Primera parte
Soy un hombre de más de 50 años, físicamente joven. Con piernas, muslos, cola y tetitas muy sexy, femeninas, depiladas, blancas, carnosas, bien torneadas y lindas y mi piel es muy finita y suave en todo el cuerpo.
Quiero ser sexualmente pasivo por elección y pertenecer a un señor serio, activo, aplomado y culto que si quisiera compartirme con sus amigos yo no me opondría.
En una época me pareció haberlo logrado, pero las cosas fueron por otros andariveles...
Mi amante fue un señor de la alta sociedad Africana, físicamente apropiado porque tenía un órgano sexual impresionante. Cuando manteniamos relaciones demoraba media hora para entrar en mí. Me hacia gozar a mares (a pesar de que a veces me hacia ver estrellitas de colores) y creo que el también me gozaba por que gemía y bufaba cuando estaba adentro de mi para no hablar de lo que gritaba y temblaba cuando me inyectaba.
Trataba de penetrarme todas las noches, pero a veces sus ocupaciones no lo permitian pero al otro día de que eso sucedia y como para resarcirme, luego de trajinar como siempre para entrar en mí, quedaba dentro todo el día y se corría cinco veces seguidas sin sacarla. En esas ocasiones me dejaba despatarrado, agotado, lleno de sus jugos, de los que me subía el pegajoso regusto por la garganta y muy tranquilo y relajado despues de haber sido tan bien cogido.
En una oportunidad, que fue la última vez que lo ví, me había llevado de safari con un grupo de señores de la alta sociedad, también Africanos. En nuestra carpa me penetraba todas las noches. Parece que sus amigos no lo sabían porque nunca comentaron, ni insinuaron, ni intentaron nada. Yo le insistía con que les diga porque que quizás ellos también quería hacerlo, pero no, me quería solo para el. Uffa!
Una noche, mientras estaba enterrandome trabajosamente su tremendo pene, trabajosamente porque medía más de 29x12 cm, se escuchó un lio tremendo, tiros, gritos y despues silencio. Eso nos alteró tanto que hizo que nos abotonáramos muy apretadamente sin poder sacarmela y cuando el estaba tironeando, con mis carnes brotadas e inflamadas (que con cada tirón que daba salían más y más afuera) y yo gritando como loca, entro un nativo (Seguro que escuchó mis gritos). Ese inesperado, pornogáfico y obseno cuadro que encontró, lo paralizó un rato en el que quedó mirándonos desorbitado, creo que el tipo se calentó. Cuando reaccionó trajo al que parecía su jefe y a toda su pandilla. Miraron y cuchichearon largo rato mientras yo gemía, sobre todo de placer y más gozaba viendo la cara de lujuria de nuestros espectadores. A algunos se les notaba el taparrabo con una aureola de humedad que se iba agrandando.
Seguro que me violan todos - Pensé - Como serán? - Me va a gustar? - Espero que despues no me coman!
De repente quisieron separarnos. Cinco tiraron de mí y otros de él. Me lo arrancaron dejándome las entrañas inflamadas y rojas, colgando afuera.
No se que hicieron con el pero a mi me cogieron todos y varias veces cada uno.
Eran treinta nativos sumando al jefe y todos me regalaron entre dos y tres copiosas acabadas muy adentro porque también eran superdotados, como se supone que deben ser los Africanos.
Fue exquisito sentir los estertores y temblores de todos y de cada uno al vaciarse dentro de mí y sentir esa copiosa y espesa crema que me inyectaban de prepo y que se desparramaba en todo mi cuepo impregnando hasta el último rincón de mis entrañas. Había sido lindo ser violado!
Después de cogerme hasta que se hartaron me llevaron con ellos
Quedé prisionero de esa tribu de salvajes.
Parece que habían decidido guardarme para que todos me usaran como objeto sexual, cuando quisieran ya que en muchas millas a la redonda había muy pocas mujeres. Su plan era pervertirme al extremo.
En menos de una semana ya me habían violado 350 nativos, los que me inyectaron varias acabadas cada uno. Dentro de mi tenia muchísimo semen y sentía constantemente su regusto y olor pegajoso. Antes quizas me hubiera repugnado tanto, pero ahora ya me gustaba y lo deseaba...
Comenzaban a cogerme no bien salia el sol y lo hacían hasta muy entrada la madrugada y a veces la mañana y con cada eyaculación que me inyectaban crecía en intensidad ese gusto en mi boca que me duraba todo el tiempo.
Ya me estaba enviciando porque esos segundos que demoraban entre que salia uno de mi y entrara otro me ponían muy ansioso. Quería tener siempre a alguien gimiendo y corriendose dentro de mí.
