Alumna: me encanta tu vergota en mi culo, dame por el culo
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Mi Rica Alumna de preparatoria. Soy maestro de preparatoria en uno de los colegios particulares más prestigiados de mi ciudad. Trabajo con los que cursan el 3er. Grado y que están a punto de irse a la universidad. En estos colegios asisten muchos hijos de las familias más acomodadas económicamente hablando de la ciudad. Estos chavos por el modo de vida que llevan están acostumbrado a hacer lo que les venga en gana. Se la pasan en constante reventón consumiendo alcohol y drogas, además de llevar una vida sexual promiscua. Muchas de las veces se acercaban a mi para pedirme algún consejo, por lo que trataba de ayudarlos en la medida de mis posibilidades. Fue así como me hice de los profesores favoritos de la preparatoria. Las chicas se me acercaban a contarme sus problemas, y llegué a ganarme el aprecio de la gran parte del alumnado, a tal grado que me invitaban a sus fiestas. En ocasiones iba, pero en otras no por que es importante marcar un limite.
En una ocasión un grupo me invitó a una reunión en la casa de uno de ellos, asistí con la intención de solo hacer acto de presencia y no rechazar la invitación. Así que llegue a esa hermosa casa en medio del bosque al norte de la ciudad. Ahí estaba todo el salón bebiendo, bailando y pasando un rato agradable. Cuando llegue, inmediatamente me abordó Daniela, una alumna que no era muy brillante pero si agradable. En cuanto me vio se me acercó y me dijo:
– Hoy si vas a bailar conmigo, verdad?
– Por supuesto que si Daniela.
Al acercarse a saludarme con un beso y un abrazo pude percibir el aliento alcohólico que ya traía. Le pedí que me permitiera saludar a todos. Yo no bebo alcohol, así que me serví un refresco, después de darle el primer trago ya tenía a Daniela pidiéndome que bailáramos, así que accedí y fuimos a lo que habían acondicionado como pista de baile en el jardín. Estuvimos durante un rato bailando mientras platicábamos. Daniela bailaba de una manera que hasta cierto punto se me hizo un poco exagerado, con movimientos muy cachondos mientras me miraba de una manera poco usual, lo cual me incomodo un poco por estar en un contexto donde tengo que guardar una cierta compostura. Así que le dije que quería beber algo, nos acercamos a la barra y pedí otro refresco. Algunas compañeras se acercaron a saludarme y a platicar conmigo. Daniela un poco más ebria hacia bromas de que ella venía conmigo y que se calmaran si me querían hacer algo por que yo tenía pareja esa tarde. Me abrazaba y me decía que yo era su pareja esa tarde. Las amigas hacían bromas diciéndome que ya había ligado, que si quería dormir calientito esa noche solo tenía que llevarla conmigo. Algunas más atrevidas hacían bromas diciendo que si se iban con nosotros y hacíamos un trío o una orgía donde yo solo fuera el hombre. Yo entraba a la dinámica cuidando mis comentarios. Ya en los humos del alcohol decidieron salir al bosque a jugar, así que todo el grupo nos fuimos hacía al bosque donde estuvimos un tiempo, cuando ya estaba anocheciendo comenzó a llover. Sin protección alguna el agua caía sobre nosotros, lo que fue usado para jugar y festejar el hecho. Decidí regresarme por que ya estaba completamente empapado, además de que ya era noche y regresar en la carretera con lluvia era un tanto peligroso. Así que me despedí de algunos por que una gran mayoría ya estaba perdidos en el bosque fajando, algunos imagino que cogiendo. Daniela me pidió que le diera un raid, así que comenzamos a caminar en el bosque de regreso a la casa donde había dejado estacionado mi coche. Durante el trayecto se soltó nuevamente la lluvia mucho más fuerte, por lo que tuvimos que resguardarnos bajo la entrada de una casa en construcción. En un momento Daniela me dijo que tenía mucho frío y se acercó a mi para que la abrazara, y así lo hice. La abracé mientras ella metió su cara bajo mi cuello. Daniela es una chica de 18 años de estatura promedio, morena clara, unas enormes tetas, redondas y paradas, unas anchas caderas, nalgas paradas. Ella es muy bonita, cabello lacio, una sonrisa encantadora. Sentir sus tetas como las pegaba en mi cuerpo, hizo que la verga se me parara.
