Dudas Bisexual u Homosexual
Hay algo que me cuesta contar, y es porque lo siento como muy íntimo y nunca había pensado en hacerlo de conocimiento de otras personas, pero, como el anonimato nos protege, voy a relatar parte de nuestras experiencias con Leila y Egon (un tercero en nuestra relación de pareja).
Tengo una relación con Leila, la que viene ocurriendo desde hace unos 20 años a la fecha. No vivimos juntos, cada uno tiene su propio lugar de residencia en la misma ciudad; en nuestras prácticas sexuales no está presente el afecto y las hacemos siempre con “juego de roles”, en donde Leila es la Dominante u Ama, el tercero que es Egon en estos momentos, y que realiza el rol de Dominante masculino, de Toro o Patrón…, es el macho que ordena como quiere que lo hagan gozar. Yo soy el sirviente sexual de ellos o el “sumiso” y que solamente puedo ocupar mis manos, mi lengua y mi boca para proporcionarles placer, tanto a Leila como a Egon. En estos 20 años hemos tenido 4 Amos o Toros en períodos diferentes, y solo en un espacio de tiempo estuvimos con 2 de ellos al mismo tiempo ¡¡Fue delicioso!!
Egon es un hombre de 52 años, no es bonito, es de contextura gruesa con una incipiente panza, con abundante vello en su pecho que baja por su estómago hasta su sexo. Es mayormente calvo, de trato brusco, sus ojos grises le dan un aspecto de crueldad, sobre todo en los momentos sexuales cuando nos ordena que lo hagamos eyacular…, cuando nos apura para obtener placer. Mide poco más de 1.70 mt.
Está casado desde hace varios años, tiene 2 hijos adolescentes y ocupa un cargo de cierta importancia en el gobierno comunal. En su vida cotidiana es una persona muy amable, muy educado, pero en la intimidad con nosotros, es ordinario, brusco, exigente. Siente realmente que tiene poder sobre nosotros, sobre todo en mi persona, ya que a ratos entre él y Leila establecen una suerte de complicidad para que yo los haga gozar sexualmente a ellos dos.
Pero las desventajas que se podrían reflejar en el párrafo anterior, quedan olvidadas cuando está desnudo o solo con su bóxer, en donde se aprecia una verga descomunal, enormemente gruesa y con un glande que se asemeja a una gran ciruela. Su capacidad de eyaculación es inusual…, su semen es blanquito, espeso, con un sabor entre amargo, un poco salado y algo ácido.
Es de piernas gruesas y bien formadas, lo que se prolonga hasta su culo; tiene un trasero redondo y duro, producto seguramente de su época de deportista en su juventud.
A estas alturas ya deben haber imaginado que mi participación en los encuentros sexuales con Leila y Egon, siempre es haciéndole sexo oral a ellos dos, en las mas variadas formas. Nunca he sentido atracción por los hombres, jamás aceptaría ser penetrado y las caricias o besos por parte de otro hombre me produce un profundo rechazo, pero…, una verga gruesa, olorosa, que se llega a curvar cuando se erecta, me produce una enorme excitación, y no tengo ningún reparo en masturbarlo, en besar y dedicarme a lamer el glande de ese miembro, metérmelo en la boca y mamarlo hasta sentir que descarga su semen en mi lengua y que me obliga a tragarlo. Me excita que en ese momento sea dominante, que me ordene que le proporcione placer con mi boca y que lo haga de forma brusca, con groserías, que se note que él está a cargo.
Su verga erecta debe medir no mas de 18 cmt., pero con un grosor fuera de lo común. Yo la tomo con mis manos y puedo sentir su calor, su dureza, su olor (me encanta y me excita)…, le bajo el prepucio para dejar descubierto su glande y me dedico a lamer y besar esa hermosura…, me gusta sentir su calor, y colocarlo bajo mi nariz para aspirar su aroma penetrante, como si fueran mariscos un poco añejos, pero eso al contrario de producirme rechazo, me excita aún más y no demoro en comérmelo todo.
Me gusta que azote mi cara con su verga mientras me ordena que lo recorra entero con mi lengua y que me lo coma todo; en ese momento, lo alojo en mi boca, siento como bombea entre mis labios al tiempo que yo trato de engullirlo todo…, siempre puedo anticipar cuando va a eyacular…, esté de pié o esté sentado, sus piernas se ponen tensas, me coge con fuerza por el pelo y empuja bien dentro de mi boca su verga…, su semen caliente inunda mi boca y yo lo dejo por un momento en mi lengua para saborear ese manjar y luego dejar que corra por mi garganta hacia abajo, hay ocasiones en que eyacula en forma muy abundante y no puedo contener toda su leche en mi boca, entonces dejo escapar una parte por la comisura de mis labios que corre por mi barbilla hasta mi cuello. En otras ocasiones, Egon saca su miembro de mi boca y descarga en mi cara; siempre que esto ocurre, a continuación me lleva a baño, me ordena que apoye mi barbilla en el borde del WC y orina en mi cara, como una forma de lavar el semen con sus meados.
Pero él sabe que cuando termina de mear en mi rostro, y lo sacude en mi cara, yo a continuación se lo voy a limpiar con mi lengua: le retiro el prepucio hacia atrás para lamer la cabezota…, siento el sabor amargo de sus meados…, eso me produce una excitación enorme y se lo comienzo a chupar de nuevo…, si se le pone duro, eso indica que quiere usar mi boca nuevamente. Nos vamos al living o al dormitorio, Egon se pone cómodo, yo me arrodillo entre sus piernas y me dedico a mamárselo de nuevo. En algunas ocasiones, cuando le estoy lamiendo las bolas, él sube sus pies sobre el sofá, de manera que su culo queda expuesto. Yo ya sé que debo trabajar en su trasero; le separo las nalgas con mis manos, recorro todo el canal del poto con mi lengua varias veces, me detengo en el hoyo de su culo para besarlo, lamerlo y meter la punta de mi lengua en su ano, mientras Egon me coge con fuerza por el pelo y presiona mi cara hacia sus nalgas, al tiempo que me ordena “¡¡así, así puto de mierda…, lámeme bien el culo…, mete tu puta lengua en mi hoyo mientras me masturbas!! ¡¡Hazme acabar maraco de mierda!!”.
Mi dilema, es que no se si soy bisexual, porque las mujeres me gustan y me atraen mucho, o si soy degenerado. No me atraen los hombres por su calidad de tal, me atrae, me excita, el sexo de un macho y su carácter. No cualquier hombre; no me importa el físico en general, pero debe ser dueño de una verga gruesa, potente, de un hombre ya mayor y con decisión y un carácter que sepa ordenar, no que lo pida, ¡¡que lo ordene!! que lo haga gozar con mi boca…, que sepa jugar bien su rol de Macho Dominante que está a cargo y que yo soy su sumiso que le debo hacer gozar con mis manos y mi boca cuando él lo mande.
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