Mis vecinos calientes y yo adicta al sexo

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Esta historia es 100 por 100 real, es una historia que viví y que aun vivo. Me llamo Jessica, soy española, tengo 22 años, soy morena con el pelo largo, de buen cuerpo de anchas caderas, y pechos tersos de talla 85, aunque son pequeños son muy bonitos y redondos.

La historia comenzó en el verano del 2004, ese verano conocí mi actual pareja. Marcos es un chico español de 30 años, moreno, alto y cuadrado, de ojos negros azabaches… en fin un pedazo de tío. Su físico fue lo primero que me gusto, después lo conocí y me enamoro su forma de ser. Empezamos a salir y la primera semana fue todo en plan cenas, cines, flores… Pero yo quería sexo, así que le dije que esa noche quedaríamos en mi casa que le iba a enseñar una cosa.

Me rasure completa, y en la bañera mientras me deja el coñito completamente calvo, me masturbe con la ducha pensando en mi Marcos. Luego me puse mi ropa más sexy y le espere sentada en el sofá. Llego a las 21:30 como habíamos acordado, y llego con una botella de vino dispuesto a cenar. Le hice pasar, puse la botella sobre la mesa, y le dije:

– Ven siéntate aquí conmigo.

Nos sentamos en el sofá, le mire a los ojos, cogi su mano y la introduje lentamente por debajo de mi falda, hasta que llego a mi coñito depilado y suave. El puso los ojos como platos y yo le sonreí abriendo las piernas despacio. No se lo pensó dos veces y con uno de sus dedos empezó a tocarme el clítoris. Yo abrí mis piernas y me subí toda la falta dejándole todo el coño depilado abierto. El me lo miró y continúo haciéndome una pajita. Yo recline la cabeza hacia atrás para dejarme hacer y disfrutar. Entonces bajo del sofá se arrodillo delante de mí y me dijo:

– Hoy venia a cenar, tengo mucha hambre y me lo voy a comer todo.

Y se abalanzó como un hambriento sobre mi coño, pasándole la lengua de arriba abajo y dándole pequeños mordisquitos a mi clítoris. Yo gemía incontroladamente, Marcos era un gran chupador y me encantaba lo que me hacia. Mientras me lo chupaba me metió un dedo en mi coño totalmente húmedo, luego dos, luego tres. Yo gritaba de placer como una loca, y me apretujaba los pechos, pellizcándome los pezones. El paro y se quito la camisa, mostrándome su torso totalmente trabajado en el gimnasio, se desabrocho el pantalón y se saco la polla; una polla grande y dura, muy dura por la erección que le debía de medir unos 20 cm. Así mismo como yo estaba sentada en el sofá con las piernas abiertas y el de rodillas me la metió rápido y duro. La polla se deslizo toda hasta dentro, haciéndome soltar un gemido profundo y largo. Comenzó a bombear semidespacio, luego más rápido. Yo le agarraba de los hombros para que no perdiera rapidez, y gemía y gemía. Me corrí, con un largo orgasmo. Marcos saco su polla, agacho la cabeza y se chupo todos mis jugos, me miro y me dijo:

– Ay cariño que rica estaba la cena, vamos a por el postre!.

Se levanto, y se sentó en el sofá, yo rápidamente lo entendí y se la empecé a chupar subida en el sofá con el culo todo en pompa. El gemía y me decía cosas como:

– Si, vamos putita mía, chúpamela, venga cométela es toda tuya.

Lo que hacia que yo me pusiera mas cachonda. Se la chupaba rápido, con mamadas largas. De vez en cuando me la sacaba de la boca para pajeársela y le pasaba la punta de la lengua en la cabecita. A Marcos le encantaba eso y gemía mas profundo. Como yo tenía el culo en pompa, Marcos aprovecho para meterme un dedito en el culo, creí morirme de placer y no pude más que soltar un ohhh profundo. El me pregunto:

– ¿Te gusta? Si verdad putita.

Yo se la chupe mas fuerte en señal de que si, entonces el me lo metió y empezó a meterlo y ha sacarlo, primero despacio y después mas fuerte. Me encantaba, se la chupe mas rápido entonces se corrió y toda su lechita rica fue a pasar a mi boca, y me la trague. Le limpie bien la polla para que no quedaran restos. Me apoye en el sillón y abrí las piernas, el se acomodo entre ellas y me la metió, empezó a bombear otra vez. Le subí las piernas a los hombros para que la penetración fuera mas profunda. Me dijo:

– Uummm… mi nena es una puta que sabe como ponerse para disfrutar, si nena sigue así, que te voy a follar todos los días a todas horas.

Yo me sonreí y seguí gritando como una loca, estaba muy cachonda y me estaban dando lo que quería. El paro, me volteo y me puso en la posición del “perrito”, me metió la polla en la vagina y el dedo pulgar en el culo. Di varios gemidos fuertes y largos, ese era un placer que no había experimentado. Tuve un orgasmo, pero le pedí que siguiera hasta que el se corriera. El siguió y se corrió dentro de mí. Acabamos exhaustos y llenos de placer, el se asusto y me dijo:

– ¿Y si te he dejado embarazada?

