Sexo con dos jovencitos y mi marido en la arena
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Mi nombre es Silvia, tengo 28 años y muy buen cuerpo según mi marido, él se llama Alex y dice que mi cuerpo esta justo para joder.
Yo era virgen cuando nos conocimos y nos casamos hace seis años.
Vivimos en una pequeña ciudad al sur de Chile y leemos generalmente “Penthouse”, de donde sacamos mucho provecho, gozando especialmente con Fórum.😂💋
Alex había prometido escribirles y dar a conocer nuestra experiencia que tuvimos en el último verano.
En una calurosa tarde de domingo, nosotros decidimos empacar una pequeña once con algunas cervezas, y juntos nos dirigimos a una laguna próxima a nuestra casa, para hacer una tarde de pic-nic y darnos un baño.
El lugar que nosotros frecuentamos, esta fuera del camino y solo nosotros lo conocemos, lo que nos da una gran privacidad.
Nosotros nos relajamos y estábamos tomando un baño de sol en un extremo de la playa, cerca de un área sombreada. Observamos el terreno y seguros de que nos gustaba nos quedamos.
Yo desaté la parte alta de mi bikini y me tendí a tomar sol próxima a mi marido, permitiendo que los rayos calientes del sol tostaran mis pechos.
Cerré los ojos escuchando los sonidos de la naturaleza, que eran como una melodía romántica para mis oídos.
Después de unos momentos, Alex se sentó junto a mi y comenzó a recorrer mi cuerpo con sus manos, luego acariciando mis pechos, les echo una generosa cantidad de loción para el sol.
El piñizcaba mis pezones y comenzó a susurrarme que otro hombre estaba jodiendo con nosotros, esta sugestión no era nueva para mi, siempre él estaba fantaseando de tener un tercero junto a nosotros en la partida, era un incentivo bastante intenso para mis deseos y me llevaba a una excitación creciente y usualmente contribuía a un grandioso clímax.
La acción del hombre con nosotros que el verbalizaba causaba en mi cuerpo un estremecimiento incontenible.
El continuó con su bajo susurro y golpeando mi húmedo coño por entre el pequeño bikini me dijo
¿No te gustaría que alguien te jodiera mientras yo succionó tus pechos y acaricio tu cuerpo?
El me pregunto al oído en un tono muy enfervorizado de pasión y deseo.
¡Oh, si… sería maravilloso y lo deseo profundamente!
Contesté yo, y mi pelvis comenzó un movimiento automático como si estuviera jodiendo. Me arqueaba hacia arriba en busca de un pene imaginario, que penetrara profundamente, que fuera grande, duro, suave, y muy activo adentro de mi.
¿Te gustaría palpar y sentir tres penes duros dentro de ti haciéndote gozar al máximo tu cuerpo?
Esto era una nueva ilusión que llegaba a mi mente — ¡tres penes! — yo no pude comprender el significado real en ese instante. Yo simplemente alcance bajo su traje de baño el enorme pene de él y lo tome con desesperación, respondiendo de esta manera, que yo estaba dispuesta a ser la pelota del equipo en ese juego.
¿Estas segura?
El preguntó mientras besaba mi cuello y mi espalda.
Segura, yo los deseo y estoy mojada de solo pensar en ellos. ¿Me vas a dar ese gusto?
Dije… sintiendo que su pene crecía en mi puño.
El entonces susurro, que ésta era la oportunidad de realizar esa fantasía si yo estaba realmente lista.
Alex, había visto a dos hombres jóvenes, que aparentemente nos estaban observando por un tiempo, ocultos en el bosque. Nuestros corazones latían con mutua excitación, más cuando yo aprobaba con mi cabeza su propuesta.
Muy pronto estuvieron los jóvenes junto a nosotros, Mario y Julio, ellos dijeron que estaban explorando la playa cuando nos vieron y vinieron a nuestro encuentro por algo.
Mario era el más joven —alrededor de 18 años, imagino yo — Julio tenía 19 años o 20. Ellos estaban confundidos y aprensivos en un comienzo, pero la actitud amigable de mi marido les disipó sus temores.
Yo observaba solamente la situación y cubría mis pechos de sus hambrientas miradas, las que me excitaban tremendamente.
