Mi segundo jefe Carlos, sexo sumiso en la primera entrevista
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Les contaré de como hice dinero rápidamente haciendo lo que más me gusta, esto se lo agradezco a Carlos ya que sin su apoyo y sin su dinero jamás habría llegado a Playa del Carmen en el ya lejano 2013.
Solo les recuerdo como era en ese entonces. Tenía recién mis 19 añitos, ya estaba yo en el tercer semestre de la Carrera de Conta en la UNILA Sur. Ya saben, alta 1.75, delgadita de piernas largas, culo paradito, tetas pequeñas, pero duras y en su lugar, y como me gustaba traer loco a los hombres en especial a mi novio, a mi amante y a mi profe, pues siempre con ropita interior casi invisibles extremadamente pequeña y siempre bien depilada ya saben quién sabe qué pueda pasar.
Acaba de pasar semana santa, yo terminaba de desayunar y me subí a mi recamara, me quede viendo mi pancita en el espejo y decidía que ponerme ese día, pasaron por mi cabeza mil cosas pero nada que un short de mezclilla y una blusa me haga pasar todo el día cómoda, sencillita pero a la moda saben…
Algo de corrector aquí otro poco acá ya que no soy perfecta y me hago una cola de caballo, agarro mi mochila de la Uni, mi bolsa y como estaba cerca la universidad pues me iba en el trole que me dejaba frente a la Universidad.
Saludo a mis amigos (amigas casi no tengo), a uno que otro conocido, a otros que me prometen la luna y las estrellas, y me encuentro a Paty, platicando ahí perdiendo el tiempo antes de entrar a clase veo en un panel un anuncio de trabajo, lectura rápida pero me llama la atención que solicitan a chicas jóvenes que no tengan trabajo… ERA MI PERFIL jajaja así que llame…
Sonó una vez… sonó dos veces…. sonó tres veces… sonó cuatro veces… y colgué. Pero al nada de colgar mi teléfono empieza a sonar.
—Hola!!
—Hola, buenos días, soy Carlos. —Tenía una voz de estas que llama la atención, grave y firme.
—Si mira, les acabo de marcar para la oferta de trabajo que acabo de ver aquí en mi Universidad.
—Ah!! Perfecto, ¿Qué edad tienes?
—19 Años.
—Muy bien espero tengas tu IFE, Que te parece que te hago unas preguntas?
—Sí claro.
Hago señas a Paty, para que se meta, ya que estoy hablando, es la hora de entrar a clase.
—Bueno, Alejandra tienes que contestarme del 1 al 10, ¿de acuerdo?
—Hecho.
—¿Cuánto necesitas el dinero de este trabajo?
—uumm… 8
—¿Cuánta confianza tienes de conseguir este trabajo?
— Un 9
—Y que estás dispuesta a hacer valorando del 1 al 10?
—Pues supongo que un 9.5.
—Bien, pareces una mujer segura de ti misma y con ganas de trabajar. ¿Qué te parece una reunión en las oficinas?
Ya tenía una entrevista de trabajo sin casi hacer nada. Y luego dicen que el trabajo en México está muy mal, no trabajan porque no lo quieren hacer.
—Pues perfecto, dígame la dirección, día y hora.
—Pues mira hoy mismo tenemos espacio. Si no mañana por la mañana.
—¿Esta tarde?
—Sobre las 4:30pm
—Perfecto.
Me dio la dirección completa ahí por el Pedregal y cerramos la llamada, me sale una vocecita muy cariñosa y en mi cara una sonrisa tonta.
—Bueno Alejandra, entonces prepárese y nos vemos en un rato.
—Gracias bye.
Uuufff, que bien, entraba a clase encantada de recibir buenas noticias. El cosquilleo y el nerviosismo empezaban a recorrer mi barriguita. Ya no iba a poder concentrarme en toda la mañana y decidí 2 horas después irme a casa poniendo la excusa de que me sentía mal.
Ya en mi casa me preparo para la entrevista. Practicó un discurso del porque yo debería tener el puesto de… preparo mi ropa. Escojo un pantalón de vestir con una camisa rosa de cuello en V muy coqueta con escote pronunciado camuflándose con un collar, me maquillo a conciencia y espero…
Me subo al coche y manejo al pedregal, para mi desgracia había tráfico pero llego a tiempo, es una casa grande más que nada, Con barda alta, jardines, puertas y portones de verdad muy linda con buen gusto
Ring!!! -Al poco tiempo una voz en el Intercom.
—¿Alejandra?
—Sí, soy yo.
La puerta se abre, meto el coche y un jardín precioso te lleva hasta la entrada de la casa, allí estaba Carlos, un hombre trajeado con corbata muy elegante de unos 35 – 40 años.
