Confesiones entre amigas

Estaban Irene y Norma tomando un café con galletitas en la sala de la casa de Norma, cuando de pronto llegó el hijo de esta un joven de unos 17 años muy atlético pues era miembro del equipo de foot ball americano de su escuela, además que de facciones muy agraciadas y de pelo oscuro y ojos verdes como su madre, pidiéndole que le prestara el coche pues iban a ir a un antro varios amigos y él.

inmediatamente Norma le dijo:

— Ya te vas con esos vagos a buscar a esas chamaquitas locas que nada más andan viendo quien las embaraza para que las saquen de sus casas.

a lo que Iban que así se llama el hijo de Norma le contestó:

— ya mamá préstame el carro, no vamos a llevar a las amigas, vamos a ir solos.

y asi se enfrascaron en una discusión e Irene los veía y solamente sonreía viendo como su amiga se enojaba desesperada por no poder convencer a su hijo al cual terminó por darle las llaves del carro.

y al volver a la reunión con su amiga, Norma roja de ira y frustración le dijo:

— Ya no sé que hacer con este chamaco.

Y Norma, tranquilamente le dijo:

— Fíjate amiga que yo tuve el mismo problema que tú con mi hijo Josué, me desesperaba y me enojaba que no me hiciera caso, hasta que una vez me fui al mercado y al regresar no esperaba que mi hijo ya estuviera en casa, pues aún era muy temprano y rápidamente me dirigí al baño poque ya me orinaba y al abrir la puerta ví que Josué se estaba bañando y al verlo desnudo la mirada se me fue a su miembro, completamente parado, enorme y grueso y una oleada de deseo se apoderó de mí, cerré sigilosamente la puerta y me fui a mi recamara muy turbada y muy pero muy caliente.

Fue en ese momento cuando comprendí porqué me ponía tan irascible cuando mi hijo se iba con sus amigos y con esas escuinclas, entendí que estaba celosa, pero no con celos de madre, sino con celos de mujer enamorada que no quería que otra u otras tuvieran lo que era mío, yo lo hice, yo lo crie y lo vi hacerse un hermoso hombre, y que vinieran otras a disfrutar de él ¡¡ NO !!, no lo iba a permitir.

y decidí que yo lo iba a seducir que yo lo iva a disfrutar, que yo me lo iba a coger, y empecé a fraguar un plan.

Dejé de usar pantalones, me ponía faldas y vestiditos hasta la rodilla, blusas con amplio escote, escogí cuidadosamente mis cosméticos y mis perfumes.

y entonces cuando lo tenía cerca, me agachaba para que viera mis pechos en el escote de mis blusas y cuando nos sentábamos en la sala, dejaba que mis piernas se abrieran un poco dejándole una vista fugas de mis piernas y cuando noté que ya me veía de otra forma empecé a rozarlo con mis pechos  a replegarle las nalgas cuando lo tenía atrás de mí y al abrazarlo presionaba mis pechos en su pecho o en su espalda, hasta que un día que estábamos solos, le apachurre la parada verga muy fuerte y cuando se quejó voltee a verlo y sobándole la verga le dije con voz tierna, ¿te lastime cariño?, perdóname fue sin querer y como tenía la verga totalmente parada no me pude contener y se la agarré suavemente pero con firmeza y viéndolo a los ojos le dije ¡AY!, cuanto te deseo, entonces él me rodeo la cintura y me atrajo hacia él y yo lo besé con pasión con calentura, con locura.

Inmediatamente al ver que no había rechazo por su parte, le empecé a desabrochar la camisa, le aflojé el cinturón y al caerse sus pantalones le fui besando el torso velludo y poco a poco le fui  bajando los calzones y al quedar en cuclillas, su verga me quedó a la altura de la cara (debo aclarar  que yo nunca le había mamado la verga a nadie, ni a mi marido)y se la empecé a besar y a chupársela con placer y lujuria hasta que sentí que iba a venir y entonces besándolo en la boca lo lleve a la cama en donde lo recosté y montándome en él me ensarté en su parado miembro.

