Nina la puta confiesa que es adicta al sexo

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Mi nombre es Nina y les contare mi ultima historia. Voy a confesarles que soy adicta al sexo, siempre debo follar por lo menos tres veces en el día. Tengo 18 años y estudio en un colegio católico, es algo frustrante por que todas las noches debo escaparme para poder disfrutar de unas buenas vergas.

En el internado de monjas, es aburridísimo ya que solo hay un profesor y estoy cansada de follar con el ya que tiene eyaculación precoz y cuando empiezo a calentarme el ya ha terminado, así es que decidí buscar en otros lados, el internado esta cerca de la ciudad y allá si que hay machos de verdad que hacen que una goce.

Soy rubia, delgada, con unas buenas tetas y un buen culo, les contare la última historia ya que estoy muy satisfecha con ella, he estado varías veces en orgías y varias veces me he tirado a uno que otro negro pero nunca había estado en una orgía con varios negros, cada vez que me acuerdo tengo que ir donde mi gran compañero aquí en el internado mi consolador, sin el ya estuviera loca.

La semana pasada me escape para ir a la ciudad, iba tan desesperada que no me cambie, tenía el uniforme del colegio, me subí la falda, me desabotone dos botones de la camisa me quite el saco, y me solté el cabello. Iba tan apurada que se me olvido la cartera, y allí tenia el dinero para coger el autobús. Cuando quise regresar el colegio ya estaba cerrado y sabia que lo habrían a las 5 a.m., no pasaba ningún auto por allí y tenía unas ganas de follar.

Empecé a caminar, debía llegar a la ciudad y follarme al primer hombre que me encontrará, afortunadamente me encontré a 5 machos negros, de unos 30 a 40 años, había una casa rodante y eran de la ciudad, iban de pesca y estaban jugando al poker en la parte delantera de la casa, me emocione y fue directamente hacia ellos, al verme uno de ellos se le querían salir los ojos y exclamo;

-¿Estoy teniendo una visión?

A lo que le conteste

– La que tengo la visión soy yo, gracias a Dios por haberlos encontrado, me he escapado del Internado e iba directamente a la ciudad, tal vez ustedes puedan ayudarme.

Uno de ellos pensativo, contesto

– No queremos meternos en problemas con las monjas, es un favor muy grande y te costara.

– ¿Costarme?. Lo siento, no he traído dinero, pero les puedo pagar de una manera más placentera.

Afortunadamente entendieron el mensaje y dijeron que debía pagarles a todos!!, no podía creer lo afortunada que era.

– Por que no entras a la casa y comienzas pagarme a mí, dijo uno de ellos.

– Por que no entramos todos y disfrutamos de la paga, ¿les parece?

– Eres una niña bastante puta!! ¿Lo sabias?

– Si lo sé.

– ¿Podrás con todos?.

– ¿Podrán conmigo? Soy bastante exigente.

– Eso tenemos que verlo..

Entre a la casa, estaba llena de cervezas, humo y colillas de cigarros, al fondo había un colchón y no había cama, el colchón era redondo y bastante amplio. Cuando entre al cuarto uno de los hombres me cogió por la cintura y empezó a besarme el cuello, tocarme las tetas, y ha subirme la falda, me toco la concha y se dio cuenta que la tenia bastante mojadita, afuera seguían 4 hombres, no se de que hablaban, apagaron la fogata, entraron a la casa, encendieron las luces, ya que dijeron que iban a tener verdadera acción y tenían que verla con claridad.

Cuando entraron al cuarto los cuatro, yo estaba devorándole la verga a su amigo, a la vez me estaba masturbándome, tocándome las tetas, ellos rieron y dijeron de ahora en adelante no tendrás que hacerte nada, uno de ellos dijo que tenían que darme una buena clavada ya que no lo habían hecho con una jovencita rubia y calentona, a mí esas palabras más me excitaban.

Empezaron a desnudarme y a desnudarse, tenían tremendas vergas, nos colocamos todos en el colchón, yo en el centro, uno de ellos se echo y puse mi concha en su cara me empezó a dar una mamada de campeonato, así es que yo empecé a mamar por turnos las cuatro vergas, mientras mamaba una, masturbaba otra, era delicioso, no paraba de gemir con fuerza, sabía que no me escuchaba nadie, era una zona bastante despoblada y yo tenía una orgía con cinco hombres con grandes vergas, el que la tenía más pequeña tenia unos 15 cms y el de mayor unos 22 cms y todas eran gruesas, mmm… eran deliciosas eran como tener barras de chocolate en mi boca. El que me estaba dando la mamada empezó a hacerlo con fuerza y yo a gemir como loca, el primero se vino en mi boca a mi no me gusta desperdiciar esa rica leche, no deje escapar nada, este se hizo a un lado y empecé a mamar otro y a masturbar a los otros, que escena uno debajo devorándose mi conchita y metiendome los dedos, y yo mamando por turnos a otros tres, el que se había venido no duro mucho para volver a tenerla dura ya que con tanto gemido, y con tremenda escena, así fue que empezó a lamerme el ano, nunca me lo habían hecho y es delicioso.

