Un domingo familiar con un final de sexo caliente
📋 Lecturas: ️
⏰ Tiempo estimado de lectura: min.
Hola, me llamo Carlos, os cuento lo que me sucedió el último fin de semana. Como muy a menudo sucede, los domingos almorzamos en familia. Este último domingo almorzamos en casa de mis tíos, mis tíos, mis primas y sus novios, mi novia, mis abuelos, mis padres y yo. Al acabar de almorzar, mis padres se marcharon pero yo me quede con mi novia para jugar a las cartas o a cualquier otra cosa. Cuando ya se hizo de noche fui a dejar a mi novia y de camino a mis abuelos a sus respectivas casas. Al dejar a mi novia me di cuenta que se me había olvidado la cartera en casa de mis tíos, pensé en recogerla al día siguiente, pero ya puestos decidí ir esa misma noche ya que tampoco hacia mucho que me había marchado y no iba a molestar. Llame y me abrieron, subí y estaba mi tía viendo una película, mi tío ya se había ido a la cama porque madrugaba para ir a trabajar. Pregunte por mis primas, habían salido a tomar algo con los novios.
– Te han dejado sola tita – le dije bromeando.
– Si que me han dejado abandonada, menos mal que has llegado tu para distraerme – me comentó.
Entre risas le dije que no se como le iba a distraer, y ella me dijo que podíamos jugar a algo.
– Voy a ir por algo para jugar.
Me dejo allí sentado y a los dos minutos regresó sin nada para jugar.
– ¿Por que no has traído nada? – le pregunté.
– Creo que este juego te va a gustar mas – me dijo mientras se sentaba a mi lado en el sofá.
No entendí a que se refería. Cogio el mando de la televisión y la apagó. Yo me quede extrañado, no entendía que estaba haciendo. Se levanto del sofá y se empezó a desnudar. Yo me quede embobado, mi tía no es una chica de 20 años, pero para su edad esta bastante bien, medirá alrededor de 1,65, no está gorda, esta bastante bien y tiene unas tetas impresionantes.
Al desnudarse, se empezó a lamer sus dedos y a introducírselos en el coño. Yo a esas alturas ya estaba completamente empalmado.
– ¿Te gusta lo que ves? – me preguntó.
No me salían las palabras, por lo que me limite a mover la cabeza, asintiendo.
– Veamos si te gusta de verdad – dijo poniéndose de rodillas delante de mi.
Me empezó a bajar los pantalones y dejó asomado mi pene. No es de actor porno pero no esta mal, medirá unos 16 cm. y es bastante gordo. Ella comenzó a pajearme, mirándonos fijamente. Al rato, acerco sus tetas a mi pene y empezó a pajearme con ellas. Luego se introdujo el pene en la boca y comenzó a chuparme con ansia. Estaba gozando muchísimo y como siguiera mamándola mucho más me correría en breve. Por lo que le agarre la cabeza y le saque el pene de su boca. Ella se levantó y se puso de espaldas a mí, introduciéndose el pene en su vagina muy lentamente. Yo le puse mis manos en el culo y ella empezó a moverse cada vez más rápido.
– Ahh, Ahh, Ahh – gritaba – Vamos sobrino, fóllate a tu tita – decía.
Me levante un poco y le agarre las tetas por detrás para bombearle un poco. Al rato pare. Se la saque y le dije que se pusiera a cuatro patas. Ella se puso y yo me dispuse a penetrarla analmente, me babee los dedos y su ano, le introduje los dedos poco a poco, ella se quejaba pero aguantaba, cuando vi que el culo dio de sí, me ensalivé el pene y se lo comencé a meter en el culo.
– Aaahhh, aaaahhhh, niñato me estas partiendo el culo – me grito.
Yo no cesé en mi intento y acabé penetrándola. Era magnifico, la bombeé salvajemente, mientras ella gritaba ya de placer. En ese momento, mire a la puerta de su cuarto y allí estaba mi tío, mirándonos como follábamos. Yo me asusté, pero estaba gozando tanto que no pare. Pude ver que mi tío se estaba pajeando, le excitaba como le partía el culo a su mujer pensé. Ya estaba a punto de correrme y se lo hice saber a mi tía.
– Uhh, me corro tita, me corro – le dije.
Ella se saco mi pene y se giró. Se lo introdujo en la boca y empezó a mamarlo. Yo empecé a correrme y ella se lo tragaba, se le notaba que gozaba con mi leche. Miré a la puerta donde estaba mi tío, pero ya no estaba. El pervertido de mi tío se había corrido viéndome follar con mi tía, no me lo podía creer. Pero prefería no pensar en eso. Mi tía me relamió el pene y nos vestimos.
Me despedí de ella y le desee buena noche. Ya ella por su parte me había dado mi noche a mi, una magnifica noche, un magnifico polvo.
Si se repitiese algo parecido, os lo contaré.
Tendencia ahora