Una mujer me cuidaba, me masajeaba con aceites, me depilaba, me sacaba el exceso de semen que me inyectaban, me alimentaba y me preparaba para ser cogido por todos. La orden era que yo siempre tuviera algo enterrado en la cola todo el tiempo y solo me daban tres horas para descansar y me hacían dormir boca abajo por si alguien quería cogerme dormido.
Me cogía uno tras otro, si eran pocos traían a los de otras tribus. La orden era que siempre estuviera en actividad y enviciarme a más no poder. Llegaban en bandadas y me cogían varias veces cada uno. La idea era llevarme a que yo necesite, desesperadamente, que alguien me estuviera penetrando siempre.
Todos los días, ya casi de mañana o ya de mañana, cuando daban por terminada la sesión de visitas, para rematar traían a uno que tenía un pene descomunalmente grande, largo y grueso como nunca vi, me reventaba todas las entrañas mientras varios jovencitos me hacían tener un orgasmo tras otro mientras ellos me acababan una y otra vez en la boca. Se acuclillaban sobre mi con sus suaves muslos a los lados de mi cara y metían sus miembros en mi boca hasta que se vaciaban haciéndome tragar todo su semen.
Siempre terminaba la jornada con mi agujero sumamente dilatado, espásmico y blandito como papilla, siempre sobresaliendo y mi cuerpo chorreando semen por todos lados.
Esa jornada comenzó con la llegada de la mujer que me atendió como nunca, me llenó de mimos y acarició mis genitales y cola hasta que me volvió loco. Yo ya pedía a gritos que me cogieran. Pero no, ese día parece que había orden de que nadie me cogiera porque llegaron como 100 indígenas y ya sin los taparrabos normales, solo con una especie de remera que les tapaba los genitales y todos tenían un bulto espantoso bajo esa remera. Me sentaron en la cama y de a uno me fueron abriendo la boca, me introducían el cabezón y drenaban toda su leche en mi boca. La impresión era que me daban de mamar como a un nene.
El primero lanzó unos chorros terribles que traspasaron mi garganta y que tuve que tragar forzado. Me lo metió todo lo que pudo, ya que medía mas de 29 cm y fue drenando lentamente el resto de su esperma.
Al rato me la saco y ya me metieron otro. Hizo lo mismo, se pajeó hasta que sentí un borbotón cremoso que me llenó la boca y luego siguió largando una cascada de semen que también tuve que tragar o me ahogaba.
Y así fueron pasando todos. Uno de ellos era mayor de edad y la tenía muy gruesa pero no muy dura. Me la zampó en la boca y se pajeó. Estuvo un rato largo largando liquido preseminal llllenándomea boca de tanto en tanto porque se chorreaba mucho. Al rato gimió, gruñó, se quejó y le cocomenzó brotar, lentamente, en cuajarones, todo el semen que tenía acumulado. Sentí como se le hinchaba cada vez que me inyectaba sus jugos. Pero no eran chorros, eran como bolas de leche que largaba toda junta, raro pero exquisito. Cada bola me ahogaba de grande que era y tenía que tragarla para poder respirar. Estuvo un rato largo alimentándome porque sus borbotones eran muy espaciados pero inmensos. Me dió de mamar como 15 minutos seguidos hasta que la sacó y me enterraron otro y otro y otro.
Estuve más de 8 horas tragando y tragando semen hasta que el último de los 100 me acabó en la boca, en el acto vinieron 110 nativos más y continuaron en la misma tarea de alimentarme con su leche.
Me pareció que estos tenían muchas más ganas de acabar, ya que el primero que me la metió no tardó mas que unos minutos en darme su esperma. Pero este gritó y se retorció como un desesperado, lo que a mi me llenó de placer y logró que yo le tragara la leche con más ganas por las señales de goce que daba.
Desde ese momento esperé con ansiedad que otro me diera su leche a los gritos...
Todos gritaron y temblaron al acabar, entonces yo, entusiasmado, me metía su verga hasta más allá de mi garganta y directamente depositaban su semen en mi estómago.
A algunos los hice que me cogieran la garganta, entraban y salian como locos, yo me la sacaba nada más que para respirar y me la volvía a meter muy adentro.
Ya me había enviciado también con eso!
Parece que se corrió el rumor porque llegaron otros 70 nativos más para darme su semen.
