Me vesti de Andrea y me dió un cogidon

Amo vestirme de mujer, adoro la ropa, la textura, la variedad y lo sexys que se ven. Soy bisexual y en secreto me visto de mujer.

Contaba que antes de los 18 años me llamo la atención vestirme, use unas medias oscuras, unos tacones y un vestido de mi mamá, me sentía tan bien. Poco a poco probé más prendas que entallaban tan bien en mi cuerpo delgado, me veía en el espejo y deseaba que alguien más me viera así. Conseguí algunas prendas, las tome de paquetes de ropa que vendía mi mamá, algunas con encajes, faldas cortas, vestidos sexys y los escondí.

Llegué a ponerme medias bajo algún pantalón de mezclilla, también usé tangas bajo el boxer, después compré lencería y disfrutaba tener la casa para mí, me sentía mujer y me auto llame Andrea. Recordaba a mis amigos cuando decían que pasaría por mujer, quería mostrarles que tenían razón, que me veía antojable. Después apareció mi deseo de ser follada, de comerme una verga, de ser dominada y compré algunos dildos y plugs anales pero me faltaban los brazos de un hombre.

Años después, ya había tenido sexo con hombres un par de veces pero nunca como Andrea.

Casualmente un día lleve un servicio a domicilio referente al trabajo que tenía, ya de regreso ví un vestido hermoso, negro, corto, entallado y me hizo desearlo tanto, me imaginé en el. Me acerque al local y atendía un señor quien me dijo -con confianza pregunta por lo que gustes. Sentía mi corazón latir y así le pregunté por el vestido, pensaba en si sería muy obvio decir que era para mí novia, no dije nada, lo tomo de dónde lo tenía y me lo dió en mis manos, lo sentí y lo quería aún más, el señor me dijo – te lo dejo en tanto para tu novia, pero si es para ti solo déjame vertelo puesto y es tuyo. Mi corazón se salia, la excitación de confesar que me vestía, de la oportunidad que tenía de vestirme frente a alguien y me dijera como me veo y si lo excita, las experiencias pasadas y mi reconocimiento como bisexual me dieron la valentía y le dije -es enserio? A lo que me respondió -no solo el vestido, escoje los zapatos y la lencería. Rápidamente le tome la palabra y tomé unas medias, la lencería negra de encaje y él me acerco los tacones. Recordé que estaba trabajando y le pregunté si podía volver después de que saliera y dijo perfecto. Deje todo ahí y me fui.

Al salir regrese y me saludo como si nos conociéramos de tiempo, me dijo pasa ven y me guío hasta una recamara y me mostró el baño, me dijo aquí deje la ropa que elegiste y otras cosas, vístete mientras yo cierro el local el cual estaba en la cochera de la casa. Me di un baño rápido, depilada ya estaba, la uñas de mis pies tenían pintura negra, me puse la tanga de encaje, mi pene por momentos erecto y en otros se bajaba de los mismos nervios (soy team sangre), me coloqué las medias a los muslos los cuales ya ejercitaba y eran carnosos al igual que mi trasero mientras mi cintura era más delgada, me puse los tacones altos y caminaba por la habitación mirándome al espejo, el Bra era sin varillas ajustado a mis pequeñas tetas que también por ejercicios eran abultadas pero no tan duras, arregle mi cabello el cual es largo hasta los hombros y me metí en el vestido y quedé tan asombrada parecía mandado a hacer justo a mi cuerpo y resaltaba las piernas, la cadera, el trasero y espalda, pinte mis labios pues había entre las cosas que dejó pintura y me puse un poco en los ojos.

Era más por la experiencia que por el costo del vestido y sabía que podía cobrarselas con mi culo pero eso era lo que yo quería. Me dijo que cuando terminara fuera a la sala, que ahí me esperaría, fui hacia allá y al verme se puso de pie y no dejaba de darme halagos, tomo mi mano y me dió la vuelta, yo ya era Andrea y me presenté, me beso la mejilla y me ofreció un trago, me senté mientras cruzaba mis piernas, sirvió el trago y se sento frente a mi para observarme mientras platicábamos un poco, me levanté y me senté en su pierna, él era grande sin tener panza, nos acercamos y nos besamos, ya no hacía falta decir nada. Desabroché su camisa, bese su torso, el tocaba con sus manos mis nalgas y mis piernas, me ayudó a quitarle el pantalón y baje su ropa interior, era una verga de carne tosca, grande, peluda y no aguante más, la debore, empujaba con sus manos mi cabeza y yo le pasaba la lengua a toda, me golpeaba la cara con ella.

Me levanté y me quitó el vestido, me giro nuevamente para verme en lencería, me arrodille sobre el sofá, me recargue en el respaldo mirando hacia la ventana y note que se transparentaba y eso me excitaba y me asustaba que alguien pasará y nos viera pero no era una calle muy transitada. Azotó mi trasero mientras decía -que rico culo putita, bajo mi tanga, abrió mis nalgas y paso su lengua por mi ano, eso me hizo soltar un gemido, seguía sumergido ahí, lleve mi mano hacia atrás y la puse sobre su cabeza, comenzó a meter su dedo grueso hasta poder meter dos, saco de su bolsa un condón y empujó su verga contra mi culo y se abrió paso, sentía su gran trozo, me tomo de la cintura y comenzó a bombearme suave y hasta llegar a ser más fuerte chocando sus huevos contras los míos, masajeaba mi espalda y apretaba mis nalgas. Cambiamos de posición, se sentó en el sofá y yo me senté sobre él, de frente, abrió mis nalgas de nuevo y colocó su verga en mi ano mientras yo me sentaba y bajaba cuando entraba, mis rodillas a las orillas y mis pies con los tacones sobre sus rodillas, con sus manos me levantaba de la cintura y luego me empujaba hacia abajo, nos besabamos con desesperación, mi pene estaba encogido pegado a su estómago embarrandolo de líquido preseminal, estabamos tan calientes y estaba tan dilatada que lo empecé a cabalgar más fuerte hasta que ya no pudo más y se vino y me hizo venir a mi,me quedé sentado sobre el sintiendo sus palpitaciones y su eyaculación, sus manos sobre mis piernas acariciandolas. Cuando me levanté lamí el semen que dejé en su estómago, le quite el condón y limpie la de su pene también.

Temblaban mis piernas, me quedé un rato más, tome mi bebida, me decía cuánto lo disfruto, nos abrazamos y me agasajo.

Me pasó su contacto, tome las cosas que me dió, despinte mi cara y me fui a casa donde recordaba cada minuto de ese día.

¿Te gustó este relato? Descubre relatos subidos de tono en nuestra página principal.