Noche de fantasía con un chico en Italia

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Hola soy Linda de nuevo ahora para contarles una súper experiencia que tuve con un chico en Italia. Acababa de llegar de vacaciones a ese país y la verdad estaba dispuesta a pasarlo muy bien, hacia mucho tiempo que no visitaba el país y ahora ya estaba todo cambiado, una amiga mía me presto una casa que tiene frente al mar, en un lugar muy exclusivo, tiene playa privada y la verdad en esta temporada casi no había turistas, así que mucho mejor para mi.

Todo comenzó como a las dos semanas de haber llegado a Italia, me levantaba casi al amanecer e iba a la playa, nadaba un poco y regresaba a casa como a las diez a desayunar. Un día tenia que ir al pueblo a por víveres y me monte en el jeep, cuando salía del residencial vi que un camión de mudanzas llegaba, se me hizo muy extraño así que me aleje con la duda, estuve fuera de casa casi todo el día, al anochecer regrese a casa y vi que un chico jugaba en la playa con un frizbe y un perro, no se me hizo raro así que seguí con mis cosas, comencé a bajar las cosas del coche, cuando de reojo veía que se acercaba hacia mi, no le tome importancia hasta que llego y me dijo:

– ¿Te ayudo? – ¡Wow! lo vi y parecía bajado del cielo, era de piel apiñonada, ojos miel, tenia una dentadura perfecta, y una sonrisa aun mas, sentí que algo me bajo por mi vaginita y eso me hizo reaccionar.

– ¡Hola! – dije con un hilo de voz – Gracias.

Tomo unas bolsas y me ayudo a llevarlas a casa, me dijo que se acababa de mudar y que esperaba fuéramos buenos vecinos, yo le dije que solo estaba de veraneo, que de echo la casa no era mía, el me dijo que entonces cuando quisiera podía ir a veranear a su casa y se rio, también me reí.

Al siguiente día, como siempre me levante muy temprano y salí a tomar el sol, lo vi a lo lejos y me metí al mar a nadar, la verdad toda la noche había estado pensando en ese chico, por cierto se llama Luigi, nunca me había pasado que un chico me excitara tanto, esa misma tarde tocaron al timbre y cuando fui a ver a la puerta había un ramito de flores moraditas muy bello y una nota, que decía: “A las 10 en mi casa. L.”, casi me desmayo no podía creerlo, se notaba que le gustaba pero no podía creerlo así que vi el reloj y eran las 8 de la noche corrí a bañarme, me puse un vestido que tirantitos, por lo regular no huso bra, pero esa noche lo use, me puse un conjunto de encaje color amarillo, unas sandalias con tacón bajito, me puse en el cuerpo una crema a base de feromonas que una prima me había regalado y me amarre el cabello, casi no uso maquillaje así que solo me pinte un poco los ojos y me puse una chalinita encima y me dirigí a su casa, camine por la playa y llegue al número 10, llegue a la puerta y en eso la vi abierta y me dio algo de miedo, cuando escuche su voz y sentí su mano sobre mi vientre.

– Pasa no os preocupéis, soy yo.

Me dio un beso en el cuello, yo me estremecí por completo, entramos y pasamos por la sala, al fondo de un pasillo habían unas escaleras y las subimos, al estar en la planta de arriba, puso un paño suave sobre mis ojos y los tapo, me dio otro beso en el cuello y le tomo de las manos, esta vez se puso frente a mi y me hizo que lo abrazara por la espalda y con sus manos sujetaba las mías, me pidió que confiara en el y que le dije que si, comencé a sentir algo de brisa del mar y entramos a una habitación destapo mis ojos y el estaba frente a mi mire a mi alrededor y me percate que estaba en su habitación, era una habitación grande, estaba toda pintada de blanco a excepción de una pared que estaba pintada de rojo, una cama amplia al centro, tenia sabanas de seda, en la mesa de centro una botella de vino tinto, uvas y fresas, toda la habitación estaba iluminada por velas era una luz tenue y olía a coco y vainilla, me sentía como si fuera parte de una película donde el casanova seducía muy delicadamente a su doncella, me tenia tomada por las manos y me dijo:

– Bienvenida al cielo.

Me beso, me tomo de la cintura y comenzó a acariciarme el cabello con una mano y con la otra la espalda, después busco mi cuello y lo besaba con mucha ternura y suavidad, interrumpió los besos y me sirvió un poco de vino, abrí los ventanales y dejo las cortinas algo transparentes, nos sentamos en un sillón como los que tienen los psicólogos en sus consultorios, el se sentó en el respaldo y yo frente a el, comenzó a contarme historias muy sensuales del vino y de las estrellas, me veía de una manera muy tierna pero al mismo tiempo muy seductora, acariciaba mi cabello mientras me veía tomar vino y besaba mi cuello, en eso yo no puede mas y comencé a buscar su boca, cuando lo bese por primera vez, sentí que algo dentro de mi se aceleraba y se agitaba, pero el no dejaba que empezáramos, se levanto y me estiro una mano para que yo me levantara y me dijo que bailáramos con la música de las olas del mar y yo accedí.

