La historia que les paso a relatar es totalmente real y me esta ocurriendo en la actualidad. Les cuento que soy profesora de educación física estoy casada con un hombre espectacular y soy muy feliz con mi matrimonio o por lo menos lo era hasta que comenzó el problema que paso a relatar.
Con mi esposo compramos una casa que tenia un dpto. adosado, el cual fue alquilado a una pareja amiga muy jovencitos que son Patricia y Rubén, ella maestra jardinera y el empleado de un Púb. La pareja no andaba bien lo supe enseguida, pues Patricia me lo dijo y muchas veces sentimos discusiones entre ellos y en alguna ocasión ella andaba con moretones en los brazos.
Con el pasar del tiempo Patricia se hizo muy amiga de mi marido, lo que despertó los celos de Rubén, estaba como loco y como es violento yo sentía miedo por Patricia y por mi esposo, y sobrevino la catástrofe.
Ocurrió que durante un fin de semana largo mi marido decidió viajar a visitar a familiares en el interior del país y casualmente Patricia es de una localidad vecina a la de donde es originario el, de manera tal que tomaron el mismo Bus, cosa que a mi no me preocupó porque estoy bien segura de mi marido y también se de la moral ultra católica de Patricia, pero a Rubén eso lo tenia como loco, cuando volvíamos en mi auto de la terminal de micros veía como estaba de molesto, llegamos a casa y me dijo que tenia que hablar conmigo, así que entramos a el dto. de ellos; allí me manifestó de sus celos y que quería tener algo conmigo, no era raro que se sintiera atraído hacia mi tengo 30 años el cuerpo muy trabajado por ser entrenadora, y además la naturaleza me doto de un par de lolas superlativas que a veces me dificultan las clases de aeróbic, le dije que no y me dispuse a irme, el me tomo por la fuerza y comenzó a empujarme al dormitorio, me quise defender y me pego una bofetada que me tiro en la cama, quede paralizada de terror, y atontada por el golpe; entonces me arranco la ropa y se quito la suya con mucha desesperación, como un animal, y vi su miembro parado, era largísimo y muy grueso, se me subió encima me tomo de los brazos inmovilizándome y empezó a chuparme las tetas y besarme metiendo su lengua en mi boca.
Yo gritaba y suplicaba que parara, pero eso parecía excitarlo mas, me introdujo su enorme verga de un solo empujón y me bombeaba mientras yo gritaba y lloraba, estaba totalmente sometida, el me chuponeaba sin parar mientras sujetaba mis brazos muestras, caras bocas y narices estaban aplastadas mientras su pija reventaba mi concha hasta que me di cuenta que iba a acabar y a pesar de mis pedidos que no acabe adentro, lanzo en mis entrañas chorros de semen sin parar uno tras otro no cesaba de inseminarme, al final se quedo encima mío con su verga metida hasta los huevos, sentía la inundación de semen dentro de mi vagina, y seguía llorando yo no se si se compadeció de mi o que, pero me empezó a besar con dulzura como para consolarme, yo respondí tímidamente a esos besos y el se volvió a calentar sin sacar en ningún momento su verga de mi concha y comenzó la segunda cogida esta vez por parte de los dos, nuestros cuerpos musculosos se complementaban excelentemente y desarrollamos un ritmo infernal como dos animales, cogimos todo el fin de semana, se sintió muy realizado al destrozarme el culo con su súper pija ya que Patricia nunca había accedido a eso.
Así empezó el infierno, me acosaba constantemente y me cogia como quería y cuando quería, se metía en mi casa incluso estando Patricia en el dpto. contiguo, me cogia en los baños de mi gimnasio, en el Púb, donde trabaja, en mi casa, en el auto, y en donde se diera; tal es así que convencí a mi esposo que nos mudáramos lejos de ellos y vendimos la casa. Yo no podía decir a mi marido lo que pasaba y menos a Patricia que estaba contenta porque ya no peleaban.
Yo nunca sentí nada por el, incluso me desagrada lo primitivo que es, del tipo macho dominante, pero cuando nuestros cuerpos están unidos por su enorme verga me transformo en la peor de las putas y no puedo controlarlo, pensé que era calentura y que con el tiempo se me pasaría, pero el me busca, me acosa y al final siempre me coge y a mi me encanta. Ya han pasado dos años y lo único que logre es que no me joda en el trabajo ni en mi casa, nos encontramos en un motel 2 o 3 veces por semana y nos matamos como bestias en la cama.
No puedo hablarlo con mi marido, no quiero hacer peligrar mi matrimonio, tampoco con Patricia, seria como tomarle el pelo, si no estoy cerca de el, no me importa, ni me acuerdo estoy mas tranquila, no pienso ni me ratoneo con el en ningún momento, pero día por medio me llama, y todo cambia, me transformo y corro a su encuentro.
Tampoco puedo hablarlo con ninguna amiga porque estas cosas por más que se hablen en forma reservada siempre trascienden y bajo ningún punto de vista quiero hacer quedar a mi marido y a Patricia como si fuesen unos cornudos.
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