Soy bien zorra con mi sobrino

Autor: Isabel | 22-Aug

Amor filial
Hola a todos, mi nombre es Isabel y quiero contarles lo que me sucedió con mi sobrino Adrián.

Soy una mujer de 43 años, desgraciadamente ya estoy algo grande pero me mantengo en forma.

Una de mis actividades favoritas es hacer ejercicio así que no hay duda en que tenga un cuerpo que llame la atención.

No soy una mujer orgullosa si así lo llegan a pensar como de muchas otras, del simple hecho de ser atractivas se dan el lujo de lucirse todo el tiempo, la verdad no.

Claro, siempre hay tiempo de darse a desear, de eso se trata. En un relato, sino me equivoco fue el primero, mencioné que tengo un parecido a la actriz "Paget Brewster". Yo no sabía mucho de ella hasta que unas sobrinas me lo dijeron. Y diría un parecido. En fin. En cuanto a mi aspecto físico pues... guiándose de la actriz ya tendrán una idea. Complexión delgada, mido 1:75, pechos medianos, culo parado no grande pero que llama la atención, cabello ondulado, y de piel blanca. Mi sobrino Adrián es un muchacho joven de 24 años. Acaba de terminar su carrera en Arquitectura. Es un chico aplicado, extrovertido, y aparte no es feo.

Es alto, mide 1:80, delgado, practica bicicleta aunque no es musculoso, mantiene la forma y tiene unas nalgas que enamoran, la verdad. Todas esperamos una verga larga pero las nalgas no se quedan atrás. Es de piel blanca, pelo negro, ojos negros y rasgos muy varoniles. Todo pasó porque lo invité a la casa para que me diera algunas ideas para reconstruir la casa. Mi esposo y yo queremos agregar una recamara para huéspedes pero queremos saber las posiciones del baño y el closet. Había llegado desde las 10 de la mañana, sábado. Sólo estábamos él y yo. Mi esposo trabajaba hasta las 5. Al acabar de platicar sobre las medidas y todo, pensé en invitarlo a comer. Estar sola en la casa no me gustaba la idea. Mi esposo trabajando y mi hijo de viaje con sus amigos. Es lo mínimo que podía hacer como agradecimiento. Claro y pagarle una cantidad.
- oye, ¿que planes tienes hoy?, le pregunté.
- ...pues ninguno, ¿porqué tía?
- te quiero invitar a comer como agradecimiento.
- ¿y cocinas bien?
- jaja ah! ¿Crees que no?
- ...pues tendré que averiguarlo
- pues ya dijiste, te quedas entonces jaja
- ve la tele por lo mientras y te aviso. Estás en tu casa, eres el anfitrión.
- jaja gracias tía.
La cocina no es cosa difícil para mí. Hice lasaña de carne molida, ensalada de coditos y de postre tenía flan. De tomar había refresco pero siento que me no iba con la comida, así que abrí una botella de vino. Si mi esposo no la abría entonces yo lo haría.
- ya Adrián. Ya está todo listo, le avisaba.
- si, tía.
Se levantó de la sala y camino al comedor.
- ¡woow! ¡te luciste! ¿siempre cocinas así?
- ...bueno, hoy tuve una buena razón jaja.
- jaja pues no hay que dejar que se enfríe.
Cada uno tomo su asiento. Dimos los primeros bocados.
- ...muy rico, tía. La verdad, te quedó muy buena la lasaña.
- jaja gracias, tenía tiempo de que no cocinaba.
- ...no pues no te creo hee! Jaja
Reí. Mientras comíamos nuestras miradas se cruzaban. No podía negarlo su forma de vestir era única. Tenía puesto una camisa azul cielo muy pegada a su pecho y a sus brazos que le quedaba bien. Tiene un buen porte. Hombros hacia atrás, pecho de fuera. Se le notaba el deporte a simple vista. No está todo musculoso pero no dudaba en que tuviera sus músculos marcados.
- ¿y Jorge cuando llega?, preguntó.
- el viene hasta la otra semana. Estuvo bien que se fuera, que conozca el mundo.
- jaja si está bien. Yo quiero igual salir de la ciudad. Buscar por otras partes.
- mientras te sepas cuidar no hay ningún problema, además no te vez tan mocoso, ya estás muy viejo.
- jaja no la verdad no.
La platica fue avanzando. Habían dado las 4. En eso sonó el teléfono. Era mi esposo. Llegaba noche. La verdad no le di mucha importancia ni preocupación yo ya estaba pasándomela bien.
- tu tío llegará más tarde, le decía a Adrián.
- ¿y eso?
- el trabajo.
- me imagino.
- ¿quieres más vino?, le pregunté al caminar a la mesa.
- yo me sirvo, tu siéntate, me ordenaba.
