Conociendo a una bailarina bien puta y sexy
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Hace tiempo que quería escribir las siguientes lineas, tal vez por necesidad de un desahogo mental.
Meses atrás y durante un fin de semana cualquiera, lo que parecía una noche habitual de salir con amigos y beber unas cuantas cervezas, pasaría a ser de todo menos normal para mí.
Ese día y tras una semana ocupada, por fin llegó la hora de juntarse con las amistades y decidir a donde dirigirnos para hacer lo normal de cada viernes o sábado; eramos un grupo de 4 jóvenes menores de 30 con una sola intención, terminar la noche borrachos (bastante simple)
Quedamos todos en un lugar de reunión para decidir entre nuestro bar preferido o una aventura a lo incierto, optamos por la segunda opción y elegimos ir a un nuevo lugar en la ciudad, uno de los conocidos en mi país como “tables” o de otras maneras mucho mas coloquiales que no me apetece escribir (Para una mejor comprensión, me refiero a los stripclubs)
Pues bien, sin más apuro nos dirigimos a ese nuevo establecimiento, al entrar nuestros ojos se dirigieron a la pista de baile, vigilada por dos tubos a los extremos y sobre la cual daban un pequeño show dos de las chicas mientras que poco más de 100 pares de ojos las miraban; mientras nosotros tomábamos asiento y ordenábamos la primera ronda de cervezas nuestras palabras se callaron y nuestros ojos se dirigian como todos al espectáculo de aquella noche.
Pasaron un par de cervezas más hasta que entre la música y luces de neon anunciaban a dos nuevas chicas para que al ritmo de las canciones perdieran poco a poco las prendas; de esta forma subían a la pista asistidas por algún mesero; la primera mujer que noté vestía una tanga fosforescente y por arriba algo parecido a la parte superior de un bikini, tenia un cuerpo de curvas bastante pronunciadas, de aquellas que esculpen a base de bisturí y latex, rubia y con un rostro coqueto; sin duda se llevaba las miradas a tan impresionante cuerpo. La segunda chica que subió justo detrás de ella era diferente, de medidas proporcionadas y un cuerpo juvenil, de esas chicas de 18 años las cuales, por lo menos a mi, me causan bastante morbo, aquella llevaba un antifaz, razón por la cual solo podía notar medio rostro; durante unos segundos trataba de decidir hacia que cuerpo centrar mi atención y negando la mayoría de mis instintos no pude evitar que surgiera la curiosidad de ver el rostro de aquella mujer que tenia algo (tal vez el cuerpo) que había atraído bastante mi atención. Las canciones pasaban y poco a poco se iban deshaciendo de sus prendas, fue antes de que se quitara la parte superior cuando no pude evitar fijarme en sus ojos para saber algo mas de su rostro; la cara de la chica como todas, tratando de ser sensual y algo cansada de la rutina diaria. Justo en ese momento ocurrió algo que habría de separar una noche normal a otra como aquella fecha.
Como si ninguno de los dos lo hubiese planeado, nuestras miradas se cruzaron al mismo tiempo, ella mostró esa sonrisa falsa que todos los que han visitado esos lugares les han visto a las chicas una y otra vez; yo seguía un poco perdido entre su cuerpo y esa mirada que aún fingida despertaba mucha curiosidad en mi.
Pasaron las canciones, fue la primera vez que observé esos tetas y ese culo, la piel aromatizada con perfume barato y brillantina, esas zapatillas altas que la hacían disimular bastante bien su altura de 150 cm; ella se retiró de la pista y me volví a mis amigos, comenzamos a hablar de las chicas mientras que por el sonido anunciaban un pequeño receso; aprovechamos para salir a fumar algún cigarrillo y para tomar aire fresco por unos minutos, pasaban de la media noche y aún me parecía una ocasión normal.