A las seis de la mañana quedaban 5 sin haber acabado. Les fuí tragando uno a uno su esperma, pero al último no lo dejé ir. Luego de que me llenó la boca, lo atrapé, lo pajee hasta que otra vez se le endureció y se la volvi a chupar hasta que se acabó por segunda vez. Yo no podía creer en haber quedado con ganas de semen despues de que me había tragado 240 acabadas.
Con las pocas palabras que manejaba de su idioma le dije que le diga al jefe que mande más voluntarios para seguir comiendose la leche y se fue.
A los 20 minutos entraron en tropel más de 50 nativos ya con la pija en la mano, como desesperados por llegar al orgasmo.
Al más cercano lo abracé desde sus nalgas y me introduje entero su miembro en la boca y chupé y chupé buscando su semen con mucha ansiedad. Cuando sentí que le venía gemi y me lo apreté mas dentro de la boca esperando sentir su inyección de leche. Se le engrosó y largo un espeso chorro y otro y otro y otro más, yo tragaba como poseído todo ese manantial de esperma que me estaba regalando.
Se vació y grite - Rápido! Rápido otra acabada!!!
Y ya me metieron otro pijón que estaba chorreando liquido preseminal y en un rato más me inyectó todos sus jugos y asi otro y otro más.
Cuatro horas estuve comiendo esos jugos con mucho goce, yo me había mojado entero sin haberme tocado, El solo sentir como acababan me llevaba al orgasmo y durante toda esa fiesta habré tenido más de 10...
En definitiva, antes del medio día ya había tragado como 9 litros de semen y sentía en mi estómago bastante pesadez.
Parece que consideraban que ya esta sumamente enviciado porque ese día dejaron que lo durmiera todo
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Segunda parte
Una mañana, junto con la mujer, vino el jefe y una comitiva...?!
Me pusieron cola arriba y me estudiaron...
Escuché que conversaban. No se que decían.
Se fueron y llevaron a la mujer.
Al rato la mujer volvió muñida de una cosa bastante larga que parecía un mango con una gran bola en la punta seguida de varios anillos. Me imaginé que era para abrirme definitivamente la cola! Seguramente decidieron que aún la tenia lo suficientemente dilatada como pretendian ellos...
Me acarició entero, me manoseo los genitales y la cola y los muslos hasta que me llevó a un buen grado de excitación, entonces me acostó con la cola muy bien parada y comenzó a abrirla con los dedos , me metió cuatro y siguió abriendola hasta que me tragué su mano.
Ahhhhhhh! - Grite de placer y dolor
La revolvió un rato dentro de mí y la sacó de un solo tirón. Buscó la "cosa" esa que traía. La toque y me di cuenta que medía más de 19 cm de ancho y como 40 de largo!!!!
Esta me descuartiza! - Me dije y me preparé para lo que venía. Ante esa amenaza me relajé todo lo que pude e hice esfuerzos para dilatarme lo máximo posible...
Colocó la bocha en el lugar indicado y con mucha crema lubricante, de no se que procedencia, y comenzó a girarla y empujarla...
La bocha era mucho mas grande que mi agujero y sentí que empujaba mis nalgas. Me toqué y note que mi cola se había desplazado hacia los costados y la cosa esta, ocupaba la mitad.
Entrará eso? - Me pregunté
Pero cuando llegó a tocar mi esfínter me empezó a gustar y traté de ayudar. Me abrí con las dos manos y así logré más presión en mi esfínter. Me esforcé por abrirlo desde adentro hacia afuera y Ohhhh! Me abrí hasta que quizás me introdujo un cuarto de esa bola. Toqué y percibí mi cola super abierta, sus labios sumamente estirados y la bola no había entrado ni la mitad!!
Entonces se apoyó con ambas manos sobre ese mango y puso todo el peso de su cuerpo sobre el.
Me dolían las articulaciones porque me estaba desplazando la cadera y lenta, muy lentamente se fue abriendo paso mientras yo me abría y abría. Tanta presión separó mis piernas, que se abrieron como una "Y", muy despatarrado!
Era tan ancha la cosa que me apretó los dedos con que yo me estaba abriendo, Me parece que calculé mal sus medidas, era de más de 20 cm!!!
LLegó a la mitad y sentí que me partía al medio. Mi agujero estaba completamente dilatado, inmenso, muy estirado, a punto de fisurarse, pero como ya estaba muy vapuleado en esos enseres no se rompió.
En eso pareció que mi cuerpo reaccionó abriéndose y tragandola de golpe!
Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!! - Me abrió del todo y entró triunfante hasta mi segundo esfinter liberando en algo al primero que se cerró sobre el mango. Siguió empujando con todo su cuerpo y comenzó a abrirme allá, mas adentro. Yo estaba mareado, como para desmayarme pero me gustaba eso.
