Un momento con la esposa de mi amigo
Tengo un amigo de toda la vida, vamos a llamarle Luis, desde pequeños nos conocemos, él me lleva dos años. Casi a los 18 conocimos a una chica a quien llamaremos Elena, nos gustó a ambos pero a ella le gustó Luis, yo me quedé como su mejor amigo pero Luis se llevó la mejor parte.
Después de algunos años de casaron, fuí padrino en la boda. Siempre he sido cercano a ambos entonces ocasionalmente me cuentan sus problemas. Un día Luis me llamó para ayudarle con un proyecto, necesitaba grabar guitarras y bajo para una canción, me pidió que fuera a las 10am a su casa, que el me pagaba el almuerzo, el día, taxi y comida, como un profesional en lo que hago llegué desde 20 minutos antes por si hubiera algún inconveniente, cuando toqué a la puerta nadie salía, desde hace unos minutos había dejado de contestarme las llamadas, seguí insistiendo en la puerta hasta que salió Elena usando una pijama, completamente despeinada y sin saber qué pasaba.
- – qué pasó Marcos? (Mi nombre)
- – nada, Luis me pidió que viniera a grabar cosas para su nuevo proyecto.
- – Luis? Acaba de salir, su papá chocó y necesita ayuda.
Le insistí a su teléfono y me contestó, explicó que su papá había chocado y que en un par de horas estaba de vuelta, él iba a pasar por algo para comer de vuelta.
Me senté a esperar en la sala y Elena bajó a acompañarme, hablábamos de trivialidades de la vida, nada importante, hasta que me dijo que se le había olvidado que ese día tenía cita para depilación y ya no tenía ganas de ir, me contó que a Luis le gusta algo de bello pero no mucho y ella ya tenía un par de meses sin depilarse nada, después de eso comenzamos a hablar de sexo, fetiches, gustos, fantasías, somos amigos de años, no era la primera vez que hablábamos de ello pero si era la primera que lo hacíamos estando solos.
- Luis es medio delicado (dijo Elena) es un vainilloso, solo de frente, no me pega, no me jala el cabello, yo tengo una fantasía, quiero que me lamba las axilas, pero el dice que eso le da asco, no quiere ni hacerme sexo oral.
- Lo que pasa es que lo estás presionando mucho, no todos los hombres somos unos cerdos come culos!
- Pero estás de acuerdo en que tienes que satisfacer a tu esposa?
- Si completamente, no se vaya a ir a buscar reata a otro lugar!
- si pero no, (dijo Elena)
- Como está eso? (Pregunté)
- No iría a buscarle el pito a otro hombre, pero si tengo mis dildos y consoladores, no me siento satisfecha entonces tengo que calmarme con algo! Aunque a veces la calentura y la necesidad es mucha!
- Me estás diciendo que engañarias a este hombre si estuvieras lo suficientemente excitada?
- No no creo, pero tú cuéntame, que fantasía tienes?
- Ninguna, ya hice y me hicieron de todo, yo le sé a esta vida querida, estás hablando con un hombre experimentado!
- Haz comido a una chica? A qué sabe?
Le expliqué que todas saben diferente, incluso a lo largo del mes puede saber diferentes dependiendo de su ciclo menstrual e hidratación.
- A qué sabré yo? (Preguntó Elena)
- Mira, no sabes a fresas, pero ya estando caliente el sabor a pescado no importa.
Nos empezamos a reír, me dijo que ella no huele mal, que yo soy el cochino. Hicimos un silencio breve, nos miramos a los ojos y el aire en lugar cambió inmediatamente, se puso de pie y caminó a su habitación, me pidió que la acompañará, cerramos todas las puertas, llegamos a su habitación y estando de pie frente a su cama comenzó a desabrochar su pijama, no traía sostén, sus lindos pechos colgaban ligeramente invitando a ser tocados, me miró y me dijo.
- Ven, tengo ganas de algo.