A lo que yo le dije:

– Tranquilo que me tomo las anticonceptivas.

Hay quedo ese día, os fuimos a vivir juntos a su casa ya que era más grande que la mía…y ahí empezaron los problemas.

Llegue me instale, todo perfecto yo por ese entonces estaba en paro, pero el si trabajaba. Una mañana después de echar un polvito rapidillo se fue a trabajar y yo me quede limpiando un poco la casa. Cuando termine me asome al balcón, y vi en la ventana de al lado a un chico guapísimo haciendo pesas. Era un hombre de unos 30 y pico años… fuerte, moreno claro y muy guapo de cara. Me le quede mirando emboba y el se dio cuenta, se levanto me miró, me picó un ojo y se metió para su casa. De pronto tocaron a la puerta, abrí y era el, todo sudado, muy sexy. Me dijo que se llama Pablo y que era nuevo en el bloque. Empezamos a hablar, pero sin darme cuenta se me empezaron a mojar las tanguitas, me puse muy nerviosa y el lo notó enseguida. Me dijo:

– ¿Qué te pasa estas nerviosa?.

Yo le sonreí y algo por dentro me hizo contestarle.

– No estoy cachonda.

El se me abalanzó encima y empezó a besarme, me arrancó la camisa de asillas dejándome en sujetador. Empezó a bajar me quito el pantalón corto que llevaba, me saco las tangas empapadas y empezó a acariciarme el coño. Yo empecé a gemir, entonces me metió un dedo mientras con la otra mano me tocaba las tetas. Yo me quede inmóvil y me deje hacer. De pronto de se quito el pantalón se bajo los calzoncillos, y me puso la polla a la altura de la cara. La tenia grande, pero no tanto como mi novio. Se la chupe con ansias, el me agarraba por el pelo. Me encantaba, era tan distinto a Marcos. Se aparto, me cogió en brazos y me tumbo sobre el suelo de la sala. Se puso sobre mí y empezó a follarme duro y rápido. Nos besábamos y gemíamos al unísono. Estuvimos así un tiempo, nunca se cansaba de empujarme, yo gritaba, gemía y me mordía el labio inferior. Se levanto, y me dijo:

– ¿Hacemos un 69?

Se tumbo en el suelo, y rápido me coloque encima poniendo mi coño en la cara, nos hicimos un 69 perfecto, ambos gemíamos y chupábamos, me corrí, y el metía su lengua en mi agujerito para chupar todos los jugos. Luego me levante y me senté sobre su polla dura, y mirando hacia el empecé a cabalgarle. Me miraba con cara de salido, y me tocaba las tetas que saltaban y se movían como flanes. Me volví a correr, entonces tuve que parar. El se levanto y se sentó en una silla, me senté encima dándole la espalda y le cabalgue. El me ayudaba agarrándome por la cintura a veces, pero casi siempre estaba tocándome el clítoris con la mano y con la otra las tetas. Me volví a correr, y seguidamente se corrió el, descargándose dentro de mi. Me baje y le chupe la polla para limpiársela El me acaricio el pelo y me dijo:

– Que bien follas Jessi, me encanta, follas como una putita.

Me levante y le bese. Le dije:

– Tienes que marcharte va a venir mi novio ya.

Me miro se rió y me dijo:

– ¡Que puta!, ¿Tienes novio?.

Le dije:

– Si

Y me dijo:

– Mejor, más peligro y más morbo.

Me beso, me toco el coño mojado por su semen y mis jugos se chupo el dedo y me dijo:

– Este sabor no lo olvidare nunca, ¿Y volveré a probarlo verdad?.

– Si, por supuesto – le conteste.

Abrió la puerta y se fue.

Me quede pensando en que era una puta de mierda, por ponerle los cuernos a mi novio, pero la verdad no me sentía culpable. Me estaba transformando en una maquina de follar, y solo pensaba en eso.

Cuando llego mi novio aun seguía cachonda, así que nada mas entro lo empuje hacia el sillón y se la chupe hasta que se corrió, luego follamos duro en el suelo donde me había follado a mi vecino Pablo, en todas las posturas que se ocurrieron.

Al día siguiente Marcos se fue otra vez a trabajar y yo me quede en la cama, pesando en el polvo que había tenido en Pablo. Me levante y me duche, salí y mientras me secaba, me percate de que alguien me miraba por la ventana del baño que había dejado abierta sin darme cuenta. Mi piso era un primero y la ventana daba a un pequeño patio interior, y en la segunda ventana de al lado pude ver a Pablo con otro chico de piel mulata pajeándose mientras me miraban. Me puse cachondisima al momento, me quite la toalla y me toque las tetas mirando hacia ellos, me chupe un dedo y empecé a moverlo por todo mi pecho, la barriga, hasta llegar al coño y lo introduci un poco mojándolo y volviéndolo a mi boca. Me reí, y me fui. Me senté en el sofá esperándolos. A los 10 minutos tocaron al timbre, mire por la mirilla y era el chico que estaba con Pablo. Le abrí la puerta totalmente desnuda y le dije con voz seductora:

– Hola, ¿Que tal estas?

