Lorena de 21 años, tierna con una colita espectacular
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Lorena, una joven de veintiun años, delgada, pelo corto, con unas tetas muy tiernas y una colita espectacular, va de regreso a casa después de cinco fructíferos años de universidad.
Al bajar del auto bus, ve a sus padres y con gran emoción los abraza muy fuerte.
Lorena lleva en sus manos una carpeta, de la cual, con mucha emoción, saca el diploma que la acredita como profesional en agronomía:
Mamá, lo hice, lo logré; ahora sí, con lo que aprendí vamos a sacar la granja adelante, ya verán.
A pesar del duro trabajo, los padres de Lorena están aún jóvenes y han logrado una posición social acomodada, aunque en los últimos años con dificultades económicas, pero siguen siendo las mismas personas que siempre han sido; humildes y muy trabajadoras. Ella tiene 48 años y el tiene 51; se conservan bastante bien, en especial Aurora, la madre de Lorena; ella es una mujer de tetas grandes , culito definido, es algo corpulenta pero con un cuerpo tallado, cabello largo que deja ver unas pocas canas y unas piernas que aún llaman la atención .
Más tarde, en la finca. Lorena es homenajeada por el resto de su familia , su tía Carlota, sus primos Leonel y Tatiana que acaba de cumplir años. Lorena se sorprende al ver lo linda que está su primita, pues cuando se fue era mas chica.
Los abrazos y saludos van y vienen hasta que, de pronto; todo pasó de alegría a rabia y a reclamos por parte de Lorena hacia su madre.
Lorena lleva a su madre hacia un rincón de la casa y ahí en vos baja sostienen una pequeña discusión:
Mamá ¿que hace ella aquí? increpa Lorena.
Pero hija, no se cuál es tu problema ¿Porqué odias tanto a Luciana? Ella es una buena amiga mía.
No lo dudo mamá, debe ser muuuy buena amiga, responde Lorena con un tono de ironía .
¿Que quieres decir? repica aurora en un tono de autoridad claro y fuerte.
Tranquila Ma; porqué te pones así, responde Lorena mientras vuelve de nuevo a la reunión en la casa.
Luciana que siente la hostilidad de Lorena decide irse, pero Aurora se lo impide:
te dije que no era buena idea, le dice Luciana:
No te preocupes, ya buscaremos una solución; esto es ridículo y se tiene que terminar, resalta aurora en forma determinante.
El festejo transcurre sin complicaciones y al día siguiente, Lorena acompaña a su padre Ignacio a una cita de control anual , pues debe estar bajo cuidado médico debido a un grave accidente que sufrió cuando Lorena era mas pequeña. Mientras Lorena conduce, su padre trata de convencerla de que no es bueno estar con rencores y en especial con Luciana, quien una ves trabajó en la finca y fue de mucha ayuda. Lorena no le da importancia y le dice que lo va intentar.
Después de llevar a su papá , Lorena decide ir a dar una vuelta por el pueblo y se encuentra con Carlos, su ex, quien hace poco se graduó como veterinario y maneja varias fincas incluyendo la de sus padres, por lo cual, Carlos le dice que se verán con mucha frecuencia. Te espero, contesta Lorena, tu ya sabes lo que me gusta. Ambos se ríen a carcajadas, luego se despiden, Carlos le ofrece un abrazo, Lorena le corresponde mientras piensa; dios, que guapo está, siente aún ese cosquilleo en el estómago, y se da cuenta que posiblemente falte mas historia que escribir entre los dos. Lorena pasa toda la tarde visitando amigos y gente con quién puede empezar negocios relacionados con la granja; pues no quiere perder el tiempo.
De regreso a la casa, desde su carro, Lorena ve a un costado de la carretera a Luciana que va caminando hacia su casa. Está empezando a llover y entonces, recuerda lo que su padre le dijo. Lorena detiene la marcha y le pregunta que si va a su casa; Luciana responde que si. Lorena la invita a subir a la camioneta. No digas nada, solo sube; le replica Lorena.
Ya en marcha:
Luciana pregunta
¿porqué me odias?
que te hice.
No te odio , es que……. Lorena hace un gesto de frustración. Para abruptamente la camioneta y le advierte a Luciana que mejor se calle o de lo contrario, tendrá que bajarse. Luciana, que no quiere mojarse, decide quedarse callada y no hablar más.
Esa noche, desde su cuarto, Lorena escucha a sus padres discutir sobre algo que ocurrió con una mujer. Apenas si puede escuchar; así que sale de su cuarto en silencio y logra llegar a la entrada de la sala, pero cuando llega todo está calmado y escucha a su mamá entre sollozos decirle a su padre que lo ama, que no la deje porque su familia se acabaría . Lorena logra ver a través del vidrio que divide la sala del pasillo y ve a su madre besar a su padre hasta que se ponen muy intensos. Por lo cual, decide volver a su cuarto, ya en su cama, su mente vuelve a sus recuerdos, en los días en que su padre estaba hospitalizado por el accidente que sufrió mientras trabajaba en la finca.