Volvimos a entrar al lugar para seguir disfrutando del show pasaron aún mas chicas, bailaban, se contoneaban al ritmo de la música, mostraban las tetas, las sacudian, se daban nalgadas y hacian que los hombres nos perdieramos en sus cuerpos; el mesero llegó a ofrecer lo que conocemos como “copas” que no es más que pagar entre 12 y 14 dolares para que puedas compartir una cerveza con la chica que tu desees durante 15-30 minutos; la idea fue facilmente rechazada en unanimidad en la mesa; chica tras chica pasaba a la pista hasta que se acercaba la 1 am, momento en el que decidí hacer una llamada de corte personal que me obligo a salir un momento del establecimiento; al volver a ingresar vi a aquella chica del antifaz, ahora con el rostro descubierto pero la mismas prendas (única razón por la que la reconocí del todo), en un segundo me arme de valor y me dirigí a hablar con ella, la primera vez que hacía eso en algún lugar de ese tipo; la chica me reconoció de inmediato, algo raro pues con más de 100 hombres mirándola al mismo tiempo y con las luces parpadeantes debe ser complicado distinguir rostros.
Antes del contacto inicial la noté con una expresión de aburrimiento y astio, algo que cambió por una sonrisa coqueta pero falsa, un pequeño intercambio de palabras y me pidió que le invitase una “copa”, sin pensarlo mucho accedí y me dirigí con ella a una mesa algo alejada de mi grupo de amigos, pues quería la mayor privacidad que se pudiera; antes de que le pudieran traer una cerveza para ella, volví a mi mesa rápidamente para recoger un par de cervezas de la ronda actual y recibir de paso algunos comentarios en tono de burla por gastar dinero en una simulación.
Volví rápidamente a la mesa donde la chica me esperaba, acto seguido comenzó una plática habitual, un baile de mentiras en el que ninguno de los dos contestaba con la verdad, ella rápidamente se dispuso a sentarse sobre mi, quedando frente a frente de manera que pudiera tentarme con ese cuerpo que tanto me gusta; según me comentó minutos despues ella estaba un poco sorprendida pues pese a mi edad no me comportaba como un maniatico sexual tratando de frotar toda la piel que estuviese a mi alcance; lo único que puede contestarle es que dentro de todo soy un hombre serio y que en un lugar público se me hacia muy dificil comportarme de esa manera, ella sonrió y me dio un pequeño abrazó acercando su cuerpo a mi rostro, nos miramos de nuevo a los ojos y me hizo otra pregunta:
¿Por qué te fijaste en mi?
La respuesta fue clara, le conté como su cuerpo me atraía pero que en ese momento su actitud me habia agradado bastante, recibí otro abrazo hipocrita solamente que esta vez pude vencer un poco la timidez y bajar mis manos de su espalda baja hacia sus nalgas; nos volvimos a mirar a los ojos, pero de una manera algo incomoda, continuamos con la plática vacia, no distábamos mucho de edad así que era también una plática que contenia un poco de flirteo, poco a poco habia mas coqueteo entre nosotros y una erección cada vez mas evidente por debajo de mi pantalon, por su parte sonreia cada vez mas seguido en nuestra plática, y su cerveza parecia no moverse, pues cada sorbo de alcohol que bebiamos provenia de las que yo habia llevado a esa mesa.
Los coqueteos pasaron a preguntas un poco mas personales, acerca de su horario de trabajo y mis estudios, experiencias y palabras con un poco mas de significado; otra vez me mencionó que yo no era como otros clientes, que tenía algo que pocas veces habia visto (puedo afirmar que esas palabras me sonaron vacias en aquel momento, el día de hoy creo un poco mas en esas expresiones), por mi parte le decia que ella era bonita, que yo no asistia de manera frecuente a ese tipo de lugares y que actualmente estaba soltero (una verdad y una mentira), de vez en cuando me abrazaba de manera algo emocionada, nos contabamos chistes y anecdotas; yo habia pedido el pudor y pasabeaba mis manos por sus muslos, abdomen, nalgas y tetas, ella me ofrecia besarle los pechos un poco y contoneaba ese trasero en mi entrepierna; volvimos a esas miradas que no se volvian incomodas, nos sonreiamos y abrazabamos, pronto vi el reloj y se acercaba la 1:30 am, le quedaban unos pequeños tragos a su cerveza y parecia que mi tiempo parecia acabarse, ella se acercó a mi oido y me pidio que la invitara a otra “copa” pues queria seguir platicando; en ese momento lo pensé mucho mas que la primera vez pero al final accedí pues aquella chica habia cautivado mis sentidos aquella noche.
