Jaci un relato erótico de infidelidad
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Mi suegra Jacinta.
Mi mujer le contó a su madre el regalo que yo le había hecho hacía unos días.
Los dos negros para ella. Jaci, como la llamábamos todos, no dejaba de mirarme y de morderse los labios mientras mi mujer le contaba con todo detalle. Nos pidió que le mandásemos a los dos negros y Chani me dijo que los llamase. Así lo hice y ambos se prestaron al momento.
Mi mujer me dijo que nos fuésemos y los esperásemos en el portal, pero le dije que quería quedarme no la fueran a lastimar. En realidad mi intención era follármela yo también y disfrutar viéndola follada por dos negros al mismo tiempo. Así que le dije a mi mujer que se fuese ella y me esperase en casa de su hermana. Así lo hizo.
Mientras esperábamos mi suegra no dejaba de andar de un lado para otro con las manos en los bolsillos de la bata. El deseo la delataba. Con las manos en los bolsillos la bata se abría a la altura de su sexo y yo estaba disfrutando de la visión de sus bragas ya húmedas. Me levanté y me acerqué a ella. Le pedí que se calmara mientras bajaba mi mano a su entrepierna. Dio un enorme suspiro al sentir mi mano en su coño por encima de la braga. Comencé a acariciar su coño y le pedí permiso para hacerle algunas fotos con el móvil. Me dijo que no le importaba, cogí el móvil y le hice la primera foto de sus bragas con la bata entreabierta. Le pedí que se doblara como si fuera a coger algo del suelo. Lo hizo, me agaché tras ella y saque unas cuantas fotos de su trasero con las bragas puestas. Algunos pelos se escapaban por los laterales de la braga. La hice agacharse delante mio como si fuera a mear y abrir las piernas todo lo que pudiera. La raja de su magnífico coño se delataba tras la braga totalmente encharcada. Yo seguía acariciando su entrepierna en cada una de esas posiciones. Le pedí ahora repetirlas sin bragas y se las quitó. Las cogí y las llevé a mi nariz y boca para olerlas y lamer sus jugos del deseo.
Fotografié su coño en pie con las manos en los bolsillos. Su trasero y su coño estando doblada hacia adelante y cuando se agachó acaricié su coño abierto llegando a meterle hasta tres dedos en el coño y uno en su culo. En estas me dijo que tenía que ir a orinar. La acompañé al aseo, se subió la bata, se sentó y le dije que abriera sus piernas al máximo. Ahora grabé su coño abierto dejando ir su meada. Mientras seguía meando metí mi mano entre sus piernas, llegué hasta el orificio de su culo, que acaricié con deleite, y volví a meter mis dedos en su coño notando el chorro en la palma de mi mano. Justo terminaba de mear cuando sonó el telefonillo de la puerta. Mientras se secaba el coño me dirigí a la puerta para abrir. En menos de un minuto los dos negros estaban en la puerta, mi suegra mirándolos roja como un tomate y yo invitándolos a entrar. Sin mediar palabra entraron y se colocaron uno a cada lado de Jaci. Ella acariciaba sus pollas por encima de los pantalones mientras ellos la sobaban por todas partes comprobando que no llevaba bragas, aunque si sujetador. Mi suegra es una mujer rolliza, de carnes prietas y capaz, como pude comprobar, de satisfacer a varios hombres al mismo tiempo. A pesar de su edad y de no tener relaciones con su marido se mantenía bastante activa sexualmente. Sobre todo conmigo. Tras desnudarla por completo y sin dejar de magrearla por todas partes se desnudaron ellos. Y allí estaban esas dos pedazos de polla que mi suegra iba disfrutar en breve. Los dedos de Ahmed Y Karim desaparecían por cada uno de sus agujeros. Yo me desnudé y me senté en un sillón para contemplar la escena. Jaci