Era una mezcla de romanticismo y seducción, me dijo que le gustaba mucho y que cada vez que me veía se excitaba mucho, que me deseaba y que no sabia como decírmelo porque pensaba que yo lo rechazaría, en eso para que ya no dijera nada mas, lo bese y comenzó por fin lo que tanto anhelábamos ambos, empezó a besarme los hombros y el cuello, luego bajo con delicadeza los tirantes de mi vestido y mientras yo le quitaba la camisa, era una lata desabotonar cada botón, pero fue muy excitante, tiro mi vestido y le quite por completo su camisa, comencé a quitarle el pantalón y el me ayudo a bajarlo, se quedo en bóxer y yo en mi conjuntito de encaje, que por cierto le encanto, me acostó sobre las sabanas frías de seda que la verdad no sentí ni las sabanas, me acariciaba el cuerpo, las piernas, el vientre, me besaba con mucha pasión, me sofocaba, pero me excitaba demasiado, me abrazo y me puso sobre el y poco a poco me quito el bra, cuando lo soltó y me lo quito me puso boca a bajo y comenzó a chuparme, a darme pequeños mordiscos y a succionarlos, me dolía horrible, pero me excitaba, me bajo las panties poco a poco y no vi en que momento el ya no tenia puesto nada encima, me miro y me dijo voy a hacerte mía, bajo hasta mi vagina y comenzó a comérmela.

sentía que su lengua iba de un lado a otro, con suma rapidez, con sus manos me acariciaba toda y con su boca me devoraba, yo creo que me vine unas dos veces en su cara y eso no le importo pues me dejaba limpiecita, comenzó con su lengua a recorrer desde mi vientre hasta mi vagina y a darme besos que me volvían loca, en ese momento tomo un descanso para besarme los pechos y le dije que si quería que yo le hiciera sexo oral y me contesto que no que esa noche era para mi y que solo yo tenia derecho a gozar, eso me hizo sentir muy pero muy bien, así que me deje consentir.

Yo ya estaba mas que excitadísima y comenzó a acomodarse para poder penetrarme, se puso sobre mi y poco a poco me iba metiendo su pene, la verdad lo gozaba muchísimo, y de repente me la metió toda, aunque yo estaba muy lubricada su pene estaba muy grueso y grande, así que me dolió un poco pero desapareció con el va y ven de sus movimientos. Me besaba y acariciaba, me tomo de la cintura y me puso boca arriba, todavía tenia adentro tremendo falo y me dijo que yo sola me lo hiciera, no termine de escucharlo cuando comencé a montarlo con mucha rapidez mientras intentaba acariciarme los pechos, pero por el movimiento no podía, el en eso se sentó y así sentados me seguía penetrando muchas veces, cuando se canso se acostó y me jalo para que me acostara sobre de el, la verdad su erección no había terminado así que me dormí con su pene en mi interior y créanme es una sensación fabulosa.

Ya casi eran las tres cuando termino nuestra primera faena y como dos horas después desperté y estaba boca abajo con las piernas abiertas mientras el me daba un masaje por toda la espalda con un aceitito, que estaba frió y mi piel se erizaba, así boca abajo, se puso encima de mi, yo pensé que me iba a penetrar por mi ano, cuando sentí el frió del aceite en mis pechos y en mi vientre, comencé a levantar un poco la cadera y para que pudiera meter bien la mano, después de un rato, el se levanto y se sentó en el sofá que tenia y me jalo suavemente de la mano, me llevo hasta el sofá se acostó e hizo que me montara sobre el y empezó nuestra faena, así el me penetraba muchísimo mas y me dolía mucho tanto que me rozo, estuvimos así una media hora, y no paraba de besarme los pechos.

Cuando terminamos en el sillón, se levanto y me llevo al baño, tomo la botella de vino y me hizo que me acostara en una tina enorme que había ahí, me abrió de piernas y empezó a tirar el vino por mi cuerpo mientras su boca lo limpiaba, bajo hasta mi vagina y empezó a tirarme el vino, era una sensación muy deliciosa, era frió y se sentía muy rico, subió hasta mi boca y la llenaba de vino y después me besaba pasándole yo otro poco de vino y con lo que le quedaba en su boca besaba mis pechos y se ponían sumamente duros por el frió del vino. Comenzó a penetrarme y a taladrarme mucho, me excitaba, nos quedamos dormidos una hora mas o menos y despertamos, me cargo y me llevo hasta su cama, quería intentarlo otra vez pero la verdad yo estaba supe rosada y me ardía horrible, así que saco una crema de un cajón y comenzó a frotármela, la verdad solo con el echo de que me acariciara me excitaba.

Ya eran mas o menos las diez de la mañana y nos quedamos dormidos abrazados el uno con el otro, la sensación fue muy placentera, ahora ya se porque dicen que lis Italianos son unos excelentes amantes, y en cuanto a Luigi pues lo visito de vez en cuando, claro que hay noche en que le me complace y otras en que yo lo consiento.

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