Mi esposa coqueta en minifalda en el bar
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Hola, este es mi primer relato y quiero compartir una experiencia completamente real.
Mi nombre es Daniel y mi esposa Fernanda, yo 35- ella 31, es Venezolana y llego a México hace algunos años, la conocí y nos enamoramos, somos una pareja muy caliente y sobre todo morbosa.
Esta experiencia sucedió en 4 bares de la ciudad de México hace unos meses, un sábado por la tarde se nos ocurrió hacer un tour por algunos bares de la ciudad con un juego morboso, tomar un trago en cada bar y visitar el siguiente, ella además tenia la tarea de excitar a todos quienes la miraran con ese cuerpazo coqueteando sin querer y con la intensión de pararles la verga y fantasear en complicidad conmigo, tener a una mujer super sexy me hace sentir bien y a ella le encanta ser admirada.
Más tarde, ella sale de la recamara con un vestido blanco ajustado de licra para modelarme su outfit, mi esposa es alta 1.70 y con tacones se ve aun más alta, tiene senos medianos pero hermosos y duros, un culo hermoso paradito que al verla de perfil se nota el tamaño de sus nalgas, cintura pequeña, cara angelical y unas piernas deliciosas que nadie se resiste a no verlas, su vestido era muy corto de unos 10 cm debajo de su trasero que constantemente se subia, se marcaba su tanga blanca y arriba sus pezones rosas y duros, llamaban mucho la atención, cabello suelto, hermosa con tacones altos y muy sexy.
La primera encomienda era ir solo a bares con Valet Parking, imagino que ya saben porque, llegamos al primero y habia 5 chicos listos para recibir el auto, uno de ellos el más joven se acerca a la puerta y la abre, Fer se baja lento abriendo las piernas frente a él, mientras yo miro solo de reojo y me enfoco en el otro chico que me abre tambien la puerta, mi verga esta punzando, mi corazón acelerado, a 3 metros de mi, alguien le esta mirando la vagina rosita a mi esposa, pago y entramos caminando de la mano, ella me aprieta la mano y me susurra que el chico le ha visto su tanga blanca de encaje y notó que estaba rasurada ya que es transpaente, su rayita es muy visible sobre todo cuando abrio las piernas a 1 metro de distancia.
En ese instante ya habia una tensión sexual, mi verga palpitante se marca en el pantalon ajustado de gabardina azul que llevo, su vestido se le sube en cada paso, casi rosa entre sus nalgas el limite del vestido, nos sentamos, ella de mi lado izquierdo y claramente le veran la tanga porque son sillas altas, las rodillas quedan a la altura de la cintura del mesero, antes de pedir ella me cuenta todo lo que sintio, esta muy mojada y excsesivamente morbosa, mi verga quiere salirse con más fuerza me cuenta y me pone más caliente, llega el mesero y nos limpia la mesa y nos habla del menu de bebidas, ella y yo nos miramos como complices y abre un poco mas los muslos, yo miro mi cel y ellos platican sobre un coctail, el esta nervioso, frente a nosotros mi esposa nos muestra su tanga transparente, y sus pezones muy duros saludan a ambos, ella parece que esta indecisa y nosotros seguimos mirando su vagina rasuradita y rosa.
Pedimos al fin y el mesero se va, no hace falta decir más ambos estamos muy excitados, mis manos rosaron sus muslos y nos besamos como locos, pasaron los minutos, una bebida deliciosa y el morbo al 100% después de una hora, decidimos irnos pero antes acordamos que ella iría al baño dando una vuelta que le hemos denominado, “putivuelta” es ir al baño pero primero se hace un recorrido por todo el bar y si tiene escaleras mejor, tardo más de lo normal y eso me puso aun más ansioso y caliente, a su regreso con una sonría perversa me cuenta que al pasar por una mesa de chicos universitarios, uno de ellos le saludo y le robo unos minutos hasta el punto que el le dio su número, nos reímos y nos besamos delicioso de nuevo.
De regreso al estacionamiento Fer me dice; abres la cajuela amor porfavor, como en una pelicula porno, camina hacia la cajuela empinandose y dando un espectaculo delicioso a los autos que iban entrando, de perrito con su vestido blanco y unas piernas hermosas frente a todos, al entrar al auto de nuevo su regalo al valet y una sonrisa morbosa que seguro la recordara más tarde mientras se masturba pensando en mi esposa.
De camino al siguiente bar, ella toma mi telefono y marca un número, lo pone en alta voz y y desabrocha mi pantalon, mi verga es liberada y la toma entre sus manos, la acaricia y siente las venas inflamadas y la punta húmeda, yo aun no se que esta haciendo, ¿a quien llamara? pensé, algien en la linea responde y es el chico del bar, ella con voz sexy le pregunta, ahora si que me decias?…
El un tono nervioso le responde: que tienes unas piernas deliciosas, Así? responde ella, el sigue hablando de lo rico que se le veía el culo y lo que haria con su lengua en él, ella ya con la verga en su boca, solo gime, el continua diciendo que quiere meterle la verga, ella gime y sigue mamando, mis dedos estan en su entrepierna, levanto el vestido rozando con las yemas de mis dedos y siento la humedad en su panochita, siento su palpitar, parece un corazón húmedo.
