Soy negro, el deseo de casadas
📋 Lecturas: ️975
⏰ Tiempo estimado de lectura: 2 min.
La vida es fácil para un negro.
Todas las mujeres lo desean a uno, pero la verdad uno nunca desea eso pero el color llama a las mas bajas pasiones de las blancas casadas que deseosas de una buena dotación me buscan.
Pero dese ser reconocido como persona y no como objeto sexual, pero eso no se puede soy deseado por tener 25cm, soy deseado por ser buen amante, soy deseado por todas las mujeres blancas que desean placer ya que sus maridos no la tienen como yo.
Muchas damas me han dado todo de ellas; sus senos, sus apretadas vaginas y sobre todo sus culos estrechos, culos que nunca han recibido una buena carne negra de 25cm x 7cm.
No se trata solo del deseo que despierto, sino de la forma en que me miran, como si mi piel fuera un conjuro irresistible, como si mi cuerpo existiera solo para el placer ajeno. Todas las mujeres lo desean a uno, pero la verdad uno nunca desea eso, pero el color llama a las más bajas pasiones de las blancas casadas que, deseosas de una buena dotación, me buscan. Es un fuego que se enciende en sus ojos, una necesidad que va más allá de la fidelidad, más allá del pudor.
Y sin embargo, en cada gemido que arranco, en cada cuerpo que se retuerce bajo el mío, hay una verdad innegable: quiero ser reconocido como persona y no como objeto sexual, pero eso no se puede. Soy deseado por tener 25 cm, soy deseado por ser buen amante, soy deseado por todas las mujeres blancas que desean placer ya que sus maridos no la tienen como yo. No soy solo un cuerpo, pero ellas me reducen a eso, a la fuerza de mis caderas, a la dureza de mi deseo.
Muchas damas me han dado todo de ellas; sus senos, sus apretadas vaginas y sobre todo sus culos estrechos, culos que nunca han recibido una buena carne negra de 25cm x 7cm. Me ofrecen su lujuria, su entrega, su rendición absoluta. En la penumbra de una habitación prohibida, en la humedad de una piel estremecida, soy el secreto que jamás confesarán. No hay dudas ni titubeos, solo la urgencia de sentirse llenas, saciadas como nunca antes.
Solo deseo que este “relato” les guste. Que en cada palabra sientan el peso del deseo, el calor de la carne, la sed insaciable de un cuerpo que sabe dar placer. Que lo lean con el mismo temblor con el que ellas me reciben, con el mismo anhelo con el que yo las reclamo. Porque al final, más allá de la piel, más allá del deseo, solo queda el placer absoluto, crudo y eterno.
Tendencia ahora