Bailando en la mesa para otro hombre
📋 Lecturas: ️
⏰ Tiempo estimado de lectura: min.
Cuando conocí a “Juan” encontré una serie de posibilidades de conocer otra vida mas de deseo y goce para muchas personas y que para muchas mujeres es la perdición si no saben llevar ese tipo de vida. Juan es el dueño de un Table dance en el Edo de México, él me animo a experimentar un poco de esa vida. La verdad es que yo ni idea tenia de ese mundillo, mas sin embargo, cuando él me explicaba como era el asunto yo me excitaba y deseaba participar en ese tipo de baile, me parecía adorable ser deseada por muchos hombres y que ni siquiera pudieran tocarme. Lo vi como una forma segura de bailar y desnudarme ante muchas personas sin que nadie me lo prohibiera y que ni siquiera me pusieran una mano encima.
El día de mi aparición en ese bar fue uno de los más memorables de mi día y también el día que más estúpida me sentí, pues estaba como hipnotizada ante tanta excitación que recorría mi cuerpo. Ese día me indico Juan que pusiera un vestido provocativo, con ropa interior fina y unos tacones lo más grande posibles. Así lo hice
Me puse un vestido largo de color blanco, escotado y abierto en la parte de en medio de las piernas, una ropa interior también de color blanco muy delgada casi como el famoso “hilo dental” y unas zapatillas muy lindas.
Salí al escenario e inicialmente baile con una música suave; realmente no es necesario saber bailar, tu misma excitación te hace sacar los movimientos “cachondos”, solo caminas de un lado para otro, das vueltas, te agarras de los tubos y mueves cachondamente las caderas y el busto, eso es todo, no necesitas más.
Posteriormente me pusieron una música más alegre en la que yo me empecé a desnudar poco a poco, quiero comentarles que ahora que escribo todo esto siento tanta lujuria y excitación recorrer todo mi cuerpo. Pude escuchar la respiración agitada de todos los hombres, todos en silencio, que excitante momento, sentía como mis jugos recorrían mi entrepierna y deseaba en ese momento ser poseída por todos, sentía la necesidad de ser penetrada por todos ellos, besarles sus ricos penes, mmmmm…! yo inicialmente me quite el vestido dejándolo caer al piso, lentamente me quitaba mis prendas menores, tirándome al piso, revolcándome de deseo, tocándome mis partes intimas, no, no puedo describir todo lo que hacia pues me deje llevar por mi lujuria, por mis bajas pasiones, pero creo que todos ustedes se lo podrán imaginar. No sé si todas las chicas que bailan en esos lugares sintieron lo mismo que yo en su primera vez y tampoco sé si aun lo sienten. La primera vez que lo hice fue por curiosidad y excitación, las siguientes 3 veces lo hice por que me encanto, de verdad, les digo que me encanto y si yo quisiera lo volvería a hacer las veces que se me antojara.
(Pero la triste historia de muchas chicas es la gente mala que acude a esos lugares: hombres que solo buscan chicas para su disfrute personal, hombres prepotentes sin estudios y mucho menos sin educación que envalentonados por una pistola hacen lo que quieren. Afortunadamente yo no tuve ningún problema de ese tipo pues Juan nunca lo permitió. Pero en fin ese es otro asunto).
Unas de las principales fantasías de toda mujer es ser una prostituta y salir desnuda a la calle. Para muchas solo queda en fantasía y viven por mucho tiempo frustradas. Afortunadamente yo lo hice realidad y no me arrepiento me gusta sentirme admirada y deseada por los hombres.
Al terminar de desnudarme completamente escuche el aplauso de todos, yo toda estúpida e idiotizada me dirigí al vestidor, Juan me alcanzo para felicitarme y al darme el abrazo noto mi excitación. Le dije que me faltaba algo, que lo necesitaba y quería que me hiciera suya. Pero él tuvo una idea mucho mejor, me indico que saliera con los clientes, pero que nadie me iba a tocar, solo él. El simulo ser un cliente más. Al vender los boletos para que yo les bailara en su mesa el primero (y el único) fue a el. Inicio la música y me acerque, me senté frente a el y comencé a besarlo a acariciarlo, él por su parte me beso los pechos me acaricio las nalgas, me empino en la pequeña mesita y comenzó a besar mi vagina para después subir su lengua hacia mi ano, uufff! que calor en ese momento, todo mundo nos veía y deseaban participar. Posteriormente me gire y tome su ya erecto pene por encima de el pantalón, que rico lo sentí, pero mi deseo me llevo a sacárselo, así lo hice, se lo bese, lo acaricie hasta sentirlo duro como el hierro, al mismo tiempo muchos hombres le gritaban y lo animaban para hacerme el amor: “Cógetela, cógetela, arriba matador, cógetela… Me volvió a empinar pero ahora en la silla y me clavo su enorme y rico pene, aaaaahhhh…! que sensación tan rica, yo haciendo el amor en público.
