Anécdotas de Mary mi esposa
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Hola,de nuevo, soy Héctor el cornudo que escribió un relato hace más de un año con el Título: El Novio Joven de mi esposa María. En el describo algunas situaciones reales mismas que sucedieron ya hace mucho, casi cuarenta años. Lo aclaro porque algunos comentarios que hay, los lectores no se dan cuenta y creen que los eventos que ahi narro son recientes.
Otra aclaración que debo hacer a uno de ellos es que como al final dije que mi esposa salió embarazada y quedé de continuar la secuencia desde allí, pues pensó que la criatura era del Sancho, corneador , el novio y pues, no. Ufff: Afortunadamente. 😁
No me lo van a creer, pero éste cuate, Pancho, mi amigo, socio, hermano de leche, el novio de Mary, no le gustaba ponerse condón, las veces que lo intentó, se le rompían o le quedaban a medio pito y prefería quitárselo según me contaba mi mujer. También, en ése tiempo era un problema para Él ir a la farmacia a comprarlos, tomando en cuenta que era un chavo que recién estaba cumpliendo los 18 años. No es como el día de hoy que vas a la farmacia, los agarras y los pagas en caja. Antes, no estaban a la vista, había que pedirlos a la dependiente y, pues le daba verguenza.
Antes de relatar cómo fué lo del embarazo de Mary y la angustia que yo pasé durante esos nueve meses quisiera contarles alguno que otro episodio que vivimos durante esos casi dos años que duró la relación con Él. Una petición que Pancho muy seguido le hacía a ella era que, El quería pasar toda una noche a solas, pero en otro lugar, no en nuestra casa. Quería disfrutarla plenamente para el solo, sin tener que hacerlo rápido, ni a escondidas. Mi esposa me lo platicaba y yo veía difícil que éso pudiera darse. No puedes así nomás de repente faltar una noche a la casa sin tener una buena razón para ausentarte, le decía yo.
Como no queriendo la cosa, y sin levantar sospechas me puse a indagar dónde había hoteles de paso, de los que no necesitas traer maletas para ocupar un cuarto por unas dos horas, o toda la noche y, supe de dos que se prestaban para pasar el rato, o sea, no un motel, mi amigo ni sabia manejar, tampoco tenia un carro. Un hotelillo para llegar caminando, sin equipaje.
Ya con ésta información, un tiempo de después otra vez se tocó el tema entre mi esposa y yo. Le dije: Mira, éso que Pancho quiere no se puede, a menos que tú fueras a otra ciudad por motivos de trabajo y que él, allá te encuentre. Lo único que de momento se me ocurre es que alguno de éstos días te inventes que vas a salir tarde y se vayan a un hotelito por unas dos o tres horas.
_Mira; hay uno por la calle Arteaga al poniente, antes de llegar a la Venustiano Carranza y, otro por Calzada Madero entre, tal y cuál calle, En éste, van caminando por la banqueta, hay una tienda de ropa de uniformes escolares y enseguida está una puerta, entran a un pasillo y alli está el mostrador del encargado, se registran, pagan, y suben una escalera y, allá deben estar los cuartos.
A Mary le pareció buena la idea y me dice; Oye: se me ocurre algo. Dime, le contesto
_Qué te parece si un día de éstos, Tú no vas por mí al trabajo y le digo a Pancho que me espere él a la salida. Ya saliendo yo, le digo que me llamaste, que tuviste un contratiempo y que te tienes que ir en el camión urbano, pero que quieres que ël te acompañe a una tienda que está por la Calzada. Así lo hicieron: Mi esposa iba toda nerviosa mirando a todos lados confiando en no toparse con algún conocido. Entran a la tienda y mi esposa pregunta por un pantalón del uniforme del niño, lo compra, y cuando le dan el cambio le dice a Pancho que se lo guarde en su bolsa. Al salir de la tienda, mi esposa vé el anuncio con letras chiquitas del hotel y le dice a su novio: Mira; no quieres que entremos un ratito? Lo toma por sorpresa y, antes de que pudiera responder mi esposa lo agarra del brazo y lo mete al pasillo. Se registran, pagan y les dan la llave. El despachador les dice, tienen dos horas, o tres, no me acuerdo. Horas mas tarde llega mi esposa a la casa, fingiendo que venía de mal humor por “haberse quedado a trabajar hasta tarde”, saluda a la chacha y a los niños los abraza y a mi también y le pregunto; Todo bién ? Sí. Todo excelente, me dice.
