Gigoló de maduras, experto satisfaciendo a milfs calientes
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Todo empezó por inscribirme en una agencia de contactos para señoras un poco desesperadas como separadas, viudas… y sentí curiosidad. Actualmente tengo 31 años y siempre me han gustado las señoras mayores, tienen algo especial, te follan a ti, son fuego.
Un día me decidí a llamar y todo fue fácil. El tercer día ya tuve el primer contacto. Era una señora de 60 años, adinerada y viuda. Quedamos por la tarde en su casa. Yo estaba bastante nervioso, pero con ganas de disfrutar. Abrió la puerta, era una señora bastante fina y elegante, gordita, pero atractiva. Estuvimos charlando un rato y tomamos una copa. Puesto que era mi primera vez, no sabia como tomar la iniciativa, y a lo que iba era a follar, así de claro.
Cuando estaba dispuesto a lanzarme sobre ella, sonó mi teléfono, de la agencia, otra cita, pero casi sin darme cuenta, la señora me bajo la bragueta del pantalón y comenzó a mamarme la polla de una manera colosal. Yo seguía hablando y ella seguía mamando, no podía parar, colgué el teléfono y ya me dedique por completo a ella. Antes de un minuto yo no podía mas y descargué mi leche en su cara, la bañé por completo. Ella paró y me miró un poco enfadada. Yo entendí y le dije:
– Espera, que tendrás más.
Empezamos haciendo un 69 de infarto, se sentó en mi cara y apoyó su enorme culo en mi boca que casi no me dejaba respirar, yo trabajaba con mi lengua y ella me dedicaba otra fenomenal mamada, tragándose toda la polla, cosa que ninguna mujer me había hecho, puesto que es bastante grande y nunca se la habían comido entera. Esta con toda dentro, hacia movimientos con el paladar que me volvían loco. Se corrió en mi cara en un espacio de 10 minutos 3 veces, estaba muy cachonda. Me comentó que era ninfómana y necesitaba un polvo diario al menos.
Después de comernos me agarró con fuerza contra la cama, me puso sus bragas sucias en mi cara, yo me las quería quitar puesto que desprendían un olor muy fuerte a sudor, pis, restos de sus pedos, pero ese olor empezó a gustarme.
– Huele cabrón, mientras te cabalgo – me decía ella.
Según me comía las bragas ella saltaba sin parar y yo sin poder mas me corrí dentro de ella. Solté bastante leche y se la salía del coño, mojando toda la cama. Ella lo cogía con la mano y se lo metía en la boca. Casi sin dejarme respirar, me dijo que la acompañara, me llevó al WC y me dijo que me tumbara en la bañera. Yo me dije, una ducha, no viene mal, de repente puso sus piernas en los bordes de la bañera, y empezó a mearme en la cara.
– Eres una cerda, la lluvia no me gustaba nada – le dije
Ella orinaba con fuerza, notaba su pis caliente en mi cuerpo.
– Te vas a enterar, ahora te toca a ti – le dije
Me puse a mearle en la boca, no desperdició ni una gota de pis, se le bebía la sucia, yo no podía creerlo.
– Eres muy viciosa – le dije
Pero ella ya tenia otra vez la polla en la boca y no podía contestar. Estuvimos follando tres horas y yo ya le dije que me marchaba, ella se resistía, pero yo tenia otra cita. Y ella me dijo que me pagaba 500 euros si al día siguiente pasaba el fin de semana con ella. Yo le conteste que no aceptaba dinero, pero que lo pensaría, y a duras penas salí de su casa.
Un poco cansado me dirigí a la otra cita, cual fue mi sorpresa, que eran dos mujeres. Descubrí que eran madre e hija… que morbazo. A pesar de la otra golfa, se me puso durísima cuando me lo dijeron, y así estuvimos toda la tarde al tema, pero esta historia ya la contaré otro día.
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