Mi gusto por los hombres mayores – I, II Final
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Hola que tal a todo mi nombre es Alejandra, pero de cariño me dicen Ale, el leído varios relatos en páginas como esta y me gustaría relatar mis propias historias
Comenzare por describirme mido 1.66 m de altura , piel clara, ojos café miel, labios gruesos, carita finita, cabello castaño largo y lacio, complexión esbelta, pero con tetas grandes y jugosas gracias la genética de mi madre mis piernas también son largas y torneadas, tengo un trasero grande por el ejercicio muy paradito, actualmente tengo 27 años y vivo en Atlixco puebla, desde muy chica mi mamá siempre me dejo a vestirme como a mí me gustara y pues con esa libertad me gusto viste sexy y más con ayuda pues ya se imaginaran aprendí a maquillarme a usar tacones y hacer lindos y reveladores outfit me encanta desde muy chica provocar iradas y que volten a verme me hace sentir muy sexy.
Me gustaría relatarles cómo empezó mi gusto por el sexo con hombres maduros
Todo empezó gracias a mi novio Alfredo en esa época mi ahora esposo el es mayor que yo por 4 años.
Regularmente nos veíamos para salir a algún lugar y terminar teniendo sexo en su auto o en algún motel de paso en ese tiempo vivíamos en Tlaxcala.
Asi estuvimos por casi dos años el trabajaba en una empresa donde realizan cosas de cerámico y asi el es ingeniero industrial, en temporada de diciembre en su empresa hicieron una cena de fin de año solo con personal administrativo y jefes de áreas y por su puesto lo invitaron a el y me pidió que lo acompañara pedí permiso a mi mama aún vivía con ella y mi hermana menor, asi que ya con permiso y todo me dispuse a buscar algo para la ocasión, salí a algunas tiendas y centros comerciales pero no encontraba nada que me gustara por completo hasta que en una salida con mi novio vi en un aparador un vestido verde cortito con brillos de tirantes acorde a la temporada, con el toque sexy de una abertura en la pierna casi a la altura mi entre pierna a escasos 10 cm abajo escote en V era tan lindo que no pude resistirme a comprarlo mi novio aun con cierto celo por ver como se me veía pago por él.
Ya el día del evento me arregle como aprendí desde muy chica:
Me di un baño muy largo, aplique cremas corporales y para mi cabello, me depilé pues siempre me gusta estar depiladita de pies a cabeza, por la mañana fui a hacerme las uñas de pies y manos pues me encanta lucir delicada y linda de pies a cabeza.
Para vestirme elegí un conjunto de tanguita negra de encaje pero sin sostén para que no se marcara sobre la tela del vestido, unas zapatillas de tacon negras abiertas de esas que se sujeta con tiras delgadas a la pierna para que lucieran mis uñitas recién arregladas.
Mi novio paso muy puntual por mi y ya estaba casi lista me termine de retocar el maquillaje mis pestañas con el rímel y perfumar, tome mi abrigo y sali el al verme no dijo mas que que preciosa me veía y que seria la envidia de la fiesta a verlo llegar conmigo.
Y eso la hace sentir a una muy bien sobre su arreglo
Al llegar me presento como su novia con algunos amigos de su trabajo y algunos de sus jefes dentro de los que resalta Julián era un hombre de unos 45 años aprox. alto y algo robusto pero con un toque elegante llevaba traje gris claro con camisa azul marino, desde que lo vi llamo mi atención y eso mi novio lo noto pues el al saludarme elogio mi belleza y se lo hizo saber a mi novio diciéndole que que mujer más hermosa y sensual lo acompañaba tomo mi mano me saludo muy delicada pero firmemente y me dio un beso en la mejilla lo cual me gusto.
En el transcurso de la cena mi novio comenzó a beber con algunos de sus compañeros nada fuera de lo común bailamos nos divertimos bastante la verdad, hicieron rifa de algunos regalos y premios a algunos empleados entre uno de esos a mi novio por su desempeño.
Paso una hora aproximada mente y la plática y bebidas me empecé a enfiestar y con la música que pusieron pase con algunas chicas a bailar mi novio se quedó con sus compañeros a platicar
Yo estaba bailando cuando me percaté de que Don Julián me veía fijamente de esas miradas fijas que se sienten
Yo solo lo mire y no sé si por el efecto de la fiesta, el alcohol o por lo que causaba dentro de mi inconscientemente lo mire y sonreí el tan elegante solo me miro y alzo una copa en dirección mía como diciendo salud así pasamos una media hora más y ya se habían ido muchas personas solo se quedaron los más enfiestados y algunos jefes que era la mesa principal se veía que ellos platicaban más de negocios o cosas por el estilo por que no bebían al ritmo de los demás.
