Mi prima Eneyda, la musa de mis mas calientes pajas

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Hace tiempo que deseaba a mi prima Eneyda, desde pequeños siempre nos hemos llevado muy bien ya que hemos tenido una relación muy cercana, ella dice que me considera su hermano mayor pues tengo 18 años. Desde que cumplí los 18 me he sentido atraído por ella, cuando estado de vacaciones en la casita rural que tiene nuestra familia me encontré con ella cuando salía de la ducha solo cubierta con una pequeña toalla, dejando ver sus hombros blancos cubiertos de una preciosa mata de cabello color cobre y el principio del preciado canal que hay entre sus pechos, ya me parecía muy guapa, pues además tenia unos preciosos ojos verdes, y unos labios finos que le hacían parecer un ángel. Tanto ella como su hermana parecían irlandesas por el color de la piel, los ojos verdes y el pelo rojo oscuro, esto se debía a que su padre era de Irlanda, a donde había vuelto después de separarse de la hermana de mi padre.

Esto ocurrió hace s poco, estábamos veraneando en la casa rural que tiene mi familia en México, habíamos ido mis padres mi hermano y yo con mi tía y mis primas, nos gusta veranear todos juntos porque nos levamos muy bien ya que los primos tenemos edades muy parecida 2 a 2, es decir, que Eneyda y yo nos llevamos 2 años, al igual que mi hermano David y mi prima Sonia que tenían 19 y 18 años respectivamente, por cierto, me llamo Alejandro. Así que como de costumbre estábamos veraneando todos juntos en la casa rural, nos pasábamos casi todo el tiempo en la casa, pues tiene una pequeña piscina en la parte de atrás y un pequeño jardín por delante en el que se está muy bien tomando algo.

Los días pasaban con normalidad, pasábamos la mañana en la piscina jugando hasta la hora de comer, después hacíamos algo de sobremesa y nos íbamos a dar una vuelta por los alrededores hasta la cena. Durante los juegos en la piscina aprovechaba para acariciar la suave piel de Eneyda así como para que se diera algún roce casual tocando discretamente sus bien formados pechos o su perfecto culo, de tal manera que siempre, al terminar los juegos, me iba a mi habitación a hacerme unas cuantas pajas para aliviar la situación.

Un día en el que mis padres y mi tía se habían bajado a la playa Eneyda aprovecho para hacer top less, lo cual tanto mi hermano como yo agradecimos profundamente, salió de la piscina y se tumbó sobre la toalla, comenzó a darse crema por todo el cuerpo, sobre todo por los pechos, ya que es la parte menos acostumbraba a recibir la caricia del sol, David y yo observábamos disimuladamente como se acariciaba la suave piel de los senos, así que como de costumbre hice la visita rutinaria a mi habitación, no recuerdo la cantidad de veces que me masturbé a la salud de esa maravillosa escena. Cuando volví me encontré con que mi hermano, más listo que yo, había aprovechado que se había dormido y de que tenia un sueño muy profundo, así que comenzó a acariciar su cuerpo desnudo, primero acarició sus mejillas para comprobar que estaba completamente dormida, siguió por su terso cuello donde no pudo resistir la tentación de poner sus labios, mientras, bajaba su mano, muy suavemente, hacia el pecho derecho de Susana, que no parecía inmutarse, lo cogió y lo empezó a masajear con mucha delicadeza, ella comenzó a acelerar la respiración, tras terminar de lamer el cuello y la parte justo por debajo de la oreja comenzó a comerle el pecho izquierdo mientras su mano se deslizaba por el vientre hacia el pequeño tanga azul marino introduciéndola entre la tela y el vello púbico, haciéndola gemir suavemente, tras disfrutar de ella durante unos minutos cogió su mano y se la metió en el bañador, imagino que para hacerse una paja con la suave mano de Susana, yo no pude mas y comencé a pajearme de nuevo, me saqué la verga que estaba a punto de estallar, y de repente saltó un flash, me quedé pasmado cuando vi a mi prima Sonia con una cámara en la mano haciendo una foto a mi pene, no esperaba que al estar en la sombra saltara el flash y la delatara, salió corriendo, y yo la perseguí, cuando me di cuenta ya no estaba, se había escondido, así que fui a su habitación, ella tendría que pasar por allí.

