El tiempo que estuvo Yesenia en casa, fue muy placentero hacia mi persona, ya que siempre hacíamos el amor a escondidas, si que nadie en casa se enterara de lo sucedido. El único temor que tenía con ella era a que salga embarazada ya que ella en una oportunidad me hizo saber que se había retrasado en su menstruación diciéndome:
- Todavía no me enfermo, y ya debió de venirme hace 3 días, tengo miedo.
Yo le respondí:
- Yesenia para salir de duda, ve a la farmacia y te compras un test del embarazo, pero te lo haces discretamente ya que si enteran en la casa que estas embarazada se va armar un lió.
Yesenia un poco asustada fue y compro dicho test, se hizo chequeo en casa y salio negativo. Ella un poco más tranquila me dice:
- Eso te pasa por hacerlo sin preservativo, el susto que nos hemos dado, ya ves?.
- Es que sin condón es mas rico, ¿si o no? - le respondí.
- Si - me dijo ella.
Yo me acerque mirándola a los ojos y le di un beso, ella me correspondió al mismo tiempo que me abrazaba.
Ese día Yesenia tenia puesto una blusa de licra y podía notar sus hermosos pechos y un pantalón jean azul. Cuando ella me abrazo, yo con mis dos manos, trate de agarrar las nalgas, ella no me dijo nada, seguía correspondiéndome el beso. Yo, le empecé a sobar las nalgas que la tenia durita por unos minutos, luego retire una mano de dicha nalga y le comencé a tocar la vagina; todo era por encima del pantalón. Esa tocada le hizo excitarse y dio un suspiro. Yo quería llegar a mas, así que metí mi mano dentro de su pantalón, por la cintura, tocando su calzoncito y al mismo tiempo que lo metía dentro de el. Toque su monte de Venus, que lo sentí suavecito, ella no me decía nada, seguía besándome, comencé a bajar lentamente sobre su delicado vello pubico que lo tenia muy bien cortadito, eso se dejaba sentir. Baje hasta su clítoris haciendo presión sobre ello y luego llegue hasta su entrada vaginal que ya lo tenia húmedo. Le metí dos dedos en su vagina (el índice y el medio) tratando de llegar al punto G y comencé a meter y sacar en su vagina al mismo tiempo que tocaba dicho punto haciéndole una paja placentera. Eso hizo que ella me tomara de la cabeza con ambas manos dándome un beso muy apasionado. Ella estaba excitadísima. Le dije al oído:
- Quiero hacerte el amor.
Pero ella se negó moviéndome la cabeza diciéndome:
- Primero me tiene que venir mi regla (menstruación) y después lo hacemos - y continuo besando; después de unos cuantos minutos ella dejo de besarme y se retiro.
Me había dejado con las ganas y yo no podía forzarla porque estaba en casa. Nunca la forcé a Yesenia para tener sexo, pero ganas no me faltaron; siempre se lo hacia si ella estaba de acuerdo, y respetaba sus decisiones; pero ese día me dejo tan arrecho (excitado) que tuve que meterme a mi cuarto y comenzar a masturbarme.
Pasaron varios días y ella un poco mas tranquila me dice:
- Estoy menstruando, no estoy embarazada.
Yo sonriendo le respondo:
- Pero si ya lo sabíamos, ahora hay que esperar a que se te corte para que me des mi regalito.
Ella comenzó a sonreír picaramente.
Después de 4 días, era sábado, estábamos en casa todos, era la hora del almuerzo, nos sentamos en la mesa, mientras Yesenia servia la comida. Después de servir a todos Yesenia se sentó frente a mí, estábamos comiendo tranquilamente y conversado y siento como si alguien me hubiera pateado. No le tome importancia pensé que alguien por casualidad me había pateado el pie. Al cabo de unos minutos vuelvo a sentir lo mismo pero ahora era diferente, me estaba sobando un pie sobre mi rodilla. Yo me hice el loco, el desentendido y sigo comiendo. Levanto mi vista y veo que Yesenia me mira picaramente y sonriendo. Ella seguía sobando, siento que se me para la pinga y la verdad es que sentía un placer muy rico cuando me hacia eso. Ella fue subiendo su pie y lo puso sobre mi pinga. Que rico que lo sentía, ella me seguía mirando picaramente, tenía una mirada de arrecha, subía y bajaba su pie.