– Hueles muy rico. Me dijo.
– Te gusta?
– Si me encanta, hasta me dan ganas de darte una mordida en el cuello.
– No por que me dejarías una marca y se iba a ver muy mal.
– Y si no te dejo marca me dejarías morderte?
– Y como piensas hacerle para no dejar marca?
Sin decir nada comenzó a mordisquear mi cuello con sus labios, lo que inmediatamente hizo que la verga se me parara aún más. Ella lo sintió por que inmediatamente bajo su mano y comenzó a sobarla sobre el pantalón.
– Que tienes aquí?… mmm….. que rico paquete.
Sin decir nada más comenzamos a besarnos. Nuestras lenguas se entrelazaron mientras la acercaba a mi para que sintiera mi fierro parado en su panocha. La jalaba de las nalgas subiéndola y bajándola restregando su pepa en mi chile bien parado. Tomé sus grandes tetas entre mis manos y comencé a darle un rico masaje mientras nos seguíamos besando. Le dije que nos fuéramos de ahí por que alguien que decidiera regresarse nos podría ver. Yo ya iba con la verga escurriendo. Llegamos al coche nos subimos y tomé la carretera,. Al encontrar una vereda, metí el coche ahí donde nadie nos viera. Apagué el coche y comenzamos a fajar nuevamente, comencé a sobarle su panocha sobre el pantalón mojado mientras subí su playera y bajé su brasier para dejar ver un par de melones enormes con el pezón hinchado por el frío y por la mamada que comencé a darle, ella solo suspiraba.
– Que rico?. Ahhh?
Le desabroché el pantalón y me detuvo diciéndome que le estaba bajando, que estaba en el último día de su regla. No continué ya que no quería incomodarla. Ella desabrochó mi pantalón para dejar salir mis 21 cm. de verga que ya estaba sumamente hinchada de la excitación, la cabeza estaba empapada de rica miel.
– Wow es enorme, nunca había visto una verga así de grande.
La tomo con su mano y comenzó a chaqueteármela , subía y bajaba con su mano, mientras con la otra tomaba mis afeitados huevos y los sobaba. Recliné mi asiento para que pudiera hacerlo mejor. Me estaba masturbando muy rico. Yo solo veía su cara clavada en mi verga.
– Tienes un pito hermoso? puedo?
– Por favor.
Pasó su lengua por todo el tronco de mi chile, lo que hizo que el cuerpo se me enchinara. Con la punta de su lengua comenzó a sobarme el frenillo, estaba a punto de enloquecer. De pronto la metió a su boca y comenzó a succionarla de una manera colosal, subía y baja apretándola entres sus labios, cuando la sacaba succionaba muy fuerte lo que hacía que sintiera que se me iba el alma. Bajaba a mis huevos y los lamia y succionaba. La volvió a meter en su boca y comenzó a mamar cada vez más rápido y fuerte. No aguanté mucho y me vine en un torrente de mocos dentro de su boca. Daniela no dejo escapar ni una sola gota de mi leche. Los dejo en su boca y enseñándome como hacía gárgaras con ellos se lo pasó. Nos dimos un rico beso agradeciéndonos mutuamente ese rico momento. Ya de regreso por la carretera platicamos de los sucedido.
– Que rica verga tienes? te sabe muy rica, tu leche también es muy rica. Me encantaría sentirla dentro de mi, pero no así como estoy ahora.
– Tu me dices cuando y yo encantado de metértela.
– Que te parece mañana saliendo de la escuela? Le digo a mi mamá que iré a comer a la casa de Fernanda y que después iremos al cine, y así tenemos toda la tarde y parte de la noche para estar juntos. Como vez?
– Me parece perfecto.
La llevé a su casa y antes de bajarse nos dimos un rico beso con lo que sellamos nuestro trato de vernos al otro día para coger.
