Casi me pilla mi padre
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Era una calurosa noche de verano. Por aquel entonces yo tenía 18 años y mi hermana 27 años. Como todos los veranos, desde chico, la desnudaba para acariciar sus deliciosos encantos. Mide como 1´60, morena, con unas deliciosas tetas y un culo que siempre fue mi obsesión. Estaba rellenita, sin llegar a ser gorda, lo que se podría decir, GORDIBUENA.
Serían pasadas las 2:00 de la madrugada, cuando salí de mi habitación y fui al servicio. Cogí unas toallitas húmedas, por si tenía suerte esa noche y podía desnudar a mi hermana. Al salir, me fui directamente a su habitación. Entré despacio, pues la puerta estaba abierta, y la cerré tras de mí. Lentamente me acerqué a la cama de mi hermana. Se veía deliciosa, dormida, con una lencería negra. Su cama estaba al lado de la ventana, por lo que las luces de la calle iluminaban lo suficiente para verla en todo su esplendor sin necesidad de usar linterna o la lamparilla de su mesilla.
Cuando me acerqué a la cama de mi hermana mayor, la observé unos instantes. Comencé lentamente a acariciar a mi hermana por encima de la ropa. Estaba boca arriba, por lo que comencé por los pechos, masajeándolos suavemente y notando sus pezones duros, que parecían querer salir a través de la tela. Subí el sujetador dejando sus pechos al aire. Se mantenían firmes. Luego de jugar un rato con mi lengua en sus pechos, bajé a su coño. Por sus braguitas se le transparentaba el triángulo negro de su entrepierna, cogí el elástico de sus braguitas y comencé a bajarlas hasta casi las rodillas, dejando su delicioso coño peludito a la vista. Me agaché y comencé a pasar mi lengua por sus labios vaginales, hasta llegar a su clítoris, Lo succioné y lamí durante un buen rato, Me saqué la polla y la rocé por su coño, empujando y metiéndole poco más de la mitad, al poco rato de estás bombeando, la saqué y me corrí en sus pelillos. Después de limpiarla, me quedé un rato observando a mi hermana desnuda. La volví a vestir y salí de la habitación.
Cuando salía del cuarto de mi hermana. me crucé con mi padre que regrasaba a su habitación, pues venía del servicio.
.- ¿Que hace en el cuarto de tus hermanas?… Preguntó enfadado.
.- Escuché un ruido… Se me ocurrió decir… Y como desde mi habitación no podía verlo, me asomé desde su ventana.
Mi padre miró al interior de la habitación, por suerte había vestido a mi hermana, aunque pensaba regresar un poco más tarde.
.- Está bien… Me dijo, aún enfadado… Vete a dormir.
.- Hasta mañana… Me despedí, entrando en mi habitación.
Me tumbé en la cama, aun nervioso. Me quedé dormido casi al momento. A las 5:30, me desperté de nuevo. Salí despacio y observé que mi padre estaba de nuevo dormido. Entré en la habitación de mi para desnudarla otra vez. Mi sorpresa fue cuando me acerqué a la cama y solo estaba durmiendo con las braguitas, pues se había quitado el sujetador. Estaba boca arriba, con sus deliciosa tetas desnudas con sus aureolas coronadas con dos estupendos pezones. Me incliné sobre ella y comencé a tocarle las tetas, masajeándolas suavemente y notando como sus pezones se iban poniendo duros con mis caricias, al igual que mi polla. Mi hermana seguía dormida, pues tiene un sueño muy profundo. Comencé a besar, lamer chupar y mamar de sus pezones, mientras acariciaba su coño por encima de las braguitas. Metí mi mano entre las piernas y al sentir su coño, le metí dos dedos. Seguía sin reaccionar, mi polla estaba a punto de estallar, por lo que bajándole las braguitas y bajándome la ropa la apunté a su coño y la volví a penetrar. Después de un rato bombeando, la saqué y solté toda mi corrida otra vez en sus pelillos de nuevo. La vestí y me fui a dormir con la satisfacción de haber follado a mi hermana por el coño.(Aunque no era la primera vez).
El día siguiente transcurrió con normalidad.