Fantasía de mi esposa, follar con un extraño
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Esta es la historia de una fantasía que mi esposa y yo habíamos preparado una noche de sábado, era verano y hacía mucho calor. Habíamos planeado esa noche lo que os voy a contar. La cosa era ir cada uno por nuestra cuenta y encontrarnos a las 11 de la noche ella y yo en el parque en una zona de bancos un poco oscura y concretamente donde yo sabía que suelen ir algunos mirones. Ella debería sentarse en un de los bancos y una vez sentada debería colocarse unas gafas completamente opacas. Ella debería actuar como si estuviera sola sabiendo que yo estaría observándola a poca distancia como os explicaré.
Primeramente voy a describir un poco como es ella y como iba vestida para poneros en situación. Ella mide sobre 1,75 y de piernas interminables con grandes pechos para lo delgada que es ella, de esos que se mueven al andar, ya sabéis. Tiene el pelo moreno largo y liso y con rasgos un poco orientales, la verdad es que es muy atractiva y excesivamente provocativa sobre todo esa noche con un bolso y un vestido blanco con muy poca tela, de esos que dejan ver toda la espalda hasta el comienzo de la ralla del culo y lateralmente dejan ver los pechos completamente, de escote muy generoso y con dos delgadísimas tiras que terminan en un fino nudo detrás del cuello y tan corto que deja ver todos sus muslos que son bastante definidos por la gimnasia que hace a diario.
Me dirigí hasta donde habíamos quedado fui andando sin prisa para no levantar sospechas y no intimidar posibles mirones, vaya como si yo fuera un mirón más del parque. En eso que localicé a mi mujer. Estaba sentada en un banco ella sola tal y como habíamos quedado. Con el vestido que llevaba se le veían las piernas enteras hasta lo más alto de sus muslos y dejaba ver su entrepierna aunque ella no quisiera. A eso que observo un tío que estaba merodeando cerca de ella y que ella no podía ver. Al rato ella empezó a pasar su mano derecha por entre sus muslos en actitud relajada e inclinando la cabeza hacia atrás, la mano ya estaba entre sus piernas y empezaba a masajearse el clítoris de forma continua intentando excitarse. El mirón se cambió de sitio y despacio se acercó más a mi mujer como a unos 5 metros y fuera del ángulo de visión de ella. A esto que mi esposa saca de su bolso un vibrador de látex de talla algo grande y lo empieza a chupar. Colocó una pierna en cada lado del banco y una de ellas la poso tendida a lo largo del banco y comenzó a introducirse el vibrador.
Su cabeza miraba hacia el cielo y se contorneaba dejando pasar esa polla mecánica una y otra vez entre sus muslos. El mirón se colocó más cerca de ella como a 2 metros pero completamente detrás de ella y no se lo pensó dos veces y el tío se bajo los pantalones y que al parecer no llevaba nada más dejando salir de un golpe una verga que mediría unos 25 cms completamente tiesa al aire, parecía una rama de un árbol y empezó a pajearla con toda su mano derecha y todos sus dedos alrededor. Todo eso me estaba poniendo tan caliente que yo también me acerque más sin ser visto por el mirón y empecé a masturbarme viendo a mi mujer que estaba ya completamente excitada y sin saber que tenía a un tío con una polla descomunal a 2 metros detrás de ella. Mi mujer sin dejar de meterse el vibrador una y otra vez se tumbó en el banco con un gesto de intentar buscar una posición más cómoda colocando las dos piernas encima del banco pero sin dejar de meterse su verga mecánica. El tío se estaba haciendo la paja de su vida y empezó a cascarsela con las dos manos y bastante violentamente. Pude ver como mi mujer llegaba a su primer orgasmo gimiendo sin cortarse puesto que habiendo pasado un buen rato se sentía segura de que yo estaría cerca observándola. En esto que decidí pasar a la acción y me acerqué al banco y me quedé perplejo cuando ví que el mirón se quitaba la camiseta de tirantes y el pantalón y se acercaba despacio delante de mi mujer, ella completamente tumbada en el banco y excitada con su primer orgasmo y el tío desnudo agachado y delante de ella.
El mirón empezó a acariciar con la mano su clítoris y a besarle despacio sus muslos. Mi sorpresa fue al ver que mi mujer no se sobresaltó en absoluto pensando que era yo según me dijo y al sentir el cuerpo completamente desnudo del tío comenzó en la búsqueda de su verga, que no le fue difícil puesto que la tenía bien larga y gorda. Fue entonces cuando mi mujer al sentir esa cosa, de un golpe se sentó en el banco y empezó a mamarsela cogiendola con las dos manos como una poseída con fuertes embestidas que hacía que el mirón inclinara su cabeza hacia atrás y con sus manos cogía la cabeza de mi mujer. Yo estaba tan cerca de ellos, que podía oír gemir de placer al tío. Todo eso no os puedo describir lo caliente que me puso. Al tiempo, ví que mi mujer con sus dos manos cogía el musculado culo del tío y lo abrazaba con pasión, metiendole la mano por detrás de su culo y acariciándole las bolas al tío. El tío no se lo pensó dos veces y se sentó en el banco y se colocó a mi mujer encima de él, ahora pude ver bien al mirón y era un tío fuerte de raza negra. Mi mujer se sentó encima de él al tiempo que intentaba colocarse aquella verga. Cuando ya lo consiguió dio un grito que me asustó un poco, pero en unos segundos ella comenzó a contornearse como una poseída.
Yo ya estaba completamente al lado de ellos y veía por detrás a mi mujer que tenía el vestido completamente arrugado en su cintura dejando su culo y sus caderas completamente al descubierto moviéndose las tetas de arriba a bajo al tiempo que se veía como chorreaba su coño de su ya tercer o cuarto orgasmo empapando la verga del tío y haciéndola más brillante en la oscuridad. Al tío le brillaban los fuertes hombros y sus pectorales la verdad es que era un tío muy musculoso. En esas circunstancias no estaba seguro de controlar la situación y pensé que sería mejor que el tío no me viera. El tío se levantó con la polla clavada en mi mujer y cogiendola por debajo de los muslos a mi mujer empezó con fuertes embestidas que hicieron de nuevo que escuchara un grito de éxtasis de ella quedando completamente exhausta encima de ese tío. El tío saco su polla que aún mantenía dura y tiesa y colocando a mi mujer con las manos apoyadas en el respaldo del banco comenzó lentamente a metersela por el culo, eso le gusta mucho a mi mujer y lo tiene bien entrenado. Aunque esta vez ella le cogía la polla y se la iba metiendo poco a poco, era una buena tranca, ya os digo.
El tío le embestía suavemente metiendole sólo mitad de su verga, haciendo movimientos en circulo con sus caderas que hacían gemir de placer a mi mujer. Ella con sus manos le cogía la verga y le masajeaba los huevos cosa que hizo al tío correrse finalmente soltando todo su semen a borbotones encima de la espalda al tiempo que mi mujer se lo extendía ávidamente con su mano derecha por sus tetas. Quedándose mi mujer quieta en esa posición, el tío cogió su ropa y se fue corriendo. Yo con mi polla en la mano y sin ropa, me acerqué al banco y me corrí al instante en la espalda de mi mujer. Fue la noche más caliente de mi vida. Hemos vuelto a intentarlo otra vez pero no a vuelto a salir como entonces.