Al día siguiente era Viernes por lo que los alumnos asisten sin uniforme. Daniela vestía un vestido de una sola pieza color rosa con filos negros, unos zapatos altos de color negro, se veía hermosa. Muchos alumnos no asistieron debido a la fiesta de un día antes. Habíamos acordado vernos en un parque cerca de la escuela para de ahí irnos, ya que si nos íbamos juntos desde la escuela despertaríamos sospechas. Al terminar las clases me enfilé al parque y ahí estaba Daniela esperándome, se subió al auto y me dio un beso en la boca. Fuimos a un restaurante italiano a comer. Ella se tomo un par de copas de vino tinto durante la comida, lo que la desinhibió un poco. Al terminar de comer me dijo:
– Tengo ganas de un postre. Algo así como de un plátano con mucha crema. Me podrías complacer con ese antojo que tengo?
– Claro, solo que el plátano te lo tengo que dar en otro lado.
– Ah si, en donde?
– En un lugar donde no nos vean por que se les puede antojar, y si se les antoja les vas a tener que convidar.
– No, ese plátano lo quiero solo para mi.
– Ok, entonces vámonos para que te de ese rico postre.
– Mmmmmm no solo se me hizo agua la boca, sino que también mi panochita se hizo agua.
Pagué la cuenta y nos dirigimos a un hotel a las afueras de la ciudad. Durante el camino Daniela me fue sobando la verga sobre mi pantalón. Cuando llegamos ya traía toda mi verga bien parada. Ya dentro de la habitación ella se metió al baño, mientras yo me senté en uno de los sillones. Cuando salió casi me voy de espaldas. Salió del baño sin el vestido solo con un coordinado color rojo. Una tanga de encaje de las que se amarran de las caderas y un brasier que levantaba sus grandes tetas, los zapatos altos hacían que sus ricas nalgas se levantarán más. Camino hacía a mi con pasos muy sensuales.
– Te gusto papi? Preguntó.
– Si, estas hermosa.
Se dio una vuelta para que viera sus nalgas. Tenía unas piernas muy bien torneadas que eran producto de su trabajo como porrista del equipo de futbol de la escuela. Se agachó recargándose en los posabrazos del sillón que estaba frente a mi y haciendo a un lado la tanga abrió sus nalgas.
– Mira mis hoyitos? quieres ver como se mojan?
– Me encantaría.
Se sentó frente a mi y subió una pierna en el descanso del sillón, hizo a un lado la tanga y comenzó a dedearse. Comenzó a sobarse su clítoris con la yema de sus dedos de forma circular y a meter sus dedos dentro de su conchita. El sonido de sus dedos entrando y saliendo era demasiado cachondo. Con sus dedos abrió sus labios para dejarme ver su rica cuevita.
– Mira como se esta empapando.
Cuando saco sus dedos, un hilo de miel color perla comenzó a escurrir de su panocha, bajando y acariciando su culo. Me saqué la verga que ya estaba bien parada y comencé a chaqueteármela.
– mmmm? Mira que rica se te puso la verga. Me la vas a meter toda?
– Quieres que te la meta?
– Si, quiero sentirla dentro de esta panochita caliente y mojada.
– La quieres toda adentro?
– Si papi, quiero que la metas hasta el fondo hasta que tus huevos choquen con mi culo? mmm… Ayer en la noche que me dejaste; me bañé y me dí una dedeada muy rica pensando en tu rica verga y lo fabuloso que debe ser sentirla toda dentro de mi.
– Ahorita la vas a sentir.
– No te gustaría probar primero el sabor de mi panochita.
– Si.
Sacó sus dedos empapados por sus jugos y embarró sus labios y su lengua con ellos.
– Ven y pruébalos de mis labios.
Me acerque y nos dimos un rico beso donde compartimos ese sabor acre de sus jugos con nuestras lenguas, lo que hizo que la verga se me parara más. Daniela tomo mi verga y comenzó a chaqueteármela mientras nos seguíamos besando. Se acercó y la metió toda a su boca. Comenzó a darme una rica mamada de verga, la chupaba como desesperada. Mientras yo parado frente a ella quien seguía sentada en el sillón desabroché el brasier para meter mi verga entre sus tetas y hacerme una rusa. Cada vez que subía ella recibía mi verga con su boca.