_bueno, pues ponte cómoda para que te des un baño, le digo.
_Ay no. Ando muy cansada, mejor en la mañana me baño. Después, me dice quedito; ya me bañé, y alguien me enjabonó la espalda. Me lo supuse, le dije. al ratito me cuentas todo.
Mas tarde, ya en cama, me empieza a platicar todo y me dice que echaron dos palos y pancho quería otro ya cuando se estaban bañando juntos pero ella ya no lo dejó porque ya era tarde, sólo le dió una buena mamada de verga, que por poco y se viene otra vez.
-Pero, si lo disfrutaste tu?, le pregunto
-Fijate que si, pero me entró una sensación muy rara, extraña. Es como si Yo fuera una prosti.
-Pero porqué?
-Es que, fuí a coger con otra persona , y en un hotel.
-Tienes razón, en parte. Eso hacen las prostitutas. Se llevan a sus clientes al cuarto de un hotel.
-Eso mismo hice yo. Yo misma metí a Pancho al hotel y, aunque él pagó, fué con dinero mío.
-Exactamente,mi amor. Ya eres una puta, jajaja, pero te faltó una cosa: Cobrar por tus servicios.
-Tienes razón, no le cobré. Pero no tenía que hacerlo porque El es mi novio.
-Cierto. Ah,pero hay un detalle, le digo; es tu novio aquí en ésta casa, allá afuera, no.Total que nos reímos bastante y, pues ya me dió los detalles de cómo fué que cogieron. me dijo que allí, mi amigo le hizo muy buen trabajo las dos veces. Pensamos que tal vez era porque no tenía que cuidarse de hacer ruido como cuando lo hacen en mi casa. A mi esposa le gustó mucho y me dijo que quería volverlo a hacer en un hotel y, de preferencia más tiempo. Toda la noche.
Esa noche ella y yo cogimos bien rico. Ella todavía traía restos de leche de mi socio, mi pizarrín se deslizaba en su panochita con mucha facilidad y le pregunto yo: Te gustó ser puta por un rato? Me contesta que sí, que le había gustado mucho ser puta. Bueno, y no molestarías si te digo así en alguna ocasión?
-Está bien, pero nadamás entre tú y yo,eh? Que nadie te vaya a oír.
-A Pancho no le darías permiso de que te tratara así? No. a Él, no. Somos novios, acuérdate.
Esa noche, tardé mucho en dormirme porque me imaginaba ya a mi linda esposa de prostituta, cogiendo con cuanto cliente la contratara y, no se me bajaba la erección de tanto morbo que me provocaba. Lo raro era que hasta me agradaba la idea. Ya me la imaginaba que yo la iba a llevar a una casa de citas o a un congal al anochecer y por la mañana ir a recogerla. Se me hacía muy excitante pero a la vez peligroso. Me decia a mi mismo “mejor en un Congal,no.
Alli van muchos borrachos, o la van a obligar a tomar licor. Era ese tipo de pensamientos que se venian a mi mente. No sé cuánto más estuve elucubrando hasta que el sueño me venció. Y ahí quedó todo. Sólo fue un sueño,pero estando despierto. El jueguito que teníamos entre nosotros, era solamente por diversión, por entretenimiento, debo aclarar, entre los tres. Al amigo mío, ella le dijo que era ” de mentiritas”, sin involucrar sentimientos.
Al respecto, si debo reconocer que si hubo cierta atracción amorosa entre ellos. Mi esposa, delante mío no escondía lo que sentía por Él, y estando delante del resto de la familia, era un problema porque era difícil ocultarlo. Por darles un ejemplo; mi vieja no se cuidaba en demostrarle algún tipo de afecto delante de la niña. Se dejaba abrazar por él, ella se le arrejuntaba, le daba arrimones e incluso en descuidos se daban besitos. Esto ella me lo contaba, me decía; la nena es inocente no piensa que es malo, tal y como nos mira a Tí y a mí cuando nos damos cariño. Bueno, no se te ocurra hacer algo así frente a Junior o cuando esté cerca la muchacha.
-Desde luego. Ya sé.