—Buenas tardes Carlos. —extiendo mi mano para saludarle.
—Hola Alejandra, un placer. —toma mi mano suavemente y la lleva hasta sus labios para darle un beso— todo un caballero.
Wow, madre mía. Ese hombre no estaba nada mal, parecía que todo iba a ser muy formal y delicado. Así que me puse sería. Entramos a la casa y me quedé un poco sorprendida porque verdaderamente era su casa. ¿Dónde quería que trabajara?
—Bueno Alejandra, veo que me has hecho caso y vienes preparada para la entrevista, además eres linda —me toma la mano y me da una vuelta— (yo no entendía nada), bien maquillada, muy guapa.
—Gracias— me sonrojo un poco, la verdad trato de verme siempre.
—Pasa siéntate y ahora regreso.
Me siento en el sofá observando cada detalle, era su casa, tenía fotografías con amigos, de cuando era pequeño. La casa era preciosa. Pero seguía pensando donde iba a trabajar.
Llega con una bandeja y unas tazas de café con unas galletitas muy monas, de diseño. Los dos nos preparamos un cafecito para empezar bien la tarde.
—Alejandra, 19 años, muy guapa —me hace una mirada— bueno creo que eres una muy buena candidata.
—Perdone mi indiscreción, pero de que se trata el trabajo?
—Ya era hora que le preguntaras
—Jajaja, si, la verdad, necesito el trabajo y… de que sea el trabajo es lo de menos
—Intentaba venderme con un poco de penita pero decidida caray necesitaba el dinero ya tenía el gusanito de irme a otro lugar, a vivir sola mi independencia así que seguí diciéndolo mucho que necesitaba el trabajo.
—Bueno mira, este trabajo consiste en ser mi asistente.
Mi mirada y mi interrupción al trago de café hicieron que siguiera su explicación.
—Sí, jeje, me explico. No se trata de limpiarme la casa o planchar la ropa para eso ya tengo quien lo haga. Se trata de asistirme, mira soy un hombre muy atareado y mis dotes de moda y estética son escasas. Entonces se trataría de compararme la ropa, aconsejarme en que ponerme y todas esas cosas.
—Bueno no está mal el trabajo, es llamativo.
—Sí, claro si te gusta este mundo sí. También debo decirte que soy muy exigente.
—Bueno como todos los jefes. jajaja
Se quedó muy serio…
—No Alejandra, me refiero a cuando se trata de satisfacerme.
—Si se paga bien, no hay problema. Soy una excelente masajista. —intenté salirme por la tangente lo más pronto posible y desanimarlo.
—Alejandra, al estar tan ocupado y ser un hombre con negocios busco una mujer que me haga los servicios que muchos hombres pagan.
Ok ok ok o sea me estaba diciendo que tenía que ser su puta!!!
—Ya, pero…
—Shhh… —Me puso un dedo en mis labios—. Estarás muy bien pagada Alejandra. No te faltará de nada. Y además cumples muy bien los requisitos. —Me sabroseo con la mirada.
Me enseñó un buen fajo de billetes, metiendo su mano en el bolsillo, mis ojos se abrieron sin querer al ver ese dinero. Bueno mi cabeza estaba saturada, no había dicho que no pero tampoco que sí. Ese hombre que no conocía de nada… porque no leí bien el anuncio!!! O si lo hice? Pero no era solo ser su putita. Era lujo, dinero, viajes, compras, todo lo que una jovencita universitaria sueña!
—Carlos, ¿esto puedo pensarlo?
—Esto es de incorporación inmediata.
Me quede pensativa, cuando me sorprendió con la pregunta:
—¿Cómo tienes las nalgas? ¿Blanquitas o morenas?
—Pues pues pues un poco blanquitas creo, nada que mejore con un poco de sol. — contesté sin pensarlo.
—Mejor, me gustan así…
Sonreímos los dos ligeramente.
—Si quieres te muestro la casa y vas pensando.
—ok, Carlos busca convencerme.
Nos levantamos y me ofrece la mano. Lo tomo por el brazo y empezamos a caminar. Nos vamos directamente hacia la parte de arriba. Donde tiene las habitaciones, un lavabo, un cuarto de limpieza y una habitación con sauna y jacuzzi. Alucinante la casa.
La parte de abajo, está la cocina, una habitación para invitados, despacho y sala de estar, el comedor muy amplio y el jardín con piscina y una pequeña cancha de frontón.
—Bueno después de ver todo esto, es más difícil decir que no.
—No te va a faltar nada. —me toma por la cadera, poniéndonos cara a cara.
Ese hombre tan elegante delante de mí alto, corpulento, moreno…sus manos acarician mi cadera, y me dice:
—No te arrepentirás.