Cuando se me abrió ese esfínter aceptando la mitad de la bola al primero le llegó un anillo que era de la misma medida que la bola pero cortito. Cuando logró meter ese anillo me abrí y cerré a la vez y me desmayé por un minuto. La bocha había pasado el segundo estadio de mi cola y se alojó en el final de mi recto, que es mucho más ancho que el resto pero me abrió como nunca nada lo había hecho. Sentí que mis entrañas brotaron como buscando mas de ese intruso para comerselo entero, formando como un vacío en mi interior.
Ella siguió empujando.
Como ese aparato era tan ancho, mi cola se había acortado entonces la bocha comenzó a meterse en mis intestinos. Dilato y dilato hasta que logró entrar en algún lugar al cual seguramente nada ni nadie llegaria alguna vez. Yo estaba en las nubes, solo me entregaba ya que no tenia fuerzas ni para moverme. Sentí como una descompostura cuando esa bocha asesina entró en algún lugar que no se cual era.
Estaba tan lubricada que siguió entrando, ahora con mayor facilidad. Al rato sentí que se me estiraba el abdomen y que algo lo revolvía desde adentro. Por los demonios de la selva! - Hasta donde llegó eso!!! - Me pregunté antes de perder el conocimiento.
Cuando volví en mi, ese artilugio ya había pasado por todas las trabas y lo sentía en el estómago, aunque creo que eso no es posible aunque esa era la sensación. Y al cabo de unos momentos lo empezó a mover de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro, cada vez más rápido hasta que logró que se desplazara muy fácilmente. Se me ocurrió la imagen de mi agujero y lo presentí terriblemente abierto y mi libido se puso a mil y comencé a chorrear. Era tanta la presión que tenía adentro que me salia semen y orín, todo junto. En eso, a la señora, se le ocurrió masturbarme y eso es lo que mas me enloquece, algo adentro de mi cola y esa caricia en mi miembro me llevaron a la locura total y traté de enterrarme íntegramente ese monstruo en mi cuerpo. Con mis dos manos lo atrapé del mango y me lo sumí sumando mis fuerzas con las de la señora. Entró como 20 cm más, ya no puedo calcular donde estaba pero tenía una serie de sensaciones tan locas que no podía pensar. Veía aureolas de color salmón que nacían de algún punto de mis entrañas y agrandando me recorrían todo el cuerpo para volatilizarse en mi cabeza y de vez en cuando me recorría como un golpe de electricidad que me sacudía y me dejaba temblando...
Me dejé llevar hasta que a los gritos y aullidos me acabé en sus manos, pero como estaba tan dilatado solo me brotó el semen en una cascada interminable, mientras yo me retorcía y gemía aullaba de placer y apretaba con más fuerza esa cosa que tenia adentro buscando que me entre toda.
Cuando me vacié quedamos los dos tirados, ella sobre ese mango que yo tenia tan metido en mi cola y yo acostado, acabado, desvencijado, despatarrado y casi sin poder moverme. Creo que ella también lo gozó y tuvo orgasmos, porque estaba agotada...
Como ya había pasado el momento de lujuria yo sentía con más detalles a esa cosa inmensa que tenia adentro y que me expandía todas las entrañas.
Empezó a sacarla. La bocha se llevaba parte de mis carnes que la acompañaban en la salida y brotaban de mi cola como queriendo irse.
Tiró con todas las ganas pero no había forma de sacar eso. Al rato me dejó con la cosa clavada y se fue. En minutos volvió con tres monos inmensos que se pusieron a tirar de esa tarada bocha.
Me sacaron afuera todas mis carnes hasta que la bestia salió.A mi me quedaron colgando afuera un montón de mis entrañas y losmonos al ver tamaño agujero con esas cosas saliendo, se volvieron locos y los tres, uno despues del otro me llenaron de leche. Me cogieron dos veces cada uno...
Cuando se fueron, la señora me masajeó la cola para que mis partes vuelvan dentro de mí. Lo logró a medias ya que estaba tan distendido que para que se achicaran esas carnes tendrían que pasar varios días.
Me dejó descansar una hora y se fue. En seguida llegó un malón de como 80 nativos recalientes y con muchas ganas de coger...
Y esa jornada fue como todas con la diferencia de que la pararon a la tardecita por gestión que llevó a cabo la señora diciendo que despues de lo que me hizo a la mañana yo estaba agotado.
Entonces me dejaron y ni siquiera mandaron al super pijudo ni a los chicos
(Continuará)
Lucio
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