Mi vida en un abrir y cerrar de ojos
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Me llamo Luis y soy un pasivo por obra y gracia del destino. Me gusta mucho lo que viví y lo que sigo viviendo hoy por hoy.
Muy pequeño quedé sin mis viejos por un accidente, quede al cuidado de mi abuelo Fermín y de mi tío Máximo, ellos vivían prácticamente en su campo y era la única familia que me quedaba. 😁
Ese campo al principio me resultó una cagada; pero después me empezó a gustar. A esa edad uno se acostumbra a todo lo que este a su alcance, mi tío Máximo era un tipo retraído, callado tendría unos 32 años. Al principio me parecía desagradable, por su forma de vestir y ser.
Mi abuelo era más piola, pacato, hombre de campo, rudo, no teníamos luz ni gas, y por las noches el frío era muy feo, yo dormía con mi tío, en una habitación contigua a la de mi abuelo, y desde la primer noche yo sentía que mi tío se movía mucho por las noches, no le daba bolilla, pero después empecé a espiarlo y vi cómo se tocaba su entrepierna y sus partes íntimas, sentía como sus manos subían la colcha y bajaban. 😜
Todas las noches eran lo mismo, a diferentes horas lo hacía, pensé que eran sueños, había pasado como un mes de esos movimientos que sentía y esa noche descubrí que mi tío se pajeaba, yo creo que lo hizo a propósito porque me vio que lo miraba, no dejé de mirarlo y el no dejó de tocarse, corrí la colcha y vi por primera vez su hermosa poronga que me deslumbró, toda gorda, llena de venas y su cabeza rosada.
Mi tío me miraba extasiado, sin saber que hacer estire mi mano y se le tome, apreté y comencé a subir y bajar como él lo hacía, el solo cerraba sus ojitos y me dejaba hacer, estuve haciendo eso y unos minutos después de ella salió algo pegajoso que me llenó mi mano, me limpié y mi tío se volvió a tapar y nos dormimos.
Al otro día mi tío me miraba y solo sonreía. A partir de esa noche nada sería igual con mi tío, yo esperaba ansioso que llegara la noche para hacer mi trabajo manual, y mi tío solo tenía que correr la colcha para pajearlo, era algo que solo los dos hacíamos y nos gustaba. 🤣
Una noche pasó algo que jamás se me hubiera ocurrido, mi tío como de costumbre corrió la colcha y yo sabía lo que tenía que hacer, pero esta vez, el me bajo con fuerza y quedé a cm de su poronga, pude oler sus partes y como si supiera abrí mi boquita y comencé a lamerla toda.
Me hubiera gustado hacerlo más tiempo; pero me encontré en mi boca ese líquido pegajoso que probé y que no me desagradó para nada. Mi tío no dijo nada, se dio vuelta y se durmió como siempre lo hacía. 😉
Ese fue nuestro juego por mucho tiempo, llegaba la noche y yo me hice adicto a su leche y el a mi boca, en el día yo trataba de hacerlo, pero mi tío me decía que eso solo lo haríamos por la noche.
Segunda Parte
Todas las noches era ya una sana costumbre chupársela a mi tío Máximo, la ceremonia era la misma, nos acostábamos y después de un tiempo que le dábamos a mi abuelo que se durmiera, mi tío se destapaba y me regalaba su pija, donde yo recibía su rica leche.
En el día tanto el como yo, hacíamos nuestros quehaceres del campo, había ocasiones donde tranquilamente podría chupársela a mi tío, pero eso pasaba solo a la noche, así pasaba mis días. 😍
Un viernes mi abuelo Fermín tuvo que viajar a la ciudad para hacer unos trámites y quedamos con mi tío solos casi toda la semana, mi abuelo se fue una tarde y yo esperaba ansioso por él, cuando llego fue a bañarse y allí estaba yo dispuesto a comérsela toda, pero él tenía otros planes.
Al salir de su baño me llama a la pieza y me pide que me saque toda la ropa, yo me desnude más que rápido al verlo tirado en la cama tocándose su pija, mi boca ya empezaba a chupársela como siempre lo hacía, pero esta vez note que mi tío estaba como más caliente, la dureza que traía su hermosa pija de color rosado, las venas más marcadas, me pusieron a mil.
Lamia y lamia a más no poder, los gemidos de mi tío eran con fuerza, eran de gozo absoluto, esta vez sí que pareciera que lo estaba disfrutando, sus manos me tenían prisionero y por momentos me ahogaba con mi saliva y toda esa hermosura dura dentro de mi boquita, me gustaba mucho chupársela así de esa manera, respiraba y de vuelta la metía toda hasta ahogarme de nuevo. 😜
Creí desfallecer de placer con el primer chorro de su lechita, mi boca soporto lo que pudo, tragué y tragué hasta que juro que verdaderamente me ahogue, mi tío cedió con la fuerza de sus manos y mire como de su pijota seguía saliendo lechita, me repuse de mi trapique y volví a chuparla nuevamente, esta vez sí que la disfrute, mi lengua lamia los restos del semen caído y sus huevos recibían también un delicado masaje de mi boca.
Para mi sorpresa su pija volvía a crecer y volví a chupársela, mi tío esta vez y por primera vez tocaba mi cola, abría mis nalgas y jugaba con mi agujerito, sentí como escupía su mano y un dedo penetró mi ano, entraba y salía ese dedo hermoso, primero fue uno y después dos dedos. 😁
No sabía bien que me pasaba pero me gustaba mucho, yo suspiraba y le decía que me gustaba lo que hacía, mi tío sin mediar palabra alguna colocó una manta doblada por debajo de mi panza y me elevo la colita, yo estaba entregado a sus manos y caricias.
Sentí una suavidad preciosa cuando hundió su lengua en mi agujerito y empezó a lamer y a chuparme la cola, lo que sentía era maravilloso, sentía placer, cosquillas, me sentía feliz, su boca me embadurnaba de saliva, estaba todo mojado, estiré mi mano y lo pajeaba, era todo divino, mi cola, su lengua, su pijama sentía en cielo, no quería que dejara de hacerlo nunca.
De repente mi tío escupió mi amado agujerito y sentí como su pija trataba de entrar en mí, al principio costó un poquito, no sé porque razón o por instinto afloje mi ano y mi cola fue abriéndose a tal punto que mi tío ya me tenía a su merced. 😃
Sentía que su pija quemaba, sentía como su pija entraba y salía de mí, como si fueran sus dedos del principio, mi hermoso tío me estaba cogiendo, no voy a mentirles me dolió pero después fue hermoso, me tomo de la cintura y su cuerpo me golpeaba para penetrar más y más fuerte. Yo estaba sintiendo cada embestida del como algo divino.
Mi tío comenzó a llenarme la cola con su lechita y allí si creí morirme de placer, su semen lo sentía dentro mío y me sentía feliz. Mi tío se levantó y fue al baño, yo estaba como entregadísimo, toque mi ano y estaba grandote, juro que no me dolía, y quería más.
Esa noche mi tío me hizo suyo para siempre.
By: Lucho