Soy toda una dama, pero la verga me vuelve loca
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Lo recuerdo como si hubiera sido ayer, hola, me llamo Devora, hoy soy toda una dama de 25 años, pero antes de empezar, debo decir que siempre sentía ese placer por vestirme de mujer, desde los 12 años, cuando usaba la ropa de mi hermana y mi mamá, simplemente me excitaba el poder masturbarme con esas prendas, hasta que desde los 15 años, empecé a meterme objetos por mi ano, y desde ahí no podía dejar de hacerlo, hasta ahora me considero de closet, siempre espero a estar sola para poder sacar mis mas grandes deseos sexuales, pero no fue, hasta que tenía 22 años, y me encontraba otra vez sola, y empecé a vestirme de nena, y cumplir con mis fantasías, hasta que escuche el teléfono de mi casa, por el registro de llamadas, era la vecina de lado, pero al contestar, era el esposo, al cual llamaré Juan.
Yo.- Si buenas tardes?
Juan.- Hola ???., que tal como estas, oye, por si acaso tenés un martillo que me hace falta, busco y no lo encuentro, podrías prestarme uno?
Yo.- Claro, con mucho gusto, venga, me toca el timbre, y salgo a darle.
Juan.- Es que estoy un poco ocupado con materiales regados por todas partes, podrías venir a a dejarme?
Yo, Claro en 10 minutos voy, hasta luego.
Tenía que sacarme toda la ropa de mujer que llevaba puesta, y así lo hice, tome el martillo, y fui hasta su casa, toque el timbre, y escuche una voz que me dijo, pasa, así que entre, y vi materiales regados por todas partes, y grite, donde esta vecino, y me dijo, aquí arriba buscando unos clavos, sube, la verdad, era un poco tímido, pero igual, subí, cuando llegue al segundo piso, sentí que alguien me acaricio los hombros, y dijo con una voz gruesa y fuerte, -Crees que acaso que porque cierras las cortinas, o puedo ver lo que haces cuando te quedas solo, te he observado por más de un año, y hoy no pude mas, te quiero hacerte mía y convertirte en toda una mujer-, yo me puse helada, no sabía que decir, y con una voz titubeante dije, -pero me da pena, y si se lo dices a alguien, no podría, no-, y él respondió ?te eh observado por un año, si hubiera querido, lo hubiera contado desde hace mucho, me encantas, ven te hago mujer-, a lo que respondí, -pero ahora estoy vestido de hombre, y no podría satisfacerte-, y me contestó,-en mi cuarto esta la ropa de mi esposa, es delgada como tú, te quedará perfecta, ponte lo que gustes, te espero en el cuarto de a lado-, de inmediato escuche pasos, y escuche una puerta cerrarse, las piernas me temblaban, por un lado tenía miedo y nervios, y por el otro, una excitación que jamás había sentido, iba a ser mi primera vez con un pene de verdad, así que fui al cuarto, me puse un cachetero y brassier de color rojo, con unas medias nylon color negro, y un vestido negro apretado, que era descubierta la espalda, me puse unos tacones de 10 cm, y me decidí a entrar a la habitación de junto, iba despacio, haciendo sonar mis tacos, hasta que abrí la puerta, y lo vi, a él, sentado en un sillón en frente mío, solo me dijo, acércate, a lo que estuve a su lado, dejo mostrar un delicioso pene, grueso, venoso, de unos 20 cm, totalmente erecto, no me resistí mas, y me agache, y lo empecé a acariciar, y me lo acerqué a mi boca, y tal como en los videos que veía, lo empecé a saborear, casi y no me lo entraba, por ser inexperta, pero los disfrute, lo lamia otra vez, y sentía como se venía en mi boca, y solo lo saboreaba, una y otra vez, hasta que se levanto y me levanto igualmente, y me dio un beso mientras acariciaba mis nalgas, y mientras me besaba, me desabrocho el vestido, y me quede en ropa interior, estaba muy excitada, a mil por hora, y lo que hice, me quite el cachetero, y me puse en cuatro, dispuesta a todo, solo sentí un calor en mi cuello, y el solo me decía, me encantas, realmente me encantas, en ese instante, sentí como su pene entraba en mi ano, estaba caliente, y duro, a lo que entro, en mi mente solo paso esos momentos que soñaba con sentir un pene de verdad, y ya lo tenia adentro, me dolía, pero no me importaba, asi que solo lo disfrute, y sentía como me lo metía una y otra vez con suavidad, pero con firmeza, yo gemía como nunca, y le decía, que rico pene, como me encantas, hasta que después, solo seeti como se vino en mi ano, un liquido caliente y mágico que lo sentí en todas mis entrañas, el gimió, y yo gemí, y nos venimos al mismo tiempo los dos, al terminar, me dijo lo siguiente, -de ahora en adelante, será nuestro secreto , serás mi amante, y cada vez que estemos solos, sacaremos a flote nuestros mayores deseos, y cumpliremos nuestras fantasías mas intimas-, a lo que yo dije, -así será mi amor, así será-