dentro de mi boca. Me pillo tan de improviso, que no atiné a nada, quedándome quieto. Cuando ella deja de besarme veo que el tipo se había marchado. Le pregunté por que había hecho eso. Ella dijo que para correr al tipo de una vez. Como si nada hubiese pasado, ella siguió bebiendo. Yo a un helado por su reacción comencé a mirar como la pareja se tocaban ya descaradamente.
Ella me abrazo y también se quedo mirando a los jóvenes. Con su mano en mi pierna, a escasos centímetros de mi verga y viendo a la pareja, comencé a excitarme. No sé si eran ideas mías, pero sentía que mi hermana cada vez se acercaba mas a mí, y su mano levemente presionaba mi pierna. Comenzó a hacer comentarios en mi oído de la pareja, como él la tocaba, como sus manos estaban acariciando sus pechos, todo esto pegada a mi oreja, dándome un escalofrió que recorría todo mi cuerpo.
La miré y ella me miró. Con su cara apoyada en mi hombro, su boca a escasos centímetro de la mía, y su mano apretando mi pierna. No se como pasó pero cuando medí cuenta tenia la lengua de mi hermana dentro de mi boca. Fue un beso suave, pero que rápidamente fue poniéndose cada vez mas apasionado. Cuando su mano lentamente subió y se colocó sobre la dureza que ocultaba mi pantalón, eche todo al olvido. La levante y la senté en mis piernas, quedando aprisionada mi verga con su generoso culo. Solo bastó que dejara de besarme y mostrarme su cuello, para que la pasión se desatara. Sin importar quien me estuviese viendo, me abalancé sobre ese cuello besándolo fuertemente, bajando con mis besos hasta su escote. Sus manos jugaban con mi cabello, mientras una de mis manos se apoderaba de una de sus nalgas. Ella también dejó toda su cordura y comenzó a moverse haciendo rozar su culo contra mí aprisionada verga. Ya mis labios buscaban sus pechos, y solo podían tocar lo que mostraba su escote.
Cuando mi verga ya no daba más, apunto de reventar, ella se para y tomándome de la mano, me hace pararme. Me abraza y me dice al oído que nos fuéramos a su departamento. Salimos de la disco y tomamos un taxi, abrazados como si fuéramos novios, nos besábamos suavemente en el asiento de atrás, mientras nuestras manos buscaban los sexos del otro, disimuladamente para que el taxista no se percatara. Seguramente debe haberse dado cuenta, pero para el solo éramos una pareja caliente mas y no dos hermanos que dentro de poco, sabrían lo que era la palabra incesto.
En 15 minutos estábamos debajo de su departamento. Entramos rápidamente sin tocarnos para que ningún vecino curioso pudiese vernos. Solo bastó que se cerraran las puertas del ascensor, para que nuevamente se desatara la pasión. Casi a tirones, logre sacar una de sus tetas y llevármela a la boca chupándola fuertemente, agarrando su culo, sus piernas. Llegamos a nuestro piso y casi corriendo entramos al departamento. Al cerrarse la puerta detrás de nosotros, ya sin nadie que nos viera desatamos toda la pasión que hace rato se venía acumulando. La abrace por detrás y comencé a manosear sus tetas, ya más tranquilo, sabiendo que nadie nos molestaría. Baje su blusa y libere uno de sus pechos mientras nos besábamos. Lentamente seguí desnudándola y ella a mí. Sin dejar de besarnos y tocarnos, nuestras prendas fueron cayendo a medida que avanzábamos hasta su habitación. Ya completamente desnudos, caímos a su cama. Su boca se fue directo a mi sexo.
Ver como la boca de mi hermana mayor, se tragaba mi verga hasta el fondo era una sensación exquisita, la deje que lo hiciera por algún tiempo y después me monté sobre ella para frotar mi verga entre sus tetas. Ella al tenerla tan cerca de su cara no resistió y siguió chupándomela. Me baje y me coloqué detrás de ella. Levanté su pierna y sin dudarlo un segundo, se la metí hasta fondo. Mi hermana estaba muy mojada y le entró sin ninguna dificultad. Comencé a penetrarla una y otra vez. El alcohol en nuestro cuerpo la puso a ella más desinhibida y a mi más duro. Ella pedía mas y más, hasta que se levantó y se montó sobre mí, logrando que mi verga entrara hasta el fondo.
Comenzó a moverse desenfrenadamente sobre mí y entre gritos y gemidos logró un orgasmo increíble. Cayo rendida a mi lado, estaba exhausta y embriagada. Yo, aun muy caliente, me metí entre sus piernas y comencé a comerme su mojada concha, saboreando esos jugos de placer que sin ningún asco bajaban por mi garganta. Mi hermana gemía suavemente, ronroneando como una gatita, al sentir como la lengua de su hermano menor, trajinaba cada rincón de su sexo.
Me pidió que acabara dentro de ella y a si lo hice. Le levante las piernas a la altura de mis hombros y suavemente comencé a penetrarla por largo rato, hasta que sin poder aguantar mas, termine por descargar mi caliente semen en su interior.
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