Lorena recuerda bien esa noche, su tía se quedó a cargo de ella, en aquel entonces vivía en la finca, pero en una pequeña casa con su marido. La casa quedaba a unos 30 metros de la de sus padres; solo había que cruzar y ya, se suponía que Aurora, su madre, estaría en el hospital, así que Lorena en la noche, mientras su tía duerme, decide escapar a su casa para ir por el viejo conejito de peluche que su padre le había regalado en su octavo cumpleaños.
Lorena recorre esos 30 metros, entra por la ventana de su cuarto y se dirige hacia su cama, toma el peluche y cuando se dispone a salir, desde su habitación; oye un ruido que viene del cuarto de sus padres, Lorena entonces, con mucho cuidado y sigilo, se dirige hacia la habitación y se da cuenta que una tenue luz está encendida, se agacha y se asoma bajo la puerta, logra ver unos pies descalzos que caminan de un lado a otro. Trata de ver lo que mas puede pero no lo consigue; así que decide salir por su ventana y dar la vuelta hasta ver el cuarto de sus padres. Por suerte, las luces de afuera están apagadas y la oscuridad se convierte en su mejor aliada.
Lorena se oculta tras los arbustos y la cerca que está frente a la ventana. A dos metros de su espalda, hay un enorme árbol de caucho que le proporciona aún más camuflaje; mejor escondida no podía quedar, pero la ventana está a medio cerrar y es ahí, cuando ve una hermosa mujer desnuda, de tez morena; la luz amarilla que salía del cuarto, le permitía ver sus pezones tono chocolate y unos pocos vellos ensortijados encima, hacían ver su panocha como una rosa de chocolate. Estaba agitada, el brillo del sudor sobre su piel de ébano realzaba sus curvas, tenía un culito que la hacía ver cómo una diosa.
Lorena; sorprendida ante lo que ve, se asusta y quiere avisarle a su tía; en ese momento la estilizada morena se acerca hacia la ventana y Lorena se da cuenta que es Luciana, la asistente de su mamá, que habla por su celular, mientras mira por la ventana y al mismo tiempo baja el cristal y la cortina, luego, camina hacia la pared que da a un lado de la cama de sus padres y ahí espera.
Segundos después, ve llegar la camioneta de su papá y es su madre quien baja hablando por el celular y entraba algo afanada. Lorena se queda inmóvil y unos segundos después ve a su madre entrar al la habitación. Las luces del cuarto quedan a media luz; Lorena ve la oportunidad para acercarse a la ventana sin ser vista y puede ver cómo la silueta de su mamá se acerca suavemente; Luciana abre un poco sus piernas.
Aurora se pone de rodillas suavemente y entonces, Luciana empuja la cara de aurora entre sus piernas. Lorena ve como Luciana empieza menear sus caderas, mientras su madre empieza a mover su cabeza de arriba abajo. De repente; se detiene y empieza a lamer suavemente y poco a poco aumenta la intencidad; luego, el brazo de su madre empieza a subir y a bajar bruscamente entre las piernas de Luciana, que empiezan a estremecerse y a temblar. La poca luz que hay deja notar que Aurora está masturbando agresivamente esa rosita de chocolate.
Luciana apreta sus muslos alrededor de la cara de su madre y sus músculos se tensan mientras toma la cabeza de su madre, la unde con fuerza entre sus muslos y luego se relaja; Lorena cree que todo terminó. Pero se da cuenta que Luciana se da vuelta y ese culito respingón queda justo frente a la cara de su desconocida madre. De inmediato, con sus manos, Aurora abre esas nalgas de ébano y empieza a menear su lengua de arriba abajo, mientras Luciana espera muy quieta. La faena sigue por unos minutos; Aurora se detiene y se queda ahí sentada con la mirada hacia arriba y abre la boca, de repente, Luciana se da vuelta y derrama su orina sobre la cara de su madre, quien es bañada con una lluvia intensa. Luego, Aurora termina de limpiar esa rica panochita con su lengua; segundos después todo termina.
La angustiada joven sale como puede y se encamina hacia donde su tía. Guarda esas imágenes en su mente, tratando de entender muchas cosas.
Devuelta a la realidad de su habitacion, Lorena descubre que después de todo, su antipatía hacia Luciana puede ser por otra cosa. Luego recuerda aquellas panochitas tan ricas que se comía cuándo estaba en la universidad; todas eran muy ricas y deliciosas, pero nunca había tenido una como Luciana.
Gracias por su atención , este es mi primer relato, tengo varios con esta misma temática, los iré subiendo poco a poco espero sus comentarios ,
Probablemente habrá una segunda y una tercera parte de esta historia .. depende de sí les gusta o no.
Un saludo.