Un hombre fetichista de pies me lleva a qué me cojan desconocidos en un parque
Soy una mujer trans únicamente PASIVA, madura (48), casada; mi esposa sabe de mi condición de mujer trans y no tiene problema con eso, llevo ya 4 años en proceso hormonal y, aunque ella sabe, mi demás familia no y así debe quedarse; oculto mis senos con un bindi bajo mis playeras y mi cuerpo de mujer con ropa holgada, aún así, en mi vida cotidiana de niño normal, mi rostro fino y femenino me delata, y hay hombres que me dicen obscenidades y se me insinúan. Me he dedicado a ser escort trans PASIVA los últimos años y he vivido muchas experiencias intensas y variadas, pero hoy les contaré una historia que es absolutamente real y que fue memorable para mí.
Una como puta escort está acostumbrada a que me pidan fantasías muy variadas y, mientras sea como la hembra que soy, los complazco. En esta ocasión, un hombre de aprox. 50 años, al que llamaré Ramón, me pidió que le enviara fotos mías desnuda, rostro y pies, pues tenía fetiche con los pies femeninos y delgados con pedicura, pero me pidió que usara tenis todo el día para cuando lo viera tuviera en ellos lo que él llamó «su olor natural», me hizo hincapié en no usar ningún tipo de perfume. Llegó la hora para verlo y salí con un minivestido negro que apenas me tapa las nalgas, liguero y medias negras de red, unos tenis y, encima de todo, unos pantys negros (donde vivo no puedo salir vestida de puta libremente) y mi cabello largo natural lo amarré en una cola de caballo alta.
Llegué a su auto y me dijo si había cumplido con lo que me pidió de mis pies, le dije que sí y me quité los tenis, él tomó mi pierna y la elevó a la altura de su cara y olió con profundidad, hizo lo mismo con mi otra pierna y pie, me dijo que lo excitaba mucho el olor de los pies femeninos y, en mi caso, aunque eran muy bonitos y femeninos, no sabía si de verdad me olían a pies de mujer naturalmente y sin trucos, pues si me olían a hombre, me hubiera dado mi dinero y hasta nunca; yo le pregunté con pena e inseguridad si había pasado la prueba, a lo que él respondió rompiendo mis medias y metiéndose casi la mitad de mi pie en su boca, lo chupaba como si se tratara de un dulce y pasaba su lengua entre mis deditos y por la planta de mi pie, dando pequeños mordisquitos. Deliciosas. Esto responde tu pregunta? Dijo, agarrando mi otra pierna y dándome el mismo tratamiento a mi otro piecito.
La verdad, aunque sí había tenido hombres que me habían chuleado mis pies, los besaron y hasta los habían chupado, nunca me había excitado al grado que me hizo sentir este hombre. -Si, papi, claro que sí – le dije yo con excitación, me pidió que me quitara las medidas y lo hice, comenzó a besar y lamer todas mis piernas por delante y por detrás hasta llegar a mis nalgas, que apenas tenían un hilo dental, y me dio unas lamidas y besos y mordiditas en mis nalgas y beso negro en mi ano, solté un gemido pequeño y me dijo: -No solamente hueles a mujercita de manera natural, sino que sabes a hembra – me dijo, y eso, la verdad, fue música para mis oídos y me excité aún más, -Te voy a llevar a dar una vuelta para que te vean otros hombres, pero desnúdate toda para que te vean bien y te Metan mano, rico casi me ordenó.
Yo me sentía algo indefensa y sumisa ante su autoridad y me gustó mucho la idea de que me exhibiera, arrancó el auto y me llevó por Calzada de Tlalpan, y aún había algo de gente, se paseaba lentamente y me decía: Bájate para que te vean encuerada, yo le decía que no, que nos iba a ver una patrulla y desistió de eso; Estuvimos dando vueltas una media hora y apenas un chico de no más de 20 años me tocó las tetas, las nalgas y me metió los dedos en el ano; yo la verdad estaba ardiendo de excitación y ganas de que me montaran 40 cabrones uno tras otro, le dije: Vamos a la Ciudadela, ahí hay cabrones que llevan a sus viejas a que se las parchen los desconocidos y fuimos y ahí sí se puso súper intenso todo.
Me puse apenas el minivestido que llevaba y, ya estando allá, se estacionó y abrió la puerta de mi lado, tres tipos que estaban ahí inmediatamente vieron el manjar de hembra y se sacaron sus penes en absoluta erección, Ramón me acomodó boca arriba para volver a comerme los pies mientras yo, de cabeza, recibía verga por la boca del primer desconocido al que se la mamaba, la verdad era una sensación increíble, intensa, excitante y morbosa que me encanta experimentar, el primer tipo eyaculó una cantidad de semen en mi boca que no sé cómo no me atragante y me trague todos sus mecos y no dejé una gota, después siguió el otro cabrón, también con la verga paradísima, pero yo me incorporé y me puse en cuatro para mamársela de frente, así lo hice, como la puta que soy, y también lo hice terminar y Me lo trague todo, al tercer tipo si me le empine y me cogió con fuerza durante unos 3 minutos, solo que él terminó en mi culo.
Yo la verdad quería más macana de macho y me bajé a contonearme por el parque, se juntaron otros 4 tipos que casi me arrancan la ropa y me manosearon con un morbo y calentura frenética, me empinaron en una banca y mientras uno me daba por el culo, al otro se la mamaba, estuve así casi una hora, todos me cogieron y yo tuve más de 2 orgasmos intensísimos, me subí al auto de Ramón, que me desnudo y comenzó a besarme y chuparme los senos, después me penetró con furia en el auto y para terminar se vino sobre mis pies, unos chorros de semen que embarre en ellos, la verdad terminé culeada y moqueada por dentro y por fuera, pero feliz de cumplir mi misión en esta vida: satisfacer a cuanto macho me pida las nalgas, yo creo que toda. Esta energía de macho y todo ese semen hace que, aún estando de chica, normal, los hombres me perciban y huelan como lo que soy: una puta deliciosa.
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