Hola amigos, soy un chico de Barcelona de 34 años, y desde siempre, he tenido una vida sexual muy activa, tanto con parejas fijas, como con relaciones eventuales. Soy una persona con la mente muy abierta con respecto al sexo, lo cual me ha llevado a vivir experiencias tremendamente excitantes, pero ninguna como la que a continuación os voy a relatar, la cual me ha sucedido hace muy pocos días.
Mi nombre lo voy a camuflar, diré que me llamo José, aunque habiendo comentado a personas que participaron en esta historia, la idea de escribir y mandar este relato, no les ha importado que pusiera su nombre real, lo cual voy a hacer.
A pesar de mi edad, nunca me había decidido a sacarme el carnet de conducir, pero un día determinado, decidí que ya iba siendo hora. Y me apunte a una autoescuela. No siempre podía ir, ya que mi trabajo me ocupa prácticamente la totalidad del día. La chica de la recepción, y secretaria a la vez, de la autoescuela, se llama Marta, es una chica de 27 años, un tanto bajita, pero con un cuerpo muy proporcionado y una cara muy excitante.
El caso es que al mes de apuntarme y habiendo ido solo unas pocas veces a las clases de teórica, un día me dirigí para allá, era un viernes por la tarde; pero cual fue mi sorpresa, que me encontré con que estaban cerrando, yo no lo sabía, pero los viernes cerraban 3 horas antes de lo acostumbrado. Así me lo hizo saber Marta, que era quien estaba cerrando la persiana metálica del local. Ella me pregunto como es que iba tan pocas veces, y bueno, le explique lo de mi cuestión laboral. La conversación se estaba alargando algo mas de lo normal, y debido al calor que hacia, ambos decidimos ir a tomar un refresco.
Seguimos hablando, delante de unas cervezas frías, y no habría pasado mas que una hora, cuando ya nos estabamos contando la vida, y ella, en un arranque de sinceridad, me comento tambien que el día que fui a apuntarme le guste bastante, pero se sintió un tanto decepcionada al ver que iba tan pocas veces a la autoescuela. No paso mucho más rato, cuando me comento que debía ir para casa, ya que debía llevarle unas cosas a su compañera de piso, la cual se las había encargado. Las cervezas ya nos estaban haciendo efecto, y dado que yo tampoco tenia nada mas que hacer, le dije si quería que la acompañara, la cual acepto enseguida.
Llegamos a su casa; era un edificio del barrio gótico de Barcelona. Me invito a subir, con el pretexto de seguir la charla, cosa que acepte, por supuesto. Entramos, y su compañera de piso aun no habia llegado. Era una chica argentina, se llamaba Gabriela.
Marta invito a sentarme en el sofá, y sacó unas cervezas. Ella se sentó al otro lado de él, se descalzo, y extendió las piernas, quedando sus pies desnudos a pocos centímetros de mi. Seguimos charlando (ya sobre sexo, relaciones, etc... como no), hasta que llegado a un punto de la conversación, le propuse si quería que le diera un masaje el los pies, lo cual ella acepto gratamente, y me dispuse a hacerlo. Un gran silencio irrumpió mientras yo la masajeaba, cuando sentí un impulso, el cual no frené: me puse a besarle las plantas y los deditos de sus pies. La mire, y vi que tenia los ojos cerrados y una sonrisa de oreja a oreja... seguí haciéndolo, ella empezó a gemir y a tocarle con las yemas de los dedos la entrepierna, por encima del pantalón.
Ahora o nunca, pensé yo; le aparte los dedos de su entrepierna, y le desabroche el pantalón, quitándoselo a continuación. Llevaba un tanguita blanco, el cual estaba ya mojadísimo, se lo quite también, y mi masaje continuó en su bulba, lugar donde acerque a continuación mi boca, y empecé a besar, lamer, sorber... estaba riquísimo. Marta no paraba de gemir, pero de pronto... me interrumpió, me cogió de la mano, y me llevo hacia su habitación; en medio minuto estábamos los dos desnudos y comiéndonos a besos. Se agacho, y empezó a comerse mi polla. Primero lentamente, pero poco a poco... me la fue devorando con mas fuerza, con mas ganas... yo en ese punto, no sabia cuanto tardaría en reventar, pero... cosas del destino; de pronto se oyo la puerta, y una voz (era Gabriela) que dijo: Marta, estas?, te traje una sorpresa... Y que sorpresa!!!. La chica venia acompañada de 3 musculosos mulatos (Blas, Jesús y Dave se llamaban). La sorpresa fue mayúscula, tanto para ellos, como para nosotros. Pero el motivo de la sorpresa de Gabriela, era solo uno: una tarde/noche llena de sexo.
Gabriela aparto a Marta, y diciendo; vamos a ver como sabe esto, me cogió la polla y empezó a comerla, de una forma asombrosa. Marta se aparto y desnuda como estaba, la cogió Jesús dándole un sonoro morreo, mientras, Blas y Dave la sobaban por todas partes. Gabriela se desnudo, y los mulatos hicieron lo mismo, y... Joder!!!!... que pollas tenían. La mía no deja de ser normalita, unos 17 cm, aunque bastante gruesa, pero las de ellos... mucho mas gruesas y la que menos media, calculo yo que eran unos 24-25 cm. En ese momento, ya era una guerra de los 4 contra ellas dos. Yo cogí a Gabriela en volandas, y apoyándola en la pared me dispuse a follarla, cosa que ya me pedía ella a gritos; ellos, habían cogido a Marta, también en volandas, y la tenia empalada; Jesús se la metía por la boca, y Dave se la estaba follando por el coño. Mientras Blas... ¿Dónde estaba Blas?... De pronto note como algo duro acariciaba la raja de mi culo, mientras me estaba follando a Gabriela; la solté, me gire y él nos cogió a los dos, haciéndonos tumbar en la cama. Ella y yo nos pusimos en posición de 69, y él, su enorme tranca entre mi boca y el coñito rasurado de Gabriela, cosa que hizo que golpeara también contra mi boca.
Aun no se como paso, pero me vi devorando esa enorme verga, como si lo hubiera hecho toda la vida. El caso es que me gustaba hacerlo; era muy excitante. Gabriela seguía comiéndome la polla, y en un momento dado, se agrego Marta, tragándose mis huevos, y pasando su lengua por la base de mi polla. La escena era la más excitante que había visto, ni formado parte nunca: Blas dándome su polla, Marta y Gabriela comiéndome la mía, y Dave, dándole por el culo a Jesús. El olor a sudor, seño, el calor, invadían ya la habitación, cuando ya no pude aguantar mas, y estalle en las bocas de las dos chicas, al mismo tiempo que agarrándome la cabeza con sus fuertes brazos, Blas, se corrió en mi boca, haciéndome mantener su leche dentro de ella, cosa que advirtió Marta, y abalanzándose, me comió la boca, volcando yo en ella toda la leche del mulato.
A esas alturas, yo estaba ya semi-rendido, ya que fue muy intenso, pero no tenia ni idea de lo que me esperaba. La sesión se iba a alargar hasta el día siguiente por la mañana, y por entonces eran las 9 de la noche. El próximo día os seguiré contando como fue la noche, ya que no tiene desperdicio. Hasta entonces Besos de...
sexo-adicto (
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