Toda la habitación estaba llena de cosas de fotografía pues es una gran aficionada, me fijé en un sobre de tres o cuatro fotos sobre la mesa, lo abrí y observé sorprendido que las fotos ¡¡eran mías!!, saliendo de la ducha, en la piscina, y hasta masturbándome, entonces entró Sonia, cuando le pedí explicaciones escuche como me decía que se sentía atraída por mi, que aunque conoce muchos chicos desde el año pasado solo pensaba en mi, yo no sabia que decir, me dijo que se masturbaba pensando en que estaba con ella, pero que no sabia como decirlo, sobretodo conociendo el deseo que sentía yo hacia Susana, pero ahora todo era diferente, yo ya lo sabia, me pidió que le hiciera lo que me gustaría hacer a su hermana, que si no le enseñaría las fotos, estaba atrapado, así que accedí, esa noche la esperaría en mi cuarto.

Debían ser las 12 de la noche, todo estaba en silencio, mi habitación se iluminaba con la luz de la luna que entraba por los ventanales, solo se oía el murmullo de las cortinas bailando con el viento, estaba ansioso, aunque nunca lo hubiera pensado deseaba hacer el amor a mi primita, Sonia, nunca me había fijado en ella, pero, al igual que su hermana, también era una belleza, pelirroja con el pelo largo y rizado, grandes ojos verdes que parecían expresar una inocencia que la hacían más adorable, piel blanca, labios carnosos y una figura esbelta y bien formada, media 1,68 que frente a mi 1,83 la hacían pequeñita aunque sus pechos ya estaban muy desarrollados.

Al poco rato escuché unas pisadas en el pasillo que se acercaban lentamente hacia mi puerta, el pestillo y la puerta comenzó a abrirse, entonces apareció la delicada figura de mi prima, dio unos pasos hacia mi cama, le pedí que se detuviera y lo hizo, se quedó quieta justo donde era iluminada por los rayos de la luna llena, la observé, estaba preciosa, llevaba un camisón blanco de su hermana que permitía vislumbrar algunas curvas, la luna resaltaba la suavidad de su joven piel y la carnosidad de sus labios, sus ojos denotaban una mezcla entre curiosidad y miedo, me levanté para acercarme a la puerta y echar el seguro, después di una vuelta a su alrededor observándola, disfrutando de su belleza, como ya fiera que se va a lanzar a por su presa.

Me acerqué a su espalda y puse mis manos en sus hombros, las deslicé hacia fuera llevando los tirantes consigo hasta que estos resbalaron pos sus brazos dejando caer el camisón al suelo, retiré el cabello de su nuca y la besé disfrutando del olor de su perfume y del sabor de su sudor, besé su nuca, con la lengua recorrí el camino hacia su espalda, su respiración se aceleraba, seguí con mis labios el camino hacia el punto donde se juntan el cuello y el hombro para, muy lentamente, subir hacia la parte posterior de la oreja, mis dedos acariciaban sus brazos hasta entrelazarse con los suyos que ella dirigió a sus pechos, yo seguí besando su espalda mientras acariciaba sus emergentes pechos de leche, sus pezones se endurecían al contacto con mis dedos lo cual me excitaba mas aún, mi pene luchaba por salir de los boxer que llevaba mientras mis labios bajaban por la espalda de mi primita hasta llegar a sus braguitas, al contrario que el camisón eran negras contrastando con el color de su lechosa piel, las acaricié y suavemente para disfrutar del tacto se las quité, ante mi aparecieron sus glúteos, los separé y comencé a lamer entre ellos, encontrándome con su pequeño y virgen ano, al pensar en penetrarlo mi pene se endurecía aún mas, pero eso sería mas tarde, me levanté haciendo que mi paquete se deslizara entre sus piernas y glúteos y ella se dio la vuelta, era preciosa, sus manos acariciaron mi pecho hasta unirse detrás de mi cabeza rodeándome con sus blancos brazos, nuestros labios se fundieron permitiendo que nuestras lenguas se buscasen y encontrasen entre ellos, notaba sus pezones duros en mi pecho mientras la abrazaba, acariciando su espalda con una mano y su culo con la otra, separamos nuestros labios y nos miramos por unos segundos.

