Mis Orígenes como Cornudo – I
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Parte 1: Conocernos en Pareja
Debo decir que todo lo que aquí se relatará es 100% real, solo se cambiaran los nombres de los personajes por seguridad de ellos.
Nos casamos, Lucy y yo, Genaro, muy jóvenes, ella tenía 19 y yo 20, como todo hombre de provincia mi educación me llevaba a ser muy celoso rayando en lo machista. Controlaba como vestía, como hablaba, como se comportaba, amistades, etc. Mi relación con ella, de casarnos, fue muy tormentosa, ya que dudó bastante en hacerme caso y eso me tenía inseguro. Mi familia dudaba de ella, porque Lucy siempre fue una mujer que irradiaba sensualidad, tiene ese algo que te llama la atención solo con verla; es morena, alta, pelo ondulado, piernas torneadas, caderas anchas, pechos medianos, toda una Morena de Fuego. Eso provocaba desconfianza de todo pueblerino, y yo nada atractivo, ocasionaba incertidumbre ante los ojos de mi familia.
En los primeros años, yo era controlador, revisaba sus chats en busca de algún mensaje comprometedor, ella no se daba cuenta, e incluso me dio todas sus contraseñas con el fin de llevar correctamente una relación, y en esa constante búsqueda de un indicio de infidelidad, jamás llegó nada, así que desistí en encontrar algo. Ella en todo momento mostró fidelidad y confianza en la relación, y así se ganó la confianza total mía y de mis familiares, obteniendo el respeto de todos ellos.
Ella era una mujer con principios, de valores, venia de una familia humilde y sobre todo, con una mentalidad de provincia. Una mujer hecha para un solo hombre. Recta, inteligente, inamovible. Fueron rasgos que la caracterizaron e hicieron que se ganara el amor de mis familiares.
Pasamos a ser un matrimonio ejemplar para nuestros familiares, vecinos y amigos. Nos llevábamos muy bien, ambos trabajábamos, no teníamos vicios. En contra de todo pronóstico nuestro matrimonio crecía cada vez más. Ella no tenía ojos para nadie y yo tampoco. Así estuvimos por 5 años, viviendo miel sobre hojuelas. Sin hijos y no teníamos pensado tener por el momento.
Todo era casi perfecto, pero yo tenía una debilidad: La Pornografía. Yo desde muy pequeño fui muy libidinoso y desde adolecente tuve un gusto por la pornografía muy grande, compraba películas, primero normales, y poco a poco fui subiendo de gustos; Hetero, Interraciales, Lesbianas, Tríos. En esa época el internet aún no estaba en su prime, así que todo contenido tenía que ser comprado en los puestos de películas. Pero cuando los descargadores piratas llegaron, Ares y Lime Were, era mucho más fácil conseguir videos de más géneros: ***, bdms. Y cuando llegaron los sitios webs, ahí todo subió de nivel, veía pornografía gran parte del día, y creo que ahí empecé ya a ver otro tipo de pornografía, ya que la que regularmente veía ya no tenía mucho efecto en mí. Volviendo al inicio, hasta en el matrimonio continuaba viendo pornografía con un nivel mucho más elevado. Me aparecían anuncios como: “Coge a casadas cerca de ti”, lo cual me daba curiosidad y entraba a esos sitios, veía videos e imaginaba que yo era el que tenía relaciones con mujeres con maridos, y así fantaseaba por horas, solo que había un problema, desde que me casé no había estado con otra mujer que no fuera mi esposa y estaba lejos de estar con alguna otra, ya que era tímido e inseguro, así que prefería escapar de la realidad viendo esos videos e imaginando ser ese don Juan.
Entre videos llegué a relatos, donde hombres confesaban que les gustaba ver a sus esposas cogiendo con otros hombres y que buscaban “Hombres Bulls”, “Singles” o “Corneadores”, eran los términos que ellos utilizaban. Por desgracia al yo vivir en provincia era impensable lograr contactar a esas personas, pero no quitaba el dedo del renglón, investigué esos términos y por desgracia no contaba con algunos requisitos, y sobre todo con el más importante: El Tamaño de mi Pene. Era muy normal, de 15 centímetros erecto, cuando los Bulls eran de al menos 18 cm. Fue ahí donde mi obsesión por el tamaño creció. Enterarme de eso y ver las medidas de los actores porno hizo que me diera curiosidad saber si yo tenía buen tamaño o si era bueno en la intimidad.
Es aquí donde mi masculinidad frágil salió a relucir, a quien preguntar, como preguntar, se reirán de mí? Y algo muy importante y que se me olvidó comentar: yo fui la primera vez de mi esposa. Eso me empezó a generar inseguridad: y si llega alguien con mayor tamaño que yo? Y si ella decide dejarme por si se entera que existen otros miembros con mayor tamaño? Eran preguntas que me robaban el sueño, por lo cual empecé a investigar cómo aumentar el tamaño de mi miembro, leí artículos en internet, vi videos en YouTube, investigué hasta debajo de las piedras y practiqué todo, y que creen? Nada funcionó. Empecé a hacerme a la idea de que la industria porno buscaba hombres extraordinarios para sus películas y que los relatos exageraban las características de los Famosos Corneadores, y seguí mi día día con el temor siempre presente de que a mi esposa podría llegarle alguien que le mostrara algo diferente y que prefiriera eso.
Entre mis investigaciones me aparecían sugerencias de pornografía gay, la cual omitía, pero poco a poco empezó a llamar mi atención y fui cayendo en esos videos, lo cual al final me generaba una cruda moral muy grande, pero a los pocos días volvía a ver. Llego un punto donde solo veía pornografía gay y bi, ya todo eso era muy normal para mí, pero lo guardaba en secreto por la pena con mi esposa y el qué dirán si se enteran los demás.
Poco a poco la idea de experimentar con otro hombre se aparecía y también las dudas: y si soy bi? Y si soy gay?, pero amo a mi esposa, que dirá la gente de mi? Que dirá la gente de ella?, de nuevo volvían a mi nuevas inseguridades cuando de repente apareció de nueva cuenta ese término en un sitio web: Matrimonios Cuckold y Hotwifes, matrimonios que incluían a un tercero en la relación para placer de ambos. Me pasé viendo horas y horas videos de eso: “Tutorial para Hotwife”, “Tutorial para Bulls” y el que me aclaró varias dudas; “Tutorial para Cornudos”. Ahora ya sabía que quería para mi matrimonio, sabía que no era el único hombre con estas fantasías, sabía que era muy normal practicar esto, solo existía un pequeño problema: Mi esposa, qué pensaría mi esposa de todo esto?
Ahora yo tenia la tarea de como exponerle esto y no morir en el intento…
Continuará.
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