El mismo de siempre (transporte público)
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No hemos tenido el gusto de presentarnos pero sabemos bien quiénes somos. Con el simple hecho de encontrarnos a la misma hora, en la misma estación y esperar a que llegue el metro lleno, es más que suficiente para aceptar que tenemos algo, un acuerdo sexual.
Él no puede esperar me conoce y bien! Tal pareciera que su erección espera por mi. Al subirnos lo primero que hace es agarrarme las nalgas con fuerza, pellizcandolas, al sentirse seguro comienza el juego, juego que conocemos a la perfección, yo de espaldas a él sintiendo sus manos dentro de mi pantalón acariciándome, pero ya sé que es lo que viene ésto sólo es el inicio. Me voltea lentamente para no levantar sospechas, me pone ligeramente a su costado para poder meter su mano en mi húmeda y hambrienta vagina, él ya sabe lo que me gusta, no comienza con una penetracion, no él no! Él sabe bien que primero debe frotar mis labios presionar mi clitoris pero no directamente, debe presionar lentamente y poco a poco ir aumentando la velocidad.
Tal vez no sepa cual es mi nombre pero sabe como excitarme, después de unos minutos frotando mi intimidad, sabemos que viene lo mejor, son sólo dos estaciones las que nos quedan para el último paso, me jala para ponerme completamente frente a él, baja su cierre saca su miembro erecto lleno de líquido preseminal y comienza q introducirlo en mi cierre, despacio va abriéndose paso entre mis labios vaginales, sólo nos separa la delgada tela de mi ropa interior a él eso no le importa, porque ésta vez lo sentí más adentro que en otras ocasiones y eso me puso a full, el discreto vaivén de nuestras caderas se vuelve más intenso, ya no nos importa si alguien nos ve, somos animales respondiendo a sus instintos, las embestidas aunque limitadas son firmes con rudeza, aunque hay ropa de por medio puedo sentir su glande rozar mi clitoris, se acerca! El final se ve venir, el brote de su leche caliente sólo ayuda a que sienta el tan anhelado orgasmo que por tantos días estuvimos buscando, esa dura descarga que va directa a mi clitoris sólo hace que mi venida sea más placentera.
Perdón por dejarlos tanto tiempo, prometo no descuidarlos y me encantaría que ustedes fueran parte de mis Historias. Como? Encontrándonos de forma casual en alguna estación, proveyendome de material claro está déjenme sus rutas horarios vagones q abordan y créanme que ahí estaré, exprimiendo sus deseos, gozando de éste culposo placer, disfrutando su venida.