Así nos dieron las 12 de la noche y en eso Don Julián se acercó a nosotros preguntando en la mesa que tal se la habían pasado todos, respondimos que bien comento que nos vio muy alegres y que lo malo que vino solo pues no pudo bailar a lo que algunas chicas en la mesa inmediatamente le dijeron que falta de confianza y cosas por el estilo y ya con algunas canciones más tranquilas se dispuso a bailar con todas y cada uno de las chicas hasta llegar a mí se acercó y pidió mi mano para levantarme a bailar preguntando a mi novio si no habría problema en eso el que ya lo conocía un poco note que se sintió incomodo o celoso pues había notado lo nerviosa que me supe al saludarlo.
Tomo mi mano y de camino a la pista me tomo de la cintura y haciéndome platica me decía que era una mujer hermosa y sin duda las más hermosa de la fiesta, yo solo agradecí y nos dispusimos a bailar pusieron unas canciones de salsa y debo decir que bailaba muy bien, bailamos al menos unas 3 canciones y el aprovechaba cada vuelta para acercarme a el yo al sentir sus manos grandes en mi cintura me ponía cada vez más nerviosa cosa que me gustaba al terminar me llevo a mi mesa y se retiro
Mi novio no pudo ocultar su enojo y salio del salón yo sali tras de el para aclarar las cosas nos encontramos en el estacionamiento y comenzamos a hablar el me recriminaba que me veía muy feliz bailando con su jefe y que mas me le pegaba a el, yo tratando de tranquilizarlo le decía que no era asi aunque por dentro sabia que si, trate de abrazarlo y pude sentir en medio de su entrepierna su pene estaba super erecto era una erección tan firme que se sentía duro, comencé a sobarle por encima del pantalón diciendo que yo solo era de el y que no tenia de que preocuparse el solo jadeaba por lo exitado que estaba a lo que le pregunte que por que estaba haci y me decía que no sabía, le pregunte si había visto a alguna chica o que y el solo me decía que no que solo me vio a mi bailando tan pegadita a Don Julián a lo que le pregunte y eso te hizo estar a si o qué?
Él lo negaba pero ya más tranquilo decidió volver a la fiesta yo con el frio y al salir sin abrigo se me pusieron duros mis pezones cosa que note y me gustaba pues los demás lo notaron también sobre todo los chicos, todos nos preguntaban que donde estábamos y que por que nos habíamos ido, que al parecer ya era hora de entregar el salón pero uno de los jefes les ofreció una cabaña que tenía cerca que podían pasar por algo de beber y pasar ahí el rato que algunos ya se habían adelantado para allá.
Alfredo dijo que ya no quería ir pero yo quería seguir en la fiesta pues me la estaba pasando bien asi que tomamos las cosas y nos dispusimos a ir con los demás, camino a el lugar mi novio no menciono ya nada de lo ocurrido.
Al llegar llegamos menos de los que iban a ir y solo quedábamos 4 de los 8 que estábamos pasamos y saludamos a los presentes dentro de ellos estaba Don Julián que se levantó de su sillón a saludarme de beso nuevamente mientras tomaba mi mano ofreciéndome su sitio yo agradecí y como la sala era pequeña accedi.
La cabaña era bonita nada del otro mundo, pero bonita luz rustica amarilla y con muchas cosas en madera los sillones que eran lo más moderno y una cantina con luces led muy nice.
Pasamos así al menos hora y media y entre copa y copa mi novio ya había bebido de más y se quedó dormido dos de los chicos con los que habíamos llegado ya se había retirado y solo quedaban 2 de ellos, mismos que me ayudaron a llevarlo a una de las 2 habitaciones que había pase con el un rato esperando que se despertara pero nada de nada, al paso de unos minutos vinieron los mismos dos chicos a decirme que saliera que el estaría bien que solo despertaría y saldría salimos y me dieron un bebida con vodka y arándano sabía muy bien muy suave y poco a poco todos se iban retirando y algunos quedando dormidos incluido el dueño de la cabaña que no recuerdo su nombre entre platica y platica con una y otra persona del trabajo de mi novio me llego el momento y se me acerco de nuevo Don Julián ya algo movido por los tragos pero sin perder el porte yo también ya algo mareada por lo mismo y cantando y bailando algunas canciones que sonaban de fondo .