– Que rica verga, me dejó pendeja ayer. Jamás había mamado una verga así de rica.
– Mámala chiquita es toda tuya.
– Si? La quiero solo para mi.
– En este momento es solo tuya.
Por momentos la tomaba entre sus labios y la chupaba fuertemente. Con sus dientes le daba ligeras mordidas a la cabeza, para después volverla a meter a su boca y seguir succionándolas fuertemente. Con la punta de su lengua acariciaba el frenillo lo que hacía que sintiera un escalofrío en la espalda. Volvía a poner mi verga entre sus tetas para que Daniela la apretara con ellas mientras yo subía y bajaba con mi chile acariciando esos dos ricos melones. Por momento bajaba a mamar las tetas que estaba llenas de saliva y de jugos de mi chile, mordía ligeramente sus pezones que ya estaban muy duros, mientras le metía el dedo dentro de su panocha. Saqué mis dedos empapados de sus jugos y se los di para que los probara. Fui bajando y levante sus piernas. Haciendo a un lado su tanga comencé a darle una rica mamada de panocha. Con la punta de mi lengua jugaba con su hinchado clítoris que escurría. Lo tomaba entre mis labios y lo succionaba al mismo tiempo que con la punta de mi lengua le daba masajes de lado a lado.
– Uy? así, así, que rico?. Como haces eso?
– Te gusta?
– Si papi, no pares, no pares por favor.
Daniela se arqueo y comenzó a temblar mientras su panocha comenzó a escurrir chorros de leche mismos que recibía en mi lengua.
– Ahhhh que rico? nadie me había hecho sentir esto. Me vuelves loca, que rico.
La levanté y la lleve a la cama dejando su cabeza colgando en el filo, así, ella boca arriba con la cabeza colgando le di a mamar nuevamente mi verga mientras yo me recosté sobre de ella para seguirle mamando su panocha. Así como estaba, Daniela me chupaba los huevos a su antojo. Nos giramos y quedamos en un rico 69 donde comencé a mamarle su culo mientras con mi dedo jugaba con su clítoris, lo que hizo que ella gritara de placer.
– Uy si papito, que rico, sigue así, así, así, sigue que me voy a venir de nuevo.
Era tanta su calentura que ella levantó mis piernas y comenzó a lamerme el culo, lo que hizo que viera estrellitas y me viniera a chorros en su cuello y espalda, al mismo tiempo que gritaba y se viniera como si estuviera orinando. Nos quedamos recostados extasiados. Daniela se limpio mi leche que había caído en su cuello y hombros y lo lamió. Estaba ante una chavita que no tenía limites.
– Que rica venida papi, nunca me había venido así. Nadie me había hecho sentir esto. Nadie me había dado una mamada en el culo, que rico.
– Ni a mi tampoco me habían mamado el culo.
– Te gustó?
– Mucho.
– Yo nunca había hecho eso, pero la verdad me encantó. Quieres que te vuelva a mamar el culo papi?
– Claro que si.
Yo estaba acostado en medio de la cama, así que Daniela se puso en cuatro patas frente a mi verga y comenzó a mamármela de nuevo. Bajaba y subía con su boca, bajó a los huevos y se metió los dos en la boca. Puso una almohada bajo mis caderas y levantó mis piernas. Pasó su larga lengua de abajo hasta rosar con la punta de su lengua los huevos. Comenzó a lengüetear mi ano con la punta de su lengua. La verga inmediatamente se me paró de nuevo. Daniela me detenía con sus manos las piernas, mientras yo me chaqueteaba. Metió la punta de su lengua en mi culo; que sensación tan rica.
– Te gusta papi?
– Si, por favor sigue.
– Te gusta que sea así de puta? te gusta como te la mama esta puta?
– Si, me encanta que seas así de puta.
– Quieres que sea tu puta?
– Si, quiero que seas mi puta.
– Pues ahorita tu vas a ser mi puto por que te voy a coger con mi lengua.