Ella cuelga el tel y se reincorpora, nos detenemos para que la excitación siga a tope y todo este al nivel máximo, justo ahora veo una gasolinera y paso sin pensarlo, ella me mira proque sabe que el tanque esta casi lleno y sonrie, baja su ventana y el espectaculo continua, pezones, escote, piernas, tanga y carita sexy, al pagar con tarjeta, el señor mira como por accidente los muslos se abren ante el.
El final de la noche sería lo mejor, al llegar al segundo bar nos percatamos que no había valet parking pero el recorrido del estacionamiento a la puerta de ingreso seria un festín para los chicos afuera, sus nalgas moviéndose delicioso con esas piernas en tacones todo el mundo la miraba, entramos y por suerte había una sección de billar, fuimos directamente hacia allá, 8 hombres jugando en dos mesas, nosotros sentados en la barra divirtiéndonos con el juego.
A menudo sus piernas cruzadas se abrían para cambiar de pierna, estaba muy inquiera y tras besarnos, tomar, besarnos, tomar, me dijo al oído, “quiero sentirme muy puta para ti hoy ” eso me prendió aun más y agrego, que vean a quien te coges en casa, esta frase abrió mi mundo más perverso, casi toda la noche nos fajamos y tomamos, dio varias vueltas al bar y me contaba su experiencia con los roces y manoseos o piropos que le decían, casi al termino de la noche en la zona de billar, solo habían tres chicos, la tome de la mano y nos acercamos, me invitaron a jugar y empezó lo mejor, cabe mencionar que durante este tiempo las piernas de mi esposa eran el centro de atención, a veces la invitaba a tirar y se ponía de perrito dejando ver su culo para ellos, iniciamos sin apostar pero irremediable la competencia nos llevo a eso, la clave no era pagar con dinero sino con un castigo, tuve que cantar, o tomar shots, cosas asi, pero en la ultima apuesta ya con todos mas borrachos, la ultima apuesta la quise hacer mas interesante y dije, si me ganas por cada bola metida te dejare hacer algo con mi esposa.
Mi eposa, me miro aoprendando los labios de morbosa, se le notaba lo caliente, el resumen del partido era obvio, perdi y el metio 4 bolas mas, es decir, cuatro acciones con mi esposa, los otros dos chicos tambien atentos escuchando, la primera fue, quiero que trate de meter una bola pero nosotros la veremos de atras, pfff, se tomo un shot nos reimos, camino, tomo el taco y procedio a tirar, detras todos mirando ese culo delicioso que era descubierto por ese vestido que se subia y su tanga blanca aparecia apretando esa panochita húmeda.
Todos ya teniamos las vergas duras y ella seguro más húmeda, la siguiente acción sería que se quitase su tanga y se la diera a oler, asi, recargada en la mesa de billar, bajo lentamente su tanga, todos vimos como su tanga salia de su culo y debaja libre su panochita, al despegarse se hacian hilos de baba que muchos de ellos se quedaron pegados en la tanga, la toma con sus manos y se la da, el la toma y la empieza a lamer y a oler, se la pasan entre los tres.
Ella mira como le están lamiendo la tanga, chupando sus jugos, la tercera dice el chico es: “queremos que nos muestre su rasurado”, ella muerde los labios y gime un poco, se sube a la mesa, sentada abre sus muslos como dos alas de mariposa, su panochita completamente rasurada, escurriendo de forma deliciosa, caían gotas al piso, parecía interminable, casi una venida sin tocarla, como entenderás en un bar se tenia que hacer todo discreto, la cuarta y ultima fue “quiero que se dos cachetadas con mi verga” me exploto la cabeza, ella aun sentada en la mesa, gimió un poco, como si de un lenguaje natural se tratara, nos juntamos los 4 y ella en medio hincada, abre el cierre del pantalón y sin pensarlo Fer saca su verga y cachetea la cara pero luego lo hace en la boca, luego lo acaricia, y de pronto me mira y me dice, me das permiso?….
No tuve que decirle nada más, me la saque… todos me siguieron y ella empezó a mamar, era una verga grande y ella lo chupaba como una puta, empezó a tocar a los otros, las vergas duras eran de ella, 4 vergas para mamar, acariciar, la excitación era tanta que entre las luces de bar, la música y ver a Fer mamando como desesperada mi verga casi explotaba, el ganador, se vino en su boca y cara, los demás hicieron lo mismo, fue delicioso, el semen escurría por su pecho y descansaba en su ombligo, 3 leches calientes en sus tetas y una cara de satisfacción,
Salimos del bar, caminando como toda una puta y con la cara llena de semen, caminamos al estacionamiento y la puse de perrito para terminar dándole muy duro, sus gemidos eran super fuertes y su venida no espero mucho, se escurrió que sus piernas parecían hilos, fue delicioso cogerla y terminar dentro para que al subirse al auto, mi leche escurriera en el asiento de piel negro, esa noche fue deliciosa, al otro día me sugirió una idea… pero esa será la próxima.
Saludos y espero les haya gustado
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