Ahora recuerdo que una vez era un viernes por la tarde, en lo que yo fuí a dejar a mi hijo a casa de mis padres, llegó mi amigo Pancho a la casa. La muchacha que nos cuida los niños ya se había ido. Sólo estaban mi esposa y la niña. Mary le dice que le pase y que yo no tardo en regresar, pero si me tardé. Y pues, ya sabrán. Ellos tenían dos semanas de no verse. Éste cuate tuvo turno de tarde y no lo habíamos visto, por tal motivo cuando llega a la casa saludó muy cariñosamente a mi esposa, y ella le correspondía de la misma manera sin siquiera cuidarse de que la nena los mirara. La Tele estaba prendida y ella estaba entretenida en eso.
Me contó Mary que Pancho se sentó en el sofá y ella se colocó a un lado de él, bien pegaditos y abrazados, de vez en cuando uno que otro besito hasta que Pancho le dice que ya tenía muchas ganas de verla y de “estar con ella” , mi esposa le contesta que no sabe si se podrá hacer algo más tarde. Aquí va a estar Héctor y no podemos estar solos. Total que discretamente se siguen cachondeando de tal manera que Pancho le dice que se siente en sus piernas, así; inocentemente como si estuvieran viendo la tele, haciéndole compañía a la niña.
Mi mujer, siente la dureza de su riata entre sus nalgas y se empieza a calentar también de modo que ella inicia un movimiento de adelante hacia atrás frotándose mientras él con sus manos la agarraba de su cintura y de pronto ya tenía sus manos por debajo de la blusa masajeandole las tetas. Mary tenía puesta una falda amplia, que usaba para fodonguear, para pronto, que se la levanta de la parte de atrás para quedar sentada encima de mi amigo como luego se dice; “a raíz” , a lo pelón. Mi vieja, se incorpora y le dice: sácatela y, pues éste obedece y ella se hace a un lado el calzón y, se le sienta ahora sí, bien ensartada.
Se quedan quietos un rato, disfrutando la penetración y, sin que fuera muy evidente lo que estaba pasando, ella empieza a hacer el movimiento de vaiven combinado con un sentón cada vez. Así estuvieron buen rato, mi esposa dice que ella miraba hacia donde la nena estaba y, no, no le llamaba la atención para nada. Y me dice: Yo estaba casi con los ojos en blanco del placer que estaba sintiendo y Pancho estaba siendo más brusco conmigo.
Me agarraba de la cintura y me levantaba para bajarme con fuerza de modo que su vergota me penetraba hasta el tronco. No aguanté y, acabé con unos riquísimos orgasmos que no me importó y me zafé para volverme a ensartar yo misma pero ahora dándole el frente a él para poder besarlo y, así estuve hasta que empiezo a sentir dentro de mí los chorros de su venida. De ése modo se bajaron la calentura que tenían. Rápidamente, se arreglaron sus ropas, mi mujer se fué al baño a limpiarse.
Mi amigo se guardó su instrumento y siguió viendo la pantera rosa en la tele, de modo que cuando yo llegué, todo estaba tranquilo, en santa paz.
Antes de relatar otra de las anécdotas de mi esposa hago una breve descripción del ambiente que en ésa época nos tocó vivir; entre ella y yo hicimos un acuerdo en relación con nuestra vida privada. Ella tenía su trabajo para una dependencia del gobierno federal, al igual que yo, pero en otra distinta. Nuestros horarios de trabajo eran diferentes; la hora de entrada era igual, así que por las mañanas yo pasaba a dejarla a ella primero y de allí me pasaba yo al mío.
Mi salida era entre 4 y 4:30 pm. El de ella era hasta las 8 de la noche, porque tenía turno opcional, tiempo y medio, o algo así. En casa, una muchachita nos cuidaba a los niños, quedándose en casa todos los días, con salida el viernes por la tarde. Nuestra relación con mi amigo era extremadamente discreta, se podría decir que mucho muy secreta; aunque yo sabía todo lo que entre ellos pasaba, mi amigo panchito lo ignoraba, así que a mí me tocaba hacerme el loco, el disimulado.
Mi trato con él era de amistad muy cercana, real, franca y sincera, en cambio mi esposa con él, ya a estas alturas se estaba como volviendo más confianzuda que a veces era difícil para mí hacerme el pendejo. Mi amigo, según me contaba mi esposa, casi todos los días la llamaba a su trabajo, a veces contestaba ella misma, y otras veces Juani, la auxiliar de mi esposa.
