Estamos volando a una altura relativamente baja, he pedido que me sirvan un martini en vodka mientras miro por la ventana y veo un mar azul celeste cubierto por una delicada bruma, miro con gran entusiasmo el paisaje, veo un mar del cual sobresalen islas, unas pequeñas otras más grandes se asoman como si fueran pedazos que aparecieron desde lo mas secreto y escondido que guarda el mar, algunas muy altas de un verde profundo rodeado de un color blanco seguramente por el romper de las olas.
Estamos por aterrizar en un lugar de Asia son más o menos las 2 de la tarde, yo un tanto relajada ya que es un viaje de “luna de miel “ y descanso. Ya al llegar a tierra y al bajar del avión siento esa brisa húmeda y tibia hacia mucho calor, sentí ese olor a tierra a naturaleza casi virgen la cual humedeció mi cuerpo, mi ropa que un tanto abrigada me causaba una gran sensación de incomodidad, solo quería llegar pronto al hotel para sacarla y sentirme libre. En el aeropuerto fuimos invitados a pasar a la oficina de turismo, no lo teníamos considerado dentro de nuestros planes pero al mirar los folletos encontré que los lugares que nos ofrecían para conocer eran demasiado tentadores no lo pensamos mucho para decidirnos a conocer algo mas en este viaje.
Tomamos un taxi, el chofer era un individuo alto moreno y joven de anchas espaldas y perfectos bíceps que dejaban ver unos velludos y tostados brazos, se presento como Hakim de rasgos un tanto árabes, mientras hablaba con mi marido, yo estaba en otra cosa, ya que sentía mucho calor. La temperatura dentro de ese auto subía más y más, lo único que pensaba era en desnudarme, sacarme toda mi ropa, sobre todo, mi ropa intima que cada vez la sentía mas pegada a mi cuerpo, le pedí al chofer que bajara la temperatura para calmarme un rato. La vegetación, el paisaje y la humedad hicieron que por mi cabeza pasaran otros pensamientos, ¿Cómo seria Hakim al hacer el amor con el, sobre unas llovidas hojas caídas de un platanal, escondido en medio de esa selva, sobre la tierra colmada de humedad y de nuevos olores?.
Me desperté repentinamente de mis pensamientos con mi mano acariciando entre las piernas de mi pareja el cual, ante mi actitud, gentilmente se acomodo para yo dar paso a mis caricias y dejar el paso libre a mi mano permitiendo asi que mis dedos sintieran la suavidad y lo mojado de su intima piel. Era una situación muy rica ya que la conversación y las curvas de aquel camino que subía y bajaba a través de esa espesa e indomada vegetación, que oscurecía nuestro escenario fueron cómplices para despertar nuestras secretas caricias y deseos.
Luego de recorrer este largo camino, llegamos a nuestro hotel, el cual estaba ubicado en los faldeos de un cerro, sus habitaciones todas ubicadas en terraza mirando hacia el mar las hermosas palmeras se asomaban meciéndose al compás de una brisa en todo su entorno, grandes y floridas enredaderas parecían saludarnos a nuestro paso, arrullado por el cantar de los insectos, era realmente un lugar para descansar, alejado del pueblo y del ruido citadino. Nuestra habitación estaba en el tercer piso mirando la piscina y el hermoso paisaje de su entorno. Era una inmensa playa donde solo se veían alejadas casas, y alguno que otro lugareño. Dejamos nuestro equipaje en la habitación para recorrer el lugar, primero que nada nos dirigimos a la terraza de nuestro departamento allí habían sillas para tomar el sol y maceteros floridos, los pájaros revoloteaban pensando seguramente en algunas posibles migajas que pudiesen encontrar. En la orilla cercana a la playa se divisaba una gran casa que observe con detención y curiosidad ya que era casi la única en ese lugar. En el horizonte veía algunos veleros y nubes que se avecinaban, quizás sinónimo de alguna tempestad.
Al rato entramos en la habitación, Diego tenia ganas de ir a nadar, yo producto del viaje quería caminar un poco, me puse mi traje de baño y mi pareo que habia comprado a un artesano en Bangkok y salí. Frente al hotel un individuo detuvo su tuc tuc (auto típico de esa zona que es como una moto de tres ruedas, con cabina para el transporte de personas) y ofreció llevarme pero le dije que no era necesario que mi viaje solamente seria cerca, que solo me bastaba caminar. Asi lo hice, me fui caminando hasta aquella casa que habia visto desde el balcón, el camino era un sendero que cruzaba una gran laguna producto de una salida del mar, yo iba hipnotizada por el entorno del lugar, de pronto me atrajo una música que provenía de esa casa cada vez me acercaba mas y la música era mas fuerte, me acerque tímidamente hasta llegar a la puerta principal que estaba entreabierta, lo que me llamo la atención. Mis pasos se fueron solos hacia allá, llegue hasta el umbral, pero mi curiosidad no pudo mas y me aventure a mirar hacia el interior. Con toda cautela entre, encontrándome con un lugar muy espacioso, todo construido de piedras y de madera, mas que nada troncos que dejaban notar sus hermosas vetas, ese al parecer era el living, seguido de una escalera que llevaba al segundo piso, todos sus muebles eran de madera, habia alfombras de largos pelos, era realmente hermosa, me acerque al grandioso ventanal que miraba hacia el mar, la música seguia, yo adormecida por esta, me dejaba llevar hacia este interior.
