Una fantasía que se volvió realidad

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Desde hace unas semanas, soy una lectora temporal de esta pagina. Quiero contarles un poco mi fantasía y mi historia. No soy como muchas personas que se describen como mujeres perfectas de pechos voluptuosos y cuerpos impresionantes. Me llamo Carolina, soy una mujer soltera, de 36 años de edad, mido 1.64 metros, soy un poco rellenita, pechos medianos, me gusta mucho vestirme sexy, atrevida pero sin rayar en la ridiculez o lo vulgar.

Desde hace mas de hace mas de un año que trabajo en una oficina y desde el primer día que llegue me presentaron a un hombre de unos 38 años de edad, moreno, alto de muy buen cuerpo y sobre todo con una simpatía que impresionaba, su nombre “Alfredo”. Alfredo y yo nos hemos hecho muy amigos, aunque nuestro trabajo no tiene nada que ver, en los últimos meses hemos coincidido a la hora de la comida o a la salida de la oficina.

Una tarde conversando con algunos amigos del trabajo coincidimos que sería muy bueno si salíamos a tomarnos unos tragos, por supuesto que Alfredo iba a venir con nosotros. Así que yo me vestí como lo hago cada viernes, elegante y sexy, llevaba puesto una camiseta blanca y un mañanero de color (tipo chal transparente), una falda negra transparente con un pequeño, un bikini blanco y un brasier blanco de encajes.

Llegamos cerca de las 5 de la tarde al bar, nos sentamos en el segundo nivel en una de las esquinas, que nos pareció bastante estratégica, él y yo nos sentamos juntos y nuestros amigos alrededor de la mesa. Después de algunas horas y de rozarnos accidentalmente nuestras piernas, me levante de la mesa para conseguir un vaso para mi cerveza, cuando volví a mi lugar, la mano de Alfredo empezó a tocar mi pierna, aunque la falda no lo dejaba, la fue subiendo poco a poco, cuando sentí sus dedos estaban sobre mi bikini tocando, poco a poco fueron apartando el bikini y pude sentir sus dedos en mi vulva, me sentía morir, estaba mojadísima. Mi mano bajo hasta su pierna y poco a poco fui buscando su pene sobre su pantalón, sentía su protuberancia, lo sentía enorme y duro. Poco a poco nos fuimos quedando solos, pues nuestros amigos se iba, cuando por fin quedamos solos en la mesa me besó apasionadamente.

Nos marchamos cerca de las once, fuimos a dejar a un compañero que vive muy lejos, así que en el auto yo iba adelante con él y nuestro amigo atrás, muy borracho y casi dormido. Alfredo manejaba con una mano y la otra introducía sus dedos en mi vulva. Yo había desabrochado su pantalón y estaba metiendo mi mano en su ropa, podía sentir lo duro de su pene, pero me resultaba bastante difícil, pues el cinturón de seguridad no dejaba que abriera bien su pantalón. Cuando finalmente llegamos a casa de nuestro amigo, le pedí a Alfredo que se quitara el cinturón y que desabrochara mas el pantalón, lo que hizo gustoso.

Cuando puso el auto en movimiento, me deslice por debajo de sus brazos y vi como ese enorme pene salía de sus pantalones, no había visto un pene tan grueso (bueno, solo en una película), empecé a chuparlo suavemente, a lamerlo y a meterlo en mi boca. No se como pudo seguir manejando, yo estaba dándole una mamada buenísima, él solo podía decir “que bárbara”, creo que no le salía otra cosa de sus labios. Finalmente llegamos a su casa, estacionó el auto y caminamos hasta la sala de su casa. Nos desvestimos mutuamente, él estaba desesperado, metía sus dedos en mi vulva y en mi culo al mismo tiempo, yo no dejaba de tocarlo, de acariciarlo. Me llevó a su habitación y me tiro a la cama, en ese momento ese lingote enorme me penetró, me asusté pues nunca había sentido algo tan grueso en mi vagina, era como si me hicieran el amor por primera vez, me dolía muchísimo y al mismo tiempo era increíblemente placentero. Sus manos abrían cada vez mas mis piernas, me penetraba cada vez mas fuerte, tomaba mis pechos y me los besaba. Yo empujaba con mis pies sus glúteos para sentirlo cada vez mas adentro de mí, hasta que en un grito de placer pude sentir su leche caliente dentro de mí y se desplomó agotado pero feliz.

Sentir su pene dentro de mí, sus manos acariciándome, sus labios besándome… definitivamente era lo mejor que en mucho tiempo me había ocurrido, era una fantasía que se había hecho realidad.

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