Después de una pequeña conversación, me tendí de espalda de cara al sol, mostrando una vista completa de mi cuerpo y de mis pechos, y pude ver fácilmente la línea saliente de sus penes estirándose dentro de sus pantalones. y apreté con fuerza el brazo de Alex, como una secreta anticipación.
Mi marido hizo algunas observaciones en relación a que aprovechara un tostado completo de mi cuerpo y sugirió que me sacara mi traje y expusiera el resto de mi cuerpo al sol.
Los chicos apoyaron la opinión y después de algunas chanzas y algunas caricias, que me hizo Alex, accedí a sacarme la parte inferior del traje de baño y fueron ellos los que removieron por último mi pequeño traje.
Me di vuelta tranquilamente sobre mi estómago, exponiendo mis nalgas a sus desorbitados ojos, Alex comenzó a masajear mi espalda con loción para el sol y pregunto a los chicos si les gustaría ayudar.
Aquellos jóvenes, estuvieron ansiosos sobre mi cuerpo en un segundo, acariciándome con loca codicia, Alex codeándome, me animó a darme vueltas y yo lo hice, quedando de cara a ellos y apartando ligeramente mis piernas.
Este movimiento hizo salir un suspiro de sobrecogimiento en ellos, yo mostraba mi húmeda desnudes a sus ojos.
Cerré los ojos y pronto sentí sus manos en todas partes, en mis pechos, en mis piernas, en mi coño. Me volví a Alex y vi que me sonreía amorosamente, lo mire profundamente en sus cristalinos ojos y me sentí apoyada para entregarme a otros brazos, que me hacían gozar con su exquisito apretar.
Alex, se inclinó y me beso el cuello y las orejas, diciéndome.
¿Te gustaría que ellos te jodieran, que claven tu coño virgen con sus grandes clavos?
Yo, solamente pude gemir mi deseo de ser penetrada… ya algunos de sus dedos se encontraban en mi húmedo coño y mis caderas comenzaron un movimiento rítmico. Yo me jodía a misma, sobre los dedos de ellos, que me probaban en todo mi cuerpo.
Alex deslizó su traje de baño y comenzó a frotar su inmensa roca circuncisada, Julio y Mario siguieron velozmente su ejemplo, masajeando sus hermosos y jóvenes penes.
Ellos tenían, Julio y Mario, unos brillantes y circuncisados penes.
Mi cabeza se movía de lado a lado sobre el pasto y la arena, con la sensación de que mi fantasía, ahora si era inevitable.
Yo estaba a un paso de ser jodida y necesitaba ser jodida por todos ellos, y quería ser bien jodida.
Moví mi cabeza y vi los penes palpitantes pertenecientes a Julio y Mario, tome las manos de ellos y las distribuí, uno con las manos en mis pechos y el otro con las manos en mis piernas y coño.
Alex entonces dirigió su familiar herramienta hacia mi cara, dando coraje a los chicos, y diciéndoles a ellos, que yo gustaba de eso y que podían hacerlo con toda libertad.
El pene de Alex se veía inmenso en la sombra que daba con el sol, pero él encontró su blanco y me lo puso en la boca y yo lo succioné hambrientamente. Pronto yo escuche a Alex decirle a uno de los chicos.
¡Que buen pene tienes Julio, ella se vuelve loca por uno de ese tamaño y grosor ! ¿Quieres joderla Julio?
Luego se acercó a mi oreja y susurrando me dijo.
¿Te gustaría que Julio te lo clavara? …el tiene el mejor pene que he visto, esta duro y brillante esperando un coño virgen y tierno como el tuyo.
¡Oh…si…, siiiii…, por favor… quiero ese pene en mi jugoso coño, Julio… Julio… clávame y hazme gozar la dulzura de tu hermosa herramienta.
Yo le rogaba que me penetrara y me aproximaba a mi primer clímax sobre sus dedos.
Julio se tendió desnudo sobre mi hambriento y tierno cuerpo, sintiendo, por primera vez, sobre mi, una piel diferente, y lo sentía buscando la mejor forma de penetrarme.