Mi mente está bloqueada, será porque quiero aceptar el trabajo, me lo ha vendido muy bien, se me antoja hacer todo eso que me pide o pedirá o imagino, hasta lo más sucio.
Sus manos empiezas a desfajarme mi camisa, nuestras miradas… no se desconectan. Me desabotono la camisa y hago mis brazos para atrás para que se deslice al piso, me toma una mano y me da una vuelta.
—Eres perfecta para este trabajo… —al estar de espaldas a él, siento como sus labios besan mi cuello.
Me pone la piel chinita y pongo todo mi pelo hacia un lado, con un movimiento lento y sensual. Llevando una de mis manos a su mejilla mientras besa mi cuello.
—Acepto… —Digo con la voz entrecortada—
QUE??? ESTABA ACEPTANDO??? MALDITA CALENTURA!!!
—Así me gusta nena.
Me vuelve a dar la vuelta, estamos cara a cara. Acerca su boca a la mía y nos besamos, primero los labios, lentamente. Después de lengüita. Nuestros cuerpos se atraen como imanes, su cadera se pega mi pubis. Yo acaricio su barbilla rasposa mientras nos besamos. Se separa unos centímetros y me besa de nuevo el cuello. Sus manos empiezan a acariciar mi cuerpo hasta que me abraza y sus dedos llegan a mi bra. Con gran sutileza lo desabrocha y me admira (tenia rato que alguien no me veía, no me deseaba, no me morboseara así). Ya me tenía sin camisa y con las tetas al aire. Sutileza…
—Wow!!!
—Jajaja. —Sonreí al ver su cara cuando veía mis tetas.
Al verlas las admira, pero no tarda en acercar su boca y morder uno de mis pezones. —Ummm, siii me encanta!!! Siento su aliento en mi piel. Mientras me mordisquea delicadamente y mi pezón crece, no duda en desabrochar mi pantalón, tomar mis manos e irlo bajando lentamente al mismo momento que me está mordiendo y chupando mis pezones, yo solo lo voy siguiendo.
Me quedo en micro tanga en casa de ese desconocido, apenas si me tapa por adelante y es de esas que van bien metidas en el culo ¿mi actual nuevo jefe? Qué sensación más rara entra por mi cuerpo. Eso debe sentir una puta cuando pagan por ella, un desconocido que se la va a coger y ya.
Sus manos pasan por todo mi cuerpo como si fuese un masajista. Noto que está muy cachondo por su forma de actuar, la delicadeza de sus manos se vuelve más tosca, ahora es más brusco, más directo. Yo ya estaba completamente desnuda y él, no. Demuestra su excitación y eso juega a mi favor, o eso creo.
Él seguía manoseándome sin cesar, incluso llega a tocarme el muslo por la parte interior y acerca sus dedos a mi panocha, cosa que hace que mi respiración se acelere y me tense, me están dando un faje de locura.
Hasta que en uno de esos movimientos, me agarra de la mano y me lleva hasta la mesa del comedor, en ella jala una silla del comedor. La agarra por el respaldo y la separa de la mesa, dejándola de cualquier forma, pero invitándome a sentar. Así que pongo mi culo desnudo notando el frío de la madera. Solo sentarme, una sonrisa muy morbosa coincide entre nuestra mirada. Unos movimientos de sus manos llevan mi mirada a su cierre del pantalón, empezaba la acción.
Bajó su cierre y con un simple movimiento, sacó su verga del pantalón. Estaba durísima, me apuntaba como una pistola a su objetivo. Cuando la agarro por la parte más cercana a su cuerpo y la acerco a mi boca con un movimiento de cadera. Al ver que no llegaba me agarro de la cabeza y me acerco a ella. ¿Qué carajos hacía? ya sabía lo que tenía que hacer con una verga en mi cara. Pero entonces comprendí que ya era mi jefe y él mandaba.
Saqué mi lengua pasándola por la punta de su pito. Pero no me dio ni tiempo que ya empujaba mi cabeza contra su verga. Me tenía bien sujeta, entre su mano y su pelvis, su verga empezaba a desaparecer en mi boca. Sus jadeos salían de su boca y él era el que seguía el ritmo de la mamada.
Con la otra mano, mientras su verga empezaba a mojarse de mi saliva, cogió sus huevos y los sacó de los pantalones. Yo acerqué mi boca, después de sacar su pitote, y con mi lengua los acaricié. Mis manos levantaron su verga para facilitarme el acceso. Ummm, estaba disfrutando esa mamada como una de las mejores de mi vida, no lo dudo. Lo dura que estaba, la situación, ese hombre, mmmm, una pasada. Me sentía tan a gusto en ese preciso momento.