Daniela comenzó a bombearme con su lengua. Yo sentía muy rico. La verga la tenía al máximo, muy hinchada y escurriendo. Sabía que me podía venir en cualquier momento. Le dije que parara por que ahora se la quería meter. Ella se levantó y se dirigió a al tocador. Se puso de espaldas hincada sobre el banco del tocador e inclinándose hizo de lado su tanga que aún traía puesta dejándome ver sus dos hoyitos. Mirándome me hacía señas con su dedo para que fuera donde estaba ella. Me acerqué con la verga bien parada y le dí una nalgada.
– Ouch papi? que rico. Dame otra.
Le di otra nalgada más fuerte con la que Daniella paró más las nalgas.
– Dame más nalgadas, eso me esta calentando.
Le di toda una serie de nalgadas hasta dejárselas rojas de tanto golpe.
– Ay si papi, pégame por que soy una putona.
– Por que eres una putona?
– Por que tu me haces ser una puta.
– Pues entonces ahora tu vas a ser mi puta, me oíste?
– Si papi, lo que tu me digas.
– Si que?
– Si soy tu puta.
– Repítelo.
– Soy tu puta.
– Más fuerte.
– Soy tu puta.
Le comencé a azotar sus nalgas al mismo tiempo que le ordenaba que gritara que era mi puta. Ella gritaba obedeciendo. Le daba una serie de nalgadas y con mi verga bien parada le sobaba donde la había pegado. Le embarraba mi verga por todas sus nalgas.
– Métemela papi, métemela por favor, ya no aguanto más.
Puse la hinchada cabeza de mi verga en la hendidura de su panocha y le di unos brochazos de arriba hacía abajo.
– Ahhhhh? ya déjamela ir.
Se hacía para atrás queriéndose ensartar mi verga, pero yo retrocedía impidiéndole que la metiera. Le ponía la puntita y empujaba un poco.
– Ya no me hagas sufrir.
– Pídela putita, pídeme que te meta mi verga, suplica ser cogida por mi chile.
– Por favor, cójeme con esa rica verga. Usa a tu puta, úsame para descargar tu leche en mi.
Cuando decía eso le dejé ir toda mi verga de un solo golpe hasta adentro. Ella solo reculo y levanto la cabeza.
– Uy si papito, que rica verga tienes.
La tomé de los cabellos jalándola hacía mi y comencé a bombearla fuertemente mientras le daba de nalgadas. Escuchaba como nuestros cuerpos chocaban generándose un rico sonido. Su panocha comenzó a escurrir sus jugos empapándome los huevos y mi pelvis. Que hermosa se veía mi verga entrando y saliendo de su rica papaya, mientras esta la llenaba de esos juguitos blancos. El olor que despedía su jugosa panocha era encantador. Del movimiento de mis bombeadas su tetas se movían de atrás hacia delante. Por momentos las tomaba con la mano que tenía libre, ya que con la otra le seguía jalando el cabello y las apretaba para apoyarme y empujar toda mi verga hasta adentro. Por momentos sentía como mi verga pegaba con su matriz.
– Ay ay ay ay? así cójeme, así, así, así coge a tu puta.
Saqué mi verga y la hinque para que la chupara. Daniela estaba poseída, tenía los ojos en blanco chupando mi verga.
– Vuélvemela a meter por favor.
La subí a la cama y le levante las piernas para hacerle a un lado la tanga roja que ya estaba empapada de nuestros jugos. Golpee su panocha con mi verga y se la dejé ir de un solo golpe. Daniela solo gritaba cada que recibía mi verga dentro de ella. La tomaba de las caderas y la subía y bajaba mientras tenía mi verga dentro. Subí una pierna sobre el colchón para poder apoyarme mucho mejor y poder meterla hasta el fondo.
– Huy papi que rico, eres buenísimo. Ayer que me metía los dedos pensando en ti, me imaginaba que así me cogías ? sigue, sigue cogiéndome así, métela toda hasta adentro.
El mete y saca de mi verga en su panocha hacia una ruido muy cachondo de sus jugos y los míos. Podía sentir con perfecta sensibilidad como cerraba sus paredes vaginales y acariciaba el tronco de mi chile.
