Mi nombre es Rubén, tengo 43 años y hace 3 que me separé. Vivo en la ciudad de Buenos Aires y soy ingeniero industrial y tengo una empresa de consultoría en ingeniería con 2 socios. A raíz de la grave situación económica que pasó la Argentina durante los años 2001 y 2002, el trabajo en la empresa decayó muchísimo, razón por la cual decidí matar el tiempo navegando en Internet y descubrí el chat como herramienta para conocer a otra gente. Así fue que me topé con una chica cuyo nick era Noe. Al principio nuestras charlas eran en el chat pero después comenzamos a comunicarnos a través del MSN y finalmente me dio su teléfono y todas las mañanas charlábamos mas de una hora.
Noemí (Noemí en realidad) es una chica judía al igual que yo, casada hace 19 años y viviendo con su marido y sus dos hijos adolescentes teniendo una vida muy normal. Sin embargo, aún ante su buena relación con esposo, Noe aceptaba charlar conmigo como si hubiésemos sido amigos de toda la vida. Nos confidenciábamos cosas como, en mi caso al menos, jamás hablé con mujer alguna. Pero no necesariamente las charlas tenían que ver con temas de sexo. Por el contrario, si alguien leía lo que nos escribíamos, vería con asombro que yo le contaba cosas de mi intimidad familiar, amigos, etc. y ella sus maravillosas experiencias con sus hijos (hija e hijo) a quienes aprendí a apreciarlos sin conocerlos, al igual que a su dulce mami.
Noe era profesora de danzas, especialmente árabes y nuestras mañanas transcurrían en un tono de profunda amistad, sin embargo no tuvimos oportunidad de tomar un café siquiera para vernos la cara. Pero, como no podía ser de otra manera, Noe empezó a poner loca alguna de mis pocas neuronas y entonces nuestras conversaciones empezaron a subir de tono y eso hizo que la deseara coger con mucha ansiedad. A tal punto llegó esa relación que en un par de ocasiones nos hemos pajeado por teléfono, ella desnudita en su cama y yo encerrado en mi oficina. Fueron unas masturbaciones sensacionales. Pero había que ir al grano, y se dio la mala suerte que el esposos de Noemí decidió de un día para otro, abandonar su casa y eso hizo posible que se produjera un acercamiento inesperado con Noe, la turca. Al principio fue por una necesidad de acercamiento afectivo ya que Noe estaba poco menos que destruida. No entendía nada.
Salimos un par de veces y debo asumir que era mas linda de lo que me imaginaba en el chat. Espectacular sería poco. No es muy alta pero un lomo que hace dar vueltas a cuanto macho se le atravesaba. No desearía ser el esposo de Noe, ya que viviría a las trompadas con medio mundo, sólo por mirarle su culo con ojos de calentones. Muy buenas tetas, paradas y muy bien desarrolladas. Un culo difícil de describir. Si el mundo es perfecto, ese culo lo era más. Y creo que no habría pija que no se pararía luego de ver ese culo. Pero Noe tenía otros atributos. Por su condición de bailarina, tenía una cinturita especial y buenas y contorneadas piernas. Lo que en Argentina solemos decir: Un minon!!!. Como supondrán, no pasó mucho tiempo hasta que fuimos a coger. Nos deseábamos mucho y ella aceptó tener sexo con otro hombre después de 19 años de absoluta fidelidad a su ex marido. Pero ya se sentía liberada y ella también sentía necesidad de coger conmigo.
Entramos a un buen hotel alojamiento en Olivos (suburbio paquete de Buenos Aires), donde en la habitación comenzamos a besarnos con mucha dulzura. Juro que hace mucho que no besaba a una mujer como lo hice esa noche con Noemí, la turca. Ella también resultó muy delicada a la hora de empezar a los besos. Sabía lo que quería y como lo quería. Como, les contaba, los primeros minutos fueron de besos muy largos, las lenguas jugaban como dos chicos y eso hacía que nos excitáramos aun más. Mis manos recorrían su cuerpo para satisfacción de mi ego: era tan buena como lo veía. Comencé a desnudarla muy suavemente. Llevaba una camisa ajustada que salió muy rápida y dejó a mi vista un exquisito corpiño blanco que mostraba unas tetas muy bien formadas. Entre besos, logré desabrochar el corpiño y casi desmayo al ver ese par de pezones parados como torres gemelas. Mucho mejor de lo que me imaginaba. Los besos empezaron a buscar las orejas, el cuello y las tetas de Noe, que se erizaban al contacto de mi lengua, esas tetas las chupé con ternura y pasión por un buen rato, estaban buenísimas... mejor de lo que me había imaginado. Era un verdadero placer ese descubrimiento. Por momentos sentía que acabaría mientras le besaba las tetas. Mis labios jugaban con los pezones y ella disfrutaba mucho.