Al parecer no habia nadie, comencé a mirar a una pareja que estaba en la orilla, corriendo, jugando con un perro, poco a poco se fueron acercando mas y más hacia el mar, yo miraba desde ese lugar que no era mío, pero estaba muy entretenida la escena, ella corría mas adentro hacia las olas y el detrás siguiéndola, de pronto ella se dejo caer suavemente sobre el agua y el hombre llego a su lado, la rubia mujer, muy tostada por los rayos del verano se incorporo delante de el interfiriendo su camino, no dejándolo seguir, vi que el se detuvo frente a ella y por un momento y que comenzaron a tocar sus cuerpos, seguido por un gran beso y un abrazo uniéndose en un apasionado trance, luego se fueron acercando hacia la orilla de este manso mar para tenderse sobre la arena blanca donde rompen las ultimas y tibias olas, ella estaba tendida, el recostado sobre la arena acariciaba sus piernas y besaba suavemente sus senos los cuales a la distancia se veían blancos y ofreciéndose a su compañero.
La música de la casa, se habia silenciado, yo veía que al compás de las olas el deseo de esa pareja era cada vez mas y más intenso, el hombre casi sobre el cuerpo de la joven mujer, que estaba habido de abrirse y recibir lo que su masculino cuerpo le ofrecía, ella lo abrazaba y con toda suavidad sus manos se perdían entre ambos, luego hubo un momento de tranquilidad y se quedaron mirando el cielo por el cual revoloteaban aves que cantaban al sol de este día. Por un momento sentí temor que ese hombre me estuviese observando y me escondí tras la cortina de bambú pero mis ojos no pudieron aguantar la curiosidad de ese encuentro, de pronto comenzaron a dirigirse hacia la casa, ya era tarde, no alcanzaba a escapar, instintivamente busque un lugar donde esconderme, subí rápidamente las escaleras para esconderme tras un antiguo mueble que estaba en un rincón del pasillo, mi corazón latía y latía como si fuera algo de vida o muerte, los sentí pasar como a un metro de mi cuerpo, se dirigieron a la habitación que estaba allí.
Después de cierto rato mi curiosidad me llevo a investigar quienes eran, salí de mi escondite y me dirigí en punta de pies a la habitación, y observe que no habia nadie, escuche como caía el agua de la ducha, un impulse irresistible me hizo ir hacia allá, me asome con toda cautela estaban los vidrios y espejos empañados, solamente se escuchaba la respiración de ambos agitada y un tanto desesperada, acompañada de algunos quejidos producto del gran goce que experimentaban en esos momentos, sentí que la temperatura en ese baño estaba mas alta de lo normal, era como estar dentro de una nube, mi entusiasmo me llevo a observar mas y mas cerca, hasta que me encontré sin darme cuenta al lado del shower curtain del baño, mis ojos se cruzaron junto a la mirada del hombre que estaba haciendo el amor a su pareja, este solo sonrió e hizo un gesto como si estuviese invitándome a unirme a ellos, ella estaba besando su pene, acariciando sus nalgas, sus movimientos eran suaves y ondulantes, bajo la lluvia de ese baño esta era una escena de movimiento, calor goce y satisfacción. Mi vagina estaba palpitante de deseos. El siguió en lo que estaba, y yo mirando, sin saber que hacer, mi cuerpo quería quedarse allí pero, mi mente me urgía a salir lo antes posible de esa casa, antes de ser delatada.
Por un segundo dude pero salí corriendo hacia la playa para calmar mis pensamientos, el agua estaba muy tibia, nadie me seguia, me saque mis ropas y comencé a internarme hacia las olas. Las caricias del mar eran de una inigualable suavidad que llevaron a calmar mi gran fuego el cual no lo habia experimentado jamás, nade unos minutos y luego me tendí para recibir el acariciante calor del sol. Al volver la mirada hacia la casa, allí estaba esa silueta que me observaba desde lejos, me quede allí, dormida unos minutos y luego me dirigí al hotel donde Diego me esperaba, subí rápidamente las escaleras y llegue a nuestra habitación, sacándome rápidamente mis mojadas ropas, para darme un tibio baño.