Yesenia sabía disimular muy bien ante mi familia lo que estaba haciendo; nadie se daba cuenta de lo que ella hacia. Me estaba violando con la mirada y con el pie delante de todos y nadie se daba cuenta. Estuvo sobandome así como 15 minutos, no aguante más y me corrí. Me corrí dentro de mi ropa interior, sentía las contracciones de mi pinga cuando empezó a botar el semen. Disimuladamente baje mi mano hacia mi pantalón, para ver si estaba mojado de la corrida, lo note apenas, el pie de Yesenia seguía ahí; me baje disimuladamente el cierre de mi pantalón y el calzoncillo estaba mojado, tomo el pie de Yesenia y se lo pongo encima de la corrida sobre mi calzoncillo. Ella sintió que estaba mojado y riéndose retiro su pie. Era la primera vez que Yesenia me hacia eso, y la primera vez que me corría con un pie. Termine de almorzar y me levante dando las gracias y me retire a bañarme y cambiarme de ropa.
Llego la noche y yo estaba tan arrecho (excitado) por lo que me había hecho Yesenia en el almuerzo. Estaba en la sala viendo televisión con mi familia, Yesenia estaba ahí también, sentado al lado de mi hermana. Eran como las 10 de la noche, y mi hermana sale de casa por que tenia que verse con su enamorado. Se despide y dice que va a llegar mas tarde. Después de un rato mis padres se retiran a descansar también, estaban muy cansados por el trajín que habían tenido en el día. Yesenia estaba sola, sentada en el mueble de 3 cuerpos (sillón o sofá) y tenia puesto un vestido de tiritas celeste. La mire a ella y me dice:
- Ven siéntate aquí conmigo, vas a estar mas cómodo.
Me levante y me senté al lado de ella al mismo tiempo que tomo sus manos y le doy un beso; ella me dice:
- Están tus papas, no hagas eso; se pueden dar cuenta.
Yo no le hice caso y me puse a mirar la programación. Serian las 11 de la noche, cuando, ya no aguante mas, mi excitación era demasiado grande y me abalance sobre ella besándola y manoseando todo su cuerpo, ella me correspondía y me decía susurrando:
- Tus papas pueden venir; pueden estar despiertos.
- Ellos deben estar descansando - le conteste.
Y proseguí a besarla nuevamente. Saco un pezón por encima de su vestido y la empiezo a mamar, se lo chupaba y lo mordía despacio. Ella comenzó a gemir, y susurrando decía: hazme el amor; ya estaba excitada ella también. Yo le dije:
- Yesenia, ve a tu cuarto cámbiate, ponte algo cómodo y regresas de nuevo conmigo.
Ella se levanto y se fue; mientras que yo me sacaba el pantalón y me echaba sobre el sillón, desnudo de la cintura para abajo, comencé agarrar mi pinga y comencé a sobarme y a masturbarme. Cuando Yesenia llego, tenia una blusita de algodón delgada, era semitransparente que podía ver su cuerpo; me vio desnudo, se acerco muy despacio diciéndome:
- Se pueden dar cuenta.
Al mismo tiempo que se sentaba y ponía su cabeza sobre mi barriga. Nos miramos a los ojos y le digo:
- Dale una chupadita.
Ella tomo con su mano mi pinga y comenzó masturbarme despacio y luego acerco su boca a mi pinga. Que rico sentí, cuando empezó a chuparlo, el calor de su boca, la saliva que me dejaba sobre el glande, estaba tan excitado que puse mis manos sobre su cabeza, acariciándolo, y comencé a bajar por su cuello y espalda haciéndole unos masajes muy suaves. Yesenia de vez en cuando le daba una mordidita muy despacito al glande y me decía:
- Uuhhmm
esta rico, parece mashmelo (gomita de mascar) - y seguía chupándolo y mordiéndolo.