Seguí bajando y le quité el jean negro que traía y quedó sólo con una tanguita blanca extremadamente sensual. Parecía tener a una diosa entre mis manos. La conchita se veía con una pequeña matita de pelos que eran cubiertos discretamente por la tanguita. Obviamente que seguí besándola hasta bajarle la tanga y dejar sobre mi cara una concha espectacular. Noe también estaba excitada y ya se olían los aromas sexuales que irradian las mujeres muy calientes.
- Déjame que te desvista - me pidió.
Me hizo parar e hizo su tarea de sacarme la camisa mientras su deliciosa lengua pasaba por mi pecho, prosiguió con los pantalones, y se quedó viendo el bulto y me miró con esa carita que ponen las nenas traviesas, bien putitas, ahí mismo me saqué la ultima prenda que me quedaba y mi pija erecta enfiló hacia ella, Noe se agachó y tomó mi pija con una de sus manos y con su lengua recorrió la cabeza, luego fue introduciéndose despacito todo mi pija hasta donde pudo y me la fue chupando con cariño, con muchas ganas de manera que la pija no saliera nunca de su boca, que se quedara a vivir, la succionaba muy bien, parecía saber hacer las cosas muy bien.
-Mmmhhh, que bien chupas cariño, pero espera que no quiero acabar todavía en tu boca - le dije y se la saqué de sus labios.
La alcé y la llevé a un sofá con un espejo detrás, la senté y le separé las piernas, ella adivinó lo que tenía en mente:
- Chúpamela, eso me encanta Ruben, pásame tu... - y no pudo decir mas nada cuando apoyé mi lengua en sus labios vaginales, se recostó sobre el espejo y gemía, gemía.
- Mmmhhh siii aaahhh que bien se siente, seguí, te gusta mi concha Ruben?... Seguiii.. me encanta como la chupas, que buenooo!!!! Me haces acabaaarrr!!!.
- Me encanta, es riquísima... le contesté sin dejar de gozar de ese placer.
Y vaya que lo era. Era sabrosísima, un manjar, los dos estábamos disfrutando muchísimo. Ella sintiendo como mi boca se comía esa deliciosa concha y mi lengua jugaba entrando y saliendo de su clítoris que ya estaba a mil. Además, como tengo una barba muy corta, el roce de la barbilla con los carnosos labios vaginales eran una sensación muy deliciosa para los dos. Por momentos ella gemía en árabe y por momentos en castellano.
- Seguí Ruben, me encanta como me la chupas, dale que me vas a hacer acabaaarrr, maaasss...!!! gritaba entre sus gemidos de placer.
Estuvimos un buen rato hasta que Noe explotó, me tomó la cabeza con sus dos manos, apretándola muy fuerte sobre su concha y gritó bien fuerte hasta que logró un orgasmo espectacular. Parecía que me ahogaría, pero el placer valía la pena. Seguí besándole la conchita a la turquita y ya tenía sus juguitos en mi lengua... que placer. Ambos la estábamos pasando muy bien. El brillo de sus ojos me indicaba que le había encantado, pero sabía y quería mucho más. La levanté del lugar donde estaba, la llevé a la cama como si fuéramos novios, besándola muy dulcemente, me puso un forro con su boca y me acosté de espaldas en la cama. Ella se sentó encima de mí y jugueteaba con mi pija que estaba a punto de estallar, se la puso en la entrada de su conchita y de un golpe la hice caer sobre mi pija, y la penetré de una. Yo estaba muy caliente y no podía esperar mucho mas, quería cogerla ya, la turquita estaba totalmente a mi merced y si bien le hubiera gustado al principio un ritmo mas lento, estábamos en un entra y saca salvaje, un ritmo frenético, mi pija golpeaba sus paredes vaginales empapadas con furia, Noe no se guardaba nada... saltaba sobre mi pija y gritaba y gritaba (hasta los vecinos de otras habitaciones habrán escuchado esos gritos), mi ritmo no le daba tiempo a decir ninguna frase, sólo podía emitir sonidos de placer y con sus manos se aferraba cada vez con mas fuerza a mi cuerpo, haciendo fuerza en mi cintura para que se la meta cada vez mas adentro, lo que me excitaba aún mas, parecía que quería romperla de tan fuerte que eran las embestidas a su concha pero Noe no cejaba de saltar, disfrutaba a full la cogida que estábamos teniendo.