Al momento en que se levantó mis ojos se dirigieron a su trasero. Que buenas nalgas tiene. Si no fuera familiar me lo tiraba, pensé en esos momentos. El vino ya me estaba pegando un poco, me sentí contenta y un poco mareada pero podía disimular estar bien. Empezamos a comer flan. Ya una vez que terminamos, pasamos a la sala a platicar. Mirarlo me estaba afectando un poco. No lo veía como mi sobrino sino como a alguien con quién pasar el rato. Mis ojos bajaban a sus labios.
- ¿que pasa?, me preguntó.
- hee?
- si ¿que, que pasa?, veo que solo te me quedas viendo. ¿Tengo manchada la cara?, se tocaba el rostro.
- ...no, para nada. Ya déjate, le dije quitando su mano de su rostro. Nuestras manos se unían. No me soltó. Nuestros dedos se entrelazaron. Ambos reíamos. Parecía como si estuviéramos coqueteando, y a pesar de que es mi sobrino, me gustaba. De un momento a otro solo nos quedamos viendo a los ojos como 8 segundos. Nada la verdad.
- debo recoger la mesa, se hace tarde, interrumpí el momento.
Me paré y en ese preciso momento también lo hizo. Caminé unos pasos dirigiéndome a la mesa pero en ese movimiento me jaló tomándome del brazo derecho.
- espera, dijo.
Giré mi cuerpo
- ¿que?, le pregunté nerviosa.
No respondió, miró mis labios y se me acercó plantando su boca con la mía.
Sus manos me agarraron de la cintura sin dejarme ir.
Cedí por completo. No me resistí. Dejé que me besara. Mi mano derecha subió a su cuello para tomarlo. Nos separamos y nos miramos.
- ven acá, dijo con una voz muy sexy.
Me volvió a besar. Flexionó las rodillas, me tomó de las piernas y me cargó. Accedí totalmente. Dejé que me cargara. Mis brazos rodearon su cuello, y mis piernas su cadera. Sus manos vagaban por mi trasero.
- que lindo culo, tienes tía.
- ¿te gusta?
- si, la verdad, si.
Me gustaba como me manoseaba la colita.
- siéntate en el sofá, le dije.
Camino a él y se sentó en el de tres personas. Se dejó caer en medio.
Nos besamos por unos segundos, de ahí fue bajando a mi cuello.
- hueles rico, tía.
- ¿si?
- si
Acariciaba yo su cabeza. Lo despeine.
- muévete, mueve tus caderas, me pedía
Sus manos tomaron mi trasero.
- mira que rico culo tienes, bien paradito.
- si, mi amor. Tócalo, acarícialo.
Me dió un azote.
- si, que rico, dije.
Tenía puesto un vestido azul rey muy pegado a mi cuerpo. Al estar abierta tuve que levantármelo un poco sin dejar que me viera mis calzones.
Subió sus manos por mi espalda hasta llegar al cierre de mi vestido. Lo bajó lentamente desnudando mi espalda. Tomo los tirantes del vestido y los resbaló por mis hombros cayendo sobre mis brazos. Se inclinó a mi cuello y resbaló sus labios sobre él. Me besaba. Fue bajando. Destapó mis senos.
- Dios, no tienes sostén, tía.
- no...
- que ricas las tienes.
Siguió bajando hasta llegar a ellos. Los olió.
- mmm que rico.
Pasó su mano derecha a mi pecho izquierdo y con sus dedos acariciaba mis punta.
- ¿te gustan?, pregunté.
- si, se ven muy ricos. Dan ganas de lamértelos y succionarte las puntas.
Y eso hizo. Tomó mi pecho y lo apretó haciendo que se levantara un poco. Lo lamió. Resbaló su lengua sobre la punta de mi seno.
- Aaahhh que rico, dije.
Me las tomó. Apretó mis chichis y empezó a chuparme las puntas.
- sii!!! Que rico lo haces!!
Verlo me calentó mucho. Me chupaba muy bien las tetas. Pareciera como si bebiera de ellas. Acarició mis areolas con su lengüita en forma circular. Mis pezones se endurecían. Me recargue sobre su cara y abracé su cabeza mientras me chupaba las tetas. Empecé a mover mis caderas de adentro hacia afuera como si estuviéramos cogiendo. Podía sentir como mi sexo rosaba su miembro ya duro.
- eso, hermosa, muévete así. Imagina que te cojo bien rico.
- ¿así mi vida?, le pregunté justo cuando presioné mi vagina en su verga.
- si, así!!
Soltó mis pechos y puso sus manos sobre mi culo para apretarlo.
- me gustan tus nalgas, están bien ricas.
Reí. Me dió una fuerte nalgada haciendo temblar mi glúteo izquierdo.
- mmm tranquilo, le dije riendo al mismo tiempo.