El me miro y me dijo:

– Yo bien y tu estas buenísima.

Yo me reí, me hizo mucha gracia como me lo dijo con su acento cubano. El me dijo:

– Soy amigo de Pablo me llamo Carlos.

Le mire directamente a la polla erecta que se le notaba en el pantalón y le dije:

– Venga pasa… que te voy a hacer sudar. (sonreí picadamente).

Entro. Comencé a besarlo y le toque la polla, se la agarre con toda la mano y el se estremeció. Le tire contra el sofá, me le subí encima poniéndole una rodilla cada lado y me senté encima de polla, me restregué el coño por encima del pantalón. Podía sentir el calor que desprendía su polla. Le desabroche el pantalón y se la saque con la mano… “Esa si que era una polla grande”. Era enorme, media unos 26 cm. o incluso mas. Me quede asombrada y me la metí en la boca, era la polla mas deliciosa que había probado nunca, se la chupe. Luego me senté encima y le cabalgue hasta que se corrió dentro de mí. Me recosté sobre unos de los brazos del sofá, y abrí las piernas. El miro mi coño y me dijo:

– Que rico mami.

Y empezó a chupármelo, yo le puse la mano sobre la cabeza pero sin ejercer presión, y me lo comía ricamente, movía la lengua en círculos muy rápido, y me encantaba. Así como yo estaba, se alongó para arriba y me la metió, empezamos a movernos rítmicamente los dos, gimiendo y resoplando como salidos. De pronto se levanto y se dirigió hacia la puerta. Yo lo mire atónita, pensé que se iba, pero abrió la puerta y entro Pablo con la polla en la mano y se la iba pajeando muy suave. Me levante y me fui corriendo y riendo hacia el dormitorio, llegue y me acosté de lado en la cama.

A los pocos minutos, entraron los dos desnudos. Así mismo como estaba de lado en el filo de la cama Pablo me metió la polla en la boca, y el cubano se acomodo en mi espalda, metiéndomela hasta el fondo. Era delicioso lo que estaba pasando. Luego se cambiaron de sitio. Entonces les dije:

– Esperen, Carlos acuéstate en la cama.

Me hizo caso se acostó, y se le vio esa enorme polla totalmente dura. Fui hacia el, me puse con el culo en pompa y empecé a chupársela a Carlos. Enseguida Pablo, se me puso detrás, metiéndome la polla en el coño, y agarrándome de las caderas me bombeaba con fuerza mientras yo se la chupaba al cubano. Tuve un orgasmo, lo que me hizo que se me sacara la polla de Carlos de la boca y gritara como una loca, entonces Pablo se quito de detrás, Carlos empezó a chupármelo, mientras Pablo se pajeaba viéndonos, yo lo miraba mientras me tocaba la tetas y gemía. Volví a correrme, entonces se quito Carlos y se puso entre mis piernas Pablo. Las abrí al máximo, y me la metió duro y profundo. Me dolió un poco, pero después empezó a moverse mientras me besaba el cuello, las tetas… Yo gemía, y Carlos se tocaba una paja sentado a mi lado, de vez en cuando me metía uno de sus dedos en la boca para que se lo chupara, me decía:

– Chupa, mami bonita, chupa.

Tuve otro orgasmo, estaba cansada, pero quería continuar follando. Se quito Pablo y se puso Carlos, a este le subí las piernas a los hombros para sentir esa enorme polla dura dentro, muy dentro. A las tres o cuatro embestidas se corrió como un caballo, se me inundo todo el coño de leche. Entonces se agacho, con la mano me limpio su semen, y me lo chupo, tuve un cuarto orgasmo. Estaba salida, quería más y más polla. Carlos se sentó en la cama derrotado, entonces Pablo e la metió en la boca mientras con un dedo me tocaba el clítoris. Se corrió en mi boca y me trague toda su leche, cuando se hubo corrido y yo se la limpie bien con la lengua. Se agacho y me lo chupo hasta que tuve mi quinto orgasmo. Y quede tendida en la cama agotada y cachonda con mas ganas de pollas, muchas pollas. Pero ya eran las 3 de la tarde y Marcos estaba a punto de venir. Me los comí a besos a los dos. Les bese con lengua, sin lengua, les bese las pollas…. Y les dije que se fueran, que nos veríamos.

Se marcharon, al poco rato lego mi novio, me vio muy excitada y me comió el coño para empezar a follar. Pero yo ya no tenia fuerzas y después de tener mi sexto orgasmo del día, me quede dormida. Marcos no se ha enterado de nada, todavía sigo viéndome con los dos, a veces con uno a veces con el otro y a veces con los dos, se han sumado mas personas, pero eso ya se los contare.

Espero que les haya gustado…nada mas de recordarlo me pongo cachonda.

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