Mi vagina se mojaba mas y más por los orgasmos tan frecuentes que tenia, sentía desmayarme de placer, al mismo tiempo se acercaron tres o cuatro tipos y me acariciaron los pechos y las piernas, Juan intento separarlos de mi pero yo le indique que los dejara pues también deseaba sentirme “poseída por todos los hombres del mundo”; pero en eso se escucho por el altavoz: “Jóvenes por favor respetar a la dama, ya les tocara su turno, por favor sepárense de la mesa”, y ni modo se alejaron y yo con mi deseo. El sacaba y metía su largo pene en mi húmeda vagina, pero, oh desgracia, termino la música y por lo tanto mi placer, el se zafo e hizo darme las gracias y una propina de 500 pesos, al mismo tiempo que me retiraba hacia el vestidor escuchaba el aplauso de los hombres, los cuales también gritaban: “Que vieja, esa si es hembra, quiero un boleto con ella”, todos realmente entusiasmados, deseándome hacerme lo mismo que mi amigo Juan.
Al llegar el vestidor espere a Juan para terminar aquello que tanto hizo llevarme a muchos orgasmos. Entro con una sonrisa lleno de lujuria, me llevo a otro cuarto donde no seriamos molestados por nadie, yo le dije que quería mas pero donde estaba el publico, no me hizo caso y me llevo a un cuarto donde se veía todo, tenia un vidrio polarizado en el que nadie podía vernos pero a la vez sentía que todo mundo estaba cerca de nosotros. Mientras hacíamos el amor apareció una rubia muy bella un encanto de mujer, que se movía de una manera que me excitaba aun más, mientras sentía su pene atravesarme veía como se movía la rubia y a cada movimiento de ella tenia un orgasmo mas, sentí un enorme deseo de besarla de acariciarla, no, no se por que sentía todo esto, trate de reaccionar pero no quise razonar mas, todo era tan hermoso y rico que en ese momento no quería pensar en nada, absolutamente en nada, solo quería placer y mas placer.
Antes de que la rubia terminara su baile, Juan me apretó las nalgas para indicarme que iba a terminar, le indique que si y en eso sentí sus enormes chorros calientes dentro de mí al mismo tiempo que también yo tenia un orgasmo frente a la bella imagen de la hermosa rubiecita, todo se junto para que yo tuviera ese orgasmo tan rico. El semen de Juan fue tan largo, tan caliente, aun los recuerdo como inundaron mi ser. Me levante y lo bese en la boca al tiempo que le decía: “Gracias por estos momentos nunca los olvidare, voy a vestirme”. En el vestidor espere a que entrara la rubia la cual no llegaba pues muchos hombres ya calientes no la dejaban pasar y le pedían bailar para ellos pensando que ella hacia lo mismo que yo. Una vez que entro al vestidor me le quede mirando a los ojos ella se quedo parada frente a mí y en ese momento pensé: no importa lo que pase, solo me rechazara si no le gusta; me acerque y la bese en la boca ella no dijo nada, al contrario me beso como si yo también le gustara, le acaricie los pechos y la vagina, me hinqué frente a ella y comencé a besar su vagina, metí mi lengua y pude probar sus jugos tan ricos, nunca lo había hecho y confieso que es muy rico hacerlo a una chica tan delicada y hermosa es algo que toda mujer debería probar y que además muchos hombres lo aprueban.
Nos acostamos en el piso nos besamos nos acariciamos como locas desesperadas, me beso los pechos como ningún hombre lo había hecho, tan delicado y delicioso que hacia que tuviera otro orgasmo, nos colocamos frente a frente y nos besamos en la boca para después separarnos y poner ahora juntas nuestras vaginas, la frotamos una con una, no puedo describir la sensación que sentía en mi cosita, no lo puedo comparar con el pene de un hombre ni digo que es mejor, solo digo que es tan diferente y que disfruto tanto el pene de un hombre como la vagina de una linda chica. Así llegamos a varios orgasmos mi amiga y yo, al quedar satisfechas nos besamos en la boca y quedamos de vernos en otra ocasión y seguir disfrutando de esos momentos.
Del bar salí como a las 6 de la mañana, me sentía en otro mundo, me sentía como que flotaba en el aire, pero me sentía satisfecha y muy contenta, por fin logre mis fantasías y sin ningún riesgo y gracias a mi amigo Juan.
De la Rubiecita llamada Verónica quiero decirles que aun nos seguimos viendo durante la ausencia de mi marido y que lo disfruto tanto como también disfruto de un macho, todo tan diferente pero hermoso, me encantan los las mujeres y mucho más los hombres, me considero bisexual.
En las siguientes ocasiones que acudí al bar quiero decirles que ahora solo baile y ya no hicimos el amor frente a todo el publico, pues Juan lo considero como un riesgo.
Espero que nadie me juzgue pues ya que solo deseo satisfacer mis deseos pues no quiero llegar a vieja sentirme frustrada durante el resto de mi vida, por el momento me siento joven y con deseos de vivir y gozar la vida a cada instante de mi juventud.
Comentarios a: [email protected]