Yo seguía sobando su espalda y cuando llego a sus nalgas, levanto su blusita y oh, Ella no se había puesto calzón. Eso me excito mas, comencé a tocarles las nalgas que estaban al aire, llegue a su conchita que ya lo tenia húmeda y metí un dedito. Le dije:
- Siéntate y abre tus piernas.
Ella me hizo caso, me pare, la bese y comencé a bajar lentamente hacia su conchita. Se lo lamí un buen rato, que hasta se corrió y tuve que saborear y tomar parte de su flujo vaginal. Ella sentada allí, me miraba con una cara de arrecha, le tome sus dos piernas y se lo levante a la altura de mi hombro, ella tomo mi pinga y se lo coloco en la entradita de su conchita, la embestí con fuerza y le arranque un grito de dolor. La bese al mismo tiempo y comencé a bombear. Que rico que sentía, le besaba los labios y también los senos. El temor a que nos encuentre in fraganti, hacia que el sexo sea más placentero y emocionante. Ella me decía:
- Quiero más, quiero más.
Yo seguía cachándola sin parar. Luego retire mi pinga de su conchita y le digo muy despacito al oído, voltéate y ponte en cuatro sobre el sillón. Ella se volteo y dándome la espalda pude ver su hermoso trasero. Me agache hacia su culo y comencé a chupárselo y mordérselo, ella me miraba muy excitada diciéndome:
- Métemelo, papi.
- ¿Quieres que te lo meta por tu culito? - le dije.
Ella movió su cabeza diciéndome que no. Me levante agarré mi pinga y lo lleve directamente a su conchita que seguía mojadita, se lo comencé a meter lentamente, muy despacito, solo llegue a meterle el glande, y comencé a moverme. Ella decía:
- Así, que rico.
- ¿Quieres mas pinga? - le dije.
- Si papi, dámelo todo - me respondió.
La hice sufrir así un buen rato, solamente la cabecita la tenia adentro. Ella comenzó a gemir y me decía:
- Quiero más, quiero más.
Sin decirle nada se lo metí todo, al mismo tiempo que decía:
- Así, mmmm..., que rico.
Estaba muy mojada que comencé a lubricar su virginal anito con un dedo, ella me retiro la mano y me dijo que no, que por ahí no. Seguía cachándola, metiéndole toda mi pinga en su cavidad vaginal; como desaparecía todo, dentro de ella, por ratos ella mordía el sillón. Volví a sacar mi pinga y me senté sobre el sillón, ella se paro y se sentó encima de mí al mismo tiempo que se sacaba la blusa. Le dije:
- Yesenia, no hagas eso puede venir alguien.
Ella no me contesto, estaba como hipnotizada, como queriendo mas sexo, cogio mi pene y se lo volvió a meter en su conchita, al mismo tiempo que me besaba. Ahora ella era la que tenia el control de mi pinga, subía y bajaba. Yo lo sentía ajustadito su conchita y no paraba de besarle los labios, por ratos le chupaba los senos, con mis manos cogi sus nalgas y comencé a sobarlos, ella se movía mas rápido, estaba desesperada. Yo llegue aprovechar esa situación, toque su culito (ano) y estaba mojadita, comencé a sobarlo en círculos con mi dedo. Ella no me decía nada, seguía besándome. En eso le meto parte del dedo dentro de su culito y ella da un gemido muy despacio de placer al mismo tiempo que me muerde los labios.
- Si quieres lo saco - le dije.
- No, déjalo ahí nomás - me respondió.
- ¿Te gusta como te ago el amor? - le pregunte.
- Si, me gusta, quiero que me des mas, esta rico así - dijo ella.
Con mi pinga dentro de su conchita, y un dedo dentro de su culito, comencé a chuparles los senos, al mismo tiempo que ella con sus manos me cogia de la cabeza y jugaba con mi pelo. El dedo que tenia dentro de su culito, comencé a meterlo lentamente, llegando a meterle hasta la mitad de dicho dedo, ella me besaba con fuerza cuando sintió que le metía mas adentro mi dedo dentro de su culito
- Que rico - decía.