Se me acerco y pregunto que si aún no despertaba Alfredo a lo cual respondí que no comenzamos a platicar de cosas típicas de donde era que de donde venia me preguntaba que como habia hecho mi novio para conocerme y mas aun como habia logrado conquistarme pues era una chica que desbordaba belleza y sensualidad ese comentario me gusto mucho pues era evidente que le gustaba yo no hacia mas que reirme de lo nerviosa que estos comentarios me hacían sentir, al paso de uno minutos sonaron algunas canciones de banda y como típica chica ebria comencé a cantarlas, luego algunas para bailar y ahí fue donde yo le dije a Don Julian venga a bailar conmigo no es justo que solo me vea cantar y bailar a mi.
El se levanto de sillón y se acerco a mi sin darnos cuenta eramos los últimos en pie dentro de la cabaña algunos salieron a fumar otros se habían retirado y otros como mi novio habia quedado dormidos por lo ebrios en fin entre canción y canción llegaron unas de canciones de reguetón y por impulso natural comencé a bailaras no se en que momento me di vuelta y comencé a rosar con mi trasero en el pantalón de Don Julián en solo tomo mi cintura y se movía un poco sin saber muy bien del ritmo pero en eso poco a poco sentí como el su pene se comenzó a poner duro y sentí el bulto en medio de mis nalgas yo mas exitada por sentir su pene asi de erecto en medio de mi trasero
Pase mi mano por dentras de mi y sentí con ella su pene erecto tolatmente, lo acaricie y luego agarre con firmeza como comezando a masturbarlo,me susurro en el oído sabia por tu forma de bailar y esa forma de vestir que eras toda una zorrita cosa que me éxito aun mas, el me tomo de la mano y me llevo a la habitación juste al lado de mi novio, yo apenas y podía caminar en los tacones pues con lo mareada la poca luz de las lámparas y embaces que habia tirado pude llegar a la habitación.
PARTE II
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Ya en la habitación, los dos solos, dimos rienda suelta a nuestros instintos. Comenzamos a besarnos frenéticamente, con tanta pasión como si fuéramos dos adolescentes. Él comenzaba a estrujarme las tetas y mi culito sobre el vestido, y yo me pegaba más a su cuerpo y me estiraba de puntillas, pues aun con las zapatillas de tacón lo alcanzaba con dificultad, sin dejar de besarnos. Él me dio la vuelta con una sola mano, comenzó a besar mi cuello. Yo solo gemía y restregaba mi culito contra el bulto de su verga, que estaba más duro imposible.
Sin quitarme el vestido, me sacó las tetas del vestido, haciéndolo a un lado, dejándolas al aire. Por la fuerza y rapidez con la que lo hizo, me rebotaron tan rico que solté una carcajada ahogada por la excitación. Me besaba y mordisqueaba el cuello, con sus manos grandes apretaba mis tetas y con sus dedos pellizcaba mis pezones con tanta fuerza, pero con tanta delicadeza que casi me vengo, aun sin hacerme nada.
Seguí notando su bulto bajo el pantalón, entonces metí la mano y qué rica se sentía su verga. No quise esperar más y, por instinto, me arrodillé frente a él, le quité la cinturón con la mano mientras él desabotonaba la camisa. Al verlo sin camisa y con su pecho robusto y vello, me sentí invadida y convertida en alguien que pocas veces había logrado ver. Terminé de sacar su verga de entre los bóxer y quedé encantada con lo larga y gruesa que era.
Era tan jugosa que la podía sostener con ambas manos y aún sobresalía su cabeza. Era tan gruesa que mis uñas apenas tocaban la palma de mi mano. Tenía pocas venas, pero estaban muy marcadas y, con la poca luz del lugar, se veía brillante. Lo acerqué a mi cara y olfateé con tal fuerza que sentí como si quisiera succionarlo. Aquel olor de ese hombre tan imponente para mí inundó inmediatamente mi vagina de humedad. Comencé a chupársela como si no hubiera un mañana: le succionaba la cabeza, se la sacaba y le daba lengüetazos como si tuviera una paleta de hielo en la boca.
