Toque a mi tía y se puso caliente
Todo empezó en 2010, cuando yo tenía 18 años y mi tía 35. Era la más joven entre mis tíos y tías, pero mi tía tenía las nalgas y los pechos más grandes que todas mis tías. Por suerte, yo era su favorito y siempre que iba a su casa me quedaba a dormir en su cama desde mas chico.
Bueno, era una fiesta familiar a la que iban a ir todos mis tíos y tías. Estuvimos bailando y jugando, bueno, todos menos yo; yo solo veía a mi tía. Se me ponía dura con solo mirar su culo y sus tetas me daban ganas de tocarlas. Fui al baño a masturbarme pensando en ese culo de mi tía; casi me descubren y, por miedo, me salí a media paja. Eran las 3 de la mañana. Eran las 3:20 de la mañana y todos se iban ya todos estaban borrachos. Como mi tía venía en carro, le pregunté a mi mamá si podía acompañarla para que no le pasara nada, porque estaba borracha y no podía conducir, tenía que ir en taxi.
Mi mamá me dijo que sí, que mañana pasaría a buscarme. Yo estaba muy emocionado, me subí al taxi con mi tía y nos fuimos a su casa. Llegamos y se desnudó delante de mí, dejándome ver sus tetas y su vagina rosada. Se puso un shorts ajustado y una camisa sin mangas. Como iba borracha, no le importaba que la viera. Se me puso duro y, como llevaba braguitas, se notaba mucho, así que fui al baño a masturbarme. Cuando salí, mi tía ya estaba acostada boca arriba, dormida. Aproveché para tocarla, con un poco de miedo a que me descubriera y me dijera algo a mi mamá.
Me acerqué y me subí a la cama. Le metí poco a poco la mano en el pantalón corto, le agarré el culo. Mi tía se movió, me asusté, así que saqué la mano. Se despertó y me dijo que qué estaba haciendo ahí. Le dije que como una muy borracha, mi mamá me dijo que te acompañaría. Mi tía solo me dijo que estaba bien y que, si quería, podía dormir con ella. Yo acepté y nos acomodamos.
Ella cerró los ojos y se empezó a dormir. Yo esperé un rato para que se durmiera bien y así poder tocarla. Espere como 30 minutos y me levanté. Le bajé el short poco a poco hasta las rodillas. Ella llevaba una tanga de color rojo. También le intenté bajar la tanga, pero cuando lo hice se movió un poco, así que lo dejé así. Solo le moví la tanga hacia un lado, dejando al aire libre su vagina. Trate de lamerla, pero como no sabía lo que pasaba, mi lengua se movía en su vagina y ella solo se movía un poco, pero a mí ya no me importaba si me descubrieran, solo quería acostarme con mi tía.
Intenté meterme los dedos en su vagina, pero cuando lo hice, dio un brinco y se despertó. Me gritó que qué estaba haciendo y le dije que, la verdad, usted tiene un culo muy bonito y me la quiero cojer. Mi tía suspiró y dijo: «De acuerdo, pero solo esta vez. En estos últimos meses no he tenido relaciones sexuales, pero si se lo dices a alguien, lo negaré y ya nunca te volveré a hablar».
Acepté y ella se puso de pie, se acercó, se agachó, agarró mi pene y se lo metió en la boca hasta la garganta. Yo me sentía en el paraíso. Ella siguió hasta que me corrí en su boca. No sabía que esa noche tendría sexo en todos los sitios. Ella se tragó todo mi semen. Se levantó, se bajó la tanga, cogió la vaselina y se la untó en el ano. Me dijo que quería tenerlo anal, se puso en cuatro, yo me acerqué, le agarré el culo y traté de metérsela por el ano. Mi pene no entraba, me dijo que lo metiera con fuerza, lo intenté y me dolió un poco. Me dijo que me hiciera un rato para que se acostumbrara. Le hice caso.
Estuvimos así un rato y ella me dijo que ya empezara. Empuje mi pene hasta el fondo. Ella solo gimió. Me hice para atrás y luego para enfrente y sucesivamente. Ella me dijo que lo hiciera con más fuerza. Le hice caso y lo hice, pero mi pene se salía. Lo acomodaba y lo volvía a hacer, pero volvió a salir. Ella me dijo que no me moviera tanto hacia atrás. Le hice caso. Volví a hacerlo y ya no se salía.
Seguimos por un rato hasta que me corrí dentro de su ano. Lo saqué y me dijo que se lo metiera en la vagina. Se giró y abrió las piernas. Me acerqué y se lo metí con fuerza. Ella se retorció y me dijo que lo hiciera con más fuerza. Lo hice y ella solo gemía, lo que me excitaba más.
Así estuvimos durante siete minutos. Hasta que me corrí en su vagina. Saqué mi pene de su vagina, ella se levantó y se fue al baño a limpiarse. Yo también me vestí y nos dormimos juntos.
Al día siguiente, ella no dijo nada. Mi madre vino y nos fuimos.
Pasaron tres meses y mi tía no me hablaba, pues no le daba importancia. Yo solo estaba feliz de haberlo hecho con ella.
FIN
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