- Te gusta putita?. Que linda sos, te voy a garchar como nunca nadie lo hizo, toma turquita... quiero acabarte toda.
Ambos explotamos, fue una acabada juntos espectacular y nos quedamos unos segundos abrazados y besándonos, saque mi pija y me saqué el forro y con la leche que quedó en él se lo tiré a sus grandes tetas. A ella le gustó lo que hice y se untó mi leche por sus pechos, estómago, boca... eso me calentó muchísimo y la hice arrodillar para que me la chupara:
- Ahora quiero que te tragues mi leche, Noe.
- Ok Ruben, lo que vos digas, quiero probar tu lechecita.
Y paso siguiente su boca se tragó mi pija como lo haría una verdadera puta y muy profesional.
- Más rápido mi turquita puta, chúpamela mas rápido.
Su ritmo aumentó un poco y en poco tiempo mi pija ya estaba parada llena de leche, lista para descargar en su boca.. Mientras me la chupaba, veía que Noe se masturbaba metiéndose los dedos en su conchita y eso hacía que los dos estuviéramos a punto de acabar.
- Ahhh!! Noe, prepárate que te lleno la boca..., le decía.
Esto le encantaba mucho a Noe. Le excitaba que le hablaran mientras me masturbaba con la boca y ella se metía los dedos en su concha hirviente... Y cuanto más grosero era lo que le decía, más la calentaba. Y segundos después mi pija estalló dentro de su boca. Fue sublime y ella comenzó a succionar, por su cuello se podía apreciar como iba tragando mi leche mientras sentía sus gemidos de su acabada, que fue en el momento que sentí una succión espectacular, hasta que me la dejo limpia y dura de nuevo.
- Ya esta lista, Ruben - y me guiñó un ojo.
Lo que no se imaginaba era lo que tenía en mente. La tomé con mis brazos y la acosté boca abajo.
- Que me vas a hacer, Ruben? - me preguntaba ingenuamente.
- Te voy a coger ahora como una perra, te gustará - ahí comprendió que eso era lo que yo deseaba y mucho.
- No se, mi culo no está tan abierto y no lo hice muchas veces - me decía con algo de miedo.
- No tengas miedo, Noe. Yo te lo voy a abrir bien y con dulzura.
Y la coloqué en la cama arrodillada de frente apuntando ese espectacular culo a mi y ella con su cabeza sobre la almohada... La cabeza de mi pija empezó a jugar en las puertas de su perfecto culo, ella tenía ciertas dudas por si le iba a doler, quería que se la metiera, pero dudaba, sus dudas se despejarían enseguida. Tenía frente a mi uno de los mejores culos de Buenos Aires, se los aseguro. Primero le besé mucho el culo y le mojé bastante la entrada con mi lengua, esto le encantó a Noe. Así estuvimos un par de minutos. Ella contoneaba su culo como disfrutando de la lamida que le hacía. Los lengüetazas iban desde su concha hasta el culo. Estaba loca de placer. Entre tanto lamidas, sentí que Noe acabó, porque cerró muy fuerte las rodillas en el momento que tenía mi cara metida entre sus piernas. Chupé los magníficos juguitos de Noe y después empapé mi pija con los juguitos de su concha, así iba introduciéndosela de a poquito, ella gemía con ciertos grititos de dolor mientras se acariciaba la conchita con sus manos. La cabeza de mi pija ya estaba adentro y para hacerla mas rápida ya que estaba muy caliente, se la clavé de una. Noe pegó un grito y empecé mi culeada a ese maravilloso orto carnoso, delicioso que necesitaba ser abierto y complacido. Noe ya no gritaba de dolor sino de placer, le estaba encantando.
- Aaahhh, siii... siento que me llega hasta el estómago, mmmhhh, que rico Ruben... dame más!!! No pares.
- Si turquita, te voy a abrir este hermoso culo... mmmhhh... que carnoso es, tenés culo para muchas pijas, turca divina.
