No de buena gana mi esposo acepto que fuéramos a la fiesta que nos invitó Jorge, quien fue mi novio hace varios años, festejaba los 17 años de sus hijo Mario y los 19 de su hija; pero bueno, me sentía yo en esos dias de especial calentura y no me refiero solo a la ambiental sino a la que tengo frecuentemente entre mis muslos, asi es que vestí de manera muy sexy, una blusa strapless que dejaba desnudos mis hombros, pegadita, y una ajustada minifalda negro y blanco muy atrevida, con una abertura al frente inclusive; Esperando resultarle agradable a la vista a mi ex novio; Lo que logre exitosamente cuando nos recibió y vi su expresión, paseando su mirada de pies a cabeza de mi cuerpo, sin disimular su lascivia. Soy trigueña de estatura baja pero con un cuerpo muy llamativo, nalgas de pronostico y muslos que atraen las miradas de los chicos cuando me pongo mis minis, me encanta exhibirlas, me encanta seducir... La comida transcurrió y pronto se fue a sentar junto a nosotros, esta él, yo y al lado mi esposo; yo sentía aquella situación muy erotizante, y más cuando me hice para tras y permitir que la faldita se me trepara, y por supuesto, darle una vista de primera fila de mis muslos desnudos a Jorge.
Saben? Les juro que al verlo se me mojaron las pantaletas y el corazón me latió con fuerza. Además, los pezones se me pusieron tan duros que creí que iban a estallar dentro de las copas del sostén. De la misma manera, se me alborotaron las hormonas y casi me quedo muda. Por fortuna, me controlé. Y asi charlábamos animadamente cuando sonó el celular de mi esposo, asi es que se paro a contestar. “Oye chica, estas estupenda, mira que me estas provocando una erección como cuando éramos novios” me dijo Jorge, yo sé rei, Aprovechando que nadie nos veía, me acerqué a su lado y puse mi mano entre sus piernas. Su pene, que por cierto era enorme, estaba tan duro como un tronco. Ya no fue necesario añadir nada más. Y le dije, “bueno, tu mujercita me lo va a agradecer esta noche no crees?” Mientras cruzaba mis piernas y me acariciaba yo el muslo... entonces el muy ladino me puso la mano en el muslo, y me dijo “y porque no aprovechas tu estas ansias, que tengo por un buen palo contigo”.
Me sorprendió un tanto oír esto, no le conteste solo me sonreí echando mis pechos hacia adelante, retantes, pues sentía que mis pezones estaba hinchados de excitación; en eso mi marido tomo una llamada por su celular y luego regreso diciendo que tenia que recoger ahí cerca unos papeles de un cliente que llegaba en un vuelo, y que tardaría cosa de una hora y media, que me quedara ahí a esperarlo; cuando me comento eso, sentí una corriente eléctrica en mi cuerpo, y un espasmo en mi vagina.
Bueno, le dije, mientras Jorge me va a entregar unas fotos que guarda de nosotros, pues dice que su mujer se encela de verlas a veces. Jorge mismo se sorprendió de la explicación, pero acepto. Acto seguido, pasados unos instantes, se dirigió a su esposa, y me dijo que me adelantara a la puerta, (estábamos en casa de su suegro, frente a los departamentos donde él vive). Y rápidamente nos encaminamos hacia allá, francamente no se que le dijo a su mujer, pero a cada paso mi corazón, y mi sexo, latían mas rápidamente. El vive en un edificio muy tranquilo, subimos por las escaleras al tercer piso, lo que aproveche para adelantarme y caminar, delante de él, para permitir que viera mis piernas en todo su esplendor. Me puso un susto cuando casi al llegar a su departamento, subiendo las escaleras, me agarro las nalgas, subiendo al tiempo la faldita, “estas muy bien chiquita” me dijo, al tiempo que hundía su cara entre mis posaderas, aprovechando que estaba un par de escalones abajo... eso fue increíble, pues di un grito de sorpresa, un “no como crees aquí”, pero tambien sentía cierta excitación tambien, de estar ahí, con la posibilidad de ser vistos, y con el placer de sentir aquella cara clava en mis glúteos apenas cubiertos por una tanguita blanca... sus brazos me hicieron me agachara un poco mas, para aumentar la intensidad de las caricias linguales... ”nooo, me dijo con voz entrecortada y apenas audible, pero si estas ya empapada de aca abajo mi nena”.