Me acosté boca arriba mientras Daniela se montaba en mi para recargar sus labios vaginales en mi verga parada que descansaba en mi abdomen, sobando todo la base de mi parada verga con sus labios. Ella se movía de atrás para adelante rozando su clítoris con mi chile. Sentía como empapaba mi verga con sus jugos que no dejaban de brotarle de su pepa que estaba hirviendo. Paro las nalgas para clavarse mi verga de un solo sentón en esa papaya que seguía pidiendo verga a gritos.
– Huy que rico papi, siento que me va a partir en dos. La siento hasta el ombligo.
Daniela comenzó a mover las caderas de arriba hacia abajo dándose unos ricos sentones en mi hinchada verga como si quisiera acabar con ella.
– Huy que rico siento tu verga.
– Siéntela putita, siente esta verga.
La tomé de las caderas para ayudarle a subir y bajar empujándola hacía abajo cada que se ensartaba mi chile en su papaya y de ese modo le llegara hasta el fondo. Sentía como sus jugos empapaban hasta mi abdomen, mis ingles, y como sus jugos escurrían por mi huevos hasta mojarme el culo.
Nos giramos quedando ella abajo, por lo que la tome de los tobillos para abrirla en compas y bombear fuertemente dentro de ella. Cada que la empujaba fuertemente sus tetas se agitaban creando una danza muy rica. Daniela apretaba mi verga con sus paredes vaginales lo que me generaba una mayor sensación placentera en mi chile. El ver como su panocha acariciaba mi verga en cada metida y sacada hizo que no aguantara mucho y sacando mi verga de su panocha me vine en sus ricas tetas y boca de Daniela.
– Ahhhh papi que rica esta tu leche, me encanta comerla.
La leche que quedó en sus tetas Daniela la tomo con sus dedos y se la metió a la boca para devorarla como una autentica come mocos. Tomo mi verga y la succiono fuerte para no dejar ninguna gota de mi leche dentro de mi pito. Nos tiramos en la cama exhaustos por tan rico palo. Después de descansar un rato nos metimos a bañar donde continuamos con el cachondeo. Mientras nos enjabonábamos el cuerpo Daniela se hincó para mamarme la verga mientras me metía un dedo en el culo, lo que hizo que la verga se me pusiera tiesa de nueva cuenta. Por lo que la puse de pie para recargarla de frente a la pared, levanté sus nalgas y se la deje ir por el culo llenando mi verga de lubricante a base de agua. Cuando le entró la punta Daniela reculó y lanzó un grito, por lo que me quedé quieto para que su culo se acostumbrara al grosor de mi chile. Una vez que se acostumbró fue ella misma quien comenzó a hacerse para atrás lentamente comiéndose toda mi verga. Por lo que comencé a moverme de atrás hacia delante lentamente para no lastimarla ya que era la primera vez que se la metían por el culo.
– Huy! que rico, que sensación más deliciosa. Sigue moviéndote así de rico papito, sígueme cogiendo por el culito.
– Te gusta perrita, te gusta como te culea tu macho?
– Si papi, me encanta tu vergota en mi culo, dame verga por el culo, ahora si soy toda una putota por que me gusta la verga por la cola.
Mientas la bombeaba con mi mano sobaba su hinchado clítoris haciendo que Daniela se pusiera mucho más caliente.
– Así papi, así, culéame así, culea a tu nueva puta.
Comencé a acelerar los movimientos de mete y saca que combinados con las estreches de su culo hicieron que me viniera de nueva cuenta pero ahora dentro del culo de Daniela. Descargue rico chorros de leche en el intestino de mi alumna quien a partir de ese momento se convirtió en mi amante. Y no solo ella, sino que ella misma invitó a varias de sus compañeras a coger con nosotros en muchas ocasiones. Cuando ese día terminamos, ya era de noche, por lo que nos bañamos y llevé a Daniela a su casa. Cuando llegamos a su casa su madre estaba afuera con una vecina platicando, me saludó amablemente y me pidió una cita ya que quería hablar conmigo de algunas cosas relacionadas con Daniela. Cabe decir que esa cita se convirtió no solo en una, sino en varias donde terminé cogiendo con la mamá de Daniela. Así que tenía como amantes a la mamá y a la hija. Espero en algún momento poder convencerlas para que hagamos un trio. Si sucede, créanme que se los haré saber.
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