Me acerqué a su cara y lo besé. Acaricié su pecho. Fui bajando mis manos a su abdomen. Estaba plano y duro. Seguí bajando hasta llegar a su paquete. Resbalé lentamente.
- mmmm está dura,
- ¿te gusta, tía?
- ...ajá, a quién no le va a gustar.
- sácamela y métetela,
- ¿eso quieres?
- ...si
Bajó su mirada a mi entre pierna. Mi calzón negro se asomaba.
Puso su mano en mi sexo y me acarició suavemente.
- Aaahhh mmm.
- que hermoso cuerpo tienes. Mi tío es muy afortunado.
- lo sé. Lastima que no aprovecha.
- ...pues...que pendejo, ¿no?.
Tomó el resorte mi calzón por la parte de atrás y lo estiró hacia arriba haciendo que se me metiera entre mis nalgas. Sentía como si tuviera puesto una tanga.
- se me metió en el culo, espera.
- eso quiero, preciosa.
Cubrió mi culo con sus manos y me las separó.
- que ricas nalguitas tienes, me dan ganas de comerme todo esto, tía.
- jaja, siempre son así de perversos.
- osea que no ha sido la primera vez, ¿he?.
- mmmm... No.
- ¿con quién más lo has hecho?, porque no es con mi tío.
- ...pues...
No podía decirle que su primo me ha cogido también.
- con un compañero del trabajo.
- eres toda una zorrita. No te culpo. Si no te lo dan, lo buscas.
Dobló mi calzón y rozó uno de sus dedos sobre mi ano y mis pliegues.
Me retorcí un poco.
- ¿cuando fue la ultima vez que cogiste?
- hace 2 meses, ¿porqué?
- sólo preguntaba.
- agárrate fuerte, me dijo.
Se levantó y se volteó. Me recostó sobre el sofá. Quedé con las piernas abiertas.
Acarició mis piernas, mis muslos y me fue quitando lentamente el calzón.
- mmmm que rico, dijo.
Reí un poco nerviosa y apenada. No podía creer lo que estaba pasando. Me quitó por completo las bragas dejando mi culo y mi rajita abierta frente a él. Se hincó. Besó mis muslos, resbaló su nariz sobre ellos y fue acercándose poco a poco a mi zona. Estaba un poco seca pero ser lubricada por su boca era lo que más estaba esperando.
- estás mas rica que nada. Tienes un lindo cuerpo, parecer una hermosa joven de mi edad.
- ay! Gracias, precioso.
Bajé mi mano a mi rajita resbalándola por mis pliegues. Me abrí la vagina y le dije:
- ven, acércate.
Me obedeció y plantó sus labios en mi vagina.
- mmmm que rico, dije.
Jaló mis pliegues con sus lindos labios. Los soltó y volvió a tomarlos.
- saben ricos, tía.
- ¿te gusta?
- si, me gustan mucho.
Abrió su boca y me lamió. Mordí mis labios al sentir su lengua resbalarse sobre mi rajita.
- eso, así!! Méteme tu lengua!!
Volvió a lamerme desde la entrada de mi vagina hasta mi clítoris.
- Aaahhh!!!, gemí. Empecé a tocarme los pechos. Apreté mis pezones con mis dedos. Los tenía duritos. Lengüeteó mi clítoris lentamente.
- Dios!!! Aaahhh!!! Sii!!! Mmmm!!!
Retorcí mi cuerpo.
- ¿te gusta, corazón?, preguntó.
-...me encanta!! Sigue!!! No te detengas!!
Me tomo de las piernas y me abrió lo más que pudo. Bajó a mi ano y empezó a lengueterlo.
- Aaahhh!!! Ahí no, espera!!!
- ¿porque no, tía?, ¿no te gusta?
- si, pero...no me siento cómoda.
- relájate, me sabe rico!!
Decirme que le gustaba mi culo, me excitó más. Chupaba mi ano muy cómodamente. Acariciaba mi hoyo con la punta de su lengua.
- ...Adrián...espera...
Sentía un cosquilleo muy rico en la entrada de mi colita. Sentía húmedo.
Subió su lengua resbalándola desde mi ano hasta mi clítoris.
- Mmmm sii!!!
Escupió mi clítoris y lo cubrió con su boca. Lengüeteó desesperadamente.
- Aaahhh!!! Rayos!!!! Adrián!!! Me...espera...me voy a venir...tranquilo...
- ssshhh, ssshhh, no lo harás.
Se apartó y me miró.
- ¿que?, pregunté exaltada.
Su lengua me había generado tanto placer que hizo cansarme.
Puse mi mano en mi clítoris y con su saliva me lo empecé a frotar. Sentí tan rico que no quise detenerme.
- nada, sólo que me gusta como te vez, contestó.
Reí coquetamente.
- tienes un culito bien rico, tía, me dijo al resbalar su suave lengua sobre mi ano y mis húmedos pliegues.