Y como yo lo esperaba, no aguantó mucho y se vino en mi con tal fuerza, que yo al sentir el chorro de semen caliente y a presión en mi interior, me vine copiosamente y como no terminaba de venirse yo me vine nuevamente y al terminar quedamos exhaustos besándonos ardientemente y yo sentí un amor , una ternura y una satisfacción nunca antes sentida con nadie con quien había hecho el amor.

Entonces yo le empecé a acariciar la verga y cuando sentí que se le empezaba a enderezar me la metí en la boca y se la chupé hasta que alcanzó las enormes proporciones que ya había disfrutado y casi asfixiándome se la chupe y besándolo me acosté de espaldas y el inmediatamente me abrió las piernas y me metió su miembro y empezamos a  coger y esta vez ya aguantó más y yo me vine varias veces disfrutando sus deliciosas embestidas.

Y de esta manera se solucionaron mis enojos y en siguientes ocasiones lo he ido guiando para que aprenda y yo disfrute practicando todas las posturas que se le ocurren y enseñándolo a hacerme sexo oral, yo sé que todo lo que ha aprendido lo van a disfrutar también otras, pero para mí mientras dure lo voy a seguir teniendo.

Esto que te platico amiga, es para que sepas como lo solucioné yo, tu sabrás si lo llevas a la práctica o no, Irene toda nerviosa y roja roja por la excitación que le provocó el relato de su amiga, le dijo:

— Ay Norma, te confieso que el coraje que me provoca el no poder convencer a mi hijo de que no se vaya con sus amigos, es realmente porque me dan muchos celos de pensar que se va a ir a revolcar con esas muchachitas y que yo que me estoy muriendo de ganas de tenerlo no puedo hacerlo por los tabús que nos ha inculcado la sociedad, pero ahora que tú me has confesado tu aventura con tu hijo creo que me voy a aplicar para seducirlo y hacerlo mío.

— Créeme amiga le dijo Norma que cuando lo tengas dentro de ti y sientas como se viene en ti, esa experiencia de recibir su semen con la fuerza de la juventud te hará disfrutar de una experiencia que nunca has sentido y que nunca olvidaras y que siempre vas a desear y poco a poco te convencerás que le estás haciendo un bien a tu hijo al iniciarlo en los secretos del sexo.

Y a parir de entonces Irene se dedicó a seguir los consejos de su amiga, siguiendo la estrategia que le aconsejó para seducir a su hijo y a los pocos días de llevar a la práctica su táctica de seducción, Irene sorprendió a su hijo hurgando en la ropa sucia para tomar sus pantaletas, acercándoselas a la nariz y besándolas, entonces ella abrazándolo le dijo:

— ¿Qué haces Ernesto (así se llama su hijo), ven mi vida deja eso mejor ayúdame:

Y diciendo esto, lo llevó a la cama y besándolo en la boca lo empezó a desvestir y cuando le quitó el pantalón, le quedó la verga bien parada de su hijo a la altura de su boca y ella sin pensarlo se la empezó a besar y enseguida se la introdujo en la boca para mamársela, hasta que después de unas cuantas chupadas se vino fuertemente en su boca y ella se la siguió chupando hasta que terminó y escupiendo el semen, se la siguió chupando hasta que se le volvió a parar, entonces ella se desvistió rápidamente, y acostándose le dijo ábreme las piernas y métemela despacito y después de que su hijo se la metió empezó a jalarlo por las caderas para que incrementara el ritmo de las embestidas y cuando él se iba a venir, le clavó la verga hasta el fondo y se vino en ella con tal fuerza que ella gritando de placer se vino varias veces, porque la eyaculación de él parecía no tener fin, entonces ella loca de placer y amor, lo cubrió de besos y lo abrazo con mucha ternura diciéndole ¡AY MI VIDA! cuanto te amo, quiero seguir siendo tuya siempre mientras tú quieras.

 

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