Les confieso que las nalgas de Jorge siempre me habían gustado y ahora era la oportunidad para palparlas, clavarles las uñas, estrujarlas y arañarle los testículos, mientras que mi boca le extraía los líquidos lubricantes.
Me hizo a un lado la tanga, metiendo aquella lengua, que casi habia olvidado aquella inmensa lengua, en mi mis nalgas, en mi orifico anal, en toda aquella región que me fascina ser penetrada y acariciada, soy fan del sexo oral, ¿saben?.
Estuvimos unos minutos asi, yo ya estaba francamente fuera de mi, solo quería sexo, asi es que en un momento, me voltee, sentándome en la escalera, y atrayendo sus caderas hacia mi, bajándole el ziper del pantalón y brincando aquellas inmensa masa de carne chorreante, dura, “mmm. Jorge olvide que estas muy bien, te acuerdas de esto?” Le dije, al tiempo que empezaba a darle una mamada a aquella verga, pasando mi lengua por aquella masa palpitante, por aquellos huevos peludos que estaban llenitos de semen para mi... Su miembro estaba duro y, al ponerlo dentro de mi boca, éste no cabía.
Él cerraba los ojos y me decía:
- Así, mi chiquita preciosa, chúpalo, dame ese gusto tan enorme.
Volví a tener la misma sensación de sentirme audaz y la calentura volvió a mi cuerpo. Me acordé de cómo me tocaba mi trasero y yo le hice lo mismo. Yo chupaba su “helado” y me gustaba jugar con él. Jorge quiso retirarse pero no le dejé. Seguí mamándolo como recién nacido hasta que sentí cómo se quedaba quieto y gemía. Era delicioso sentir aquello entrara y salir de mi boca, tocar sus bolas con mis manos, hundir mis uñas en sus nalguitas tambien, mientras oía como gemía: Mi lengua recorría cada milímetro de es piel chorreante, saboreando el sabor exquisito del sexo y del semen, era una locura deliciosa aquella;
En un momento, me pareció oír un ruido, pero no vi a nadie..”Mejor vamos a tu departamento” le dije, y con cierto trabajo, nos separamos y acabamos de subir las escaleras al departamento. No acaba de cerrar la puerta cuando casi me avienta sobre el respaldo del sillón, yo de espaldas, para volverme a subir la faldita. Musitando groserías y cosas de mis nalgas, pero esta vez no me dio sexo lingual, sino que sentí su verga inmensa queriendo entrara entre mis nalgas, asi es que me agache y me abrí de piernas para facilitar el delicioso tormento... guau, como me clavo su estaca la primer golpe. Arrancando un “ahhhh” de mi s labios, seguido de una serie de arremetidas buscando casi traspasarme, vaya escena, yo con la faldita a la cintura, recargada en el sillón de pie, recibiendo las embestidas de Jorge. mmmm era algo delicioso, mientras su manos acopaban mis erectos pechos, buscando tras la blusita mis pezones erectos para tomarlos; yo ya dejaba salir todos los gemidos de esa sesión, sin temor a nada.
Pero en un momento,
Me preguntó:
- ¿Quieres más?
- Sí, sí, quiero más. Me gusta que me la metas así, sigue, por favor no pares.
- Yo lo sabía y no me defraudaste. Eres caliente y sabía que en cuanto te mostrara este camino probando las delicias de una buena cogida gozarías, ¿verdad?.
- Sí, amor Puedes enseñarme lo que quieras, si el placer es igual o mejor que éste.
Sonrió diciéndome:
- Con razón te decían Golosa en la Escuela, ibas camino de ser una excelente viciosa.