Yo pienso que de tantas veces que llamaba y, tantas veces que Él me acompañó a ir por Mary al trabajo, si sospechó que mi mujer tenía algo que ver con mi amigo. Pienso que tuvo ocasión de confirmarlo el día que Mary cumplió 28 años, sus compañeras del trabajo se pusieron de acuerdo para salir a comer a un restaurante y, momentos antes de salir hacia allá, su noviecito le mandó un ramo de flores y un osito de peluche!!! Como era de esperarse, Juanita le dá curiosidad y mira que la tarjeta dice que mi socio Pancho se las envió.
Mi esposa, se hace la sorprendida y dice: Mira ! , que buen detalle de Él, es que nos aprecia mucho. Así quedó; ella ya no preguntó más. Pero, pues era más que evidente que éste cabrón ya estaba bien “enculado” de mi vieja y, pues ella no se quedaba atrás, como lo comprobé tiempo después que me dice que su novio estaba por cumplir años también y, pues qué quieres hacer; le pregunté.
Me dijo que ella había pensado organizar un convivio pequeño entre familia y, allí aprovechaba para partir un pastel y festejarlo. Así que, como era un festejo familiar de un sábado por la tarde, mi señora mandó hacer con una vecina una olla de Frijoles a la Charra, yo compré la carne para asar, salchichas, los aguacates para el guacamole, el carbón y todo lo necesario para una carne asada.
Mi esposa invitó a mi suegra y dos cuñadas, yo fuí a traer a mis padres y, ya estando aquí reunidos no faltó quien preguntara por cuál motivo era la reunión. Ya les digo yo: Ah, es que ya hace mucho que no hacíamos una carnita asada y, ahora aprovechamos que aquí mi amigo Pancho cumple 19 años y, pues nos dijo que en su casa no acostumbran a festejarse pues nosotros le organizamos su fiestecita.
-Ah que bueno, contestaron todos.
La reunion estuvo tranquila, cada quien platicando de sus cosas y, mi amigo y yo asando,la carne. Mis cuñadas no se quedaron con las ganas de saber más del amigo festejado y le hicieron muchas preguntas a todas las cuales mi vieja les dió salida sin que nadie sospechara que el festejado era nada menos que su amante.
Después de cenar y partir el pastel, tomamos fotos del evento, y por cierto hay una donde estamos con el festejado; mi esposa, mi suegra y yo, cosa que me pareció algo gracioso, mi suegra y sus dos yernos.
Mis papás, quisieron pasar a retirarse luego, así que yo los fuí a dejar a su casa. Mi niño me quiso acompañar y ya en camino me dijo que quería quedarse allá con ellos. Bueno, le dije. Está bien, mañana vengo por Tí.
A mi regreso, me encuentro conque mis dos cuñadas y la suegra ya se habían ido también, sólo quedaba mi amigo, mi esposa y la niña. También había dos six de cerveza en la hielera y, había que consumirla porque dicen que si no te la tomas se echa a perder. Le pregunto a mi esposa: Oye, no le has dado su regalo a Pancho? No. Y, tú ? ya le diste el tuyo? No. Tampoco. Ahorita mismo, se lo traigo.
Y, entro a la casa a buscarlo. Mi esposa aprovecha para acercarse a él, lo abraza y le dice: Yo te tengo dos regalos, pero uno te lo daré mas noche, y se ríen imaginando cuál iba a ser su regalote. Dice que le preguntó y, le vas a poner el moño?
Yo le regalé un Perfume. Mi esposa le regaló una chamarra, pues era tiempo de frío. Además, le había prometido que le iba a dar las nalgas esa misma noche. Desde luego que yo les iba a facilitar las cosas; Entre plática y plática me acabé dos cervezas y mi amigo una, Mary también se tomó otra.
A ella, no le gusta y con la mirada me daba a entender que no quería pero, entre los dos le insistimos para que se tomara otra y se la tuvo que tomar. Unos momentos después ya se notaba más desinhibida y decía que le subiera poquito más a la música. Le dije, no. mejor lleva a la niña a dormir porque ya es tarde para ella.
En lo que ella regresa Pancho y yo, nos tomamos otra cheve. Mi esposa regresa y, le doy otra. Me dice que si le doy permiso de bailar con Pancho la rola que estaba sonando. Claro que sí, le digo. Y, era algo ritmica y movida y luego siguieron otras más. Después salieron unas rolas lentas, de ésas que se deben bailar más pegados y, mi vieja me miraba como diciéndome que se iba a juntar más a él. Yo con la cabeza le decía que sí. Le ofrecí otra cerveza a Pancho y me dijo que ya no, porque en su casa lo iban a oler y no quería tener problema con su mamá.