Esta era la primera vez, desde nuestro matrimonio, que yo sentía un pene distinto, empujando sobre los suaves labios de mi coño. La ilusión del placer enorme que me produciría cuando entrara, corría por mi mente y me apretaba íntimamente, esperando sentir ese instrumento de carne caliente, que mi cuerpo necesitaba con locura, yo lo tome desesperada y rápidamente lo guié hacia la entrada, la que se encontraba abierta y jugosa para darle la bienvenida al suave visitante.
Julio penetró profundo, haciéndome sentir el placer más grande que yo he experimentado, era un nuevo pene que estaba penetrando mi cuerpo, el cual se adaptaba a recibirlo y lo sentía inmenso quemando las paredes de mi coño distendiéndolo y haciendo que yo casi me desmayara de placer, era el mejor sueño cumplido.
¿Es bueno Silvia?
Me pregunto Alex, cuando Julio estaba profundamente metido en mí, y comenzó a besarme y acariciarme con gran pasión.
¡Oh? si…! es bueno, maravilloso tenerlo adentro.
Conteste yo, con un inmenso gemido de placer.
El pene de Julio, después de moverse profunda y acompasadamente dentro de mi, comenzó a derramar en el interior de mi coño su líquido caliente, lo que me convulsionó tremendamente, haciéndome gritar de placer. Estaba siendo jodida y recibía el néctar más preciado de la vida, el jugo de un hombre, en la profundidad de mi ser, y mi marido Alex estaba mirando con un placer enorme como yo gozaba. Esto que era nuevo para mí.
Alex no es egoísta, le gusta que yo goce al máximo el placer del sexo.
Cuando Julio terminó, Mario, el otro chico, dejo el pecho que me estaba succionando y se recostó sobre mi, desnudo, era otra piel, yo estaba un poco cansada después del lance con Julio, pero al sentir esta otra piel y otra forma de apretar y de moverse diferente y que un nuevo pene estaba sobre la piel de mis piernas , que se sentía duro, jugoso y muy caliente, me sentí revivir y con mayores deseos de volver a experimentar el placer de tener otro hombre dentro mi y así fue como Mario reemplazo al pene de Julio en mi coño hambriento de placeres.
Yo sentí los músculos de mi coño adaptarse al nuevo invasor, este era de mejor tamaño que el anterior, largo y más grueso.
Alex continuaba besándome y acariciando mi cuerpo, me susurraba una bella corrupción. Yo mire mi coño y vi como chorreaba el semen caliente de Julio hacia afuera cuando Mario penetraba y bombeaba.
Mario me atornillo por segunda vez haciéndome terminar en múltiples orgasmos que eran una lluvia de estrellas y yo me apretaba con fuerza para sentir el dulce pene follador que tanto placer me daba en ese instante y cuando terminó sentí la inundación de su jugo que chorreaba con fuerza y golpeaba mi interior saltando afuera en cada movimiento con que él me penetraba con locura, luego él se retiró y mi marido tomo su turno y yo pude sentir los jugos de amor de Julio y Mario saltar hacia afuera, a cada golpe de Alex, él despachurro su palo en lo profundo de mi útero.
Los chicos continuaban piñizcando mis pezones y yo terminaba una y otra vez sobre el palo follador de Alex. El terminó en chorros y lo sentía gozar como jamás un hombre puede haber gozado. La visión de mi, al ser poseída dos veces por dos hermosos penes. Lo habían calentado con locura, y yo quede en el séptimo cielo.
Cuando Alex terminó, ambos estábamos completamente cansados, pero los chicos que habían estado mirando nuestro ataque de amor se habían colocado en una mejor posición y otra vez estaban calientes con sus penes muy parados vigilando nuestra acción.
Mi coño estaba un poco cansado, pero eso no fue problema para mi y deje que cada uno de ellos me jodiera una vez más, mientras Alex miraba y yo maravillosamente tenía una y otra vez clímax en el pene de Julio y finalmente un estruendoso terminar en el mejor pene de Mario.
Lo que les acabo de contar es la mejor experiencia de mi vida en cuanto a placer del sexo, yo y mi marido estamos de acuerdo en que el goce del cuerpo con otro extraño no afecta nuestra relación sentimental, porque ahí estamos los dos en la misma acción.
Si algún lector y su pareja lo quieren experimentar, yo se los recomiendo, atrévanse… no esperen más…
By: Silvia 😂😘