Me excité durante revisión de la próstata
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*Doctor me coge bien rico en el hospital.
Cuando cuidaba a mi madre enferma en el hospital, le pedí a un médico si me recetaba algo para un fuerte dolor en los testículos.
Me dijo que en cuanto terminara de atender a una paciente me revisaría y de ser posible me ordenaría unos estudios de laboratorio. Llegó a la sala donde solo estaban mi mamá y otra paciente que era acompañada de su hijo, un jovencito de unos 18 añitos. El muchacho estaba durmiendo.
Me abrió la bata que previamente me había dado y empinó sobre la camilla. Me avisó: voy a ingresar para palparte la próstata, sentí que me aplicó gel sobre el ano y acto seguido me metió un dedo, sí, la tienes un poco inflamada, te daré algo para la molestia y te ordenaré unos estudios de rutina.
Cuando me metió el dedo lancé un leve gemido de sorpresa, aunque no está de más decir que sentí rico, que me gustó sentir como entraba. Además me excitó el morbo que me daba ver que a unos metros estaba un jovencito. Además estaba una camilla al lado de la de mi mamá y también me excitaba el que se diera cuenta. El doctor me aplicó más gel e introdujo dos dedos, me seguía dando masaje en mi colita e hice movimientos de cadera en señal que me estaba gustando y en respuesta me metió tres dedos que sentí me abrían mi culito, pero sentía que era una delicia.
Durante varios minutos estuvo con el mete y saca con sus dedos. Sentía rico, lo estaba disfrutando. Me sacó los tres dedos, mi culito estaba dilatado, acto seguido sentí que algo más grueso entraba en mi agujerito, comencé a mover la cadera y hacerme hacia atrás en señal que quería que me la metiera toda, estaba disfrutando de una gruesa y deliciosa verga.
Me sentía en las nubes con la rica cogida que me estaba dando el doctor, comencé a masturbarme, también quería venirme, la idea era disfrutar. El doctor, que se llama Martín, comenzó a gemir tan fuerte que despertó al chaval que nos miró sorprendido, pero no le importaba que nos observara, porque comenzó a eyacular dentro de mi culito. Me lo dejó lleno de lechita calientita.
No se retiró de mi hasta que su rica verga quedó flácida y se salió. Le di las gracias por hacerme disfrutar. Me dijo que le gustaría que incluyeramos al chaval.
Mi médico de cabecera regresó más tarde. Cerró la cortina, se sacó su enorme y deliciosa verga. Me la puso en la boca, comencé a mamarla, tenía bastantes babitas que me tragué con mucho gusto. A los pocos minutos se vino en mi boca y me tragué hasta la última gota de su rica lechita, calientita.
Hablé con el chaval. Le dije que queríamos invitarlo a participar en la sesión de sexo. Ni bien había terminado de decirle y él ya me había respondido que sí, que se había calentado de verme atravesado con la daga del médico.
El muy guarro me dijo que para sellar el trato quería que le hiciera sexo oral. Como muestra de buena voluntad y porque me encanta la verga, se la saqué y comencé a darle una buena mamada. El chaval no aguantó ni dos minutos y se vino en mi boca. Me tragué hasta la última gota, se la dejé bien limpia con mi lengua.
Le comenté al doctor que Paco, nuestro nuevo amigo, estaba dispuesto a unirse a nuestra orgía y que ya habíamos sellado el trato con una buena mamada que le di. Me comentó que sería al día siguiente, sería en una bodega, solo iba a supervisar que nadie nos interrumpiera.