– Primo, te deseo, quiero comer tu pene.-

– Ahí lo tienes primita.-

Sonia se agachó y puso su cara a la altura de mi miembro, apenas cubierto por la tela del boxer, que ella me bajó hasta los tobillos, entonces lo observó por unos instantes y besó el glande, con besos cortos que me excitaban aún mas.

– Qué gordo y que caliente lo tienes primo.-

Dando pequeños lametones siguió hasta encontrar los testículos que acarició y besó, yo creía que iba a estallar cuando como si fuera un helado, comenzó a lamerme la punta hasta metérsela en la boca y comenzar a chupar y succionar, la agarré de la cabeza para que se la metiera mas adentro, aunque no hacia falta ya lo hacia ella, mientras, con mi pié frotaba su sexo que empapaba de jugos mi empeine, mientras introducía mi pene en su boca me acariciaba el culo explorando con su dedo mi ano, no me podía creer que esa fuera su primera vez, sentí que me iba a correr en su boca, la saque y llevé a Sonia a la cama, se tumbó boca arriba y abrió sus piernas mostrándome su sexo húmedo, me arrodillé y comencé a lamer sus entrepiernas saboreando las pequeñas gotas de fluido que se habían deslizado por ellas, poco a poco llegué a sus labios vaginales, ella se frotaba el clítoris con pasión y yo empecé a lamer esa pequeña rajita entre sus piernas por donde empezó a segregar líquido que empapaba mi cara, sus gemidos de placer eran intensos, aparté sus dedos del clítoris y me dispuse a comerlo, agarro mi cabeza y la apretó entre sus piernas,

– Siiiiii primo siiiii.-

Yo gozaba con el sabor y olor del sexo de mi prima, pero mi pene deseaba penetrar en ella, así que con mis labios acariciando su piel me dirigí camino a los suyos, deteniéndome en sus pechos que saboree con pasión haciendo surgir la leche de sus pezones que bañó mis labios y mi cara, nuestras respiraciones se acompasaban en un ritmo frenético que se iba acelerando por momentos, en un momento nos encontramos frente a frente, nuestros ojos se miraron, nuestros labios se fundieron y entonces Sonia colocó la punta de mi pene a la entrada de sus labios vaginales, empujé con suavidad y mi polla entró un poco sin apenas resistencia, ella no era virgen, pero eso me importaba muy poco, ella emitió un pequeño gemido, la saqué y volví a empujar con mas fuerza, ahora entró mas profundo y Sonia soltó un quejido diciéndome:

– Sigue.-

Repetí la acción una y otra vez cediendo la apertura de su sexo hasta que nos vimos envueltos en un apasionado baile abrazados, sacando y metiendo mi pene dentro de ella, su cuerpo arqueado se levantaba entre gemidos de dolor y placer para abrazarse a mi torso, siendo ella ahora la que se agitaba sobre mis muslos húmedos por sus fluidos, entonces me corrí regando con mi semen ardiente tanto el exterior como el interior de su sexo, se llevó la mano a su triángulo humedeciendo sus dedos en la mezcla se líquidos y se los llevó a la boca, lo cual me volvió a excitar haciendo que mi miembro me pidiera mas acción.

– Quiero saborear tu semen.- Me dijo.

– Y yo explorar tu ano.- Contesté.

Y nos dispusimos a ello, ella se lubricó con los dedos el ano y con su saliva mi polla, yo terminé de lubricarle con mi propia saliva utilizando la lengua, entonces, poniéndose a cuatro patas y apoyando la cabeza en la almohada me ofreció su último agujero virgen, puse el glande en la pequeña obertura y presioné suavemente, dejando que el ano dilatara despacio, así un par de veces hasta que empujé con mas fuerza haciendo que entrara la cabeza, Sonia emitió un quejido, repetí la acción, se volvió a quejar, así varias veces hasta que penetre con una buena parte de mi polla, sentía la presión de las paredes del recto excitándome junto con los gemidos aún más, Sonia ya disfrutaba de lo que le estaba haciendo, y eso me hizo penetrarla con mas pasión si cabe, hasta que otra vez estaba a punto de correrme, así que la saqué y la metí en la boca de mi prima, donde tras un par de lametadas me corrí tragándose y saboreando mi leche caliente, la besé en los labios y tras lamerle el ano para calmar el dolor de la penetración le dije que no necesitaría mas fotos a escondidas para poder follar conmigo, me besó y nos quedamos dormidos, abrazados como buenos primos.

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