Se vino el segundo, después el tercero, el que me estaba dando la mamada lo tenía como un palo y era la verga más grande, así fue que me quede mamando a sólo uno que la tenía bastante gruesa y el que me estaba lamiendo me metía también los dedos por el ano, era la mejor orgía que había tenido hasta el momento. Al que se la estaba mamando empezó con un ritmo bastante rápido y empezó a follarse en mi boca, hasta que se vino, era tanto que se deslizo alrededor de mi boca y yo a recoger para que no se escapara nada, cuando termine de limpiarle la verga de esa rica leche, tenía a cuatro hombres mirando a una rubia con grandes tetas y de un colegio católico y devoradora de vergas… yo simplemente decía por favor que no termine aquí.. quiero que me follen como ustedes quieran, la noche es joven me contesto uno de ellos y dijeron ya que eres una gran perra, no tendremos compasión de ti, yo por dentro moría de felicidad de solo pensar.

Cambiamos de posición, me pusieron en cuatro, esa es mi posición favorita, uno de ellos se puso debajo de mí y empezó a bombearme y yo a moverme con frenesí, entraba con fuerza, me la sacaba toda y volvía a caer encima, era riquísimo… otro de ellos dijo que me detuviera por unos instantes mientras me la clavaba en el culo, entro con facilidad y empezamos un vaivén, el que me estaba dando por el culo lo hacia con fuerza, yo simplemente gritaba como perra en celo, el de la verga más grande, el que me dio la rica mamada, me la metió de una en la boca y empecé a mamarsela con mucho empeño, si el me había hecho disfrutar tanto yo haría lo mismo, en una de esas me la saque de la boca y grite, díganme cochinadas, eso me reanima mucho. Entonces uno de ellos empezó a decir:

– Ey muchachos quien iba a creer que nos íbamos a encontrar a esta rica puta, nuestras esposas deben de creer que estamos de lo más juiciosos.

– No hables de nuestras mujeres, ojala mi esposa fuera como esta perra, mama de lo más rico… mmmm eso putica sigue así.

– Tiene un culo de ensueño, entra y sale con una facilidad, cuantas vergas habrán pasado por aquí…, te gusta puta como te la meto, te partire ese culo en dos, no podrás sentarte en días.

– Tiene la concha de lo más arrecha, parece un pozo sin fondo.

– Y que tetas, con pezones rosaditos.

– Y me hace una paja, es experta.

Yo no lo creía uno me estaba bombeando mi concha otro, me enculaba, le estaba mamando la verga al que la tenía más grande, mientras otro me mordía y lamía los pezones, para rematar le hacia la paja al otro, en total lo estaba haciendo con cinco a la vez, yo gemía cada vez con más fuerza y ellos también mientras decían cochinadas, yo me excitaba cada vez más, tenía orgasmos múltiples y no pensaba parar, entre más me follaban más vergas quería.

– Te gusta como te la meto, putica, este culo esta de ensueño.

– Si así son las de colegios católicos… son unas perras de categoría, tal vez meta a mi hija en uno de esos y termine haciéndome estas mamadas… mmmm sigue puta, sigue…

Al que le estaba dando la mamada se vino y decía: Tómatelo todo que eso te hace bien, la leche es un gran alimento, los otros reían y asentían con la cabeza, yo chupaba y lamía toda esa rica leche, cuando termine, al que le estaba haciendo la paja empecé a mamarsela con rapidez hasta que se vino, no demoro mucho en hacerlo se la limpie hasta que no le quedara un solo hilito de deliciosa leche, al final no tenía nada en mi boca y empecé a jadear y a decir:

– Denme más duro, pártanme, uhhhh que delicioso más rápido, eso es lo único que me pueden dar, el que me esta enculando hágalo con más fuerza rómpeme el culo… si así… así, esto es gozar.

El que estaba debajo estaba por venirse así fue que le dije que quería que terminara en mi boca, la saco de mi conchita y me la metió en la boca, se corrió con gran fuerza, le limpie su verga, quedo reluciente, el de la verga más grande la tenía de nuevo como un martillo, tomo su lugar y empezó a bombearme con más fuerza, era riquísimo tenía la verga más grande y más gruesa, yo decía:

– Uhhh, mmmmm rico, más quiero más.

El que me enculaba se corrió dentro de mí, era rico esa leche calientita. Los demás salieron a tomar aire y yo me quede con dos uno por el culo y otro en la conchita, jadeada y jadeaba, cuando uno terminaba lo reemplazaba el otro, había veces en que estaban los cinco como la primera vez, luego quedaba con tres o dos, lo cierto es que estuvimos así unos 4 horas, los cinco me habían dado los tres servicios unas 3 veces cada uno.

Al amanecer, estaba llena de semen por todos lados y se habían ido dos de mis queridos amantes, al despertar tenía unas ganas inmensas de tener nuevamente sexo, vino uno de ellos y dijo si quería desayunar, lo único que dije era que quería leche y empecé comérmele su verga nuevamente, el simplemente grito, la perrita se levanto y quiere acción, uno de ellos decía es insaciable, si quiere eso tendrá, primero me clavaron por el culo y luego en mi conchita, estaba llena en mis tres huequitos, y yo feliz, cuando terminaba uno en mi culo al que le mamaba ocupa el lugar y yo levantaba otra vez la verga con una mamada, estuve con los tres esa mañana unas 2 horas más. Después me duche, me despedí, dijeron que el próximo mes volvían y que tal vez traerían otro amigo más, y yo asentí entre más, más nos divertiremos, había pasado una noche del sábado fantástica, llegue al colegio, me volví a duchar, me masturbe de lo más rico en solo pensar lo que había sucedido la noche anterior, y me dormí.

Esta es solo de unas cuantas historias que me han sucedido, de ahora en adelante cuando busque con quien follar una de mis prioridades será un macho negro que me parta la concha y el culo, ya que me volví adicta a las barras de chocolate….

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