Me mordía los pezones, chupaba mis pechos y los apretaba muy sabroso. Cuando sentí su verga otra vez dentro de mí, no daba crédito a tanto placer. Escuche una canción de la fiesta de enfrente, era música tropical, y empecé a bailarla moviendo mis caderas, primero suavemente, después con más ritmo. Me olvidé de él, el placer era increíble. Mi amigo gemía, gritaba, casi aullaba, diciéndome que parara. Yo no le escuché. Seguí moviendo mis caderas al ritmo de mi canción y tuve otra explosión de mis sentidos, mi fuego interno culminaba, pero yo quería más. Sentí cómo él me llenaba con sus jugos y ya no paré. Empecé a sacármelo y metérmelo con furia
Jorge se detuvo, y me ordeno, “híncate puta en la mesita de centro, te voy a dar por donde te gusta”... avance unos pasos, me quite la blusita y el sostén, y ya desnuda, con solo las zapatillas de tacón, me puse de a perrito en la mesa, entonces el apunto su vergota, directamente contra mi ano... grite de dolor al inicio pues aquella pasa de carne entro sin compasión a mi pequeño orificio anal, despertando en mi dolor y placer, pero después de unas embestidas desapareció el dolor y empecé a sentir todo lo riquísimo del sexo anal... una y otra vez embestía aquel semental ardiendo, mis nalgas chacualeaban a cada embestida, mientras nuestros cuerpos chorreaban sudor.
El placer que me daba sentir ese cuerpo, en el mismo lugar donde estaba su esposa, me enervaba aun más, sintiendo el fruto prohibido, el fruto del desafió, Jorge me mordía los pezones, chupaba mis pechos y los apretaba muy sabroso. Cuando sentí su verga otra vez dentro de mí, no daba crédito a tanto placer. Imaginé una canción y empecé a bailarla moviendo mis caderas, primero suavemente, después con más ritmo. Me olvidé de él, el placer era increíble. Mi amante de ocasión gemía, gritaba, casi aullaba, diciéndome que parara. Yo no le escuché. Seguí moviendo mis caderas al ritmo de mi canción y tuve otra explosión de mis sentidos, mi fuego interno culminaba, pero yo quería más. Sentí cómo él me llenaba con sus jugos y ya no paré. Empecé a sacármelo y metérmelo con furia
Jorge continuó con sus besos y caricias por todo mi cuerpo, su boca pasaba de mi boca a mis pezones, su mano pasaba de mis pezones a mi ano, mientras mi vagina penetrada por su erecta y caliente verga, se empapaba cada vez más. Mientras la verga de Jorge entraba y salía de mí, haciendo que mi vagina segregara más y más y que mis jugos, escurriéndose de mí, mojaran la sábana,
Jorge, sacando su verga sólo lo suficiente para poder pasar mis piernas por encima de sus hombros, volvió a penetrar en mí, introduciendo su pene hasta el fondo de mi culo mientras yo sentía cómo entraba y salía de mí la gorda y caliente vergota de Jorge y cómo mi sexo se humedecía más y más para facilitar la penetración, haciendo que cada vez que el pene salía lo hiciera más y más mojada de mis jugos, mi marido se acercó a mi cabeza y empezó a acariciarme los pechos, mientras su boca se pegó a la mía. Desgraciadamente no hay hombre que resista mis nalgas y ano al penetrarlo rico, y esta no fue la excepción, provocando un orgasmo increíble... mmm... me vengo chiquita, toma toda mi leche... llévasela a tu marido”... esto ultimo me puso de a 0100 y me hizo estallar tambien, que bárbaros, gritamos como locos con ese orgasmo, seguro que de los otros departamento nos oyeron... fue delicioso.
Asi que imagínense esta escena tan cachonda, yo la verdad estaba en otro mundo, las sensaciones que en ese momento experimentaba quería que no terminaran nunca, hasta que por fin todos en un grito unánime explotamos casi al mismo tiempo, gozando de este rico momento sexual. Ya incorporados, me dijo Jorge, “mira voy a regresar a la fiesta para que no sospechen, si quieres metete a asearte en el baño, fue delicioso” besándome con su lenguota en mi boca, que correspondí con un sucio beso, acariciando su verga mojada entre mis manitas. En fin se fue y me metí al baño.
Pero unos minutos después, saliendo del departamento, antes de cerrar la puerta me tope con Deyanira, una chica amiga de la hija mayor, era un trigueña hermosa, de 18 años, pelo muy cortito, de hermosas facciones, vestida con un top y una faldita muy coqueta... “perdón Señora si te espante” me dijo, “nada de señora, le dije, dime Elvi” mientras en mi mente pasaba el pensamiento si ella podría delatarnos, o haber odio algo. “llevabas mucho tiempo aquí” le dije “y la muy picara sonrió y me dijo “lo suficiente”... como? Que es eso de lo suficiente bonita” le dije...
