Casada hace 20 años y nunca le fui infiel, hasta ahora
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Hola mi nombre es Diana estoy casada hace 20 años y nunca le fui infiel.
Soy médica de profesión pero creo que muy puta y reprimida. Tuve una primera experiencia con un paciente y a partir comprendí lo que es la libertad del deseo sexual. Lo cierto que mi marido es muy bueno pero no me satisface sexualmente. A partir de una primera experiencia veo que mi profesión me permite tener un conocimiento mas detallado de los hombres. Tengo 45 años, me considero que a pesar de mi edad todavía los hombres me desean. Como les dije a partir de una primera experiencia, he continuado con mi vida sexual fuera de mi matrimonio; es más ya lo considero aburrido e indiferente. Por fortuna soy una médica concierto prestigio en mi especialidad y concurrí a un congreso médico en la ciudad de Cartagena ? Colombia como disertante. Resulta que al finalizar mi disertación se me acercó un médico colombiano, apuesto, hermoso para mi gusto. Me hizo una serie de preguntas sobre mi tema, y así como nada me invitó a cenar. Yo estaba sola en el hotel, con un contingente de otros colegas en otros hoteles, por lo cual accedía a su propuesta, principalmente porque me gustó de entrada, lo consideré muy sensual. Como primera medida llamé a Bs. As. a mi esposo y le dije que el congreso estaba muy interesante. Posteriormente, Raúl que era su nombre me pasó a buscar por el hotel.
Previo a ello, me puse una ropa interior hermosamente sexy, de color negro para ocultar un poco mi piel blanca y no bronceada. Me vestí muy sexy con ropa de cuero, que me encanta desde toda la vida. Subí a su auto, una Ferrari último modelo creo, y me propuso tener una noche muy especial, a lo cual accedí fervientemente. Fuimos a cenar a un lugar paradisíaco, en la zona de la Antigua. La luz de la luna pegaba sobre su piel morena sumado a un poquito de alcohol de la bebida (no acostumbro beber bebidas alcohólicas), comencé a experimentar fantasías sexuales con Raúl. Cosa que ocurrió afortunadamente. Llegó el momento de bailar, empezamos con ritmo caribeño para luego pasar a los lentos. Obviamente era la música que esperaba. Raúl, bailaba muy bien como yo, y empezamos a experimentar los efectos de los lentos. El me apretaba muy fuertemente contra su pelvis, de modo que sentía el vigor de su pene. Afortunadamente, dada mi menor estatura la complementaba con unos zapatos de taco muy alto (que toda mi vida me fascinaron), podía experimentar intensamente esa sensación tan excitante. En un momento en que las luces parecieron caer, sentí que me apretaba contra su cuerpo más intensamente y me propinó un hermoso beso de lengua, al cual respondí fervientemente. Bailamos toda la noche muy apretados, yo sintiendo como su pija se ponía cada vez más palpitante, y yo me mojaba de el deseo de acostarme con él.
Cosa que ocurrió. Terminada la velada, me invitó a conocer su departamento. Al llegar era un lugar hermoso, de altura, que desde el balcón se podía ver toda la ciudad brillando. Apareció detrás de mí, con dos vasos de champagne, al cual accedí. Puso música muy acorde a nuestro momento, y empezamos a bailar. Me sentí inundada de pasión y erotismo hacia él, al cual lo consideraba hermoso, por lo cual lo embestí con un fuerte beso de lengua que se continúo con su correspondiente respuesta. Poco a poco, me fui quedando solo con mi ropa interior y mi calzado alto.
Recuerdo que me besaba intensamente. Yo poco a poco, alcancé su pija, la cual era un hermoso ejemplar nunca visto por mí, grande y gruesa, fuerte, vigorosa, razón por la cual di gracias haberla conocido y, comencé a chuparla muy intensamente, saboreando todas sus secreciones hasta que gracias a ello, acabó en mi boca con una gran cantidad de semen, el cual en parte quedó en mi cuello. Estaba muy caliente con él. Raúl, me llevó a su dormitorio, hermosísimo, con una luz tenue acorde al ambiente en que estábamos. Allí una vez en su enorme cama, me saco mis zapatos y comenzó con su trabajo de lengua en mi concha cada vez más ardiente de pija. Tomé su cabeza entre mis piernas, y la apretaba cada vez que introducía su lengua en mi interior. Repentinamente, rodeado de sus musculosos brazos estaba siendo penetrada por su enorme pija.
Este vigoroso moreno, entraba y salía con mucha intensidad, me besaba el cuello, me tocaba mi clítoris y yo me extasiaba de placer. No sé las veces que yo acabé sintiendo su pija dentro mió y su leche desbordando. Por un momento, pareció como que todo había finalizado, pero no abrazándome nuevamente con mucha ternura, me rodeó con su brazo derecho inclinándome hacia un lado y comenzó a introducirme sus dedos en mi hermoso culito. El me dijo que era la fruta del postre de la noche, palabras que me excitaron tanto que hicieron que mis manos desplegaran mis cachetes dejando libre mi hermoso culito. Sentí como me lubricaba con su semen y con su saliva, y como poco a poco, muy gentilmente, muy dulcemente me iba penetrando, cada vez más hasta lograrlo en su plenitud. Yo gemía de felicidad y gozo, el sentirme cogida por tan enorme pija, no sentía dolor solo un placer sublime (reconozco que me den por el culo me pone muy puta y loca); movía mis nalgas y mis muslos acompañando sus movimientos cada vez más intensos a medida que me penetraba más profundamente. Tuve muchos momentos de climax, recuerdo que uno de ellos fruncí tanto mis muslos y mi culo que sentí como Raúl derrumba toda su leche en el interior de mi culo. Quedamos extasiados pero no cansados. Nos quedamos dormidos por unas horas, con su pija casi dentro de mi boca?Amanecimos juntos, yo tenía que volver al congreso y él también. Quedamos en seguir encontrándonos mientras durara el congreso. Cosa que a mi me encantaba. Ah una cosa más, saben ni me acordé de mi marido..Por algo será ¡