Él seguía estrujándome las tetas con sus manos y gimiendo de la rica mamada que le estaba regalando. Así estuvimos algunos minutos hasta que me tomó de la mano para ponerme de pie. Yo lo obedecí y me dio un beso largo y jugoso. Me ayudó a quitarme el vestido y quedé solo con la tanga y en tacones frente a él. Me recostó sobre la cama. Con una firmeza que aún recuerdo, alzó mis piernas, me quito la tanga y separó mis piernas sujetándolas con sus manos. Se arrodilló y comenzó a chupar mi vagina de una forma tan deliciosa que yo solo me retorcía y daba lengüetazos justo en medio de mi vagina. En ocasiones, succionaba los pliegues.
Con sus labios, daba pequeños estirones de mi vulva, como si quisiera arrancármelos con su boca. Yo solo me retorcía de placer hasta que no pude más y comencé a sentir que mi abdomen, al igual que mis piernas y nalgas, se tensaban, hasta quedar arqueada por completo y terminar en un rico orgasmo.
Se levantó, me dio la vuelta y me dejó recostada sobre la cama. Agarró una almohada y la metió debajo de mi abdomen, de modo que mi culito quedó paradito. Se subió a la cama, abrió sus piernas, me dejó en medio y apuntó su verga a la entrada de mi vagina. Con un solo empujón, me la metió toda.
—¡Ay, Dios mío! —grité de placer. Como su verga entraba en mí y abría cada pliegue de mi interior, comenzó con un mete y saca lento pero fuerte, y en cada embestida lo hacía más y más fuerte, rebotando sus testículos contra mi clítoris. Era un mete y saca profundo y fuerte que solo apretaba con mis manos, la colcha de esa cama ahogaba mis gemidos con la misma y tensaba mis piernas de lo delicioso que sentía.
Pasamos así un rato, primero me tomaba las manos y luego me las soltaba, y me agarraba del cabello por debajo de la nuca, levantaba mi cara para besarme y luego decirme al oído que estaba deliciosa, que lo apretaba muy rico y que me mojaba como una verdadera puta. Yo levantaba aún más mi culito, ofreciéndoselo en charola de plata.
Entre cada penetración, mis momentos de lucidez se veían opacados por el éxtasis y la excitación. Aún no podía creer lo que estaba pasando.
Estaba siendo follada por un hombre mucho mayor que yo, que había conocido ese mismo día, y más aún, justo al lado de donde estaba mi novio, con más personas fuera del lugar, todos desconocidos para mí, pero la excitación me podía más y me impedía decir algo para parar esto.
—¡Dame más, papi, dame más!
Siempre fui muy cachonda, pero esta noche me había convertido en una verdadera puta para Don Julián.
Así estuvimos hasta que me dio la vuelta, quedé boca arriba sobre él y comenzó a comerme las tetas, lo hacía muy bien, las apretaba con las manos y me succionaba los pezones con la boca; yo estaba entregada a él por completo.
Después, agarró mis piernas y se las puso en los hombros, apuntó su verga a la entrada de mi vagina y me la metió de un solo empujón. Yo estaba anonadada entre sus embestidas. Desde esa posición, solo veía cómo rebotaban mis tetas y mis pies.
Mis piernas se veían tan lindas en los hombros de Julián con esos tacones y mis uñas arregladas; me sentía muy femenina.
Estando así, volví a venir una vez más, aun con su verga adentro. Luego, don Julián me dijo que también quería acabar, así que me levanté de la cama, me arrodillé y comencé a chupársela mientras él se masturbaba. Comenzó a tener espasmos, como los que se sienten en el pene de los hombres momentos antes de venirse.
Él se tensó, lo notaba en sus piernas y en la fuerza con la que empujaba su verga hacia dentro de mi garganta. Pasaron algunos segundos y comenzó a llenarme de su caliente leche la boca y la garganta. Era tanta que no pude tragarla; un pequeño chorrito escurrió por la comisura de mis manos y cayó sobre mi teta derecha. Él recogió el chorrito con el dedo y me pidió que lo tomara.
Cuando terminé de tragar toda su leche, me volvió a levantar la cabeza y me dijo: «Límpiamela, putita», y yo obedecí.
No sé cuánto tiempo habría pasado desde que entramos en la habitación, pero me sentía totalmente satisfecha, pero toda la excitación que había tenido hasta ese momento se me acabó de golpe cuando un escalofrío me recorrió todo el cuerpo.
Aún incitada por completo y con semen de Don Julián aún en mis labios, pude ver la silueta de Alfredo en la puerta. Con la poca luz del lugar, tenía la cara sin gestos y totalmente pálida.
Solo me dijo: «Vístete y vámonos ya».
Un miedo me recorrió por completo ante lo que podía pasar, pero se los cuento en el próximo relato.
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