Mi ciber novio a pesar de estar casada
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A grandes rasgos te contaré que a pesar de estar casada, siempre me he sentido sola, mi esposo es un hombre muy ocupado y a parte le encanta llegar de madrugada con sus cervecitas encima. Es por ello que un buen día me dio por entrar al chat, a pesar de que antes criticara tanto a los que chateaban, no me gustaba, pero la soledad y la curiosidad me hicieron entrar a él.
Entré a una sala normal, nada de salas calientes, de por sí criticaba el chat, y que todavía entrara a ese tipo de salas, como que no iban conmigo; y después de un ratito de estar ahí, me encontré con una persona que vive en una ciudad bastante lejos de la mía. Simpatizamos, coincidimos casi en la misma edad, también casado, y platicamos de varias cosas, las clásicas que se hablan al recién conocerse en un chat. El caso es que nos caímos tan bien, que decidimos seguir en contacto, y así lo hicimos por varios días, incluso hasta quedamos en que seríamos novios; lo que me parecía bastante chistoso, pero bueno, era una experiencia diferente en mi vida. Cada vez sentíamos comprendernos más, pues coincidíamos en muchas cosas, afectos, sueños, al cabo de pocas charlas ya nos dirigíamos uno al otro diciéndonos “amor” y cariños así por el estilo, y nos enviábamos un que otro beso y abrazo. Y es que de verdad empezaba a nacer un bello sentimiento.
Así fue como un día nuestra charla fue tomando temas sobre el sexo, nos hicimos preguntas sobre ello, nos contamos anécdotas de cuando éramos jóvenes, nos reíamos al decir ciertas cosas, también hablamos de nuestras experiencias con nuestras respectivas parejas. A manera de que se iba dando esta plática, yo sentía algo raro, extraño en mí, era una especie de excitación, lo que me contaba referente a su pareja me lo imaginaba que me lo hacía a mi y viceversa, lo que yo le decía sobre mis encuentros con mi pareja, él imaginaba que yo se lo hacía a él. Nos compartimos ese sentir, y empezamos entonces a ir llevando la charla como si fuéramos nosotros dos quienes estaban teniendo sexo, dejando a un lado a otras personas y dejando a un lado también nuestras aventuras de jóvenes; eso ya no existía, ahora nos sentíamos uno frente al otro y con una excitación tremenda por parte de ambos.
Me fue llevando por este medio, me decía lo linda que le parecía y lo que me deseaba, íbamos imaginando que todo era realidad, que recorría mi cuerpo desde mi cuello, mis orejas, que se detenía en mis labios para devorarlos al igual que mi lengua, que rodeaba mi cintura y yo su cuello y nos entrelazábamos en un ardiente beso y abrazo. Yo me abrazaba a mí mismo, quería sentir que todo era cierto, que él estaba a mi lado de verdad, lo deseaba, lo deseo.
Al principio yo me sentía apenada, no sabía que escribir, pero fue aumentando de tal manera mi excitación, que mis dedos empezaron a teclear todo lo que mi alma y mi cuerpo anhelaban. Poco a poco en nuestra imaginación nos fuimos desnudando, pero al poco tiempo, ya estamos desnudos también en la realidad, era mucho el calor. Yo sentía sudar, era increíble como a través de una máquina se pudiera sentir tanta excitación y tanto placer. Empecé a tocar cada parte que él me decía que acariciaba, de esa forma fue que mis manos tocaron todo mi cuerpo, estrujaba mis pechos, me mojaba los dedos para hacer circulo con ellos en mis pezones que estaban demasiado duros, tocaba mi vagina que se encontraba súper húmeda. Era un verdadero deleite, jamás había sentido tal maravilla ni aún en la vida real con mi pareja. Pues mi ciber novio me hablaba de una forma que me hacía enloquecer; él también se iba desnudando al mismo tiempo que yo, nos guiábamos uno al otro, se acariciaba; yo podía sentir como su pene se endurecía más y más, y podía sentirlo entre mis manos, en mi boca comiéndolo.
Igual él podía sentir mi vagina y clítoris entre sus labios, sentía como mi humedad se quedaba en su lengua. De pronto mis dedos ya estaban en mi vagina, metidos cada vez más, como si fuera su duro pene, lo sentía, que enorme placer, cada vez era más y más grande nuestra excitación, y más se excitó él cuando le pedí a gritos que me penetrara. Me sentía venir, le comenté eso tan grande que me estaba pasando y quedamos en llegar los dos juntos, a un mismo tiempo al clímax, al orgasmo, al cielo, y efectivamente así sucedió, tremendamente formidable. Fue estupendo, y para rematar esa sensación increíble, sorpresivamente me llama por teléfono, sin decirme que lo haría; me emocioné mucho más al escuchar su voz agitada, aunque no más que la mía, porque casi no me salía la voz de tan excitada y maravillada con la experiencia inolvidable; nos dijimos por teléfono todo lo real que habíamos sentido, todo lo que nos amamos, todo lo que nos deseamos.
Nos despedimos y quedamos en conseguir de inmediato una cámara para hacer el amor lo más realmente posible, prometiendo que en nuestro encuentro y frente a las cam, nos desnudaríamos totalmente y haríamos cosas más que estupendas.
(Dedicado a Rich, te amo).
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