- bájate el pantalón, quiero vértela, le pedí.
- quieres que te la meta, tía.
- ...si, si tu quieres...
- como no voy a querer, si estás bien chula.
Se desabrochó el pantalón, bajó su cierre y bóxer fue asomándose. Su verga se le marcaba. Se notaba lo caliente que estaba, y eso me excitó más.
- la tienes bien parada, a ver...
Estiré mi mano para agarrársela por encima. Se acercó.
- siéntela, dijo.
Al tocársela sentí su miembro caliente, duro, y largo.
- mmm que rica está, le dije acariciando esa dura verga.
Me incliné quedando sentada en el sofá y le bajé su bóxer. Al hacer ese movimiento que tanto esperaba, salió de un salto su paquetote.
Mis ojos se agrandaron al ver su polla.
- Dios, mira que sabrosa la tienes.
Ver su tremenda verga me hizo agua la boca. Tenía tiempo de no chupar una. La pegué a mi cara y la olí.
- mmmm huele bien. La roce con mis labios. Su cuerito desnudaba su punta. Resbalé mi lengua.
- eso, tía. Chúpala.
- ¿quieres que te la mame?
- si, métela en tu rica boca.
Abrí mi hocico y me metí su punta.
- Aaahhh, que rico, Jadeó.
Lengüeteé su miembro.
- saboréalo, métetela toda, me ordenó.
Sabía muy rica. Si estuviera aquí en este momento mientras escribo esto, se la chuparía de nuevo.
Me la saqué.
- que sabrosa sabe, mi vida.
- la chupas bien rico, tía. Eres experta en esto.
- que bien que te guste, bebé.
Me la volví a meter. De tanto que me gustó que decidí metérmela toda bien hasta adentro.
- Aaahhh!!! Eso!!! Trágatela!!!
Me incitaba tomándome de la nuca, y a la vez acercándome más a él logrando penetrarme bien la boca.
Mi boca producía un charco de saliva por debajo de mi lengua. Me recurrió por el mentón. Me atragantaba con esa verga. Me estaba ahogando un poco pero no me importó, al contrario lo disfrutaba mucho. La retiró toda y me la volvió a meter. Repitió el proceso 3 veces.
- que puta eres, tía. Me encanta que seas así.
Miré hacia su rostro. Reflejaba estar muy excitado y su rica verga me lo mostraba. La tenía bien parada y larga. Me alejé diciéndole:
- quiero coger
- ¿quieres que te coja, preciosa?
- ...si, si quiero.
Me recosté sobre el sofá. Flexioné mis piernas de modo que mi culo y mi vagina estuvieran a la vista de él. Flexionó sus rodillas, tomó su largo miembro y metió su punta entre mis pliegues sin meterla por completo.
- mmm vamos, métela!! Cógete a tu nena!!
- dime más.
- ¿que quieres que te diga?, ¿que soy tu puta?
- si, eso.
Reí.
Sin decir algo más, hundió lentamente su verga en mi.
- Aaahhh!!! Sii!!!, solté un leve jadeo.
- que rico se siente, estás mojadita.
- si, mi amor, métela toda!
Tomé un cojín y me lo puse sobre la cara.
- Aaahhh!!!
Su verga me abría deliciosamente la vagina, generando un placer indescriptible.
- ven, recuéstate sobre mí, le dije.
Me obedeció. Se inclinó hacia mi y me penetró fuertemente.
- eso, mi amor, así, métela.
Lo abracé. Lo besé. Jalé sus labios con mis dientes. Nos miramos.
- ¿te gusta esto?, le pregunté excitada.
- si, me encanta, dijo al momento de penetrarme.
- Aaahhh!!! Que rico!!!
- se siente bien rico, mamacita!! Aaahhh!!!
- si, muy rico!!!
- cógeme por el culo!!!
- ¿por tu culito, preciosa?, preguntó excitado.
- si, métemela por el ano, me gusta!! Aaahhh!!!
- ven, dijo retirándome su verga. Se quedó parado. Me incliné hacia él.
- voltéate, y quédate de rodillas sobre el sofá.
Lo hice. Giré mi cuerpo. Apoyé mis manos sobre el respaldo.
- levanta bien el culo, me ordenó.
Lo paré lo más que pude.
- mira que culo más rico!!! Dan ganas de comérmelo!!
- ¿si?
- si, hermosa.
Me dió una suave nalgada en el glúteo derecho. Separó mis nalgas y me lamió el ano.
- mmmm que rico.
- sabe bien buena tu colita, tía.
No dije nada y sólo recosté mi cabeza sobre el respaldo del sofá.
No volteé a verlo, preferí sentir sus caricias y besos en mi cuerpo.