Subió sus brazos exponiendo sus axilas, como había dicho no las había depilado en un par de meses, tenían bastante bello en ellas y no pude resistirme, con mi lengua ataqué tan agresivamente como pude cada centímetro de su axila derecha, ella gemia fuerte y frenéticamente, sus piernas temblaban y se dejó caer en su cama, teniendola recostada le quité rápido el pantalón de su pijama y abrí sus piernas, ella rápido gritó.
- No, por favor aún no, quiero más, sigue con mis axilas, nunca había sentido nada tan intenso
No tardé un segundo y seguí a lo mío, me arrodillé sobre la cama a un lado de ella, mi lengua estimulaba bajo su brazo, con una mano pellizcaba sus pezones y con la otra mano intentaba tocar su entrepierna, ella se movía, no me dejaba tocar su lugar más íntimo.
- No quiero que me toques ahí, no estoy lista para otro hombre, no tengo condones tampoco.
- Mi trabajo aquí eres tú, es complacerte, no te la voy a meter, no aún, ahora quiero comerte!
Ella cerró sus piernas y me dijo.
- Nunca le vayas a decir esto a Luis, si nos descubre diré que me obligaste, si lo haces sin mi permiso no sería engañarlo!
Comencé a reír y le dije que dijera lo que la hiciera a sentir mejor. Abrió sus piernas y le arranqué la ropa interior, me encargué de romperla, su bulba completamente belluda palpitaba y escurría sus fluidos, su aroma era intenso, a penas me acerqué y sintió mi aliento se comenzó a retorcer y a gemir cómo una hembra en celo esperando a ser usada, pero mi única razón de ser en ese momento era satisfacerla, lentamente acaricié al rededor de sus labios con la punta de mi lengua, me paseaba entre sus ingles y perineo, logré acariciar su ano y comencé a jugar en serio.
Con la totalidad de mi lengua lamí su clítoris para escuchar como se privaba de aire y sentir cómo un espasmo intenso la dejaba arqueada, un chorro intenso de sus fluidos explotó de su entrepierna mientras ella perdía la conciencia, inmediatamente yo seguí con mi empresa, comencé a succionar su clítoris y hasta pareciera que regresó a la vida, comencé a usar mis dedos para estimular su interio, ella no dejaba de gritar y retorcerse, cuando el siguiente orgasmo llegó gritó.
- -Ya por favor, ya!
Me levanté orgulloso del desastre que hice y me dirigí al baño para lavarme la cara y la barba, ella se sentó en la cama, se envolvió en una sábana y entró a la regadera a bañarse. Bajé a la sala y esperé a que ella bajara, después de unos minutos ella bajó con la cara sería como lápida y me dijo.
- Fue solo una vez, no vuelve a pasar, fué muy intenso, nunca me había sentido así, me gustó mucho, pero me siento sucia, engañé a Luis y eso no debió de pasar.
- No te apures, yo también sentí muy rico.
- Cómo? Te masturbabas mientras me hacías eso?
- No, el placer es sentirte, escucharte, olerte y el placer y el sexo son situaciones muy psicológicas también, yo ahorita ando como torero, me lleve las orejas y nada más me faltó el rabo!
- Yo también me quedé con ganas, pero aquel no tarda en llegar.
(Yo no estaba insinuando metérsela, pero parece que ella entendió eso)
Aunque dijo que ya no quería nada seguía solo con la bata de baño, no traía nada debajo, me dejaba acariciar sus piernas, nos abrazamos y comencé a jugar con sus senos, inmediatamente comencé a desearla escuchamos cómo llegó su esposo, ella se levantó, me besó y subió a su habitación, este hombre llegó y nos pusimos a trabajar en lo nuestro.
Ya soy un hombre adulto, de muchos años, muchos amores y muchas historias, espero pronto escribir de nuevo y espero hayan disfrutado esta vieja anécdota.
Saludos!
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