Me pidio que la acompañara al baño, la esperé durante un par de minutos y le pedí que me acompañara a buscar otro par de cervezas a la mesa donde originalmente estaba, asi lo hicimos y retornamos a nuestro lugar inicial; su cerveza venia y yo pensaba en la cuenta, serían aproximadamente 30 dolares, una cifra alta para esa un fin de semana cualquiera. Mientras nos retomabamos la plática anterior ella fue llamada al camerino, pues se acercaba la hora de su último baile de la noche, me volvió a mirar a los ojos y me pidio que me acercara a la pista cuando ella saliera, pues el siguiente baile me lo queria dedicar; mas excitado que emocionado le respondí con una sonrisa y un “por supuesto, pero antes quiero salir a fumar un cigarro” (¡como no!, la emoción me estaba superando y solamente queria sonreir como tono por un momento) asi lo hice, salí para encontrarme con mis amigos que de igual manera estaba hablando y fumando; la plática giraba sobre que otro compañero planeaba pagar por la compañia de una chica, a lo que le aconsejé que cuidara de no pagar demasiado por 15 minutos de compañia, pues yo habia estado con una chica durante 90 minutos por una sola bebida; así terminé la plática y volvimos al lugar pues el anuncio del nombre de esa chica ya sonaba por los altavoces
Asi fue como regresé a la mesa de mis amigos que estaba junto a la pista, verla salir de los camerinos y subir a la pista con una pequeña sonrisa y la mirada fijada en mi me hizo sentir como un macho alfa en aquel lugar, el juego de miradas se hizo algo interesante, me emocionaba saber que otros hombres estaban fantaseando con aquella mujer que me dedicaba esos movimientos, se acercaba a mi y descendia para preguntarme si me agradaba el baile, al final de unos minutos y tras perder la ropa bajó de la pista y reacomodandose de nuevo el bikini fue en mi busqueda para volver a nuestro lugar; sentados otra vez en la posicion de costumbre tuvimos la oportunidad de hablar acerca de temas personales, confensando que habia cierta atracción entre nosotros, nada cursi solamente la quimica entre dos personas y las ganas de querer conocernos en la vida real; intercambiamos de nuevo nombres esperando de nuevo a que ninguno de los dos mintiera (en ese momento volví a dudar) y también números de celular, seguiamos en nuestra dinámica de abrazos, miradas y coqueteos, con algunas guarradas al oido e insinuaciones acompañadas de caricias y pequeños mimos; me contaba los secretos del negocio, los pros y los contras, las ganancias que tenia y sobre su familia.
A poco mas de media hora de cerrar el establecimiento sucedió algo que iba en contra de todos mis instintos, de nuevo algo venció a la cordura y me deje llevar para besarla en los labios, fue algo mutuo, de nuevo nos miramos y sonreimos, jugueteabamos con el tema de lo que habia pasado, era innegable la atracción mutua; pasamos la última media hora hablando de que es lo que quisieramos hacer fuera, sobre si ver una pelicula o irnos directo al sexo que parecia que los dos pediamos con la mirada; al final de la noche encendieron las luces del lugar y pude observar con mucho mayor detalle su cuerpo, el alcohol no mentia, su cuerpo era ese fetiche que me encantaba, un abodmen que apenas dejaba entrever que alguna vez fue madre, aún asi con una sensualidad que llenaba mis ojos.
Me pidio que la acompañara hasta el camerino, me tomo de la mano y cruzamos el lugar, nos paramos en la puerta y nos besabamos, sus compañeras pasaban a nuestras espaldas y de reojo veian la situación(no se si eso pase habitualmente, por lo menos a mi no me ha tocado ver esa situación en aquel lugar), un amigo nos interumpió fugazmente para avisarme que me esperarían afuera; por último la tomé de la mano y la mira de nuevo a los ojos, nos dimos un abrazo amistoso y nos despedimos prometiendo hablar despues.
Esta fue la historia del primer encuentro con aquella mujer, es facil deducir que hubo más, pero, ¿cuantas veces? ¿que pasó entre nosotros? ¿cuantos historias les puedo compartir?, son preguntas que no puedo responder hasta que las termine de escribir; ¿si considero este relato como algún consejo para alguien en alguna situación similar?, la verdad es que no.
Si les puedo aconsejar algo, es que sin importar donde conozcas a una mujer, ella nunca va a dejar de querer fantasia, cariño y comprensión; esas mujeres que nos entretienen con sus bailes no son mercancía y nos pueden enseñar mucho acerca de lo que es el sacrificio y otras historias más, por mi parte me despido esperando poder seguir con estas historias si es que les agradan.