Sus manos acariciaban mi colita. Su lengua rosaba mi vagina y mi ano muy sabroso. La verdad me encantó lo que hacía conmigo. Escupió mi culo y de repente metió uno de sus dedos por mi ano. Al estar lubricada de su saliva, no hubo dificultad para introducirlo. Sentí tan rico que me estremecí de placer. Mordí el lado derecho de mi labio inferior al sentir su largo dedo meterse en mí.
- ¿te gusta, tía?, me preguntó recargándose sobre mi cuerpo.
- si, me gusta mucho.
Lo retiró y colocó la cabeza de su miembro en mi anito.
- ¿estás lista?, preguntó.
- ajá, si. Métela, papito.
Agarré mi culo y me separé mis nalgas para que me pudiera penetrar. Lo hizo. Empujó esa hermosa verga en mi culo. Se me abría poco a poco. La tenía dura y caliente.
- Aaahhh!!! Métela más!!!, le pedí mirando el techo.
Tomó mi cintura para apoyarse, y de un golpe, penetró mi ano muy rico.
- eso, mi amor!!! Métela toda!!! Cógeme bien rico!!
- Si tia!!! Me encanta como te la meto!!!
Aaahhh!!! Se siente rico!!!
- sii!!! La tienes bien larga, mi amor!!! Métela!!! Quiero sentirla bien adentro!!!
Se apartó un poco sacándola y de con más fuerza me la metió.
- Aaahhh!!! Uy, que rico!!! Sii!!!, gemí. Disfrutaba de ser penetrada, de ser cogida.
- ¿te limpias bien el culo, tía?, preguntó.
- si, corazón. Seré muy sucia de la mente, pero de mi cuerpo despreocúpate.
- está bien, dijo empezando a moverse. Metiendo y sacando su pene de mi culito.
La sacó muy despacito. Me liberaba. Miré hacia él. Vi como dejaba escurrir de sus labios un poco de saliva dejándola caer sobre su verga. Se la lubricaba. Se acercó y me la metió lentamente.
- Aaahhh!!! Siii!!! Mmmm!!! Disfrutaba de como me cogía. Cerraba los ojos para disfrutar. Y si que lo hacía.
- no puedo creer que esté pasando esto, decía.
- ni yo, pero no me arrepiento de nada.
- yo tampoco. Estás hermosamente buenísima!!! Tienes un cuerpo que quizás lo había ignorado porque eres mi tía, pero una vez se me antojó tu culo como no tienes idea.
- ¿cuando fue eso?
- cuando tenia 17.
- que bueno que no tiene mucho.
- ¿ya te cansaste?, me preguntó.
- un poco, si.
- levántate.
Lo hice sin que me la sacara. Que damos pegados. Sus manos al tenerlas en la cintura, las acercó a mi ombligo y las empezó a bajar a mi mojado sexo. Acaricié sus brazos. Sus manos bajaban poco a poco. Recosté mi cabeza sobre su hombro. Al sentir su mano derecha resbalarse sobre mi pelvis, coloqué mi mano sobre la suya, y ambas fueron bajando. Sus dedos rosaban mis pliegues. Mi cuerpo reaccionó ante esas caricias. Su dedo medio estaba sobre mi clítoris.
- tócalo, mastúrbame, le pedí.
Empezó a mover circularmente su dedo sobre mi zona.
- eso, cariño.
Sentir como me frotaba era sensacional. Mis piernas se juntaron como si impidiera que continuara pero era todo lo contrario.
- abre tus piernitas, me pedía con un susurro, y lo hice. Separé mis pies. Su dedo me rascaba suavemente el clítoris.
- sii!!! Sigue!!! Hazlo más rápido!!!
- ¿si?
- si, por favor. Al hacerlo, mi cuerpo se retorció.
- Aaahhh!!! Que rico!!! Siii!!! Frótalo y métela más, le pedí excitada.
Masturbarme con sus dedos era un placer inmenso. No podía controlarme, sentía que iba a explotar. Me masturbaba delicioso.
- para...para...por favor...Aaahhh!!! Me vendré!!! Y...no quiero...no ahorita!!!
Quité su mano.
Tomé un respiro y tomé su mano para chuparme sus dedos.
- ¿que tal saben?, preguntó.
- ricos, me gustan.
Bajé mi mano y me metí el índice junto con el dedo de en medio en mi jugosa vagina. Los resbalé sobre mis delicados pliegues. Los retiré.
- prueba, le dije acercando mis dedos húmedos a su boca. Aceptó con tranquilidad. Sabía que lo haría.
- me encantas, preciosa. Igual, sabe bien rico tu culo.
Me sacó su miembro y me encaminó al comedor. Llegamos a la mesa y aparté los platos, las copas con las que tomamos el vino, dejando libre para recargarme.
- inclínate bien, acuesta tu pecho.
Lo hice. Me acosté sobre la mesa y dejé el culo parado.
- ¿así?
- si, así. Mmmm te vez bien sabrosa. Abre el culo.