- Me encanta, aaahhh soy toda tuya Ruben, cogéme como te guste, no pares, estoy muy caliente quiero sentir toda la pija bien adentrooo!!!.
- No voy a parar hasta que acabemos juntos, mi turquita putaaa.
- Esta pija me vuelve loca, siii, quiero tu leche, dentro de mi, quiero, quiero.
La cogida por el culo duró bastante, parecía que su culo se iba a partir, cuando notaba que mi semen estaba a punto de salir, aumenté todavía mas de velocidad, Noe ya no daba mas y acabé dentro de su culo y ella había acabado no menos de 3 veces porque ahora contaba con la ayuda de mis dedos que le metía en la concha empapada y caliente, mientras que con la otra mano fregaba sus tetas que estaban a punto de estallar.
- Aaahhh tomá turquita - le dije entre gemidos.
Y nos quedamos abrazados yo encima de ella y con mi pija en su culo, le besaba las orejas, el cuello, le acariciaba las tetas. Que escena, dios. Luego nos levantamos y nos fuimos a dar un baño juntos. Nos metimos bajo la ducha y es tan preciosa la turca que me calenté de nuevo, la pija se me volvió a parar mientras la enjabonaba, recorrer ese cuerpo con el jabón era como moldear una escultura griega. Ella también estaba muy caliente, así que aprovechamos para volver a besarnos ahora muy fuerte y a recorrer nuestros cuerpos con nuestras manos, es un minón, realmente y muy habilidosa al momento de calentarte, se los aseguro. Después de darnos besos y hacer que nuestros cuerpos se fundan en uno solo, la hice ponerse de espaldas y que se agachara levemente, tenía su culo y su conchita sólo para mi, entonces le metí mi pija que estaba re caliente en su conchita enjabonada mientras la tomaba de la espalda y le acariciaba las tetas que estaban paradísimas de la excitación... No usaba forro así que sentía los latidos de los labios vaginales sobre mi pija, estábamos muy calientes y queríamos disfrutar mucho de ese momento.
- Me encanta Ruben, daleee... no pares... siento tu pija... la quiero toda adentro.
Esto me calentaba aun más. Bajo la ducha se la estaba metiendo con mucha fuerza y gozábamos los dos como si fuera la ultima vez de nuestras vidas. Sentía que Noe acababa porque en un momento cerró muy fuerte sus piernas apretujándome la pija dentro de su concha y succionándola y empujando su culo sobre mi como queriendo que la metiera aun mas, mientras gritaba muy fuerte.
- Siii!!! Aaahhh!!!
Eso hizo que acabara yo también y dentro de ella, lo deseaba mucho y lo había conseguido. Creo que había conseguido algo que deseé durante mucho tiempo. Coger a Noe sin forro y acabarle toda mi leche en su deliciosa concha, mientras ella también gozara con mi pija durísima. Terminamos en la cama haciendo un espectacular 69, chupándonos nuestras leches, yo le besaba la conchita con sus juguitos mezclada con mi leche y ella me limpiaba a chupones la pija, espectacular final. Esto lo hace como pocas, es una diosa. Nos avisan que se terminó nuestro turno. Que rápido pasó todo. Le pedí de regalo su tanguita manchada con sus primeros orgasmos en camino al hotel, que aun guardo con mucho cariño. Salimos del hotel como si fuéramos novios: a los besos y con caricias de adolescentes. La llevé hasta un sitio que me indicó, no era su casa, sino la de su mamá, con un largo, muy largo y húmedo beso terminó nuestra primer cogida.
- Lo pasé bárbaro, Rubén, gracias – y un beso de lengua muy tierno fue nuestra despedida.
Hubo muchas otras encamadas con la turca Noe que fueron tan espectaculares como esta y en muchas, fue ella la que llevó la iniciativa. Muchas veces fueron en casa donde amanecimos abrazados como novios adolescentes. Y me encantaron. Creo que encontré la medida justa para gozar de sesiones de sexo espectaculares. Cogemos mas de una vez a la semana y cuando la dejo ya empiezo a hacer planes para la próxima cogida.
Espero poder seguir contándoles mis encamadas con Noe, que les aseguro cada vez fueron mas espectaculares. Sos una diosa, Noe.
Si les agradó la narración, pueden enviarme sus comentarios a
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Rubén
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