Mi primera vez con una mujer fue increíble
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Capítulo uno
Habíamos pasado un día fantástico. Mireia y Esther habían encontrado un lugar idílico donde pasar el día y darnos un chapuzón oculto de miradas indiscretas.
Mireia y Esther nos habían dicho a mi marido y a mí que nos tenían que llevar a este lugar a pasar el día.
Estuvimos todo el día solo en aquel maravilloso lugar disfrutando del día y decidimos alargarlo y cenar allí y aprovechar la cálida noche de verano para darnos algún chapuzón más. 😜
Mireia y Esther eran pareja. Mireia había sido lesbiana de toda la vida, pero a Esther la había convertido al lesbianismo Mireia, por lo cual Mireia a veces tenía temores de que la dejara por un hombre. En cuanto a mi marido y a mí siempre hemos sido heteros.
Esther es compañera de trabajo y ya hace años que conoce a mi marido y tienen muy buen rollo, hasta bromean con que son amantes, aunque nunca han tenido nada.😍
Bueno el caso es que con el tiempo hemos cogido confianza entre todos y hay muy buen rollo.
La noche era de luna nueva, por lo tanto muy oscura y no se veía nada.
De pronto Mireia dijo:
– Bañémonos desnudos.
Tal como lo decía, mi marido que no se corta un pelo, se había quedado en pelotazo y estaba ya en el agua.
Esther y yo estábamos un poco reticentes, pero Mireia y mi marido acabaron convenciéndonos. Así que acabamos todos desnudos dentro de la poza.😃
De pronto sentí la voz de Mireia pegada a mi nuca que me decía:
– ¿Te gusta sentir el agua acariciar tus pezones?
Y acto seguido sentí unos dedos tocármelos con una delicadeza exquisita.
– Eso no es agua. Le contesté.
– ¿Que quieres decir? que esto te gusta más.
Y mientras decía esto sentí que mientras una mano se dedicaba a acariciar mi pecho, la otra mano se hacía hueco en mi vagina haciendo que me estremeciera de placer y dejara escapar un leve gemido. No sé cómo me deje llevar y aquella mano comenzó a jugar con mi coño, que empezó a humedecerse y no precisamente por el agua. 👩
Sentí que me cogía desde atrás y que me tocaba de una manera que jamás antes había sentido. Así que me deje llevar y cuando me di cuenta me había girado y Mireia me estaba comiendo los moraos y masturbándome con una delicadeza y dedicación que jamás había sentido.
No pude aguantarme mucho, así que me vine toda. Me corrí como hacía tiempo que no me había corrido.
Salimos del agua, nos tumbamos sobre una manta y Mireia siguió con sus caricias, me abrió de piernas y su boca se aferró a mi clítoris haciendo que viera el cielo estrellado como si estuviera levitando. Que forma de comerme el coño. Ningún hombre me lo había comido así. Ni siquiera mi marido. Me volví a correr esta vez en su boca. Me estaba volviendo loca de placer. 😊
Mientras tanto Esther que se había percatado de lo que ocurría había empezado a convencer a mi marido de probar su cuerpo.
Continuará…
By: Star
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