Estiré hacia atrás mis manos cubriendo mis nalgas con ellas.
Sentí su verga resbalando por mis nalgas. La tenía bien dura. La puso sobre la línea que separaba mis glúteos y la resbalaba sobre el.
- cógeme, ándale, métemela!!!
Tomó su verga y la metió entre mis plieguecitos. Fue empujando lentamente. Mi vagina se abrió poco a poco conforme me la fue hundiendo.
- mmm que rico me entra.
Se detuvo y sin previo aviso me penetró fuertemente haciéndome soltar un alarido.
- Aaahhh!!!! Dios!!! Cerré mis puños.
- que sabroso, tía. Me gusta como te la meto.
- se siente muy sabroso!! Métela toda!!
Meter y sacarme su exquisita verga me generaba un acogedor tan placer que hacía desmayarme. Mis ojos se entrecerraban inconscientemente.
-....más...cógeme más rápido...¿si?, le pedía con una voz cortada.
- ¿quieres más rápido, putita?, me respondió.
- si, dame más, por favor!!! Aaahhh!!! Que rico!!!! Siii!!! No pares!!! No pares!!!
Era inevitable contener la excitación en mí. Sentía que iba a explotar. No podía aguantar, me cogía muy rico.
- Aaahhh!!! Tía!!! Se siente hermoso meterte la verga!!!
-...si!!! Muy ri...co..Aaahhh!!! Dios!!! Me vendré!!! No puedo!!! No puedo más!!!
Tomó mi cintura y aceleró desesperadamente. Me penetraba bruscamente.
Estiré mis manos de modo que me sostuve del otro extremo de la mesa. Me colgué de ella. Dios, era abrumador ese momento. Iba a estallar en un segundo. No iba a poder aguantarme mucho. Y lo hice.
- Rayos!!! Sii!!! Más!!! Vamos!!!...Aaahhh!!!!, solté un jadeo al explotar de un sabroso orgasmo. Me la sacó y sentí como esa agua de mi cuerpo salió en pequeños chorros. Mis ojos vagaban por todo el comedor, se me cerraban mis ojos. Mis piernas temblaban, no podía sostenerme pero él me abrazó y me sostuvo. Bajó mi mano a mi vagina y me frotó mojándose de mi líquido.
- así...que bien se siente!!
Mi vagina expulsaba esa agua femenina que toda mujer suelta al llegar al clímax.
- tranquila, tranquila...
Mis alaridos parecían como si estuviera llorando. La excitación me mataba lentamente. Me quedé quieta. Me sentía débil. Nunca había tenido un orgasmo como el que Adrián me hizo liberar. De sorpresa me metió su verga nuevamente.
- vamos que tanto aguantas, preciosa, me dijo besando mi espalda.
- ...espera...Aaahhh, gemí al meter toda su larga verga sin dejar que terminara mi frase.
- cállate, tia. Se nota que puedes más.
Miré hacia atrás de reojo. Miraba mi trasero. Acercó su mano al centro de mi colita y resbaló uno de sus dedos por mi ano dilatado.
- está delicioso tu culito, tía.
No dije nada, sólo lo miraba. En ese momento me penetró poco a poco uno de sus dedos por el ano. Al parecer era su índice, ya que formó como un gancho con él. Lo metía todo y lo retiraba. Disfrutaba hacerme eso. Lo sacó y metió dos.
Tragué saliva. Sentí como mi rabito se agradaba.
- que rico te entran, tía.
Sentía como su verga pulsaba y se enfurecía más. Lo excitaba mucho penetrarme el ano con sus largos dedos. Los movía circularmente dentro de mí.
- me gustaría meterte algo más largo preciosa, dijo.
- ...he?...estás mal, le dije.
Me sacó su verga y sus dedos.
- no te muevas, espera...
-¿que harás?, pregunté curiosa y nerviosa.
- ...espérate...no te levantes.
Fue a la cocina. No tenía ni puta idea de que tenía en mente más que pura perversión.
Se acercó a mí.
- ¿que hiciste?, pregunté.
- despreocúpate.
- ja! ¿Y como si no se a que fuiste a la cocina?
Lamió y escupió sus dedos y luego los llevó a mi trasero lubricando mi ano. Tragué saliva.
- ¿que harás?, me levanté un poco. Me detuvo poniendo su mano en mi espalda.
- ¿te esperas?, me preguntó con tono seco.
Quitó su mano de mi culo y me resbalo algo duro.
- ¿que me vas a meter?, pregunté algo espantada.
- descuida. No se si pensabas hacer una crema o una ensalada, pero tomé una linda zanahoria.
- ¿eso me meterás?
- cállate, me dijo dándome una nalgada.
- aauu!! Estúpido!!
- cálmate, si bien que te gusta.
Colocó la punta de la zanahoria en mi ano y la fue empujando.
- Dios, no hagas esto.