se agachó entre ambos, cogió sus pollas y comenzó a tragárselas alternativamente. Yo veía su coño abierto totalmente y como toda su raja se llenaba de sus jugos. Me levanté y quité todo lo que había sobre la mesa para que se la follaran allí mismo. Entre los dos subieron a mi suegra a la mesa tumbándola con la espalda sobre la mesa. Su cabeza colgaba a uno de los lados y allí se fue Ahmed con todo su cipote tieso para metérselo en la boca. Para mi sorpresa Jaci se la trago entera. Le costaba trabajo respirar y alguna que otra arcada dio. Karim se agacho entre sus piernas que colgaban y lamió su coño metiendo sus dedos en el coño y en el culo de Jaci. Yo me la meneaba lentamente, disfrutando con la escena. Me incorporé y me fui hacia ellos. Ahmed sacó su polla de la boca de Jaci y cambió de lugar con Karim. Ahora era Karim quien follaba la boca de mi suegra al mismo tiempo que levantaba una pierna de Jaci. Yo hice lo mismo con la otra pierna mientras chupaba sus pezones tiesos como dedos. El coño de Jaci se abrió de par en par para recibir toda la polla de Ahmed en el mientras se acariciaba el clítoris con furia. No tardó en llegarle el primer orgasmo con los tres dedicados a darle placer. Una vez recuperada de este primer asalto la bajamos de la mesa, la hicimos apoyar las tetas sobre esta y desde atrás con las piernas bien abiertas fue ahora Karim el que agarrándose a sus caderas la folló sin compasión. Jaci gemía sin parar y yo aproveché para meter mi polla en su boca y follarme su garganta. Ahmed se dirigió a la cocina y volvió con una aceitera en la mano. Se embadurnó la mano con el aceite y empezó a acariciar el culo de mi suegra mientras Karim seguía follándola. Primero fue un dedo, luego dos y finalmente tres dedos los que profanaron el culo de mi suegra. Yo mantenía sus nalgas abiertas mientras tanto y seguía follándome su boca. Así tuvo su segunda corrida y Karim se corrió en su coño. Le temblaban las piernas y casi no podía sostenerse en pie. Así que nos trasladamos al dormitorio para que estuviese más cómoda para lo que se avecinaba. Una vez en la cama Ahmed se tumbo en esta y Jaci subió sobre él. Yo cogí la polla de Ahmed y la dirigí al coño de mi suegra. Karim pretendió clavársela en el culo, pero no le dejé. Primero se la clavaría yo en el culo para dilatárselo un poco. Así me coloqué tras ella, apunté mi cipote a su ano y fui penetrando lentamente hasta enterrársela en el culo. Karim mientras se la metió en la boca. Así estuvimos hasta que estallé dentro de su culo. Cuando salí de él, fue Karim, ahora si, el que se lo llenó. Así estuvieron un buen rato hasta que entre gritos de placer y lujuria los dos se corrieron en el interior de Jaci. Ahmed en su coño y Karim en el culo. Cuando mi suegra sintió sus agujeros llenándose de semen explotó en otro tremendo orgasmo que la hizo perder el conocimiento. Ambos salieron de sus escondrijos, se vistieron y se fueron. Yo me quedé contemplando a Jaci tumbada boca abajo, con las piernas completamente separadas y la leche de los negros saliendo de su coño y su culo. La visión hizo que me empalmara de nuevo. Me dirigí a la cocina y busqué. Encontré dos calabacines de buen tamaño y con ellos volví al dormitorio. Se los incrusté hasta lo más profundo en el coño y en el culo. Y me las apañé para meter mi polla tiesa de nuevo en su boca. Noté que despertaba por la mamada que empezó a hacerme. Y así siguió hasta volver a correrse, esta vez de manera pausada pero sin descanso. La ayude a asearse, nos vestimos y me fui, no sin antes darle un morreo de época. Seguí echándole fotos todo el tiempo. Algún día acompañaré este relato con ellas.