Está claro que prefiere que se la chupe, en ese momento debía estar a mil, tenía la cabeza roja, una maravilla. Su verga volvía a entrar en mi boca, ahora era mi mano la que acompañaba la piel arriba y abajo. Otro gesto de Carlos, hace que me detenga y me levante. Su mirada me dice que está muy cachondo. Yo también lo noto en mí, me dejo hacer lo que ese hombre quiera, lo ha logrado, se lo merece, soy un juguete entre sus manos, estoy mega excitada.
Me coloca de espaldas a él y me inclina hacia adelante, justo con los codos en la mesa, vuelve a admirar mi micro tanga y mi culo lo acaricia, lo aprieta y sin más baja mi tanga por debajo de mi culo. Entonces noto sus manos como se posan en mis caderas y como poco a poco se acerca con su verga, la desliza por mi rajita de abajo a arriba, pasando por mi culito, lo roza y hace que me mueva.
—Shhhh quieta!!! Así muy bien nena…
Entonces siento como mi humedad le da entrada así verga en mi panochita y mete un poquito la cabecita. Yo me muevo a su misma vez, me la mete poco a poco, notando como cada cm de su verga entra en mí. Eso no evita que empiece a sentir y mis gemidos subían de tono. Mi placer aumenta. Sus dos manos en mis caderas, su verga atravesándome, los dos gimiendo de placer, en esa casa maravillosa. Esa casa podía ser a partir de ahora un lugar donde se iba a coger muy rico.
Su verga se deslizaba dentro de mí más rápido y lo digo porque estaba yo empapada. Sus manos acarician mi espalda y me da alguna que otra nalgada para después agarrarme mis carnes y escuchar…
—Uuuff, si Ale caray… —Se escucha como sus huevos chocaban en mí y la respiración y la fricción a flor de piel.
—Aaahhh…
—Empiezas el primer día muy bien ehhh!!!
Giro mi cabeza para encontrar un espejo y observar esa imagen, veo su cara de pervertido con sus ojos bien clavados en mi culo, su traje medio desarmado, su verga taladrandome… yo estaba perdida en el placer, no sabía realmente que estaba pasando, solo disfrutaba del momento…
Su mirada se nubla y solo se centra dónde está la acción, noto sus manos apretar mi culo, sus ojos se cierran, sus penetraciones cambian de ritmo y sus manos no paran de apretar cada vez más mi culo.
—Aaaggghhh… —Unos gemidos salen de su garganta, de lo más profundo y placentero fondo…
De mi cara sale una sonrisa maliciosa, cuando me saca la verga y empieza a jalársela mientras se vienen en mí salpicándome la espalda y el culo…
—Ohhhh…
Yo muevo el culo de izquierda a derecha mientras él se acaba de sacar toda la leche, se limpia las últimas gotas embarrándomelas en mis nalgas, le veo su cara es de máximo placer. Mientras observo todos sus movimientos y mi culo se menea de lado a lado, veo como mete su mano en el bolsillo buscando algo. Lo agarra y saca el fajo de billetes, tomando varios de estos y lanzándomelos encima de mi espalda, aún se me pone más cara de tonta.
—Te los has ganado nena. —ZAS, una nalgadita.
Me incorporo de esa posición sumisa favorita en todo el mundo sintiendo como me escurre toda su semen de la primera explosión que tuvo en mi recorriéndome la espalda. Se acerca Carlos y me da un piquito mientras recojo el dinero del suelo que al levantarme se me había caído. Sin tiempo a levantarme me agarra de nuevo de la nuca, y me dice:
—Anda déjala bien limpia.
Tomo esa verga flácida que aun así era de buen tamaño y con mi lengua recorro toda su piel llena de restos de semen y flujos.
—Good girl Good girl nos llevaremos bien bien bien.
—Sonrío— Gracias!!!
Me levanto mientras el termina de acomodarse su verga y se faja la camisa mientras voy al rescate de mi ropa que estaba tirada por el recorrido que habíamos hecho hasta la mesa del comedor. Sabía que me observaba así que mientras me vestía primero me puse la tanga bien acomodada y metida en el culo, mi Bra empujándome las tetas hacia arriba, mi pantalón entallado y mi camisita coqueta, notando como el semen se pega a la ropa en mi espalda. Que sensación más extraña.
Carlos va a la cocina a refrescarse, yo me dirijo al lavabo para asearme…
—Ok bueno ya tienes trabajo, necesito disponibilidad inmediata, te daré un celular y una TC ya que harás muchas cosas por mí en el camino o por aparte o aquí ok niña.
WOW
Hey necesito sus comentarios, sin miedo, eso me ayudará a mejorar como relato para ustedes mis vivencias, besitos…
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