- cierra la boca, me ordenó metiendo más la zanahoria.
- aaauu aaauu, para esta dura.
- relájate, no aprietes el culo. Deja que te entre.
Intenté relajar mis esfínteres. No tardé mucho en acostumbrarme. Sentía más de la mitad dentro de mí.
- déjame a mi llevar el ritmo, le pedí. Accedió. Tomé la zanahoria y la empecé a mover en forma circular sacándola y metiéndola de mi colita.
Me penetró su pene en mi sexo. Sentí tan rico. Ya no estaba tan cansada.
- Aaaa!!! Que rico siento al meterte la verga!!!
- ¿si, corazón?
- sii!!! Siento como si me fuera a venir.
- uy! que rico!! ¿me llenarás de tu lechita, mi amor?
- ¿quieres?
- si, lléname.
Me llene el culo de esa larga verdura naranja.
- mira como me entra, bebé. ¿te gusta?
- si, tía, me encanta, métetela toda.
Lo hice. Empujé fuertemente la zanahoria en mi colita sabrosa.
- Dios, que rico!! Espero no mancharla!!
- no importa, preciosa!! Tú métela toda en tu rico culito.
- ¿no importa?, pregunté muy caliente.
- no, sigue, cógete tu solita.
- si, precioso, mírame. Mira como me la meto.
Me sentía tan llena, tan excitada y tan puerca que eso no impidió detenerme.
- sácala.
Lo hice muy lento. La retiré poco a poco. Al sacarla la sanación fue tan deliciosa.
- se ve limpia, mi vida. Tienes el culito limpió.
Miré el cacho de zanahoria y noté que era cierto. Mi trasero estaba limpio. Estaba tan excitada que decidí chuparla. La metí a mi boca y succioné la larga y dura zanahoria.
- Dios, tía, que rico lo haces.
La saqué y le pregunté:
- ¿te gusta ver lo que hago?
- me encanta, hermosa.
Sabía rica. Tenía un sabor dulce y a la vez ácido, pero rico.
- ¿que tal te sabe?
- muy rica.
Escupí la verdura y me la metí hasta el fondo. La retiré y me la chupé nuevamente.
- Dios!! Enserio que me estás calentando más de lo que ya estaba!!, dijo con una voz con ganas de venirse.
- ¿quieres venirte, precioso?
- si, si quiero.
- que esperas, cógeme más rápido. Métemela y masturba tu verga con mi cuerpo.
Mi rabo lo sentía muy abierto. Metí por tercera vez la zanahoria. La Presioné con mis dedos hasta sentirla bien hasta dentro.
- Estoy tan excitada!!! Aaahhh!!!
Me penetraba rápidamente el ano. Me metía y me sacaba el trozo de zanahoria. La retiré y sin querer se me salió un pedo.
- Rayos, perdón!!
- no, descuida tia, eso fue muy rico!!
Reí sin pena.
- ven acá, dijo agachándose.
Me abrió el culo y me lengüeteó el ano.
- mmm que rico!!! Chúpalo!!
- si, ¿te gusta, tia?
- si, mi vida, siento rico. Chúpame todo el culo. Comételo!! Méteme la lengua en mi sucio rabo!!
- si, preciosa!!! Que delicia de culo!!!
Separó mis glúteos lo más que pudo y metió la punta de su lengua en mi hoyo.
- Aaahhh!!! Si, bebé!!! Cómeme!!! Lamía muy bien mi colita.
- te sabe riquísimo!!!
Lo escupió. Me paré de la mesa y me sostuve las nalgas para que se sintiera más cómodo.
- déjame ayudarte, corazón.
- Dios, tía!!! Me encantas!!!
- tú a mi también. No pares, cómele el culo a tu tía. Méteme tu lengüita!!!
- si, preciosa!!
Metió dos de sus dedos y se los chupó.
- eso, así!!! Sabe rico, ¿verdad?
- sabe asquerosamente rico!!! Te lo lamería todo el tiempo.
- si, me gusta!!
Cerré mis ojos para disfrutar de su rica lengua. Sin querer se me salió otro pedo.
- Dios, perdón!!, lo siento, lo siento!!
- tranquila, mi vida!!! Me gustó!!!
A pesar de soltarle un pedo siguió chupándome el culo. No creí que fuera tan asqueroso. Afortunadamente no apestaban mis gases.
- cambiemos, déjame mamártela, dije apartándome. Cambiamos. Se recargó sobre la mesa y me hinqué. Agarré su hermosa polla y se la levanté resbalando mi lengua desde sus huevos hasta su punta.
- que rico lames!!! Cómetela, tía!! Ándale chúpala toda!!
- si mi amor, está ricota tu verga!!, le dije y me la metí toda a la boca. La abrí lo más que pude y me la tragué. Su punta resbalaba por mi paladar atravesando mi campana.