Yo seguí tomando y mi esposa se tomó otra. Cuando ya la había terminado se notaba que andaba ya borrachita. Total que las cervezas que quedaban yo me las acabé y, como también no estoy acostumbrado a beber, con poco ya me mareo y, luego me dá sueño. Pero, sabiendo lo que estaba por suceder, yo quería mantenerme despierto.
De cualquier manera, le hago el comentario a Pancho que lo mejor será que se quede a dormir porque yo ya me siento mareado y así no puedo manejar. Me contesta que no hay problema, que si no hay inconveniente él se puede quedar en el sofá. Le digo yo a Mary, que mejor se quede en la cama de la muchacha que nos cuida los niños pero, en ése mismo cuarto están la literas y en la camita de abajo ya estaba dormida la nena. Entonces, como ella ya también estaba medio peda se le ocurre decirnos;
-Sí, me parece bién lo que tu propones. que Pancho duerma en la otra cama y yo me acuesto con la nena, no sea que en la noche se despierte y desconozca a éste señor.
Haciéndome como que yo, ya debido a la ebriedad, ni razonaba bien; de digo;
-Está bueno. Como sea, arregla tú las cosas. Yo ya me voy a dormir.
La recámara nuestra estaba al lado de la de los niños, sólo divide la pared. Si haces ruido en una, se escucha en la otra. La cama nuestra es grande, más grande que la matrimonial. Así que yo voy al baño, me pongo la piyama y, le digo a Mary, préstale a Pancho un short para que se quite el pantalón.
-Si no fuera mucha molestia me podrían dejar que me diera un baño? Es que con el calor de la lumbre, pues sudé y no me siento agusto.
Mary le consigue todo para que se dé un duchazo y lo espera a que salga del baño. Después, lo guía hasta la cama donde va a dormir y ella le dice, yo voy a estar aquí mismo pero con la niña, cómo ves?
-No. Mejor quédate conmigo y, si acaso llora o se despierta, te cambias de cama.
-Ya sabía que me ibas a decir éso, por lo mismo le dije a Héctor que yo me iba a acostar con ella. También, Él no sabe que aparte del regalo que te dí, te voy a dar otro.
-Qué me vas a dar?
-Mi Panochita. La quieres?
-Claro que sí
-Tengo que esperarme a que Héctor ya esté bien dormido. No quiero correr el riesgo de que de repente se despierte y venga a ver. Imagínate que me encuentre en la cama contigo. No creo que me acepte como excusa que ando borracha y no supe lo que hice.
-Está bueno. Me espero. Pero adelantáme algo.
-Espera, voy a ver si ya se durmió.
Mary, viene hacia mí, y me cuenta todo ésto que les dije. Por cierto que yo ya estaba haciéndome a la idea de que ya estarían agasajándose y, de modo que mi calentura hacía que mi pizarrín estuviera ya bien parado.
Le pregunto; -Qué piensas hacer?
Me contesta que pues como hoy es su cumpleaños, pues lo tiene que agasajar, desde temprano le preguntó que si iba a haber algo para Ël.
-Y, qué le dijiste?
-Le dije: Sí, mi amor. Te lo prometo, lo que tú quieras y cómo quieras.
-Oye!! Ni a mí me ofreces tanto. Qué tal si te dice que quiere darte por Detroit?
-Ah, no. ëso no. Ya sabes que no me gusta.
Le dije; bueno vete para allá, tú dile que ya estoy bien dormido para que no se preocupe por si hacen ruido, o prenden la luz de la sala , o si van al baño. No se preocupen, no me voy a salir de mi cuarto.
Así, estuve un rato, tratándo de escuchar algo, pero no se oía gran cosa. Las cervecitas hicieron su efecto en mí, y me quedé bién dormido. No supe ya nada. Hasta el día siguiente que mi esposa me contó todo. Cuando yo me levanté, ya Pancho se había ido. Dejó dicho que me agradecía mucho por lo del festejo, que muchas gracias por todo y, pues también se llevó el sobrante del pastel.
Cuando le pregunto a mi esposa que cómo le fué, me dice que estuvo excelente todo.
-Qué hicieron?