Llena estaba experimentando un nuevo placer. Se lo metía y se lo sacaba como si fuera una pinga mas, ella se quejaba de dolor y placer, lo sentía, cuando murmuraba.
- Que rico se siente - así decía.
Pensé que estaba demasiado excitado y le dije:
- Yesenia quiero cacharte por ese culito.
- No, ahora no - me respondió - otro día, sigue así nomás.
Ya no le volví a insistir, cuando notaba que su culito ya no estaba húmedo, retiraba mi dedo muy despacio, y se lo llevaba a la boca de ella. Ella chupaba como un caramelito, mi dedo y yo le decía: déjalo con salivita, ella movió su cabeza diciéndome si, y dejaba el dedo con saliva, con el cual yo procedía de nuevo a untárselo sobre su culito, para luego volver a introducir mi dedito en su virginal anito. Trate de meter otro dedo, pero ella se queja diciéndome: me haces daño, me duele. Retire mi dedo de su culito y comencé a masajear su esfínter, con un poco de presión, llevaba mis dedos a mi boca para echarle mas saliva y untarle su anito. Ella seguía cabalgando como una yegua en celo. Le volví a meter el dedo en su anito, se lo metía y lo sacaba, le volví a meter el otro dedo, y ella comenzó a gemir, me comenzó a besar con más fuerza y se comenzó a mover más rápido. La miro a los ojos y veo que los tenía blanco y siento las contracciones en su conchita; Yesenia se había corrido. Había tenido un orgasmo muy placentero y algo brutal, ya que me había mordido los labios muy fuertes y había clavado sus uñas en mi espalda, ella estaba un poco desorientada, aturdida, y cuando estuvo mejor me sonrió y me dijo:
- Hoy día has estado muy rico.
- Quiero metértelo por el culo - le dije.
- No, pero por que apresurarte, eso te lo voy a dar otro día - me respondió.
- Entonces chupamelo, quiero terminar en tu boca - le dije.
Ella no me dijo nada, solo se levanto y se puso de rodillas en el suelo, me lo comenzó a chupar, que chupada que me daba ella, con su lengua recorría todo el falo, hasta llegar hasta los testículos, al mismo tiempo que me masturbaba.
- Levanta las piernas - me dice.
Yo le hice caso y levante las piernas a la altura de su cabeza. Ella seguía chupándome toda la pinga, le daba pequeñas mordiditas al glande y a los testículos, en eso siento que unos dedos hacían presión sobre el perineo (entre los testículos y el ano), y comienzo a sentir unas sensaciones muy ricas, que me dejo sin habla y sin sentido, no quería que terminara nunca esa sensación, sentía que estaba en el paraíso. Se lo hice saber lo rico que sentía, ella bajo su boca hasta esa zona (perineo) y me lo comenzó a chupar con cierta presión moderada, de vez en cuando me lo mordía, con su mano seguía masturbándome, yo me sentía en la gloria, ya no podía mas, no aguantaba mas, esas sensaciones tan ricas que nunca lo había sentido, yo estaba por reventar, quería eyacular ya, y quería seguir sintiendo mas, de lo que ella me estaba haciendo. Se lo pedía que siguiera y que no parara, ella sonreía, mirándome a los ojos. Siento las contracciones de mi pinga, me estaba viniendo (eyaculando), se lo hice saber a ella. Ella comenzó a chupar y morder esa zona tan sensible y tan agradable; y con su mano comenzó a masturbarme, ella inclino mi pinga hacia mi barriga; y allí eyacule como nunca lo había hecho, la doble sensación que había tenido (en el perineo y en la pinga), me habían dejado cansado y sin fuerzas. Ella se levanto, me miro y con su mano comenzó a desparramar toda mi lechecita sobre mi barriga y pecho. La miro, sonriendo, algo cansado y le digo:
- Estuviste muy rica hoy.
Ella sonrió y se retiro. Cogi mi pantalón y me dirigí a mi cuarto, cansado y pensando en lo rico que me había hecho sentir.
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