- Crees que soy bonita de veras Elvi”, me dijo.
- Claro, eres muy bonita y muy sexy”, conteste.
- Sabes me sorprendió un poco tu persona, cuando te vi entrar, eres una señora joven de mas de 30 que por lo que veo le gusta vestir muy sensual, como a mi, como a mi mama, que es una caliente pienso, y por lo que veo, le gusta el buen sexo”. Eso me dejo sorprendida, no conteste.
- No te espantes, no los voy a delatar, pero que escandalosos son los dos” dijo riéndose; “sabes, quiero pedirte un favor Elvi.
- Dime le dije.
¿Es que sabes? A veces creo, bueno tengo novio, aclaro, pero a veces pienso que me gustan las mujeres”,
vaya, le dije y porque piensas eso? “Bueno, porque una vez vi a mi mama totalmente en cueros con su mejor miga, haciéndole el amor, hincada en 4 metiendo su cabeza entre las piernas de la otra mujer, lo que me éxito mucho, recuerdo casi cada posición que adoptaron, cada gemido, cada caricia que se hicieron las dos; primero me enoje, pero pronto mis instintos saltaron y me humedecí, entre las sombras, comenzándome a darme una rica paja mientras veía a las dos hembras acariciándose, besándose como hombres, amándose... y durante 2 semanas tenia que pajearme a diario para calmarme”.
Vaya, le dije, entonces te gusta esto, le dije, al tiempo que mi mano se introducía debajo de su faldita hasta alcanzar sus nalgas, su piel era muy tersa, muy suave,... y que bárbara estaba ardiendo la piel e esta jovencita; ella respondió aproximándose a mi y dándome un beso muy aliente en la boca, lo que respondí efusivamente claro... las cosas se calentaban otra vez... pero ella fue mas allá, y su mano tambien se metió bajo mi chiquifaldita, peor buscando mi sexo, aun húmedo, y metiendo su dedo en mi vagina con una habilidad de experta, arrancando un gemido mío... intente despegarme pero no me dejo, su boca y nuestra lenguas seguían trenzadas y nuestras manos nos recorríamos una a la otra, otra vez ahí recargadas en la pared del pasillo, fuera del departamento, y fuera de control de nosotras mismas...
Acto seguido, la chiquilla se uso en cuclillas frente a mi, y metiendo su carita angelical dentro de mi sexo... que lengua tenia, yo juro aun que ella y habia tenido varias experiencias lesbi, pues se comportaba como una experta, mientras sus manitas agarraban mis nalgas con fuerza, dándome de vez en cuando algunas nalgaditas... “Te gusta perra” me dijo, a lo que asentí con la cabeza... entonces se incorporo, me puso su conchita cerca de mi boca y me acerco casi obligándome a besarla y darle lengua desde sus tetas negras y deliciosas, bajando por su vientre hasta su conchita, donde yo bebía lamiendo su preciosa conchita rosadita era delicioso sentir el sabor del vino con sus jugos y con el sabor de la verga que me acababa de comer; Luego, me tomo de la mano y me metió al departamento, las dos en la salita (de la lujuria) nos desnudamos, quedando y solo con zapatillas, sus ojos me miraron llenos de deseo, y le sonreí, y me adelante para besarla en la boca, las dos caímos en el sillón; sentía sus ricos pechos contra los míos, chocando los pezones, mientras nuestros dedos nos los metíamos en las vaginas.
Entonces le pedí que se sentara, y abriera las piernas, me hinque frente a ella y hundí mi cara y le hundí mi lengua en su templo de venus, empapadísimo ya; arranque un grito de placer cuando empezó mi lengua a taladrar aquella raja, me tomo de la cabellera y repegaba sus caderas virginales contra mi cara, mientras mi dedo me daba placer a mi, masturbándome... las dos estábamos fuera de si, los gritos de ella se hacían más fuertes, y sentí pronto esos ricos espasmos del orgasmo, no se cuantos le vinieron, fue algo sublime sentir aquella marea de líquidos saliendo, y yo bebiéndolos todos, ahogándome casi... y la acompañe en un orgasmo tambien, levantándome un poco, y tallándome contra su rodilla, echando mi cuerpo en ella y besándola en la boca, para que bebiera sus propios jugos, los que acepto gustosa...
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