-Mira: Nos salimos a la sala a echar palo. No quise que lo hiciéramos en el cuarto porque pancho quería que prendiera la luz porque quería verme encuerada y, bueno si la prendimos pero yo cada ratito volteaba a ver a la niña a ver si seguía dormidita. Mejor la apagué y nos fuimos a la sala. Antes, fuí a verte, y tú estabas roncando , bién dormido, así que cerré la puerta y nos acomodamos en el sillón. Aquí, como te dije; yo estaba totalmente desnuda y Pancho en short.
Lo hice que se sentara y me acerco a él, para que me agarrara todo. Empieza por mamarme las chiches como desesperado y con sus brazos me recorre todo el cuerpo de arriba a abajo y me agarra mi panochita, que por cierto, que bueno que ayer me la rasuraste. Le gustó mucho como se me veía mi triangulito muy mono. Le dije que ése era su regalo.
Que lo tomara, que era todo suyo. Estaba vuelto loco. hubieras visto cuánta cosa hicimos. me la mamó bién rico, que lo tuve que parar porque ya quería que me penetrara. Me puse en cuatro, porque quería sentirla toda adentro. Así estuvimos bastante rato, lo acosté en el sofá y me subí para hacer un sesenta y nueve.y, ya que estaba a punto de acabar, me quité y me puse de espaldas en el descansabrazos del sillón y, levanté mis piernas para que me la dejara ir toda. Así acabé bién rico y él me echó toda su lechita hasta el fondo. Yo no sé cómo es que no escuchaste todo el ruido que hicimos.
-La verdad, no. No oí nada
-Ahora, te voy a contar algo que no sé cómo fué que se me ocurrió. De seguro que si desde antes te hubiera dicho que lo iba a hacer, me ibas a decir que no, que era una locura.
-Pues que hicieron? Ya dime
Y, que se me empieza a parar el pito, pensando que me iba a contar algo muy morboso.
-Qué pasó? Ya dime
Cuando dejamos pasar un rato después de la primera vez, yo entré otra vez a la recámara para ver si seguías dormido. Como te dije, yo andaba encuerada y me acerqué a tí y, te moví y tú bien dormido. No encendí la luz porque la luz de la sala entraba hacia el cuarto. Y, pues que crees?
-No sé, dime
-Pancho me siguió y se puso detrás de mí y, me abrazó por detrás. Eso me puso bien caliente porque yo estaba frente a tí a escasos treinta centímetros con éste arrimándome el bulto entre las nalgas. Me quise retirar y no me dejó, me siguió agasajando frente a Tí por un buen rato de modo que ya no me importó y le empecé a corresponder y me hinqué y le empecé a mamar la riata allí mismo frente a tus narices.
Ya en éste momento yo ya estaba con una erección tan tremenda que me la empecé a jalar.
-Y, luego? que hicieron?
-Me subí a tu cama y me acosté junto a Tí. Tú estabas de lado, yo me abracé de tí por tu espalda y Pancho se acostó detrás de mí. De cucharita. Así nos quedamos un buen rato, para ver si no reaccionabas. Y, pues no. Entonces , ya sabiendo que no había ningún riesgo allí mismo hicimos el amor otra vez. Me puso otra vez con las piernas al hombro, me puso en cuatro, de perrito y por último Pancho se acostó de espaldas junto a Tí y yo encima de ël lo cabalgué hasta que se vino otra vez dentro de mí.
-Qué atrevida fuiste!! Si me he despertado, hubieras echado a perder todo y en ése momento hubiera tenido que correr a éste cuate de mi casa y, nunca más lo ibas a volver ver.
-Si, tienes razón. Discúlpame. Yo creo que fué como dicen a veces; en punto de borrachera, uno no razona bién.
– Y despues? como termino la noche?
Ella me explica que todavia estaban calientes y muy excitados además no era tan noche asi que le siguieron, pero ya en el cuarto de los niños. Ella, ya ni piyama se puso; asi como andaba en pelotas se acostó con mi amigo y al amanecer se levantan y ella lo despide.
-Bueno, pues ya ni modo. A lo mejor y por esto mi amigo no se esperó a que yo me levantara, Se siente apenado por lo que hizo. Bueno, pues habla con él y, dile que todo continúa igual. Que yo no sospecho nada y que es muy importante seguir guardando las apariencias si es que quiere continuar.
Tengo dos anécdotas mas por compartir, pero en el próximo relato se las cuento.
By: Anónimo 😁