Diego estaba esperándome en la terraza de la habitación con un rico y fresco trago para prepararnos para cenar. Bajamos las escaleras del hotel comenzaba una llovizna y un leve viento pese a lo cual la temperatura se mantenía alta, nos dirigimos hacia el comedor, este miraba hacia la playa y hacia aquella casa que a lo lejos se veía con su luz encendida, yo me preguntaba que estaría pasando en aquel lugar, con solo recordarlo mi cuerpo se humedecía y lo deseaba saber, quizás mañana seria interesante volver una vez mas.
La cena estaba sabrosa, acompañada de una copa de vino blanco, una pareja de turistas que estaba sentada en una mesa vecina nos ofreció un atún que el mismo habia pescado, lo habia cocinado el cocinero del hotel, este venia en una gran bandeja estaba recién asado, venia humeante y caliente era el plato más exquisito que habia probado en este viaje. En el comedor rondaba el gato del lugar y no encontró nada más cómodo que acurrucarse junto a mis piernas, tras la cálida noche, la suave música ambiental y las velas que iluminaban las mesas se daba todo para una romántico encuentro, mis piernas sintieron sutiles roces, comencé a sentir la misma sensación de cuando observaba a la pareja de aquella casa, me deje acariciar, me acomode en la silla para que su mano alcanzara a tocar lo mas profundo y ardiente de mi cuerpo yo trataba que no se notara entre las personas que estaban cenando pero habían momentos en que ya no aguantaba temiendo que mi boca emitiera algún quejido o alguna expresión de satisfacción, le pedí por favor que ya no siguiera mas pero el insistía, yo por mi parte tocaba sobre el cierre de su pantalón, el cual cada vez se tornaba más voluptuoso y firme, lo abrí y acaricie lo que habia adentro que era una ondulante y suave piel.
Luego llego la chica que atendía la mesa con su bonito traje típico de seda tailandesa y nos hizo bajar rápidamente a la tierra sin que ella demostrara darse cuenta de nuestra turbación. Nos volvimos a situar en nuestras posiciones normales mientras el gato fue el único testigo que pudo ver como mi cuerpo se movía y disfrutaba al recibir las deliciosas caricias de Diego, nos servimos el postre tambien muy sabroso, eran unas ricas y rojas sandias rodeadas por torrijas de piña salpicadas con el hermoso color de los melones y mangos anaranjados.
Luego, ya después de este gran día nos fuimos a nuestra habitación, íbamos caminando, ya la lluvia comenzaba a caer. En el descanso de la escalera lo abrace y lo bese desesperadamente, el subió mi falda y su lengua la sentí mucho mas allá de donde se puede imaginar, la lluvia sonaba al caer sobre las hojas de las plantas, sobre la piscina, todo estaba entre penumbras, sus caricias se hicieron cada vez más efusivas por lo que me deje llevar hacia un rincón oscuro, toda nuestra pasión se desato intensamente, de pronto vimos como un relámpago ilumino todo nuestro alrededor seguido de un gran trueno el cual nos hizo correr rápidamente a nuestra habitación.
Diego estaba en la terraza con nuestro bajativo preferido, yo entre al baño, quería darle una sorpresa, me vestí con un traje que habia comprado especialmente para esta ocasión tan especial, un corset rojo, medias y zapatos de tacón muy alto, guantes al tono, mi pelo, abundante, estaba suelto, su sorpresa fue enorme cuando me vio aparecer en aquella terraza oscura y mojada por la tempestad que ya comenzaba a caer, nos cobijamos bajo el alero, habia una agradable brisa que rozaba nuestros cuerpos, el viento hacia mecer las palmeras cargadas de grandes cocoteros, habia una gran luna que al pasar por entre las nubes iluminaba nuestro hermoso balcón.
Allí comentamos lo entretenido que habia sido nuestro día en este lugar, yo estaba muy contenta de lo que habia vivido hoy, no conté lo sucedido en esa casa porque eso seria solo para mis recuerdos escritos en mi intimo diario de vida. Esa noche nos besamos en medio de un viento que cada vez era más intenso, gotas de agua ya caían en mucha intensidad, nos acariciamos y sentimos que esto necesitaba algo máximo, la unión de nuestros cuerpos de una forma casi desesperada eran demasiadas las motivaciones de aquel día, la casa de la playa, la cena en fin, habia que terminar de alguna forma, vimos como el viento era cada vez mas fuerte los árboles se mecían, pero... de pronto me di cuenta que justo al lado de una palmera habia una cámara de seguridad que nos estaba observando, en un comienzo me dio vergüenza pero después sentí que todo lo nuestro era tan natural que seguimos adelante y asi fue, fue una noche de grandes deseos que aparecían, era nuestro primer día de vacaciones y todo se daba para que estas fuesen lo máximo.
Angelic
[email protected]