- eso tía, Aaahhh!!!, me acariciaba el cabello.
Tomó mi cabeza con sus dos manos y me penetró la boca hasta el fondo.
- abre bien la boquita, corazón!!, me decía con una voz muy sexy.
Lo miré.
- saca la lengüita, preciosa!! Deja que te entre toda!!
Le concedí su pedido. Saque mi lengua. Su pene entró más. Creí que me vomitaría. Sentí mis ojos llorosos. Me la empujó más. Me estaba ahogando su larga y gruesa verga, pero me encantaba. Empezó acelerar mi respiración, mi corazón palpitaba más de lo normal. Me atragantaba con su linda polla.
- te vez bien linda, tía.
Reí. Me la saqué y le pedí el vino.
- ¿que vas a hacer?, preguntó.
Me saqué su polla y chupé la botella.
Limpié la boca de la botella y la bajé a mi traserito.
- sólo me la meteré.
- por dónde.
- por el culo.
Coloqué la boca de la botella en mi ano y me la metí poco a poco. Sentí bien rico.
Escupí su verga y la recogí con mi lengua. Estaba bien húmeda de mi saliva. El cuello de la botella resbalaba muy rico por mi hoyito. Me sentía bien llena. Era como si me cogieran por el culo. Metía y sacaba, metía y sacaba. Mantuve el ritmo así por unos minutos. Destapé mi trasero y lengüeteé la boca de la botella. Tomé un trago de vino con el sabor de mi culo.
- eres bien cerda, hermosa. Haces que me caliente bien rico. Mira como se me para. Miré y su verga pulsaba y se alargaba. Saqué mi lengüita y jugué con su punta. La lamí suavemente. Succioné como si estuviera bebiendo de su miembro.
- me quiero venir, tía. Jálamela y trágate mi espeso semen.
- mmm si, hermoso.
Puse mis manos sobre su cintura y empecé a chupar su verga, metiéndola y sacándola de mi boquita. Se la masturbaba con mis labios y lengüeteaba su punta.
- Aaahhh!!! Que rico!! Sigue!!!
La agarré con mi mano derecha y se la empecé a jalar.
- eso!!! Más!!! Jalala más!!! Que rico!!!
- ¿si?,¿te gusta?, vamos, bebé, expúlsame tu semen!!!
- si, tía!!! Me vengo!! Jálamela más!!
- si!!! Vente, papito!!! Órale!!! Quiero tu lechita, mi amor!! Quiero tragármela!!
- jalala más!!
Lo obedecí.
- ¿así, bebé?
- si, que rico. Más!!! Aaahhh!!! Siii!!!
- mmmm que linda verga!! Quiero beber todo lo que te salga.
- déjame jalarla, dijo muy excitado.
La tomó con su mano derecha y empezó a jalársela desesperadamente.
- Aaahhh!!! Tía!!! Abre tu boca!!!
Me acerqué a él y abrí toda la boca. Saqué la lengua esperando a que expulsara esa rica leche.
- ya casi!!! Ya!! Aaahhh!! Puta madre!!! Estoy apunto!!
- vamos, vamos!! Échamela!!
- ya!!! Sii!!! Aaahhh!!! Dios!!!
Jadeo al venirse en mi lengua. Expulsó ese caliente líquido.
- tía!! Aaahhh!!! Me vengo!! Mi boca estaba siendo bañada de su exquisito semen espeso. Lo tragué.
Me echó un buen tanto.
Sentía los labios pegajosos.
- hace cuanto que no te venías, le pregunté.
- hace mucho, y ahorita sentí fabuloso.
- yo también, corazón.
- ¿que sigue?, preguntó cansado
- ...no lo se...ya es algo tarde, no quiero que alguien vea esto.
Me levanté, me acomodé el vestido.
- recogeré la mesa.
-...está bien. Yo iré a mi casa.
Nos miramos a los ojos estando a una distancia de un metro. Se acercó colocando sus manos sobre mi cintura y me besó. Se apartó.
- ¿...será que...volvamos a hacerlo de nuevo?
- no lo se...¿tú quieres?
- claro, quien no, contestó masajeando mi culo.
Solamente le sonreí.
- Pues ya se verá. Ahora debo levantar este tiradero antes de que llegue tú tío.
- de acuerdo. Cualquier cosa tienes mi número.
- si, ya lo sé.
Le abrí la puerta para despedirlo.
- sale, tía. Y...la verdad me la pase muy bien hoy.
- yo también, pero ya, órale.
- si, ya, ya... Nos vemos.
Tenía que correrlo.
Camino unos dos metros y regreso. Me dió un beso en la mejilla.
- ya!! Jaja vete, órale!! Después hablamos.
- si, tía, ya te dejo
- jaja bye.
Entré, cerré. Recargue mi espalda sobre la puerta y simplemente me reí.

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